Una plática por la noche {Leana}

Sybell tocó en su puerta justo cuando Leana la acababa de cerrar. Deseaba encontrarse con Lucas, pero tras su visita al puerto no había podido localizarlo y más de una hora después decidió encerrarse en los aposentos que le habían asignado a leer o pasar el tiempo tumbada en la cama. No tenía ni ganas de cenar del enfado.

Suspiró y se giró para encarar la puerta.

- Pasad. - su tono de voz era tan seco como su humor, no tenía ganas de ver a nadie, por muy importante que fuese.

- Mi señora, yo... Una de las sirvientas de Lady Lyanna me ha dicho...

- ¿Sirvientas de Lady Lyanna? ¿Lyanna está aquí? - cambió de parecer. Sí que quería ver a Lyanna.

- Así es, mi señora. - la joven doncella lució una sonrisa triunfal en su rostro, ser la primera en darle tan grata noticia a su señora la llenaba de alegría y orgullo - Dice que está en las caballerizas.

Leana se olvidó del libro que llevaba en la mano, de la taza de té humeante que Sybell portaba entre las suyas para que Leana llenase un poco su estómago, de sus ropajes sucios por su larga cabalgada al puerto... Daba igual. Se alisó un poco el pelo y desenredó algunos mechones y a los pocos minutos estaba de camino a donde Sybell había dicho que encontraría a la pequeña señora del Valle de Arryn.

Allí la vio. Cepillando el brillante pelaje de su caballo. Pimeys no estaría muy lejos. Se acercó a ella silenciosa y cautelosa. No quería asustarla, pero sí darle una sorpresa.

- ¡Lady Lyanna! Pensé que no vendríais... Me alegra haberme equivocado.

La abrazó, sin miramientos. Era una gran amiga, habían pasado muchos momentos juntas y, aunque hacía algún tiempo que no se veían, siempre se dedicaban el mismo trato cordial, amistoso, casi de hermanas. Le sonrió, Lyanna era una de sus mejores amigas y verla allí la alegraba, ya pensaba que ninguno de los Arryn acudiría a Antigua.

La miró a os ojos y le sonrió con amabilidad y cariño. - Me adelanté, para llegar a tiempo al baile inicial. Creí que vos y vuestra familia estarían ya aquí para cuando llegase y me desilusioné mucho cuando vi que no era así. Los Tyrell y los Hightower no se sintieron muy contentos cuando los únicos representantes del Valle éramos vasallos.

Suspiró. La verdad era que se había sentido totalmente fuera de lugar. Habían sido muy ambles con ella pero no había recibido el trato que correspondía a los Arryn, por supuesto, ni era lo que quería, pero siempre había miradas altivas por parte de nobles más importantes.

- Lucas deberá estar por ahí. Hace un buen rato que lo ando buscando, pero no soy capaz de localizarlo. Será mejor que lo busques mañana o pasado... A saber qué estará haciendo.

Se sonrojó. A pesar de que Lyanna estaba al tanto de su no-relación con Lucas y sabía los motivos de que fuese un no en lugar de un sí, cuando hablaba con la Arryn sobre Lucas y todos los sentimientos propios que lo rodeaban se sonrojaba. - Vine con él a solas. Pero nuestra relación no avanza. Nuestros padres siguen oponiéndose a nuestra unión y tememos hacerlo sin su consentimiento. Me gustaría que vuestro padre mediase en este asunto... Aunque no sabría como pedírselo. - la miró intensamente durante un par de segundos y luego apartó la mirada - No habléis por mí, os podría causar problemas. Prefiero hacerlo yo. Si veo a vuestro padre intentaré abordarlo, así que por favor, no lo hagáis a escondidas. Os aseguro que es mejor.

Miró a su amiga desde arriba, sin sentarse junto a ella. Poco recordaba de la noche anterior. No era porque hubiese bebido demasiado, ni porque Lucas hubiese acaparado toda su atención, era porque habían sucedido tantas cosas en tan poco tiempo que no sabía por dónde empezar a contar.

- Bueno... Pues... - suspiró, miró al suelo, sin saber por dónde comenzar a hablar e intentó serenarse. - Lord Hightower nos recibió muy amable, con los brazos abiertos. Nos ofreció comida, bebida y habitaciones para alojarnos. La verdad es que eso me encantó, porque así no tendré que gastar dinero en pagar una habitación en una posada para vasallos. No sé si alguna vez estuviste en una, pero no son para nada lugares en los que desearías estar.
>> Después comenzó el baile. Bailé con un par de señores menores, uno del Valle al que recuerdo de alguna ceremonia o reunión en el Nido de Águilas y el otro no sé cómo se llamaba, pero creo que era de Occidente ¿O era de las Tierras de la Tormenta? No sé. Entre tanta comida y tanta gente bailando... El ambiente se caldeó muchísimo y tuve que salir a una de las terrazas a tomar algo de aire fresco. Allí conocí a otros caballeros. Entre ellos estaba Lord Brandon, un hombre muy alto y musculoso. - miró a Lyanna a los ojos, por si encontraba algún atisbo de atracción hacia el Lord de las tierras del frío invierno. Era mucho mayor que ella, pero su propio padre se acababa de casar con una mujer mucho menor que él y aunque Lady Anna estaba muy viva a la joven Lyana podían gustarle los hombres más maduros.

No recordaba mucho más, pero se obligó a continuar. - Después de que se reunieran unos seis o siete hombres a mi alrededor, decidí dejar el lugar para charlas masculinas y volví al interior. Seguía haciendo un calor sofocante así que cuando las primeras damas empezaron a retirarse, aproveché la oportunidad para hacerlo también yo. Espero que puedas ver más cosas tú misma. La verdad es que esta celebración por la primavera me está gustando.

Intentó pensar en la gente de la fiesta. No recordaba más que lo que le había contado. No había visto a Lord Fuegoscuro, ni siquiera sabía quién era, pero supuso que estaría por allí ya que su esposa era una Tyrell de nacimiento. Se rasco con suavidad la barbilla. Miró hacia la luna, en lo alto del cielo, rodeada de estrellas.

- No, no vi a Daemon. No lo hubiese reconocido de igual forma, así que puede que me lo haya cruzado durante la fiesta, pero no sería capaz de identificarlo. Allí había muchos hombres apuestos. - le sonrió, dulce y tierna, inocente a pesar de que ocultas en sus palabras había otras: "He estado mirando hombres y comparando sus bellezas" - No deberíamos hablar de esto... - volvió a sonreírle - Supongo que los días venideros serán incluso mejores que los pasados, pero siendo iguales no voy a quejarme ni del trato, ni de las formas, ni de la diversión... De nada, está todo perfecto.

La pregunta sobre Lady Anna Stark la dejó trastocada. No la recordaba, tampoco recordaba si Lord Brandon la había mencionado. - Supongo que sí, pero no me la han presentado. Al ser miembro de la casa Arryn, tienes más relación con otros miembros de las Grandes Casas. Yo conozco a algunos vasallos del Valle y a los pocos con los que me he encontrado por aquí y con los que he entablado conversación. Mi casa es poco importante ya dentro del Valle, no sabría decirte la poca importancia que tiene en Poniente - sonrió, esta vez de forma amarga. Cada vez que conocía a alguien debía decir una retahíla de palabras para que la ubicasen y pudiesen tratarla con cortesía: Leana Lynderly, de la Casa Lynderly de Bosque de la Serpiente, en los Dedos. - Dejemos el tema. ¿Dónde te alojas?