Un ambiente diferente (Leana y abierto)

Lucas se había despertado bocabajo en su lecho. Estaba arropado hasta mitad de la espalda, vestido únicamente con unos calzones de tela, para dormir más cómodo. El frío era tenaz a aquellas horas de la mañana pues por su ventana entreabierta entraba el frío característico de la estepa del Dominio unido a la humedad del río cercano. Lucas se estiró en el lecho y se puso bocarriba, sorbió los mocos. Dioses...qué hora debe ser ya, se me hace raro no tener a mi padre dándome voces para que me levante a entrenar... murmuró somnoliento el Coldwater y se volvió a estirar. El lecho era cómodo pero no era un lugar donde estar, conocía tan poco de aquel lugar...tendría que levantarse y eso hizo. Se dirigió a una palangana de porcelana que había cerca del lecho y hundió directamente la cabeza en el agua helada.

Encogió los músculos de la cara ante el frío y luego sacó la cabeza, atusándose el pelo para humedecérselo también. Luego se lavó las manos y el torso con el agua. Hecho esto se secó con una toalla y se puso por encima una túnica menos ceremonial que la de la noche anterior, más cotidiana, consistente en un color marrón y de lana bien tejida.

Bueno...buenos días Antigua dijo abriendo ambas hojas de la ventana y asomándose al exterior, su cuarto daba un jardín interior. Allí había criados y nobles, pues ya había gente que ya había bajado a desayunar, algunos solos y otros en buena compañía. Él veía aquello tan exótico, tan extraño rodeado de nobles poderosos, que no pudo sino notar un escalofrío de impaciencia por conocerlos a todos, o al menos gran parte.

Tras removerse de nuevo el cabello, dejándoselo poco peinado, algo descolocado y húmedo salió de la habitación, sorprendiéndose de que casi a la misma vez una criada entraba a adecentar el cuarto. Qué eficiencia... dijo mirando hacia atrás viendo el quehacer de aquella mujer bien aplicada. Pensó en donde se alojaría Leana, por los Siete que le habría encantado ir él a despertarla, pero quizá no fuera adecuado, en su puerta estarían los guardias de su casa que le tenían más bien entre ceja y ceja. Decidió dejarla dormir o, si ya estaba despierta y adecentada, estaría seguramente abajo. Así que se dirigió escaleras abajo saludando de buen humor a criados y nobles, sintiéndose los primeros sorprendidos ante la efusividad de aquel joven de un lugar lejano y desconocido para ellos. Pensó un instante en sus guardias y compañeros de armas, pensando que seguramente estuvieran alojados en el campamento donde todos los séquitos armados de los nobles estarían asentados, tampoco tenía que preocuparse, estuvieran donde estuvieran estarían bien.

Spoiler:

En el jardín Lucas se sintió realmente impresionado por la variedad de hierbas que daban una sensación de gran frescor, también había viñas colgadas de entramados de madera que hacían las veces de un tejado vegetal. Allí se quedó para ver un lugar libre e irse a sentar, quizá algún compañero de la nobleza, bien alta o baja nobleza, se quisiera sentar a charlar y entablar buenas conversaciones. Entre tanto el caballero pidió de comer un desayuno estándar, aunque Lucas tenía por costumbre devorar todo lo que le ponían.

Le pusieron ante él unas rebanadas de pan tostado, leche fresca, mantequilla y confitura de frutas, de fresas, frambuesas y melocotón. Todo olía maravillosamente bien y a él le rugían las tripas con todo aquello. También le pusieron algo más fuerte, cecina seca y pescado a la plancha y limón con pan fresco. Aquello lo acompañaron con agua fresca y algo de vino.

Lucas reprimió un bostezo tapándose la boca con ambas manos, mirándola con sus ojos castaños, la verdad es que los ojos de ella eran más bonitos que los de él, eran luminosos y azules, formando una bonita combinación con su cabello siempre rebelde, por mucho que ella intentara ordenarlo. "Es una montañesa del Valle, y sus genes salvajes, como los míos, circulan por sus venas" pensaba Lucas con cierto regocijo y divertimento al imaginársela vestida con pieles y un palo afilado. Acalló las risas sin dejar de mirarla.

Buenos días, Leana, ¿sabes? Cuando desperté pensé en ir a despertarte con un buen susto como en los viejos tiempos, pero claro, era difícil sin saber dónde estás alojada y en segundo lugar quizá tus guardias me hubieran usado como pañuelo para sonarse los mocos. Suspiró y comenzó a comer cuando a ella le sirvieron lo que había pedido. Un poco de mantequilla y mermelada en el pan bastaron para que el desayuno estuviese listo. Leana sabía bien como era Lucas, muchas veces habían desayunado juntos tras una noche hermosa, aunque no hay que llevar a engaño, ella seguía siendo pura, Lucas no se consideraba quién para deshonrar a aquella dama con su osadía. El caso es que ella conocía los modos del Coldwater, y en confianza comía ante ella como un verdadero pozo sin fondo. He estado mirando el patio de armas al pasear cuando me levanté, los Hightower pueden ser vasallos, pero sin duda grandes vasallos...hay que reconocer que la riqueza rebuesa por estas piedras.

Cuando se terminó la tostada, la miró hasta que ella, quizá incómoda o curiosa, le miró también. Entonces le guiñó un ojo, haciéndola ruborizar y volver a mirar al desayuno. Ah...ese era el gesto que más apreciaba Lucas a lo largo del día. Eso y la hora de comer, por supuesto. Bebió leche y agua fresca para finalizar, dejando el pescado y la carne, se cargaría el estómago demasiado para empezar el día.

Oye, ¿crees que... se inclinó levemente hacia ella ...que habrá pasado algo con los Arryn? No veo a nadie...ni al Lord ni a su familia...¿Habremos hecho bien en venir? No quiero dejarles mal pareciendo osado al aparecer en un evento al que ellos no han acudido pero esto me lleva a la conclusión de que quizá debamos ir a hablar con Lord Hightower de una forma más diplomática, no se las demás casas, pero desde luego la mía jamás en su historia ha confraternizado con esta casa.Con verdadero disimulo deslizó una mano por debajo de la mesa hasta rozar su pierna, en la que esbozó una suave caricia, con aire distraído. Y bueno también para agradecerle...nos ha acogido sin tener idea de quiénes somos y encima nos cobija y nos da de comer.

Se había levantado un poco tarde, resaca de la noche anterior, para lo que estaba acostumbrado. No podía negar que había sido interesante la velada anterior. Desayunó un poco de pan recién hecho, mantequilla, beicon y jamón, mojado con un poco de vino aguado.

Se pasó por los jardines, era un sitio bastante tranquilo. En eso escuchó algunas voces. Al acercarse reconoció a una pareja que había visto en el banquete, por lo que había oído eran del Valle. Lo mejor sería saludarlos.

Buenos días, disculpen las molestias, pero creo que este es el único banco en esta zona de los jardines. Creo que no nos presentaron durante el banquete, soy Ser Olyvar Martell

La voz de un hombre joven le sacó de las cavilaciones que compartía con Leana. Alzó la vista y vio a un muchacho atlético, seguramente más joven que él, o eso parecía. Al escuchar su nombre y apellido se levantó, un Martell de Lanza del Sol, ¡nunca pesaba que conocería a ninguno! Le estrechó la mano con amabilidad, sonriendo y dejando que saludara a Leana como era debido. Tras eso se sentaron los tres y Lucas se hizo a un lado para dejar más espacio al muchacho.

¿Tienes hambre? Podemos llamar de nuevo a la criada para que traiga más viandas, aunque hay pescado y carne seca si gustas dijo enseñándole los dos platos que él no había tocado. Parece ser que mi señora madrugó hoy demasiado, quizá presa de la curiosidad rió levemente mirándola y yo en cuanto me levanté me vi con un hambre terrible, de haberlo sabido te habría esperado antes d empezar a comer. Lucas entonces pensó para sí mismo "mm... creo que no, no habría esperado". Rió para sí de forma disimulada al descubrirse presa de su estómago, dioses, tendría que cambiar aquello, si alguna vez le capturaban en alguna batalla y le quitaban de comer seguramente enloquecería.

El hombre le parecía molesto, puede que le estuviera haciendo la corte a la mujer y no quisiera testigos, pero desde luego no era excusa para no presentarse y darle ese tratamiento tan familiar. Estaba dispuesto a irse cuando actuó la mujer, ella parecía saber como comportarse.

Encantado de conoceros Lady Leana y a vos también Ser Lucas. LA verdad es que ya he desayunado. Lo cierto es que ayer, am i llegada traté de recorrer algunos puntos interesantes, aunque confío en conocerla mejor en los próximos días. ¿teneis alguna recomendación que hacerme?. ¿Qué tal ha sido vuestro viaje desde..?. No tengo excusa, estoy siendo un maleducado, sentaos Lady Leana, el banco es todo vuestro.

Lucas comprobó que el ambiente comenzaba a caldearse en el patio. El sol ya se alzaba en todo su esplendor primaveral y en aquel lugar comenzaba a hacer calor, no gustaba de que sus ropas, cuidadosamente escogidas por su padre para ese viaje, se manchasen de sudor, así que sonrió, bebiendo un trago de agua fresca.

Pienso que en este lugar hace más calor que en el Valle, pero claro ser Olyvar, seguro que vos en Dorne habéis conocido casos límite de exposición al sol, ¿me equivoco? dijo conciliador, mientras su mente viajaba al Valle, siempre fresco y húmedo en su tierra por el mar, sentado con Leana en algún lugar fresco y agradable y tomándola de la mano, tal y como hacía ahora bajo la mesa, entrelazando los dedos con los suyos.

Estoy seguro de que nuestra tierra os gustaría, es verde tanto en invierno como en verano, las altas cumbres parecen querer cubrir el cielo con sus picos verticales y hay algunos de esos picos que poseen nieves perpetuas. Luego el claro del Valle es frondoso, con bosques y arroyos que bajan portando aguas gélidas de las montañas, hay muchos caballos y también ciervos, jabalíes y todo tipo de caza menor. Y luego como no está el mar, un mar siempre embravecido al menos en mi tierra, que recuerda a los hombres la humildad de ser mortales. Miró a Leana, consciente de que ella pensaría igual que él.

Olyvar pensó en ignorar al caballero, aunque decidió contestarle a pesar de su insolencia. En Dorne también tenemos mar, y las Marcas son montañosas, no solo estamos hechos de desierto, aunque es cierto que en el desierto un hombre puede morir de deshidratación si no tiene cuidado y puede sufrir graves quemaduras si no se protege adecuadamente con la ropa necesaria. Y si lo describís así puede que lo visite algún día. Era lo máximo que iba a obtener de él el escolta de la mujer.

Olyvar volvió la cabeza hacía la mujer. Será un placer pasear con vos, la verdad es que el pan recién hecho con un poco de mantequilla es una de mis debilidades, y ya que estamos en esta ciudad será un placer conocerla en vuestra compañía, no me importaría recogerla mañana antes del amanecer para disfrutar del día. Yo le serviría de escolta, ni siquiera haría falta vuestro hombre de servicio Olyvar señaló a su acompañante. ¿Han venido con vos otros señores del Valle?

¿Hombre de servicio? Señor, yo no soy ningún sirviente, aunque sí el compañero de viaje de mi señora Leana, soy Ser Lucas Coldwater, tal y como dijo ella, heredero de mi padre y de nuestro señorío en el Valle dijo entornando los ojos, quizá este dorniense tenía los oídos llenos de arena del desierto.

En cuanto a los señores del Valle, me temo que no han acudido, quizá tenían importante asuntos que atender en nuestra tierra, pero venimos sus banderizos como representantes, si a vos os place. Dijo molesto al ver que aquel muchacho, seguramente más joven que él le consideraba un sirviente.

Vaya, había metido la pata, podía haber ofendido a ese hombre, lo mejor sería disculparse. Aceptad mis disculpas Ser Lucas, la dama solamente dijo Ser Lucas, sin añadir vuestro apellido y desde luego tú no dijiste ni el nombre Ha sido una lamentable equivocación. Olyvar esbozó una sonrisa Una magnífica representación si me permitís decirlo y desde luego que Ser Lucas tiene que asistir al paseo

Olyvar se volvió hacía Lady Leana cuando le habló de la carrera Si desde luego que tengo pensado participar así que también estaré ocupado, como decís podemos aplazar el paseo hasta una mejor ocasión

Por supuesto, pasearemos por la ciudad y descubriremos juntos sus encantos dijo Lucas esbozando una sonrisa cortés. "En realidad no creo que te vuelva a ver, Ser Prepotencia" pensó el caballero mientras tomaba a Leana del brazo, quizá reafirmando más así su "posesión" con ella.

Mi señor, hemos desayunado hace rato y el día avanza, si nos disculpa tenemos otra cita que atender planeada también de antemano. Se levantó y Leana tras él, juntos retomaron el camino al interior del castillo.

Spoiler:

Olyvar entendió el mensaje perfectamente, dos son compañía y tres multitud. PArecía claro que esos dos o eran pareja o iban a serlo, aunque parecía que no quería que se supiese. Eso no le importaba demasaido a él, cada uno era libre de acostarse con quien quisiera, siempre que supiese prever las consecuencias, aunque puede que fuera una buena información.

Un placer el haberos conocido, Mylady, Caballero...

Olyvar se alejó para continuar su paseo, posiblemente se volvieran a ver.