Faolain Fowler.

Faolain es una mujer, realista, disciplinada, inteligente, de mente aguda y atenta, lo que le permite asimilar conocimientos de nuevo. Tiene una destacada capacidad de análisis y reacción, no se viene abajo en situaciones difíciles. Tiene carisma, y una especie de magnetismo personal que ayuda a que los demás la presten en atención. Cree que quien quiera respeto, debe ganárselo, con hechos más que con las simples palabras. Le gustan las cosas bien hechas, es perseverante, tenaz y decidida, por lo que reflexiona con cuidado a la hora de tomar una decisión importante para no errar y empujar a los suyos al desastre por una decisión mal calculada. Excepto en el campo, donde se necesitan de unas reacciones y decisiones rápidas y precisas. Entonces confía en su experiencia, en su autoridad, en su capacidad de análisis, de observación y su mente estratégica. En lo que se refiere a esto último, es una estratega decente cuando se la pone delante de los mapas, pero ni mucho menos brillante, todo lo que sabe le viene dado de lo que ha aprendido de su hermano y de personas más hábiles que ella. Donde se desata su auténtico potencial es sobre el terreno, es una mujer con recursos, capaz de convertir la adversidad en ventaja, preparar buenas emboscadas etc...en resumen, es muy buena y respetada comandando tropas, en acción, dirigiendo a un grupo de hombres, porque se ha ganado su lugar entre ellos, luchando hombro con hombro, preocupándose por ellos, y elaborando planes que les han salvado en diversas ocasiones y ha demostrado preocupación y confianza en sus compañeros.

A pesar de lo que pueda parecer Faolain a la hora de luchar, no la gusta combatir, no siente ningún placer al segar la vida de otros, pues quietar vidas, para ella, es una obligación en un momento dado, un medio y rara vez un fin en si mismo. Sin embargo, entrena cada día y sigue intentando progresar en todos sus aprendizajes para cumplir con la mayor eficacia posible la promesa que le hizo a su hermano. Por cumplirla haría casi lo que fuera, incluso saltarse algunos de sus principios.

Es una mujer competente, siempre preocupada por el bienestar de los suyos, con una gran capacidad de auto-sacrificio. Todo su amor y dedicación parece estar volcado en sus tierras y sus gentes, está tan absorta en sus responsabilidades que suele hacer ojos ciegos al amor personal. Se dice de ella que es una mujer de hierro, sin miedo, su expresión es una máscara pétrea, seria y cuando se irrita, fría y cortante como gélido acero. Pero, aunque no lo exprese, si que siente miedo, y dolor, es más, su corazón sigue atormentado por sucesos pasados.

La paciencia de Faolain es más o menos larga o corta en función de la persona con la que esté hablando, pero por lo general, es relativamente fácil molestarla, aunque se aguante para no demostrarlo, a veces simplemente no la da la gana y lo manifiesta abiertamente. Su humor suele ser irónico, dada a las bromas pero no en exceso. Es pragmática, no tiene demasiados pájaros en la cabeza, y no suele perseguir castillos en el aire, sus metas normalmente son perfectamente alcanzables.

La política y sus intrigas, a parte de un tedio terrible, son una trampa mortal, como caminar a ciegas por la tela de una araña. Faolain procura evitar en lo posible esta clase de juegos, centrándose en aquello que puede afectar a sus tierras o a ella, y manteniéndose informada de todo lo demás pero sin intervenir activamente. Es una persona franca, natural, directa y reservada. Cuando da su palabra la cumple, pero no cree que haya mucha gente digna de ella.

Suele ser una persona correcta y educada, aunque no hable mucho y prefiera escuchar. Le gustan las celebraciones, pero no tanto si rebosan nobles. Es muy suspicaz y es difícil ganarse su confianza. Cuando se siente herida o amenazada su ira es letal, sobre todo cuando se enfría, pues vengativa, implacable, nunca olvida una ofensa o una traición. Protege a los que ama contra cualquier tempestad. Espera que llegue el día en que ya no sean más necesarias las espadas, o al menos no tanto, y poder dirigir en paz sus tierras.

Cuando cree que nadie la ve, la máscara se resquebraja y aparece el semblante de una mujer atribulada, preocupada y algo cansada. también es muy observado e intuitiva, pero cuando se enfada, es casi inabordable y aún más difícil calmarla, hay que dejarla tiempo y a solas. Es leal con aquellos que cree que lo merecen, es leal siempre y cuando se la de el mismo trato, en caso contrario, no los erá ni un minuto más. Es justa según sus principios, castiga los errores que ponen en peligro a los suyos y premia generosamente el trabajo bien hecho.