Lejos del Valle (Lucas, Leana, Lyanna y Ryella)

Había llegado dos días atrás Lanza del Sol en su "Viento del Este" y estaba "disfrutando" de su estancia, aunque lo cierto es que el calor era insoportable en el día y los Siete no le habían hecho para concebir tanta vida en la noche, o quizá fuese la edad... lo cierto es que sus años ya no perdonaban y la noche le fatigaba aunque no lo dejase ver.

Sabía que su hija y sus vasallos habían acudido a la llegada del Equinoccio que Lord Hightower había celebrado en Antigua y que iban a acudir a Lanza del sol para la celebración del matrimonio concertado, así que cuando pisó tierra firme lo primero que hizo fue enviar dos mensajeros a buscar a sus chicos del Valle para que se reunieran con él en los aposentos que le había cedido el Principe Maron para su estancia aquellos días en Lanza del Sol.

Mientras aprovechaba para rezar y para leer los libros que había llevado para disfrutar en el camino a Dorne. Aquello era lo que solía hacer en el Valle y no iba a cambiar sus hábitos lejos de su tierra. Ya había visitado el Septo de Lanza del Sol, lo cierto es que tras llegar a la ciudad fue lo primero que hizo, aquello y felicitar al septón por su hacer en la ciudad aunque era cierto que los ándalos no habían dejado un gran legado allí.

Cuando pasó por la puerta de su cuarto tocó el marco, era una manía que se autoimpuso desde que tenía uso de razón y seguía manteniéndola, ahora sólo quedaba esperar... mandó traer algo de bebida a uno de los criados que por allí pasaba y una vez dentro abrió su "Estrella de Siete Puntas", comenzó a leer por una página que tenía una pequeña señal... y esperó.

Lucas y Lea habían llegado apenas un día antes a Lanza del Sol y se habían aposentado donde habían tenido a bien darles. Una amplia habitación de matrimonio en la zona noble del palacio, con sirvientes y con todo lo necesario, a pesar del calor era una bonita luna de miel. Ambos se dirigieron a las estancias del Lord cuando fueron avisados de su llegada y del requerimiento de verlos, y mientras andaban charlaban del embarazo.

Ha sido una mala idea venir a Dorne si estás embarazada, por los Siete, este calor te hará desfallecer. Decía el sobreprotector Lucas con su esposa, a la que como todos los esposos jóvenes, idolatraba y protegería hasta con la última gota de su sangre. Las estancias estaban ventiladas y frescas, gracias a los ingenios de los dornienses y es que no era para menos. Era ya entrado el mediodía y si uno se asomaba por alguna ventana podía ver claramente como la arena del desierto vibraba y temblaba por el calor que recibía y que refractaba. Dioses, no entendía por qué la Corona tenía interés en aquel territorio abrasado y alejado de la mano de los dioses.
Llevaba a Lea estando cogida ella de su brazo, como haría una verdadera pareja noble que paseara por unas estancias dedicadas a ese estamento social, finalmente llegó a la puerta que era la del Lord de ambos y miró a su esposa.

¿Estás preparada cariño? Athys es un buen hombre y seguro que entenderá nuestra situación. Tranquila, todo saldrá bien. Y aferrándose de nuevo a ella llamó con los nudillos a la puerta para después entrar. Mi señor, hemos acudido a su llamada tan rápido como hemos podido, es un placer verle después de tantos meses. Lucas sonrió nada más ver a Athys, era un hombre veterano y como tal tenía buen uso de razón y de la diplomacia. Cerró la puerta tras él y Leana y se dirigió con ella hacia él. Esta es lady Leana a la que ya conocéis...y bueno, ahora es Leana Coldwater, tras haber contraído ambos matrimonio recientemente. Dijo orgulloso y con el pecho henchido.

Al notar el sonido de la puerta Athys dejó el libro que estaba leyendo y se dispuso para recibir a los invitados, no sabía cual de ellos sería... esperaba que fuese su hija a la que hacia tiempo que no veía pero se sorprendió al ver lo que llegaba.

Lucas Coldwater entró agarrando del braco a Leana Lynderly, los herederos de dos de sus vasallos que por aquellos tiempos no eran lo pacíficos que le gustaría que fuesen. Antes de que comenzase a hablar ya lo sospechaba pero cuando escucho sus palabras nerviosas, temerosas de la respuesta del Lord , todo era ya efectivo... os jóvenes se habían unido y fijándose en el vientre de la joven la unión se había consumado por lo que el matrimonio ya no podía ser roto más que por la muerte.

¿Sería esto una desgracia que provocaría la guerra entre dos de sus vasallos? Lord Arryn se tapo la boca con una mano, pensando en qué decir... esperando que los dioses le echasen una mano - Es un placer veros, y de tan buen estado. - dijo mirando fijamente a la señorita para ver su reacción.

- Los que veneran a los Siete y siguen sus designios atraen sus favores y hacen que los que les rodean transformen la dicha de los novios en suya. - filosofeaba y casi perdía el sentido, los libros muchas veces nublaban su mente con palabras que eran dificil de comprender. Se acercó a ellos y les dió un toque en la frente con el pulgar y termino acariciando la barriga de Leana - Estoy feliz por vosotros y por vuestras Casas, ¿qué han opinado de todo esto? -

Se sintió honrado por el gesto de aprobación por parte de Athys, aunque parte de su alegría quedó empañada por la última de sus preguntas... pensó qué debía decir, y decidió tomar asiento cerca de donde estaba el Lord, para estar los tres más cómodos, sobre todo Leana. Entonces se humedeció los labios con la lengua y decidió no demorarlo más.

Señor, nuestras casas no son conocedoras por el momento de esta unión y de...bueno, como bien habéis deducido vos, de este maravilloso regalo que mi esposa alberga en su vientre. Nunca he secundado el belicismo de mi padre para con la casa Lynderly, de hecho conozco a Leana desde hace muchos años, a pesar del peligro que aquello conllevaba. Sabemos que nuestro deber es regresar y anunciar lo acontecido, pero señor, temo por nuestras familias y de que algún loco exaltado haga daño a mi esposa y a nuestros hijos debido a esa ancestral rivalidad, si vos nos acompañáseis para hacer de mediador, si vos hiciéseis de pacificador ante los ánimos de mi padre y el de mi esposa... estoy seguro de que la sangre no llegaría al río.

Suspiró y bebió un vaso de agua de la mesa, ofreciéndole otro a Lea. Creo que mi esposa tiene la misma opinión que yo, y también es tan consciente como yo de que esta unión pondría fin a la rivalidad de nuestras familias de una vez por todas, para que ambas prosperen y florezcan, vos no tenéis ni idea de las ideas que pasan por la cabeza de mi padre, parece anclado en el temor que imperaba en la época de Aegon el Conquistador y de sus dragones, no digo que sea incapaz para gobernar pero...sus acciones están gravemente mediatizadas por su manía persecutoria respecto a nuestra familia. Cree que está en peligro constantemente... y aunque madre y yo le hemos dicho muchas veces que abandone esos pensamientos, es inútil.

Miró a Athys con ojos melancólicos, pensativos, expectantes también ante lo que el Lord pudiera decir, aunque quizá Leana tuviera algo para complementar sus palabras.

Habían pasado algunos días, aun se quedo en Dominio por unos días más de los que su padre le hubiere permitido, pero no tardo en apresurar el paso y junto con la comitiva que le había hecho compañía alcanzo a su padre en el Sur, la festividad era importante, el matrimonio que para algunos era visto como algo bueno y prospero, pero para las lenguas de las calles no lo era del todo bueno.

En sus andadas por Dominio conoció a muchos vasallos y volvió a ver a varios señores, que hacía tiempo no veía, pero aunque las relaciones podía ser su fuerte, no siempre era lo que esperaba, se decepcionaba de algunos que solo sonreían pero al voltearse maldecían, sin mucho preámbulo siguió su camino.

Cuando llego a Dorne, parecía que se desmayaría, el calor era sin duda agobiante, para ella que en el valle siempre estaba con un clima templado, y agradable, sin llegar a ser extremadamente frio como en el norte, pero no tan caluroso como era el sur. Tratando de mantener su postura, trataba de refrescarse con el poco aire que su pañuelo le podía proporcionar con el movimiento de su mano.

Sabía que su padre ya la estaría esperando y tan solo paso a la habitación que le habían reservado, para refrescarse un poco, se dirigió de inmediato hacia donde el mozo le había indicado.

Estaba a punto de tocar la puerta cuando logro escuchar la voz de Lucas, explicando una situación que para ella no era desconocida, era el motivo del cual Leana y Lucas se miraba a escondidas, las ideas y temores de las dos familias de poder perder lo que con esfuerzo habían levantado, pero sus ideas segaban a los señores ante el amor y felicidad de la pareja. A Lyanna, le llegaba a parecer algo romántico, pero entendía que tenia que parar.

Se emociono al saber que Lucas estaba con su padre, porque significaba que Leana estaría también en Dorne, por desgracia no se pudieron despedir, siendo que algunos compromisos se lo impidieron, aunque trataba de tener siempre contacto con ella, lamentaba su situación, pero su propia amiga le había prohibido que intentara algo hablando con su padre, que serian ellos los que lo resolvieran, cosa que respeto, aunque ganas no le faltaron para entrometerse.

Toco la puerta cuando Lucas hizo una pausa y empujo la puerta un poco para poder asomarse

-¿espero no interrumpir, se puede?- pregunto, pero no espero la respuesta de su padre al ver a Leana en la habitación, no dudo y se abalanzo a abrazar a su amiga, dándole un par de besos.

Después se dirigió a Lucas al cual también saludo con un abrazo, para luego dirigirse hacia su padre para saludarlo, después de los días que no había estado con él.

-es bueno verlos reunidos- en eso reacciono, pensando en que estaría interrumpiendo algún tema importante, sobre todo después de que su amiga le había dicho que ellos hablarían con su padre, pensó que le estarían avisando que se querían casar, y que su padre pudiera hablar con los de ellos para poder hacerlos entender que ellos se amaban.- en verdad espero no interrumpir- dijo algo seria

La noticia la sorprendió por completo, una enorme sonrisa se dibujo en ella cuando supo lo de su matrimonio pero aun más cuando la noticia del embarazo le llego, no pudo evitarlo y corrió hacia ella para abrazarla nuevamente, para después mirar hacia su vientre.

-apenas lo puedo creer, muchas felicidades a los dos-

Miro a Lucas que apenas se dibujaba la sonrisa en su rostro, pero el tema no era para menos, la seguridad de su ahora esposa y mejor amiga de ella estaba en juego junto con el retoño que crecía en su vientre. Por otro lado, el hecho de no le avisara antes, o estar en la ceremonia, le afecto un poco. Trato de ocultar ese sentimiento, pero por otro debería de entender las razones que debía tener su amiga.

Luego tendría tiempo para hablar con ella, por lo pronto compartía la preocupación de ellos, hacia con sus familias.

Mi familia había decidido no asistir al matrimonio, tenía varios asuntos que tratar, por lo visto se avecinaban tiempos de guerra, y ellos debían de tener claro como actuar. El caso era que como la familia de mi prometido, hasta ahora, tampoco se había animado a asistir, lo cual agradecí, le habían pedido a los Arryn, que los acompañara, para así hacer de representante de los Hardyng. Lo único bueno de esto es que me alejaría de casa algunos días, viajaría como tanto me gustaba y estaría con una de mis mejores amigas, Lyanna, y con su familia, a la cual apreciaba.

Nada más llegar, note en propia carne el calor del sur, que se hacía más notable que en El Valle. A pesar de ello, nada me detuvo, después de haberme instalado en los aposentos asignados, que fuera a recorrer los alrededores. Siempre había sido muy curiosa, y en esa oportunidad no iba a ser menos. Recorrí los campos y mantuve contacto con la naturaleza durante un buen rato, hable con los animalillos que me encontraba, lo cual para el resto era bastante desquiciador, por eso siempre me gustaba hacerlo sola. Se decía que los dragones hablaban, y yo realmente lo creía, solo esperaba encontrarme con alguno de ellos alguna vez, o quien sabe a lo mejor con algún duendecillo.

Cuando supuse que mi ausencia tal vez podía ser notable, empecé mi camino de vuelta mientras iba recogiendo un par de flores por el camino. Cuando llegué a la casa, un caballero me detuvo, al parecer me andaba buscando desde hacía un rato, ya que Lord Arryn quería que lo fuera a ver a su aposento. Sin detenerme más, me dirigí hacía donde me había indicado el joven, escuchando unas voces cada vez más nítidas, según me acercaba a mi destino. Al llegar, la puerta se hallaba entre abierta, me detuve extrañada el tiempo necesario para llegar a escuchar una noticia sorprendente de una voz que conocía bastante bien.

-¡Leana! Abrí la puerta lo suficiente para colarme en la habitación y buscar con la mirada a mi amiga. No pude contenerme y fui hasta ella para abrazarla, con cuidado claro, era consciente ahora de su estado. Me alegraba por ella, y por verla después de un tiempo, por supuesto. -Muchas felicitaciones... estoy feliz, porque se que tu lo eres ahora. Sonreí y me dirigí a su, ahora esposo. -Felicitaciones Ser Lucas. Lo saludé de igual modo. Luego me detuve en mi amiga Lyanna, a la cual no había olvidado por supuesto, y a pesar de haberla visto antes, también abrace. Por supuesto, tampoco olvidé a Lord Arryn, quizás había actuado de manera demasiado impulsiva.
-Lo siento Lord Arryn, me han hecho saber que me habíais llamado. Siento la efusividad de mi llegada... Me disculpé sinceramente.

Me baje acalorado de "La Gaviota" el barcoluengo que me había traído desde Puerto Gaviota. "La Gaviota" había zarpado unos cuantos días mas tarde que el barco de mi padre Lord Arryn. Habia retrasado su partida del Nido de Águilas para dejar el Valle en orden antes de la boda Real, por ello había acabado presionando al capitan con el afán de llegar a tiempo.

Por suerte allí estaba, vestido con un jubón celeste con el escudo de su casa, echo de una tela extremadamente fina para soportar el calor, preguntándose si no habría sido mejor quedarse en el fresco Nido. Mientras los criados bajaban el equipaje, comencé a charlar con mis guardias, en ese momento un mayordomo de Lanza del Sol se me acerco.

Mi señor-.Me dijo- Lord Arryn se encuentra en una audiencia con los señores del Valle. Ruega su asistencia.

Marcus asintió y con una señal, tres de sus guardia lo siguieron tras el mayordomo. Subí las escalinatas de un color marrón pardusco, nada parecido a los mármoles del Nido, cuando me fije en que la puerta de la estancia permanecía abierta. Mis guardias se quedaron al inicio del pasillo, y yo seguí hasta la habitación, escuche a Lady Ryella disculparse, entonces me pase la mano por el pelo maldiciendo este calor infernal y cruce la puerta.

Cuando supo que nadie de ambas Casas sabía nada pidió ayuda a los Siete en silencio con una mirada furtiva a los cielos... sabía lo que se acercaba, los hombres eran testarudos y bélicos, no lo eran distintos en El Valle. Pero todos seguían el camino de los Siete, los ándalos habían dejado aquella bendición en su tierra.

No le dió tiempo a constestar cuando aún paseaba la mirada por Lucas Coldwater cuando su hija hizo aparición, con la educación que le había sido brindada preguntó antes de entrar y sin dejar que el Lord se pronunciase Leana se adelantó con ímpetu para dejar pasar a la joven Arryn dejando un regusto amargo en la boca de Athys por su retirada de autoridad, pero la Madre era clemente y ella lo sería pronto... sería comprensivo.

- Buenas tardes hija mia. - le señaló un asiento y la invitó a sentarse con un gesto. Las reglas de cortesía no le permitían ponerse a charlar tranquilamente con ella en esos momentos.

De nuevo la mujer mostró sus temores. se notaba que Lord Arryn era un experto oyente, capaz de escuchar todas las opiniones y circunstancias aunque sus actos lo hubiesen traicionado en más de una ocasión - Teneis mi aprovación. - concluyó refiriendose a ambos, sabía que la unión entre ambas casas era lo mejor que podía ocurrir aunque los Lynderly no lo verían con agrado, si un Coldwater la retiraba de su lado sería como si hubiesen ganado su guerra. - Reuniremos a vuestros padres en Nido de Águilas a nuestra vuelta y tendrán que aceptar vuestros deseos. No voy a permitir que se desate otra guerra en El Valle. - La voz de Athys sonaba tranquila, pero fría como poseida por un ser superior - Mientras tanto tenéis mi bendición para que residais bajo mi techo el tiempo necesario, vuestro hijo estará tan seguro como los míos. -

- Y guiaré por el camino de los dioses a su padre, Ser Coldwater. Sus temores no tardarán en desaparecer cuando La Vieja ilumine su camino. -

Pero no había tiempo para la calma, apenas terminó de hablar cuando la joven Hardyng entró con un velocidad sólo digna de una joven señora que no había pasado demasiado tiempo con una Septa - No se preocupe Lady Ryella, siéntese, tenemos cosas de las que hablar. -

Un criado entró con una bandeja de aperitivos de la tierra y más copas que persoans había en la estancia, otro traía jarras vino de Dorne especiado, agua, hidromiel y otras que no se había parado a contemplar - Sírvame agua. - al momento el criado se dedico a echar el líquido transparente y fresco en una copa bien ornamentada - Y sirvan al resto lo que deseen. - Ambos coperos se quedaron de pie, aguardando a que el resto les mandase que servir y poder volver a salir por la puerta.

Cuando ambos estaban a punto de salir el Lord carraspeó para comenzar a tratar los asuntos para los que los había citado pero de nuevo una agradable interrupción apareció por la puerta del cuarto, no lo esperaba pero su hijo apareció. El Lord se puso en pie y una sonrisa se pudo reflejar en su rostro, estaba contento de poder ver a su vástago en la estancia - Hijo, no te esperaba, creía que saldrías días más tarde del Valle. Por favor siéntate y sírvete algo de beber - dijo al alzar la vista y ver que los criados ya habían desaparecido cerrando la puerta a su marcha - debes estar sediento. -

Una vez calmada la situación de nuevo se volvió a sentar y dirigió la mirada su hija a la pareja Coldwater - Primero quería disculparme por no haber podido acudir con vosotros a la fiesta del Equinoccio, llegaron noticias al Valle de lo agitados días que vivísteis, pero me interesa saber vuestras impresiones de lo vivido... como sabreis - su voz se dirigía ahora a todos por igual, el mismo efecto tenía su mirada pasando cada poco por los rostros de todos los presentes - Poniente sufre una inestabilidad que terminará por estallar, creedme he vivido demasiados años y sé de lo que hablo. - su tono solemne sonaba como si sintiese todo aquello como si la culpa fuese suya por no haber podido evitarlo. - Pronto habrá una guerra y los Siente aún no me han mostrado el bando del Valle... no podemos fallar y os necesito a todos para salvar a nuestra tierra. Y lo primero es saber qué sabemos de todos los participantes de este juego. - terminó mirando de nuevo a su hija y a los Coldwater, ellos debía tomar la palabra pues habían sido los últimos en poder evaluar a los peones del Juego de Tronos.

Se acordó de exhalar el aire contenido cuando escuchó las palabras de Athys, era maravilloso que decidiera proteger aquella unión y al fruto que de ella surgiría en unos meses, estaba aliviado, también por el ofrecimiento de Athys de ayudar a su padre a calmar los ánimos, seguro que todo iría bien, aquel hombre era un buen señor por el que dar la vida en la guerra. Fue por esa sensación de bienestar por la que saludó a los recién llegados con alegría y compañerismo, sobre todo a las damas, con las que incluso bromeó levemente. Al volver junto a Lea una vez esta hubo saludado también a sus amigas, besó su frente para indicarle que todo iría bien.

Bueno, la cuestión del Dominio estuvo cargada de matices... explicó Lucas al oír la pregunta de Athys, por lo que se puso a recordar mientras él se servía agua fresca, tenía la boca seca tras la tensión de lo expuesto previamente a lord Arryn. Por lo general fue una velada amigable, al menos para los que estábamos allí, el rey no estuvo...temo que por esas tensiones de las que vos habláis. Ni el rey ni la reina ni el primogénito de ambos, tengo entendido que el joven Maekar Targaryen sí que estuvo aunque yo no hablé con él. Bebió un nuevo trago de agua y suspiró, rememorando más cosas.

Lord Garlan era complaciente con todos los reunidos en Antigua, aunque hubo un breve encontronazo entre Maekar Targaryen y Olyvar Martell, hermano de Maron Martell, príncipe de Dorne, creo que tuvieron algún malentendido, aunque debería de solucionarse ya que estamos todos aquí por la boda de la princesa Daenerys con Maron Martell, claro... Miró a Athys y a los presentes con curiosidad, para ver sus reacciones. Creo que tampoco vi a lord Baratheon, ni a lord Tully, quizá también tenían asuntos que atender, de modo que no debéis preocuparos por vuestra ausencia, lady Coldwater y yo supimos mantener alto el honor del valle sonrió.

Finalmente y atendiendo a la última cuestión de Athys, implícita en la pregunta pero referida a que cómo estaban los asuntos, respondió, meditabundo. Pues verá, señor, lo que yo vi fue una tensión palpable enmascarada en buenos modales, una tensión que como sucedió con lo de Maekar y Olyvar Martell, tiene que salir por algún sitio, a veces entre amigos incluso. Pero creo que por allí andaba el hermano bastardo del rey, Daemon, apoyado por lord Garlan, temo que si estalla la guerra y el rey Daeron quiere la cabeza de su hermano rebelado, la guerra se centrará en el Dominio y en los que lo apoyen...que a mi modo de ver, sería el Norte.

Marcus saludo calurosamente a su padre, que reflejo su felicidad en una sonrisa. Después de los saludos a las damas y a Ser Lucas, saludo a su eufórica hermana melliza. Se sentó y tomo un poco de vino de Dorne, que tanto apreciaba y presto mucha atención al relato de Lucas Coldwater.

-Entonces si os he entendido bien Ser Lucas, a pesar de la boda sigue habiendo tensión, entre Targaryans y Martells.

Marcus miro a su padre, esperando algún comentario suyo.

-Pienso padre que los Targaryan intentan mantener a cuantos Lores puedan junto a ellos, pero bien es cierto que quien elija el bando ganador, puede auparse alto en el reino.Comento tranquilamente.-Aunque los huargos no son precisamente una casa con la que tengamos buenas relaciones, en lo que a mi respecta la elección de los Stark es cosa suya.

Marcus se volvió de nuevo hacia su padre, esperando su opinión, a decir verdad no le importaría nada meterles un poco de miedo a los norteños, ya era hora de que empezaran a respetar al Valle.
El joven tomo un trago de vino y dejo que su razón controlara sus sentimientos, e intento pensar con frialdad.

-Lo que podemos sacar en claro de la inmejorable labor de los Coldwater.-Marcus les dirigió una mirada.-Es que los Targaryan no tienen una posición tan fuerte como puede llegar a parecer.

Marcus se volvió a quedar en silencio esperando la siempre acertada opinión de su señor padre, tuvo la certeza de que en los días que llevaba en Lanza de Sol no se habría mantenido ocioso, estaba seguro. Debían esperar a estar en privado para abordar lo que les pudiera ofrecer el Rey Daeron.

Espero un poco antes de poder decir algo, aunque ella estuvo en la fiesta y en el evento, no pudo tratar con algunos señores de las principales casas del reino.

Escucho como Lucas le informaba a todos los reunidos como es que la tensión era palpable, y en eso tenía razón, fue algo que se podía ver y hasta de alguna forma palpar.

-si tienes razón Lucas, y sobre todo el evento en el puerto, no pude creer como es que pasara algo así- dijo dejando la copa en la mesa – no se como a los guardias se les escapara, de hecho creo que no se supo cómo es que llego a pasar, que nave se incendiara cuando estaba a punto de llegar y es una pena que pasara, casi con las miradas se gritaban unos a los otros culpándose por el hecho -

Ryella asintió ante las palabras de Lord Arryn, más se inclino para demostrarle respeto de igual modo, y se acercó a una de las sillas libres que había alrededor de la mesa, y ocupando su lugar, dejando un hueco en medio, entre el suyo y el del Lord. Cuando la doncella pregunto por lo que iba a beber, le pidió exclusivamente un poco de agua. Al menos eso la ayudaría a luchar contra el calor de aquel lugar. Ser Marcus, hijo de Athys Arryn, llegó pocos segundos después de ella, se sentó con nosotros, para acompañarnos en la reunión, lo miré de reojo, y recordé nuestro ultimo encuentro en el Valle.

Cuando el señor Arryn empezó a hablar, Ryella puso toda la atención en el, se imaginaba de que se hablaría, pero de todos modos, no quería perderse detalle, por lo que pudiera desconocer del asunto. Una guerra siempre es mala, la señorita Hardyng pensó en todas las personas que podían morir y tuvo un escalofrío, impropio de la temperatura de allí, por suerte parecía hacer pasado de desapercibido. Se hablaba de que los Martell y los Targaryen no habían logrado minimizar sus diferencias, pero pensaba que son esta nueva unión, las cosas cambiarían, al parecer, obviamente, no sería así.
¿De todos modos, ayudarían los Martell a los fuego oscuro? después de sus uniones entre ellos y los Targaryen, a mi modo de ver, eso no le convenía, ¿habría tres bandos en la lucha? Algo también incoherente, después de la boda entre Daenerys y Maroon.

A mi modo de ver, quizás solo exista diferencias entre los jóvenes Olyvar y Maekar, y solo deberemos concentrarnos en que los Fuego Oscuro iniciaran la guerra contra los Targaryen y Martell. Ahora solo faltaba que las casas principales apostaran por un grupo u otro, suspiré casi inaudiblemente. Escuchaba todas las opiniones, si El Valle conseguía estar en el bando vencedor, se auparía y ganaría fuerza y poder. ¿Pero como es posible saber eso? Nunca puedes saber, aunque el enemigo parezca frágil, lo que puede esconder... Además, si me preguntaran a mi directamente, yo solo intentaría impedir la guerra, aunque fuera inútil. Todos mis pensamientos rondaban por mi cabeza, pero no interrumpí para dar mi opinión, creo que tampoco sabía mucho del tema de guerras, pues eso nunca había sido tema para las mujeres.

Escuchó las aportaciones de todos, sobretodo lo que le conto Lucas, era el que más se había expresado sobre lo ocurrido en el Dominio y probablemente ante la ausencia de objeciones lo que ocurrió en realidad a la vista de todos, salvo el detalle de su hija... lo ocurrido en el puerto.

- Es lógico que los Martell tengan sus altercados con los Targaryen. - dijo tránquilamente - Los Martell siempre han sido libres, y son jóvenes impulsivos. Los Targaryen por tradición se han apoderado de todo lo que han deseado, no me extraña para nada que unos jóvenes con demasiado poder se enzarcen en pequeñas disputas de cachorros. -

- Y del mismo modo que el pueblo se levante contra los dragones, siempre han luchado contra todo aquel que se les opusiera. Pero por otro lado siempre se han mostrado ausentes cuando su pueblo ha sufrido. Ocurrió en nuestras tierras hace siete años, cuando El Valle sangró. Y a mi pupilo Lord Nathan Baratheon cuando mi buen amigo Lord Desmond murió y su tierra se sumió en el caos. -

- Pero, ¿cómo es el Rey Daeron? esa es la pregunta. Todos sabemos la ineptitud del Rey Aegon para gobernar sobre Poniente y estas son las consecuencias, el legado de cuatro hijos y una herencia difusa que nos aboca a una guerra. -

Tomó un respiro y dió otro trago al agua fresca - Pero decidme ¿Qué opinais de Lord Garlan? no se si sigue siendo aquel mismo tipo inteligente y seguidor de los Siete que conozco o si ese Fuegoscuro lo ha cambiado hasta el punto de cometer la locura de luchar contra el reino. - Le contasen lo que contasen estaba claro que tenía que hablar con su viejo amigo, lo que estaba por ocurrir era grave y debía saber en que bando debía posicionarse... aunque quizá lo mejor fuese verlo pasar todo desde el Nido y dejar que ellos mismos se sangraran.

Escucho a su padre, hacer el comentario sobre Lord Garlan el cual había visto poco, no dijo nada al respecto, pero le había visto mucho con los norteños. Cuando escucho preguntar por el rey Daemon, simplemente no pudo evitar suspirar, tratando de ser algo disimulada, mientras intentaba beber algo de vino que le habían servido.

No pensaba que su amigo hubiera cambiado, aunque dadas las circunstancias no se podían dar por hecho que las personas no cambiaran.

– por mi parte creo que sería bueno que hablaras con Lord Garlan y conversaras con él, en verdad no creo que haya cambiado muchos desde la última vez que lo viste, sigue siendo muy atento y caballeroso- dijo colocando la copa en la mesa

La situación era tensa, entre los señores de alto rango que estuvieron en Dominio, ninguno acuso a alguien en particular de lo sucedido, pero todos sospechaban, parecia que la más mínima chispa pudiera producir un fuego que pudiera llegar a consumir a todo el reino, simplemente un fuego llamada guerra, las uniones, los acuerdos, las amistades eran necesarias reforzar, alistarlas porque no se podria saber en que momento se podrían necesitar.

-Adivinar de que bando estar en una guerra, es como arrojar al aire una espada de un solo filo e intentarla atrapar , no lo crees padre?- miraba a su padre mientras con el pañuelo trataba de secarse un poco el sudor del cuello.