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Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
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Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Hacía ya dos horas, como poco, que me había propuesto irme a dormir, pero por alguna razón no conseguía conciliar el sueño. Quizá fuese por la preocupación por la inminente guerra y la posibilidad de que mi hermana y Doran tuviesen que ir a ella.
Yo no había asistido a ninguna de las reuniones que se habían organizado, para temas políticos y estrategias militares ya estaba mi hermana. Yo sólo tenía que preocuparme de tener a mis arqueros preparados por si fuesen necesarios por la seguridad de Dominio del Cielo si finalmente Faolain tenía que ir al frente y me dejaba a mí las riendas de la fortaleza.
También podía ser éste tema el que me quitaba el sueño. Sabía que no estaba preparada para hacer las veces de Señora de nuestra fortaleza, ni de ninguna parte, y me preocupaba meter la pata. Siempre había intentado parecer despreocupada al respecto, pero en el fondo no era así. Quería ver a Faolain orgullosa de mí.
Tras algunas vueltas más, en las que sólo conseguí enredarme más en las sábanas, me levanté de la cama y encendí un par de velas. Me asomé al balcón y respiré el fresco aire nocturno del desierto, observé el oscuro cielo estrellado y admiré una luna llena que iluminaba tenuemente cuanto alcanzaba mi vista. Regresé al interior de mis aposentos y, a la luz de las velas, intenté concentrarme en los informes que había traído desde Dominio, tenía que acabar de leerlos cuanto antes pues en ellos había asuntos importantes de mis arqueros que debía tratar y solucionar. Eran mi responsabilidad....para una que me tomaba en serio...
Para mi desgracia tampoco fui capaz de concentrarme en los informes y mucho menos había conseguido que me cansase lo suficiente como para irme a dormir. Finalmente me dirigí hacia el arcón que había traído como equipaje y saqué de él un pantalón y un corsé de cuero, además de un protector para el antebrazo, del mismo material. Tras vestirme me recogí el cabello en una coleta alta y busqué en el arcón mi arco y un carcaj con flechas. En el silencio de la noche, pues a esas horas todos deberían estar durmiendo, vagué por los pasillos con paso felino para hacer el menor ruido posible y salí al patio interior de la fortaleza de Lanza del Sol para dirigirme al campo de tiro. No había demasiada luz, pero con la poca que proporcionaba la luna me era más que suficiente para mi propósito.
Coloqué una flecha en el arco y tensé la cuerda, apunté y la dejé ir. La flecha silbó en el aire y se clavó a varios centímetros del centro a la izquierda. Maldije y chasqueé la lengua, eso no podía ser. Yo era arquera, yo no podía fallar. Coloqué una nueva flecha en el arco y volví a tensar la cuerda, esta vez me tomé mi tiempo para apuntar antes de soltarla.
Yo no había asistido a ninguna de las reuniones que se habían organizado, para temas políticos y estrategias militares ya estaba mi hermana. Yo sólo tenía que preocuparme de tener a mis arqueros preparados por si fuesen necesarios por la seguridad de Dominio del Cielo si finalmente Faolain tenía que ir al frente y me dejaba a mí las riendas de la fortaleza.
También podía ser éste tema el que me quitaba el sueño. Sabía que no estaba preparada para hacer las veces de Señora de nuestra fortaleza, ni de ninguna parte, y me preocupaba meter la pata. Siempre había intentado parecer despreocupada al respecto, pero en el fondo no era así. Quería ver a Faolain orgullosa de mí.
Tras algunas vueltas más, en las que sólo conseguí enredarme más en las sábanas, me levanté de la cama y encendí un par de velas. Me asomé al balcón y respiré el fresco aire nocturno del desierto, observé el oscuro cielo estrellado y admiré una luna llena que iluminaba tenuemente cuanto alcanzaba mi vista. Regresé al interior de mis aposentos y, a la luz de las velas, intenté concentrarme en los informes que había traído desde Dominio, tenía que acabar de leerlos cuanto antes pues en ellos había asuntos importantes de mis arqueros que debía tratar y solucionar. Eran mi responsabilidad....para una que me tomaba en serio...
Para mi desgracia tampoco fui capaz de concentrarme en los informes y mucho menos había conseguido que me cansase lo suficiente como para irme a dormir. Finalmente me dirigí hacia el arcón que había traído como equipaje y saqué de él un pantalón y un corsé de cuero, además de un protector para el antebrazo, del mismo material. Tras vestirme me recogí el cabello en una coleta alta y busqué en el arcón mi arco y un carcaj con flechas. En el silencio de la noche, pues a esas horas todos deberían estar durmiendo, vagué por los pasillos con paso felino para hacer el menor ruido posible y salí al patio interior de la fortaleza de Lanza del Sol para dirigirme al campo de tiro. No había demasiada luz, pero con la poca que proporcionaba la luna me era más que suficiente para mi propósito.
Coloqué una flecha en el arco y tensé la cuerda, apunté y la dejé ir. La flecha silbó en el aire y se clavó a varios centímetros del centro a la izquierda. Maldije y chasqueé la lengua, eso no podía ser. Yo era arquera, yo no podía fallar. Coloqué una nueva flecha en el arco y volví a tensar la cuerda, esta vez me tomé mi tiempo para apuntar antes de soltarla.
Última edición por Maron Martell el Mar Mar 26, 2013 1:15 am, editado 1 vez (Razón : Edad en el título.)
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Llevaba todo el día de reuniones de aquí para allá. Visita a unos vasallos, habla con otros, discute con los restantes... Agotado. Manda un cuervo a tal castellano, la guarnición de otro lugar estaba nerviosa por al escasez de efectivos.
Debería dormir, pero realmente no le apetecía, estaba cansado pero no tenía sueño. Y por el momento el día venidero se planteaba tranquilo, así que podría descansar más tarde. En principio no tenía previstas mas reuniones, por el momento.
Salió de sus habitaciones sin un rumbo concreto, hizo una seña a sus guardias para que no le siguieran. Estaría por el Palacio y allí su seguridad estaba perfectamente guardada.
Paseando acariciado por la brisa nocturna en contraposición al sol abrasador del medio día se estaba perfecto. Pasó por las cocinas para coger un recipiente de vino hecho de las tripas de algún animal. Y salió al patio con el cielo abierto donde estaría más cómodo aún.
A lo lejos, en el campo de tiro le pareció ver una figura, acababa de detenerse allí y portaba un arco. Aquello le intrigó, sus hombres dormían y los que no, estaban haciendo guardia. De hecho la figura parecía femenina. Con toda la precaución que pudo fue acercándose por detrás.
La mujer estaba concentrada en su respiración y su objetivo. Falló la primera flecha aunque no por mucho. Aún así pareció frustrada. Colocó la siguiente y cuando iba a disparar Maron hizo acto de presencia saludando efusivamente con la clara intención de que errase de nuevo.
Buenas noches mi señora, ¿Practicando a estas horas, es que queréis matar a alguien y no puede esperar vuestro entrenamiento?
Sonrió con galantería, debía ser Faeryn Fowler, hermana de Faolain con la que había hablado previamente, y como tuviera el mismo carácter que la hermana, la siguiente flecha acabaría en el pecho del joven Príncipe.
Debería dormir, pero realmente no le apetecía, estaba cansado pero no tenía sueño. Y por el momento el día venidero se planteaba tranquilo, así que podría descansar más tarde. En principio no tenía previstas mas reuniones, por el momento.
Salió de sus habitaciones sin un rumbo concreto, hizo una seña a sus guardias para que no le siguieran. Estaría por el Palacio y allí su seguridad estaba perfectamente guardada.
Paseando acariciado por la brisa nocturna en contraposición al sol abrasador del medio día se estaba perfecto. Pasó por las cocinas para coger un recipiente de vino hecho de las tripas de algún animal. Y salió al patio con el cielo abierto donde estaría más cómodo aún.
A lo lejos, en el campo de tiro le pareció ver una figura, acababa de detenerse allí y portaba un arco. Aquello le intrigó, sus hombres dormían y los que no, estaban haciendo guardia. De hecho la figura parecía femenina. Con toda la precaución que pudo fue acercándose por detrás.
La mujer estaba concentrada en su respiración y su objetivo. Falló la primera flecha aunque no por mucho. Aún así pareció frustrada. Colocó la siguiente y cuando iba a disparar Maron hizo acto de presencia saludando efusivamente con la clara intención de que errase de nuevo.
Buenas noches mi señora, ¿Practicando a estas horas, es que queréis matar a alguien y no puede esperar vuestro entrenamiento?
Sonrió con galantería, debía ser Faeryn Fowler, hermana de Faolain con la que había hablado previamente, y como tuviera el mismo carácter que la hermana, la siguiente flecha acabaría en el pecho del joven Príncipe.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Esta vez no fallaría, esta vez daría en el mismo centro de la diana que tenía frente a mí. La luna iluminaba de forma muy tenue la diana, pero era suficiente para mí, en peores situaciones había entrenado y pocas veces había errado el tiro. Tensé la cuerda sin apartar, ni por un segundo, la mirada del centro de la diana y, justo cuando iba a dejar ir la flecha, oí una voz...a mi espalda. La flecha fue a parar muy lejos de la diana, perdiéndose en la oscuridad tras ella.
-Maldita sea...- maldije en voz baja justo antes de girarme para encontrar al Príncipe Maron allí de pie, con una sonrisa que no le cabía en el rostro. El mío debía ser todo un poema, pues no entendía a qué venía semejante sonrisa. - Sí, entreno para mataros a vos como volváis a acercaros por la espalda. - Respondí con el ceño fruncido. ¿Es que no sabía que nadie debía acercarse por mi espalda? No, desde luego que no. Si el joven príncipe pensaba que iba a comportarme ante él como una damita de la corte lo llevaba claro, poco me importaba a mí que fuese el Príncipe de Dorne, se me había acercado por la espalda y no podía ser permisiva con eso, con nadie. Suficiente tenía con que no le tuteaba y, al menos, mantenía un mínimo de cortesía.
Me acerqué unos pasos al Príncipe, arco en mano, y lo miré a los ojos con evidente enfado. - No volváis a hacer eso, ¿me oís? - Continué, picando el hombro del Príncipe con el arco al mismo tiempo.
Se suponía que todo el mundo debería estar dormido. Si llego a saber que aún quedaba gente despierta con seguridad no habría salido de mis aposentos, no tenía el más mínimo deseo de encontrarme con nadie. Pero ya era tarde, el Príncipe estaba allí y yo también, aunque bien podría dejarlo allí e irme yo, a fin de cuentas más tarde o más temprano tendría que irme a dormir. - ¿Y vos? ¿Qué hacéis aquí? ¿Es que no os fiáis de vuestros invitados y los vigiláis de cerca? - pregunté mientras le daba la espalda y dejaba el arco junto a las flechas, estando él allí no volvería a lanzar una flecha, ¿para qué? Ese hombre parecía traerme mala suerte y erraba cada tiro, algo que hacía mucho que no sucedía. Después me giré para encararlo de nuevo mientras me cruzaba de brazos y esperaba su respuesta.
-Maldita sea...- maldije en voz baja justo antes de girarme para encontrar al Príncipe Maron allí de pie, con una sonrisa que no le cabía en el rostro. El mío debía ser todo un poema, pues no entendía a qué venía semejante sonrisa. - Sí, entreno para mataros a vos como volváis a acercaros por la espalda. - Respondí con el ceño fruncido. ¿Es que no sabía que nadie debía acercarse por mi espalda? No, desde luego que no. Si el joven príncipe pensaba que iba a comportarme ante él como una damita de la corte lo llevaba claro, poco me importaba a mí que fuese el Príncipe de Dorne, se me había acercado por la espalda y no podía ser permisiva con eso, con nadie. Suficiente tenía con que no le tuteaba y, al menos, mantenía un mínimo de cortesía.
Me acerqué unos pasos al Príncipe, arco en mano, y lo miré a los ojos con evidente enfado. - No volváis a hacer eso, ¿me oís? - Continué, picando el hombro del Príncipe con el arco al mismo tiempo.
Se suponía que todo el mundo debería estar dormido. Si llego a saber que aún quedaba gente despierta con seguridad no habría salido de mis aposentos, no tenía el más mínimo deseo de encontrarme con nadie. Pero ya era tarde, el Príncipe estaba allí y yo también, aunque bien podría dejarlo allí e irme yo, a fin de cuentas más tarde o más temprano tendría que irme a dormir. - ¿Y vos? ¿Qué hacéis aquí? ¿Es que no os fiáis de vuestros invitados y los vigiláis de cerca? - pregunté mientras le daba la espalda y dejaba el arco junto a las flechas, estando él allí no volvería a lanzar una flecha, ¿para qué? Ese hombre parecía traerme mala suerte y erraba cada tiro, algo que hacía mucho que no sucedía. Después me giré para encararlo de nuevo mientras me cruzaba de brazos y esperaba su respuesta.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Efectivamente tenía el mismo carácter, o quizás incluso peor. Pero para el Príncipe eso era irresistible, le gustaba picar y provocar, como a todo buen dorniense. Además era una mujer atractiva, quizás demasiado, por lo tanto era peligrosa, y la única conclusión a la que podía llegar Maron era que aquello le gustaba.
Pues os recomiendo si queréis matarme que uséis armas de corto alcance, algún cuchillo o algo del estilo, cuando duerma y esté vulnerable. Y también que no entrenéis en mi palacio. Entrenar en el hogar del hombre al que vais a matar no es de buen gusto.
Sonrió de nuevo, lo cual chocaba con el gesto serio e iracundo del rostro de Faeryn.
A sus órdenes mi señora.
Dijo con tono conciliador alzando los brazos en gesto sumiso como si fuera un pobre muchacho indefenso. Y con algo de seriedad en su rostro, por un momento.
No sabía que un Príncipe tuviera que dar explicaciones a sus invitados de porqué pasea por su palacio.
Sonrió mirando la diana. Y volvió a intentar acercarse a la mujer por al espalda, eso de las prohibiciones y advertencias nunca lo había llevado bien, se detuvo alzando de nuevo als manos cuando se dio la vuelta, sólo era una bromita.
No podía dormir, necesitaba algo de aire fresco y despejar la cabeza, últimamente no consigo distraerme con nada y estoy saturado. Caminar por el Palacio me calma. Antes lo hacía por la propia ciudad, pero se ha vuelto peligroso según mis guardias, y no quieren que me aleje. Sinceramente me importa poco lo que pueda pasarme ahí fuera. Es mi ciudad, ¿Por qué coño no puedo pasear por ella?
El tono del príncipe había cambiado, le hastiaba aquello, ser “prisionero” en su propio palacio.
De todos modos no quiero aburriros con mis problemas. Bastantes tendréis con los vuestros, he venido a distraerme y despejarme. ¿Seríais tan amable de ayudarme?
Pues os recomiendo si queréis matarme que uséis armas de corto alcance, algún cuchillo o algo del estilo, cuando duerma y esté vulnerable. Y también que no entrenéis en mi palacio. Entrenar en el hogar del hombre al que vais a matar no es de buen gusto.
Sonrió de nuevo, lo cual chocaba con el gesto serio e iracundo del rostro de Faeryn.
A sus órdenes mi señora.
Dijo con tono conciliador alzando los brazos en gesto sumiso como si fuera un pobre muchacho indefenso. Y con algo de seriedad en su rostro, por un momento.
No sabía que un Príncipe tuviera que dar explicaciones a sus invitados de porqué pasea por su palacio.
Sonrió mirando la diana. Y volvió a intentar acercarse a la mujer por al espalda, eso de las prohibiciones y advertencias nunca lo había llevado bien, se detuvo alzando de nuevo als manos cuando se dio la vuelta, sólo era una bromita.
No podía dormir, necesitaba algo de aire fresco y despejar la cabeza, últimamente no consigo distraerme con nada y estoy saturado. Caminar por el Palacio me calma. Antes lo hacía por la propia ciudad, pero se ha vuelto peligroso según mis guardias, y no quieren que me aleje. Sinceramente me importa poco lo que pueda pasarme ahí fuera. Es mi ciudad, ¿Por qué coño no puedo pasear por ella?
El tono del príncipe había cambiado, le hastiaba aquello, ser “prisionero” en su propio palacio.
De todos modos no quiero aburriros con mis problemas. Bastantes tendréis con los vuestros, he venido a distraerme y despejarme. ¿Seríais tan amable de ayudarme?
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
A pesar de mi serio gesto, el príncipe se tomó a broma la amenaza. Quizá había hablado demasiado al respecto, pero era cierto que no soportaba que se me acercasen por la espalda y menos sin hacer apenas ruido. Al último que lo hizo le costó algunos dientes y que fuese el príncipe no le libraría de algo parecido, como mínimo.
Sonreí de medio lado tras oír su respuesta. - Es bueno saberlo, tomaré nota de ello. - comenté en respuesta a su consejo. - Entrenar en la casa del hombre que quiero matar lo hace más interesante, ¿no creéis? - continué manteniendo mi media sonrisa, un tanto pícara.
El tono que usó después y el hecho de que alzase las manos como si se estuviese rindiendo, no me gustó demasiado. Parecía querer darme la razón como si fuese idiota. Lo dejé pasar, preferí ignorarlo. Me encogí de hombros cuando respondió a mi pregunta. - Claro que no tenéis que darlas, tampoco yo las he pedido, vos quisisteis saber qué hacía aquí y yo pregunto lo mismo...por cortesía, poco me importa lo que hagáis o dejéis de hacer. - Le aseguré justo antes de colocar el arco junto a las flechas. Para cuando volví a mirarlo lo tenía más cerca, como si hubiese hecho otro intento de acercarse por mi espalda, incluso tenía de nuevo las manos alzadas en señal de rendición. Simplemente gruñí levemente clavando mi mirada en la suya, más le valía no volver a hacerlo o acabaría mal esa noche.
Casi lo compadecía cuando le oí hablar de las restricciones que sus propios guardias le habían puesto. Sin duda tenía que ser horrible ser seguido durante todo el día en cada paso que daba, sentirse preso en su propio hogar al no poder caminar con total libertad por él. Tenía que ser frustrante.
- Mis problemas ahora son los de mi hermana, la guerra, al igual que los vuestros, Príncipe. - Comenté dejando escapar un sonoro suspiro, después. Lo miré un tanto confusa tras la pregunta. - ¿Y cómo puedo ayudaros yo? - Esto sí que no lo esperaba, el príncipe me pedía ayuda para disminuir su aburrimiento... - ¿No sería mejor que durmiéseis? Seguramente mañana os despertéis mejor. - En realidad sentía curiosidad por saber en qué estaba pensando el joven príncipe.
Sonreí de medio lado tras oír su respuesta. - Es bueno saberlo, tomaré nota de ello. - comenté en respuesta a su consejo. - Entrenar en la casa del hombre que quiero matar lo hace más interesante, ¿no creéis? - continué manteniendo mi media sonrisa, un tanto pícara.
El tono que usó después y el hecho de que alzase las manos como si se estuviese rindiendo, no me gustó demasiado. Parecía querer darme la razón como si fuese idiota. Lo dejé pasar, preferí ignorarlo. Me encogí de hombros cuando respondió a mi pregunta. - Claro que no tenéis que darlas, tampoco yo las he pedido, vos quisisteis saber qué hacía aquí y yo pregunto lo mismo...por cortesía, poco me importa lo que hagáis o dejéis de hacer. - Le aseguré justo antes de colocar el arco junto a las flechas. Para cuando volví a mirarlo lo tenía más cerca, como si hubiese hecho otro intento de acercarse por mi espalda, incluso tenía de nuevo las manos alzadas en señal de rendición. Simplemente gruñí levemente clavando mi mirada en la suya, más le valía no volver a hacerlo o acabaría mal esa noche.
Casi lo compadecía cuando le oí hablar de las restricciones que sus propios guardias le habían puesto. Sin duda tenía que ser horrible ser seguido durante todo el día en cada paso que daba, sentirse preso en su propio hogar al no poder caminar con total libertad por él. Tenía que ser frustrante.
- Mis problemas ahora son los de mi hermana, la guerra, al igual que los vuestros, Príncipe. - Comenté dejando escapar un sonoro suspiro, después. Lo miré un tanto confusa tras la pregunta. - ¿Y cómo puedo ayudaros yo? - Esto sí que no lo esperaba, el príncipe me pedía ayuda para disminuir su aburrimiento... - ¿No sería mejor que durmiéseis? Seguramente mañana os despertéis mejor. - En realidad sentía curiosidad por saber en qué estaba pensando el joven príncipe.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
No mi señora yo no lo creo así. ¿Y si os descubren como acabo de hacer yo? Puede ser que os metáis en un lío, quizás os tengan que encerrar en una estancia oscura, encadenaros y quién sabe que otras cosas podrían haceros. Pero claro, si estáis dispuesta a correr ese riesgo todo cambia.
Su sonrisa parecía que buscaba el mismo objetivo que Maron, provocar. Sonrió ante las siguientes palabras de Faeryn.
¿Poco os importa? Supongo que dependerá de lo que haga.
Se fue acercando a la mujer hasta quedar a escasos centímetros de ella.
Porque imagino que este tipo de actitud no os dará igual...
Casi lo susurró contra su cuello, quizás hasta notó su aliento. Pero se detuvo y se alejó un paso.
Cortesía... conmigo no tenéis que ser cortés. Estoy ya un poco harto de esos tratos por ser Príncipe, y digo harto por no decir alguna cosa que sonaría mal hasta para un soldado de a pie.
Efectivamente su problema, el de su hermana y además el del dorniense era común, la puta guerra. No oía otra cosa en semanas. Casi estaba deseando que comenzase y poder zanjar el dichoso asunto. Tenía ganas de mancharse las manos.
¿Dormir? ¿Con la noche que hace? Sería un desperdicio, ¿No creéis? No, se me ocurren cosas mucho más divertidas e incluso más útiles que dormir. ¿No tenéis imaginación?
Le guiñó un ojo divertido. Sus palabras estaban cargadas de doble sentido, pero como reaccionaría Faeryn era todo un misterio. Quizás las entendiera, y se hiciera la loca, o quizás le seguiría el juego. O simplemente por estar hablando con el Príncipe no entendería nada. Quizás la noche no iba a ser tan mala como Maron creía.
Su sonrisa parecía que buscaba el mismo objetivo que Maron, provocar. Sonrió ante las siguientes palabras de Faeryn.
¿Poco os importa? Supongo que dependerá de lo que haga.
Se fue acercando a la mujer hasta quedar a escasos centímetros de ella.
Porque imagino que este tipo de actitud no os dará igual...
Casi lo susurró contra su cuello, quizás hasta notó su aliento. Pero se detuvo y se alejó un paso.
Cortesía... conmigo no tenéis que ser cortés. Estoy ya un poco harto de esos tratos por ser Príncipe, y digo harto por no decir alguna cosa que sonaría mal hasta para un soldado de a pie.
Efectivamente su problema, el de su hermana y además el del dorniense era común, la puta guerra. No oía otra cosa en semanas. Casi estaba deseando que comenzase y poder zanjar el dichoso asunto. Tenía ganas de mancharse las manos.
¿Dormir? ¿Con la noche que hace? Sería un desperdicio, ¿No creéis? No, se me ocurren cosas mucho más divertidas e incluso más útiles que dormir. ¿No tenéis imaginación?
Le guiñó un ojo divertido. Sus palabras estaban cargadas de doble sentido, pero como reaccionaría Faeryn era todo un misterio. Quizás las entendiera, y se hiciera la loca, o quizás le seguiría el juego. O simplemente por estar hablando con el Príncipe no entendería nada. Quizás la noche no iba a ser tan mala como Maron creía.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Suerte la mía, entonces, de que seáis vos quien me ha descubierto y no otro. - Comencé a responder al príncipe.- Aunque...¿Qué sería la vida sin correr riesgos? - Mi sonrisa se ampliaba por momentos, divertida por la situación que se estaba dando. Mi mente, que ya había dejado la ingenuidad muy atrás en el tiempo había evocado una extraña imagen a medida que el príncipe había hablado, una imagen que poco tenía de inocente.
Lo miré con una expresión incrédula cuando se acercó a mí asegurando que no todo lo que hiciese me daría igual. Por instinto puse una mano en su pecho, y empujé con suavidad, cuando sentí un escalofrío recorrer mi espalda tras notar su cálido aliento en mi cuello, incluso la piel se me erizó. Si no fuese porque era el príncipe aseguraría que intentaba provocarme y más le valía no entrar en ese juego, el joven podría salir perdiendo.
Agradecí en silencio que se alejase mientras bajaba mi mano de su pecho,con lentitud, si hubiese estado más tiempo tan cerca me habría visto obligada a hacer algo que, con toda seguridad, le podría resultar violento, pero que no podía controlar.
-Os aseguro, mi señor, que la cortesía no va conmigo, si no fuéseis Príncipe ya hacía mucho que habría cesado de dirigirme a vos con semejante pomposidad, esto no va conmigo. -Dejé escapar una leve carcajada antes de proseguir - No seré yo la que se escandalice por oír una palabra fuera de lugar, os recuerdo que vivo cada día rodeada de hombres y ninguno de ellos se contiene a la hora de hablar.
No pude más que componer un gesto divertido cuando el Martell dijo que se le ocurrían mejores cosas que hacer que dormir. Me acerqué un paso al tiempo que sonreía, de nuevo, con cierta picardía. - Se me ocurren muchas, mi señor, pero quizá no sean las mismas que a vos. - Si el príncipe se lo había propuesto o no, no podía saberlo, pero había conseguido que creciesen mis deseos por jugar a las provocaciones, por ver quién llegaba más lejos.
Lo miré con una expresión incrédula cuando se acercó a mí asegurando que no todo lo que hiciese me daría igual. Por instinto puse una mano en su pecho, y empujé con suavidad, cuando sentí un escalofrío recorrer mi espalda tras notar su cálido aliento en mi cuello, incluso la piel se me erizó. Si no fuese porque era el príncipe aseguraría que intentaba provocarme y más le valía no entrar en ese juego, el joven podría salir perdiendo.
Agradecí en silencio que se alejase mientras bajaba mi mano de su pecho,con lentitud, si hubiese estado más tiempo tan cerca me habría visto obligada a hacer algo que, con toda seguridad, le podría resultar violento, pero que no podía controlar.
-Os aseguro, mi señor, que la cortesía no va conmigo, si no fuéseis Príncipe ya hacía mucho que habría cesado de dirigirme a vos con semejante pomposidad, esto no va conmigo. -Dejé escapar una leve carcajada antes de proseguir - No seré yo la que se escandalice por oír una palabra fuera de lugar, os recuerdo que vivo cada día rodeada de hombres y ninguno de ellos se contiene a la hora de hablar.
No pude más que componer un gesto divertido cuando el Martell dijo que se le ocurrían mejores cosas que hacer que dormir. Me acerqué un paso al tiempo que sonreía, de nuevo, con cierta picardía. - Se me ocurren muchas, mi señor, pero quizá no sean las mismas que a vos. - Si el príncipe se lo había propuesto o no, no podía saberlo, pero había conseguido que creciesen mis deseos por jugar a las provocaciones, por ver quién llegaba más lejos.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
En eso tenéis razón, mis hermanos y generales no hacen más que marearme por el tema de correr riesgos. Dicen que no he madurado porque un Príncipe no debería exponerse tanto a ellos. Necesito rodearme de más mujeres como tú.
Sonrió ya que el mensaje iba con segundas, Maron no lo decía por su comentario, pero eso ella no lo sabía.
Una huella de calor se quedó grabada en su pecho cuando la mujer le empujó suavemente para apartarlo. El contacto físico le resultó revolvió algo en su interior, algo que hacía tiempo que no sentía y que podía hacerle perder el control de la situación, tampoco quería aquello. Pero un poco de juego no iba a dañar a nadie.
Pues entonces deja de tratarme de señor, y tutéame. Para que me traten con tanta finura ya tengo a mis sirvientes, y si a ti tampoco te gustan estas tonterías entonces evitemoslas.
Si a ella tampoco le gustaba la cortesía no tenían porque mantenerla. En público deberían por aquello de guardar las formas, pero ahora estaban ellos dos solos.
Volvió a sonreír cuando la muchacha habló. Evidentemente lo había entendido todo, pero parecía gustarle aquello de insinuar y no hacer nada y no quería dejar de jugar. Pues Maron era un hombre servicial con sus vasallos, si era lo que quería...
Pues no sé, vamos probando y me decís si se parecen o no.
Se acercó de nuevo a ella, y con un dedo sutil cogió una de las tiras del vestido que llevaba y se la dejó caer por el hombro mientras con la otra mano rozaba su cintura, muy cerca de ella. Estaba jugando con fuego bien lo sabía, quizás se llevase una bofetada o algo mucho peor, pero ya le había causado bastante mala impresión a aquella mujer, no creía que fuese a cambiar por excederse un poco. De hecho quizás ni siquiera estaba causando una mala impresión, ni una impresión equívoca si no justo lo que Faeryn quería, jugar con él.
Estaban separados por milímetros prácticamente, pero Maron todavía conseguía controlarse a pesar de lo atractivo de su compañera nocturna. Y de sus ojos penetrantes que parecían leer su mente y sus intenciones. La sonrisa del rostro del dorniense no dejaba lugar a dudas, aquella chica le gustaba, y no era la única sensación que provocaba en él.
Sonrió ya que el mensaje iba con segundas, Maron no lo decía por su comentario, pero eso ella no lo sabía.
Una huella de calor se quedó grabada en su pecho cuando la mujer le empujó suavemente para apartarlo. El contacto físico le resultó revolvió algo en su interior, algo que hacía tiempo que no sentía y que podía hacerle perder el control de la situación, tampoco quería aquello. Pero un poco de juego no iba a dañar a nadie.
Pues entonces deja de tratarme de señor, y tutéame. Para que me traten con tanta finura ya tengo a mis sirvientes, y si a ti tampoco te gustan estas tonterías entonces evitemoslas.
Si a ella tampoco le gustaba la cortesía no tenían porque mantenerla. En público deberían por aquello de guardar las formas, pero ahora estaban ellos dos solos.
Volvió a sonreír cuando la muchacha habló. Evidentemente lo había entendido todo, pero parecía gustarle aquello de insinuar y no hacer nada y no quería dejar de jugar. Pues Maron era un hombre servicial con sus vasallos, si era lo que quería...
Pues no sé, vamos probando y me decís si se parecen o no.
Se acercó de nuevo a ella, y con un dedo sutil cogió una de las tiras del vestido que llevaba y se la dejó caer por el hombro mientras con la otra mano rozaba su cintura, muy cerca de ella. Estaba jugando con fuego bien lo sabía, quizás se llevase una bofetada o algo mucho peor, pero ya le había causado bastante mala impresión a aquella mujer, no creía que fuese a cambiar por excederse un poco. De hecho quizás ni siquiera estaba causando una mala impresión, ni una impresión equívoca si no justo lo que Faeryn quería, jugar con él.
Estaban separados por milímetros prácticamente, pero Maron todavía conseguía controlarse a pesar de lo atractivo de su compañera nocturna. Y de sus ojos penetrantes que parecían leer su mente y sus intenciones. La sonrisa del rostro del dorniense no dejaba lugar a dudas, aquella chica le gustaba, y no era la única sensación que provocaba en él.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
La vida es aburrida si no se corren riesgos. - Comenté sin perder aún mi sonrisa. Era extraño que aún habiendo empezado un poco mal nuestro encuentro ahora ni fuese capaz de mantenerme demasiado sería. Quizá era porque la conversación me resultaba agradable y entretenida. - Creedme, no queréis más mujeres como yo, acabariais con la cabeza perdida. - Mis palabras iban acompañadas de un ligero deje bromista, aunque en parte era cierto. Era consciente de que mi forma de ser era dificil de llevar, otra más como yo podía resultar además de peligroso, insoportable.
-Bien, olvidemos entonces las cortesias por ahora...Maron. - Respondí al tiempo que asentía con la cabeza, tomándome unos segundos antes de pronunciar su nombre en casi un susurro. - A ninguno nos va y no hace más que entorpecer. - Gracias a los Siete y a la arena del desierto que dejaríamos a un lado la pomposidad de lo que me parecía excesiva educación.
De nuevo puse mi mano en su pecho para impedir que se acercase más aún, ya fue suficiente sentir su mano en mi cintura y sentir arder mi hombro con su roce. No habia lugar a dudas ya, ambos parecíamos pensar en el mismo tipo de entretenimiento, pero la pregunta ahora era hasta donde llegaríamos. Se quedaría en sólo un juego de seducción o iríamos más allá de eso. El no era mi primer amante y, seguramente, no sería el último, ya estaba curtida en mmuchas batallas de éste tipo.
El joven príncipe no tenía porque saber lo que provocaba en mi, eso me lo llevaría a la tumba si fuese necesario, asi que hice acopio de fuerzas para mantenerme serena y controlar los impulsos, algo que me resultaba realmente dificil con Maron tan cerca. - Te tomas muchas libertades- Comente, aludiendo al hecho de que bajase la tira de mi corsé dejando mi hombro al descubierto. Subí mi mano por su pecho en una lenta caricia hasta que la coloqué en su nuca, una vez ahí tiré un poco de su cabello obligándole a echar la cabeza atrás - ¿Nadie te ha mostrado el carácter de una hija del desierto? - Pregunte mostrando mi sonrisa más pícara. Aquella situacion me divertía y estaba impaciente por ver la reacción del príncipe.
-Bien, olvidemos entonces las cortesias por ahora...Maron. - Respondí al tiempo que asentía con la cabeza, tomándome unos segundos antes de pronunciar su nombre en casi un susurro. - A ninguno nos va y no hace más que entorpecer. - Gracias a los Siete y a la arena del desierto que dejaríamos a un lado la pomposidad de lo que me parecía excesiva educación.
De nuevo puse mi mano en su pecho para impedir que se acercase más aún, ya fue suficiente sentir su mano en mi cintura y sentir arder mi hombro con su roce. No habia lugar a dudas ya, ambos parecíamos pensar en el mismo tipo de entretenimiento, pero la pregunta ahora era hasta donde llegaríamos. Se quedaría en sólo un juego de seducción o iríamos más allá de eso. El no era mi primer amante y, seguramente, no sería el último, ya estaba curtida en mmuchas batallas de éste tipo.
El joven príncipe no tenía porque saber lo que provocaba en mi, eso me lo llevaría a la tumba si fuese necesario, asi que hice acopio de fuerzas para mantenerme serena y controlar los impulsos, algo que me resultaba realmente dificil con Maron tan cerca. - Te tomas muchas libertades- Comente, aludiendo al hecho de que bajase la tira de mi corsé dejando mi hombro al descubierto. Subí mi mano por su pecho en una lenta caricia hasta que la coloqué en su nuca, una vez ahí tiré un poco de su cabello obligándole a echar la cabeza atrás - ¿Nadie te ha mostrado el carácter de una hija del desierto? - Pregunte mostrando mi sonrisa más pícara. Aquella situacion me divertía y estaba impaciente por ver la reacción del príncipe.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Así es, si no tuviera ese toque de peligrosidad las cosas no serían ni la mitad de bellas ni entretenidas.
Eso incluía a las mujeres a opinión del Príncipe de Dorne. Pero se ahorraría el comentario, al menos por ahora.
Estas muy segura de eso, ¿no? Yo creo que varias mujeres como tu no me vendrían nada mal. La vida en palacio, salvando estas últimas semanas, suele ser muy aburrida.
Le detuvo de nuevo con una mano en el pecho. Evidentemente no se dejaba hacer, pero Maron no tenía intención de que una mano lo detuviera. Por un segundo pensó que quizas ella no queria seguir con aquel juego, que ya habían alcanzado el límite.
De eso se trata, de libertad. Más valiosa que el riesgo si cabe.
Sintió un leve escalofrío cuando la mano fue ascendiendo por su pecho hasta rodearle y coger el pelo de su nuca. Sonrió cuando tiró levemente de él.
Creo que no, estoy acostumbrado a las damas de poniente, pero no son tan... peligrosas.
Se irguió de nuevo aunque Faeryn no soltó su cabello, le tiraba pero esa mezcla de dolor y placer hacía que no le importase lo más mínimo, subió su mano desde la cintura hasta la parte baja del pecho, rozándolo. Y cuando Faeryn pareció reaccionar como para pararle, le sujetó ambas muñecas y haciendola girar sobre sí misma, se quedo inmovilizándola desde su espalda.
Tenía mas fuerza que ella, auqnue seguramente la mujer fuese más ágil, pero por un momento estaba a su merced, se agachó levemente para susurrarle al oído.
¿Y tu has estado alguna vez con un Martell? No somos iguales que el resto de hijos del desierto.
La apretó hacía él haciéndole sentir su hombría, y su respiración comenzó a acelerarse.
Quizás se le estaba yendo de las manos.
Eso incluía a las mujeres a opinión del Príncipe de Dorne. Pero se ahorraría el comentario, al menos por ahora.
Estas muy segura de eso, ¿no? Yo creo que varias mujeres como tu no me vendrían nada mal. La vida en palacio, salvando estas últimas semanas, suele ser muy aburrida.
Le detuvo de nuevo con una mano en el pecho. Evidentemente no se dejaba hacer, pero Maron no tenía intención de que una mano lo detuviera. Por un segundo pensó que quizas ella no queria seguir con aquel juego, que ya habían alcanzado el límite.
De eso se trata, de libertad. Más valiosa que el riesgo si cabe.
Sintió un leve escalofrío cuando la mano fue ascendiendo por su pecho hasta rodearle y coger el pelo de su nuca. Sonrió cuando tiró levemente de él.
Creo que no, estoy acostumbrado a las damas de poniente, pero no son tan... peligrosas.
Se irguió de nuevo aunque Faeryn no soltó su cabello, le tiraba pero esa mezcla de dolor y placer hacía que no le importase lo más mínimo, subió su mano desde la cintura hasta la parte baja del pecho, rozándolo. Y cuando Faeryn pareció reaccionar como para pararle, le sujetó ambas muñecas y haciendola girar sobre sí misma, se quedo inmovilizándola desde su espalda.
Tenía mas fuerza que ella, auqnue seguramente la mujer fuese más ágil, pero por un momento estaba a su merced, se agachó levemente para susurrarle al oído.
¿Y tu has estado alguna vez con un Martell? No somos iguales que el resto de hijos del desierto.
La apretó hacía él haciéndole sentir su hombría, y su respiración comenzó a acelerarse.
Quizás se le estaba yendo de las manos.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Suelo estar muy segura de lo que hablo. Si has estado aburrido estos últimos días es porque no has sabido buscar la diversión adecuada. - Comenté con cierta indiferencia, era un simple comentario que, sin lugar a dudas, también contenía cierto doble sentido.
Asentí con la cabeza a las palabras de Maron. Libertad...no había nada más valioso, no me cabía ninguna duda y yo valoraba la mía por encima de casi cualquier cosa. - Nunca he estado más de acuerdo con un hombre, te lo aseguro. - Al parecer le causó diversión que le tirase del cabello, y no entendía porqué - ¿Me crees peligrosa? - pregunté con un falso tono de sorpresa.
Nada más sentí su mano rozar mi pecho, por instinto, bajé la mía de su nuca para detenerla, no podía ponérselo tan fácil, no era mi forma de ser ni de actuar. Me gustaba poner las cosas difíciles, hacer el juego más divertido y hacer que me deseasen. En éste caso me interesaba más que nunca, puesto que por alguna razón yo ya parecía desear al Martell.
Fue un grave error el que cometí. Al querer detenerle, el joven príncipe aprovechó para apresarme entre sus brazos y girarme entre ellos, dejando mi espalda pegada a su pecho, duro como una piedra...y no era lo único.
Oí su voz en un susurro junto a mi oído, sentí su respiración acelerada al igual que la mía, y no pude controlarme más. Giré mi cabeza hacia donde estaba la suya y busqué sus labios con los míos iniciando un intenso y profundo beso. Ahora le tocaba a él aceptarlo o no.
Estaba llegando más lejos de lo que pretendía, mi intención era simplemente jugar, pero ya no podía parar. El juego se había convertido en deseo, un deseo demasiado fuerte. - Nunca he estado con un Martell....- reconocí en un susurro, cesando el beso sólo por un momento para después buscar sus labios de nuevo.
Asentí con la cabeza a las palabras de Maron. Libertad...no había nada más valioso, no me cabía ninguna duda y yo valoraba la mía por encima de casi cualquier cosa. - Nunca he estado más de acuerdo con un hombre, te lo aseguro. - Al parecer le causó diversión que le tirase del cabello, y no entendía porqué - ¿Me crees peligrosa? - pregunté con un falso tono de sorpresa.
Nada más sentí su mano rozar mi pecho, por instinto, bajé la mía de su nuca para detenerla, no podía ponérselo tan fácil, no era mi forma de ser ni de actuar. Me gustaba poner las cosas difíciles, hacer el juego más divertido y hacer que me deseasen. En éste caso me interesaba más que nunca, puesto que por alguna razón yo ya parecía desear al Martell.
Fue un grave error el que cometí. Al querer detenerle, el joven príncipe aprovechó para apresarme entre sus brazos y girarme entre ellos, dejando mi espalda pegada a su pecho, duro como una piedra...y no era lo único.
Oí su voz en un susurro junto a mi oído, sentí su respiración acelerada al igual que la mía, y no pude controlarme más. Giré mi cabeza hacia donde estaba la suya y busqué sus labios con los míos iniciando un intenso y profundo beso. Ahora le tocaba a él aceptarlo o no.
Estaba llegando más lejos de lo que pretendía, mi intención era simplemente jugar, pero ya no podía parar. El juego se había convertido en deseo, un deseo demasiado fuerte. - Nunca he estado con un Martell....- reconocí en un susurro, cesando el beso sólo por un momento para después buscar sus labios de nuevo.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Será eso, o que no tenía ni una sola fuente de entretenimiento.
Sencillamente había estado ocupado, pero el poco tiempo libre que tenía tampoco lo había invertido en intentar o dejar de intentar nada. Simplemente se distraía con cualquier tontería.
Pues será porque no habéis querido. Sonrió utilizando la misma frase que había usado ella refiriéndose a su comentario sobre que nunca había estado de acuerdo con un hombre.
¿Peligrosa? Si puede que si, diferente mínimo.
Aquello parecía divertirle, y a pesar de estar a la merced del Príncipe no se sentía incómoda, es más, todo lo contrario, parecía desenvolverse a la perfección.
Derrepente giró su rostro y lo piyó desprevenido, aquello no se lo esperaba. Pero ni se quejó ni se apartó, simplemente continuó con el beso.
Sin duda se estaban complicando las cosas, y habían tomado un rumbo que era difícil de controlar. Maron se sentía atraído por Faeryn, eso estaba claro. Y las relaciones sociales en Dorne, le permitían ciertos deslices que no eran mal vistos. Pero no con una vasalla. Tampoco era capaz de hacer nada, ahora sólo quería una cosa. Y aquel beso lo sacó a relucir.
Cuando terminó el mismo, después de un breve comentario de Faeryn, Maron volvió a inmovilizarla, pero esta vez una de sus manos soltó su muñeca y volvió a la cintura, para brevemente ir bajando en una caricia hacía su bajovientre. Ahora estaba libre pero todavía podía susurrarle.
Pues nunca es tarde, pero te advierto que también conlleva sus riesgos.
Dijo el dorniense con una media sonrisa.
Sencillamente había estado ocupado, pero el poco tiempo libre que tenía tampoco lo había invertido en intentar o dejar de intentar nada. Simplemente se distraía con cualquier tontería.
Pues será porque no habéis querido. Sonrió utilizando la misma frase que había usado ella refiriéndose a su comentario sobre que nunca había estado de acuerdo con un hombre.
¿Peligrosa? Si puede que si, diferente mínimo.
Aquello parecía divertirle, y a pesar de estar a la merced del Príncipe no se sentía incómoda, es más, todo lo contrario, parecía desenvolverse a la perfección.
Derrepente giró su rostro y lo piyó desprevenido, aquello no se lo esperaba. Pero ni se quejó ni se apartó, simplemente continuó con el beso.
Sin duda se estaban complicando las cosas, y habían tomado un rumbo que era difícil de controlar. Maron se sentía atraído por Faeryn, eso estaba claro. Y las relaciones sociales en Dorne, le permitían ciertos deslices que no eran mal vistos. Pero no con una vasalla. Tampoco era capaz de hacer nada, ahora sólo quería una cosa. Y aquel beso lo sacó a relucir.
Cuando terminó el mismo, después de un breve comentario de Faeryn, Maron volvió a inmovilizarla, pero esta vez una de sus manos soltó su muñeca y volvió a la cintura, para brevemente ir bajando en una caricia hacía su bajovientre. Ahora estaba libre pero todavía podía susurrarle.
Pues nunca es tarde, pero te advierto que también conlleva sus riesgos.
Dijo el dorniense con una media sonrisa.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Me causó cierta diversión que usase casi mis mismas palabras. Era ágil de mente, sin duda, y eso lo hacía aún más atractivo. Maron era un hombre de cuerpo que llamaba la atención, fuerte y decidido, a juzgar por los últimos acontecimientos, y además con el carácter propio de un dorniense, si no fuese porque hacía ya mucho que habia renunciado al amor las cosas podrían complicarse mucho más de lo que ya estaban. No iba a correr ese riesgo de nuevo, esto era sólo deseo, un juego de seducción que estaba yendo muy lejos, el corazón no tenía nada que ver. Y, siendo sincera, no sería yo la que se quejase de lo que estaba ocurriendo.
El hecho de que continuase el beso me dejaba claro que deseaba lo mismo que yo, estuviese bien o mal. El era el Príncipe de Dorne y yo su vasalla, pero ya hacía un buen rato que, en lo que a mi respectaba, él era sólo un hombre y yo una mujer que le deseaba.
Tras el beso, pensé que el príncipe ya llevaba demasiado tiempo con el control de la situación, algo que olvidé por un momento cuando una de sus manos se acercó peligrosamente, en una caricia, a mi bajovientre. Un intenso ardor que nació justo ahí recorrió todo mi cuerpo de tal manera que creí fundirme con mi propio calor y ni respiración se hizo más violenta.
Traté de ocultarlo todo tras una carcajada aprovechando el comentario que hizo en un susurro. Me tenía inmóvil de nuevo entre sus brazos, asi que no tuve más opción que usar la violencia para hacerme fe nuevo con el control de la situación. Empecé por algo suave, un simple pisotón que me diese el suficiente espacio para girarme y encararlo, no queria más, mi intención no era separarme, ni un sólo milimetro, con girarme tenía suficiente. Si bien el pisotón serían simples cosquillas para el, cómo maniobra de distracción podía surtir su efecto.
¿Y que riesgos son esos? - Pregunté mientras tanto me giraba y no. Esa advertencia habia despertado cierta curiosidad en mi. Si la peligrosa era yo, que riesgos podía tener hacer con un Martell.
El hecho de que continuase el beso me dejaba claro que deseaba lo mismo que yo, estuviese bien o mal. El era el Príncipe de Dorne y yo su vasalla, pero ya hacía un buen rato que, en lo que a mi respectaba, él era sólo un hombre y yo una mujer que le deseaba.
Tras el beso, pensé que el príncipe ya llevaba demasiado tiempo con el control de la situación, algo que olvidé por un momento cuando una de sus manos se acercó peligrosamente, en una caricia, a mi bajovientre. Un intenso ardor que nació justo ahí recorrió todo mi cuerpo de tal manera que creí fundirme con mi propio calor y ni respiración se hizo más violenta.
Traté de ocultarlo todo tras una carcajada aprovechando el comentario que hizo en un susurro. Me tenía inmóvil de nuevo entre sus brazos, asi que no tuve más opción que usar la violencia para hacerme fe nuevo con el control de la situación. Empecé por algo suave, un simple pisotón que me diese el suficiente espacio para girarme y encararlo, no queria más, mi intención no era separarme, ni un sólo milimetro, con girarme tenía suficiente. Si bien el pisotón serían simples cosquillas para el, cómo maniobra de distracción podía surtir su efecto.
¿Y que riesgos son esos? - Pregunté mientras tanto me giraba y no. Esa advertencia habia despertado cierta curiosidad en mi. Si la peligrosa era yo, que riesgos podía tener hacer con un Martell.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
La situación le gustaba, de eso no cabía duda, tanto a ella como a él. No entendía muy bien porqué estaba actuando tan rápidamente o porque sentía ese deseo tan repentino e incontrolable.
Quizás sea el vino... No, esta mujer... me altera...
El caso es que su respiración comenzaba a entrecortarse al tenerla tan cerca, al sentir la calidez de su piel y el olor de su pelo. Sus músculos tensos por la inmovilidad bajo sus ropas.
Sin previo aviso, un leve pisoton le hizo bajar la guardia, lo justo para que se librase de sus "ataduras" y le encarase mirándole a los ojos mientras con esa sonrisa tan característica le formulaba una pregunta.
Veras, supongo que conoces la historia de mi Casa, siempre hemos sido la cabeza visible de Dorne, y estamos acostumbrados a tener lo que queremos. El problema viene cuando no nos lo dan.
Dejó un instante para que sopesase las palabras mientras deslizaba una mano fugaz hasta sus nalgas y la ataría hacia sí.
Cuando no nos lo dan, lo cogemos.
Con la otra mano sujetó su rostro desde la barbilla y le dió un largo beso sin dejar de apretar con la otra mano. Quizás aquello acabase mal, pero ya poco importaba. Hacia rato que no controlaba sus instintos ni sus palabras o actos. Lo mejor era dejarse llevar.
Quizás sea el vino... No, esta mujer... me altera...
El caso es que su respiración comenzaba a entrecortarse al tenerla tan cerca, al sentir la calidez de su piel y el olor de su pelo. Sus músculos tensos por la inmovilidad bajo sus ropas.
Sin previo aviso, un leve pisoton le hizo bajar la guardia, lo justo para que se librase de sus "ataduras" y le encarase mirándole a los ojos mientras con esa sonrisa tan característica le formulaba una pregunta.
Veras, supongo que conoces la historia de mi Casa, siempre hemos sido la cabeza visible de Dorne, y estamos acostumbrados a tener lo que queremos. El problema viene cuando no nos lo dan.
Dejó un instante para que sopesase las palabras mientras deslizaba una mano fugaz hasta sus nalgas y la ataría hacia sí.
Cuando no nos lo dan, lo cogemos.
Con la otra mano sujetó su rostro desde la barbilla y le dió un largo beso sin dejar de apretar con la otra mano. Quizás aquello acabase mal, pero ya poco importaba. Hacia rato que no controlaba sus instintos ni sus palabras o actos. Lo mejor era dejarse llevar.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Finalmente pude encararle al girarme entre sus brazos, busqué su mirada con la mía sin perder mi sonrisa mientras esperaba su respuesta con curiosidad. Sus palabras eran curiosas cuanto menos, pero me arrancó una sonrisa un poco más amplia. Así que siempre conseguían lo que querían...si no fuese porque mi deseo había crecido hasta un límite que ni yo misma conocía le haría saber que esa premisa no era cierta. El problema era que posiblemente yo deseaba que aquello continuase incluso más que él.
Algún día te encontrarás con algo que no puedes tener. - Conseguí decir antes de sentir su mano dirigirse a mi trasero, el cual apretó, aprovechando el movimiento para acercarme a él. De nuevo sentí su hombría, esta vez en mi vientre. Quizá me equivocaba y su deseo fuese más fuerte que el mío, pero a ardor de ganaba yo, seguro.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando sujetó mi barbilla y fue el quien, esta vez, me besó. Un largo e intenso beso que no hizo si no enardecer aún más mi ya acalorado cuerpo. Me dejé llevar, por primera vez en mucho tiempo, y subí un brazo hasta rodear su cuello mientras buscaba su lengua con la mía para enlazarlas y comenzar una apasionada danza entre ellas.
Al mismo tiempo, llevé mi mano libre hasta su pecho, otra vez más, pero esta vez bajé por él en una lenta caricia. Si el príncipe pensaba que sólo él tendría las riendas de la situación estaba muy equivocado. Llegué hasta su torso, bajando aún más y me detuve justo antes de llegar a su entrepierna, quería ver su reacción, me resultaba divertido aquel juego de tira y afloja, aquel juego de dominar la situación de forma alterna.
¿Estás seguro que quieres seguir con esto? - Aún tenía un poco de lucidez mental, no me quedaba mucha ya a esas alturas, pero conseguí detener el beso el tiempo suficiente para realizar la pregunta. En mi interior casi rezaba por una respuesta afirmativa. Ese hombre me hacía perder la cabeza, y no entendía porqué, nunca antes me había ocurrido algo así.
"Estoy cansada...no he dormido bien desde hace días...no...es este hombre...él me provoca, él me altera"
Algún día te encontrarás con algo que no puedes tener. - Conseguí decir antes de sentir su mano dirigirse a mi trasero, el cual apretó, aprovechando el movimiento para acercarme a él. De nuevo sentí su hombría, esta vez en mi vientre. Quizá me equivocaba y su deseo fuese más fuerte que el mío, pero a ardor de ganaba yo, seguro.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando sujetó mi barbilla y fue el quien, esta vez, me besó. Un largo e intenso beso que no hizo si no enardecer aún más mi ya acalorado cuerpo. Me dejé llevar, por primera vez en mucho tiempo, y subí un brazo hasta rodear su cuello mientras buscaba su lengua con la mía para enlazarlas y comenzar una apasionada danza entre ellas.
Al mismo tiempo, llevé mi mano libre hasta su pecho, otra vez más, pero esta vez bajé por él en una lenta caricia. Si el príncipe pensaba que sólo él tendría las riendas de la situación estaba muy equivocado. Llegué hasta su torso, bajando aún más y me detuve justo antes de llegar a su entrepierna, quería ver su reacción, me resultaba divertido aquel juego de tira y afloja, aquel juego de dominar la situación de forma alterna.
¿Estás seguro que quieres seguir con esto? - Aún tenía un poco de lucidez mental, no me quedaba mucha ya a esas alturas, pero conseguí detener el beso el tiempo suficiente para realizar la pregunta. En mi interior casi rezaba por una respuesta afirmativa. Ese hombre me hacía perder la cabeza, y no entendía porqué, nunca antes me había ocurrido algo así.
"Estoy cansada...no he dormido bien desde hace días...no...es este hombre...él me provoca, él me altera"
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
No he dicho que siempre lo consiga, pero le pongo empeño eso tenlo claro.
¿Algún día? Demasiadas veces iban ya, más de las que el joven Príncipe le gustaría admitir. No solía salirse de la suya, terminaba haciendo lo que se supone que el líder de una nación debe hacer. Pero en la intimidad, en su día a día, cuando era Maron quién actuaba en vez del Príncipe de Dorne. En esos casos solía conseguir lo que ansiaba.
Sin soltar su mentón, ni su trasero, escuchó sus palabras mientras su mano se aventuraba más de lo que el dorniense podía soportar. Y por supuesto, sin perder aquella sonrisa.
Estar seguro de algo a estas alturas suele significar errar. No, no estoy seguro. Sé que no es lo correcto y que puede traer problemas. Pero, ¿Me importa?
Sonrió de medio lado.
Evidentemente no.
Su mano se había detenido en el peor sitio en el peor momento. Le miro fijamente, con un rostro serio en este caso, directamente a los ojos. Él sabía que los suyos sólo transmitían una cosa. Que continuase. Que no parase justo así.
Quitó su mano del trasero de la mujer, cuya respiración notaba casi tan agitada como la propia, y cogió la que descansaba sobre su torso obligándola a bajar aún más, hasta su hombría. Le volvió a besar y tironeó de su labio inferior sin hacer "demasiado" daño, pero con ímpetu.
Creo que deberíamos ir a los jardines. Estas baldosas no deben de ser muy cómodas.
Estaba decidido, se sentía como un infante, cometiendo aquella más que probable estupidez. Pero era lo que quería, siempre era mejor arrepentirse por haber cometido un error, que arrepentirse de no haber hecho nada. Y quién sabe, quizás luego no fuese tan malo.
¿Algún día? Demasiadas veces iban ya, más de las que el joven Príncipe le gustaría admitir. No solía salirse de la suya, terminaba haciendo lo que se supone que el líder de una nación debe hacer. Pero en la intimidad, en su día a día, cuando era Maron quién actuaba en vez del Príncipe de Dorne. En esos casos solía conseguir lo que ansiaba.
Sin soltar su mentón, ni su trasero, escuchó sus palabras mientras su mano se aventuraba más de lo que el dorniense podía soportar. Y por supuesto, sin perder aquella sonrisa.
Estar seguro de algo a estas alturas suele significar errar. No, no estoy seguro. Sé que no es lo correcto y que puede traer problemas. Pero, ¿Me importa?
Sonrió de medio lado.
Evidentemente no.
Su mano se había detenido en el peor sitio en el peor momento. Le miro fijamente, con un rostro serio en este caso, directamente a los ojos. Él sabía que los suyos sólo transmitían una cosa. Que continuase. Que no parase justo así.
Quitó su mano del trasero de la mujer, cuya respiración notaba casi tan agitada como la propia, y cogió la que descansaba sobre su torso obligándola a bajar aún más, hasta su hombría. Le volvió a besar y tironeó de su labio inferior sin hacer "demasiado" daño, pero con ímpetu.
Creo que deberíamos ir a los jardines. Estas baldosas no deben de ser muy cómodas.
Estaba decidido, se sentía como un infante, cometiendo aquella más que probable estupidez. Pero era lo que quería, siempre era mejor arrepentirse por haber cometido un error, que arrepentirse de no haber hecho nada. Y quién sabe, quizás luego no fuese tan malo.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
En ese momento su sinceridad era algo que apreciaba más de lo que ya por mi naturaleza lo hacía. Estábamos en una situacion en la que un hombre acudía a la mentira incluso sin intención o sin saberlo. Y fue por eso por lo que por primera vez me arrancó una sonrisa diferente a las demás, ésta sonrisa no tenía la intención de seducir, al menos en un primer momento. Pero no podía bajar la guardia, por experiencia sabía que un hombre no acostumbraba a ser sincero por gusto.
Si no hubiese sido por su aclaración de que no le importaba en absoluto que aquello estuviese bien o mal, me habría hecho pensar que estaba arrepintiendose de lo que estábamos haciendo. Le seguí el juego tirando yo también de su labio, cuando me daba la oportunidad, tras comenzar un nuevo beso. Abandonó mi trasero, no sin llevarse una especie de gruñido por mi parte como queja, para guiar mi mano más abajo, hasta colocarla en su entrepierna. Esta vez no me hice de rogar ni le hice esperar, le acaricié, con lentitud eso sí, sintiendo la dureza de su hombría.
Cómo respuesta a su propuesta de ir a otro lugar más cómodo me límite a empujarlo en la dirección en la que estaban los jardines, ello sin dejar de acariciar su entrepierna y besarle, sin dejar de buscar su lengua con la mía, de morder su labio ansiosa.
El juego de seducción habia tocado a su fin, ya habíamos dejado atrás las miradas y palabras insinuantes para entrar en otro juego aún más provocativo si cabía, un juego que se avecinaba muy placentero. Ahora ardía en deseos de continuar, por muy estúpido que fuese. Por muy errado que estuviese. Ese hombre me hacía desearle de tal manera que sentir su piel bajo mis manos se habia vuelto una necesidad. Ahora necesitaba calmar mi deseo, con él.
Si no hubiese sido por su aclaración de que no le importaba en absoluto que aquello estuviese bien o mal, me habría hecho pensar que estaba arrepintiendose de lo que estábamos haciendo. Le seguí el juego tirando yo también de su labio, cuando me daba la oportunidad, tras comenzar un nuevo beso. Abandonó mi trasero, no sin llevarse una especie de gruñido por mi parte como queja, para guiar mi mano más abajo, hasta colocarla en su entrepierna. Esta vez no me hice de rogar ni le hice esperar, le acaricié, con lentitud eso sí, sintiendo la dureza de su hombría.
Cómo respuesta a su propuesta de ir a otro lugar más cómodo me límite a empujarlo en la dirección en la que estaban los jardines, ello sin dejar de acariciar su entrepierna y besarle, sin dejar de buscar su lengua con la mía, de morder su labio ansiosa.
El juego de seducción habia tocado a su fin, ya habíamos dejado atrás las miradas y palabras insinuantes para entrar en otro juego aún más provocativo si cabía, un juego que se avecinaba muy placentero. Ahora ardía en deseos de continuar, por muy estúpido que fuese. Por muy errado que estuviese. Ese hombre me hacía desearle de tal manera que sentir su piel bajo mis manos se habia vuelto una necesidad. Ahora necesitaba calmar mi deseo, con él.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Hacía tiempo que había "aprendido" a pensar como un Príncipe de verdad, a no ser condescendiente, ahí radicaba su sinceridad. Sencillamente no tenía porqué dar explicaciones de lo que hacía o dejaba de hacer y mucho menos de lo que pensaba.
Normalmente le traía problemas sí, pero debía tomar decisiones y sobretodo ser consecuente con ellas. Los que de verdad merecieran la pena le apoyarían, y los que no, bueno a esos simplemente debería colocarles y recordarles su lugar.
En cambio con aquella mujer ni si quiera eso le preocupaba. Porque probablemente a ella le importase todavía menos lo que opinase el Príncipe, entonces ¿Para qué mentir? De todos modos, a Faeryn no parecía importarle. Era el prototipo de mujer dorniense, sólo quería pasar un buen rato, y cuando vio que a Maron no le parecía mal aquello sencillamente se dejó llevar. Lo que, por otro lado, sólo pronunció aún más en ansia del sureño.
Parecío aceptar la petición de Maron cuando su mano comenzó a acariciarle lentamente, un leve jadeo escapaba de la boca del hombre cada vez que ella movía sus dedos.
Le empujó dirección a los jardines sin decir ni una palabra. Estaban contiguos al lugar dónde instantes antes la Fowler practicaba con el arco, el cual yacía abandonado en un lateral por las prisas del momento. Se dejó hacer, sonriente, dejándo que su compañera se divirtiese.
Unas columnas adornaban el lugar plagado de fuentes y árboles frutales de todo tipo. Ahora le tocaba a él.
Sujetó su mano inmovilizándola de nuevo, se giró sobre sí mismo haciéndola girarse a ella y apoyándola contra una de las bellas columnas del lugar. Hundió la cabeza en su cuello y con una mano fugaz alcanzó de nuevo la entrepierna de la mujer esta vez ejerciendo presión sobre ella mientras su aliento reposaba en su hombro.
¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?
Normalmente le traía problemas sí, pero debía tomar decisiones y sobretodo ser consecuente con ellas. Los que de verdad merecieran la pena le apoyarían, y los que no, bueno a esos simplemente debería colocarles y recordarles su lugar.
En cambio con aquella mujer ni si quiera eso le preocupaba. Porque probablemente a ella le importase todavía menos lo que opinase el Príncipe, entonces ¿Para qué mentir? De todos modos, a Faeryn no parecía importarle. Era el prototipo de mujer dorniense, sólo quería pasar un buen rato, y cuando vio que a Maron no le parecía mal aquello sencillamente se dejó llevar. Lo que, por otro lado, sólo pronunció aún más en ansia del sureño.
Parecío aceptar la petición de Maron cuando su mano comenzó a acariciarle lentamente, un leve jadeo escapaba de la boca del hombre cada vez que ella movía sus dedos.
Le empujó dirección a los jardines sin decir ni una palabra. Estaban contiguos al lugar dónde instantes antes la Fowler practicaba con el arco, el cual yacía abandonado en un lateral por las prisas del momento. Se dejó hacer, sonriente, dejándo que su compañera se divirtiese.
Unas columnas adornaban el lugar plagado de fuentes y árboles frutales de todo tipo. Ahora le tocaba a él.
Sujetó su mano inmovilizándola de nuevo, se giró sobre sí mismo haciéndola girarse a ella y apoyándola contra una de las bellas columnas del lugar. Hundió la cabeza en su cuello y con una mano fugaz alcanzó de nuevo la entrepierna de la mujer esta vez ejerciendo presión sobre ella mientras su aliento reposaba en su hombro.
¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Ya está, ya había perdido el poco raciocinio que me restaba. Ya había perdido totalmente la cabeza aquella noche, y todo era culpa del príncipe. Ningún otro hombre me había hecho olvidar la sensatez tan rápido y de una manera tan contundente.
A mí me importaba bien poco su título y su posición, y a él tampoco parecía importarle mucho, ni la suya ni la mía, en ese momento. Sabiendo eso cualquier cosa podía pasar a partir de ese momento.
Durante un rato me dejó hacer. Aún acariciaba, con parsimonia aunque ejerciendo cierta presión, su entrepierna. El ritmo cambió muy brevemente cuando sentí, tan cerca, su respiración jadeante, le gustaba...bien, eso es que no me estaba equivocando, por el momento. Mi cuerpo se enardecía más a cada momento, sintiendo su hombría y jugando con su lengua a la vez.
Además, se dejó llevar hacia un lugar en los jardines, no muy lejano pero sí lo suficientemente escondido como para no tener que preocuparnos por miradas indiscretas y el posterior rumor que correría. Aquello era de esas cosas que sólo sucedían una vez y después eran olvidadas, o guardadas tan profundamente en la memoria que parecía inexistente. Así actuaba yo, Maron no era el primero al que trataba de ese modo, y no tenía intención de que fuese el último.
Una fugaz y sonora inspiración escapó de mi garganta cuando, sin esperarlo, Maron atrapó la mano que yo aún mantenía en su entrepierna y me inmovilizó de nuevo, girando después hasta que me acorraló contra una columna, no tenía escapatoria. Para mi desagrado perdí el control de la situación que tanto me gustaba, aunque tampoco podía negar que me gustaba ese tira y afloja que casi desde el principio manteníamos.
Dejé escapar un profundo jadeo cuando su mano se posó en mi entrepierna haciendo presión, provocando que el calor que ya sentía dentro de mí y que nacía en el mismo centro de mi ser fuese más intenso aún.
-No me gusta quedarme a medias. - Fue mi respuesta a su pregunta. - ¿Y tu? - Sentía su aliento contra mi hombro y mi voz no era más que un susurro junto a su oído. Al acabar de hablar me tomé la libertad de aprovechar la poca distancia que separaba mi boca de su oreja para morderla con suavidad, que me tuviese inmóvil y atrapada no quería decir que estuviese totalmente indefensa.
A mí me importaba bien poco su título y su posición, y a él tampoco parecía importarle mucho, ni la suya ni la mía, en ese momento. Sabiendo eso cualquier cosa podía pasar a partir de ese momento.
Durante un rato me dejó hacer. Aún acariciaba, con parsimonia aunque ejerciendo cierta presión, su entrepierna. El ritmo cambió muy brevemente cuando sentí, tan cerca, su respiración jadeante, le gustaba...bien, eso es que no me estaba equivocando, por el momento. Mi cuerpo se enardecía más a cada momento, sintiendo su hombría y jugando con su lengua a la vez.
Además, se dejó llevar hacia un lugar en los jardines, no muy lejano pero sí lo suficientemente escondido como para no tener que preocuparnos por miradas indiscretas y el posterior rumor que correría. Aquello era de esas cosas que sólo sucedían una vez y después eran olvidadas, o guardadas tan profundamente en la memoria que parecía inexistente. Así actuaba yo, Maron no era el primero al que trataba de ese modo, y no tenía intención de que fuese el último.
Una fugaz y sonora inspiración escapó de mi garganta cuando, sin esperarlo, Maron atrapó la mano que yo aún mantenía en su entrepierna y me inmovilizó de nuevo, girando después hasta que me acorraló contra una columna, no tenía escapatoria. Para mi desagrado perdí el control de la situación que tanto me gustaba, aunque tampoco podía negar que me gustaba ese tira y afloja que casi desde el principio manteníamos.
Dejé escapar un profundo jadeo cuando su mano se posó en mi entrepierna haciendo presión, provocando que el calor que ya sentía dentro de mí y que nacía en el mismo centro de mi ser fuese más intenso aún.
-No me gusta quedarme a medias. - Fue mi respuesta a su pregunta. - ¿Y tu? - Sentía su aliento contra mi hombro y mi voz no era más que un susurro junto a su oído. Al acabar de hablar me tomé la libertad de aprovechar la poca distancia que separaba mi boca de su oreja para morderla con suavidad, que me tuviese inmóvil y atrapada no quería decir que estuviese totalmente indefensa.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Continuó moviendo la mano, lentamente, quería impacientar y provocar a partes iguales, no buscaba ni si quiera causarle placer. Había algo que siempre había querido hacer y no había probado, la "negación del orgasmo" cualquier día era bueno para empezar a ello.
Nunca dejo las cosas sin terminar, o se hacen bien, o no se hacen.
Mordió levemente la oreja del Martell mientras éste continuaba con su mano, pero ahora otra cosa cruzaba su cabeza. Desnudarle. Soltó su mano y comenzó a desabrocharle los cierres de sus ropas y quitarle cada prenda. Intentaba hacerlo lentamente pero la impaciencia y su excitación hacía que sus manos fuesen torpes. Por lo que acabó rompiendole la prenda superior dejando el busto a su vista.
No pudo evitar sonreir.
Estas más callada, y quiero oirte, aunque no hables.
Se refería claramente a que tenía intención de hacerla gemir. Pero antes de entrar en ella quería volverla loca.
Nunca dejo las cosas sin terminar, o se hacen bien, o no se hacen.
Mordió levemente la oreja del Martell mientras éste continuaba con su mano, pero ahora otra cosa cruzaba su cabeza. Desnudarle. Soltó su mano y comenzó a desabrocharle los cierres de sus ropas y quitarle cada prenda. Intentaba hacerlo lentamente pero la impaciencia y su excitación hacía que sus manos fuesen torpes. Por lo que acabó rompiendole la prenda superior dejando el busto a su vista.
No pudo evitar sonreir.
Estas más callada, y quiero oirte, aunque no hables.
Se refería claramente a que tenía intención de hacerla gemir. Pero antes de entrar en ella quería volverla loca.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Sonreí ampliamente, con un ligero toque de diversión, cuando oí su respuesta. Parecía que despues de todo no iba a ser sólo un juego. No podría decir cuál de los dos tenía más ganas, pero habia quedado claro que ninguno pensábamos detenernos en sólo miradas seductoras,ttentadoras caricias o invitadoras palabras.
El toque de su mano en mi entrepierna se me antojaba como una lenta tortura, pero aún podía soportarlo sin perder la cabeza, aunque no sabía cuánto mas tiempo podía aguantar. Estaba ardiendo por dentro y esas caricias no hacían más que aumentar el calor.
Intenté por todos los medios reprimir los jadeos de placer que pugnaban por escapar de mi garganta, no pensaba hacerle saber, aún, cuánto me excitaba su tacto.
No pude evitar una divertida carcajada cuando sentí su mano intentar, torpemente, desabrochar mi corsé de cuero. Finalmente lo consiguió, sí, pero para ello tuvo que romperlo. - ¿Tan inexperto eres? - No pude quedarme callada, la situación era cuanto menos divertida. Aproveché que soltó mi mano para ser yo quien ahora buscase desnudarlo, no era justo que mis pechos estuviesen tan a su vista y que él llevase tanta ropa. Con lentitud intenté quitarle las ropas que cubrían la parte superior de su cuerpo, ya era hora de descubrir qué escondía bajo ellas.
Ante su comentario me obligué a mirarlo con una fingida indiferencia - Pues tendrás que aplicarte más.- Claramente trataba de provocarlo, me parecía divertido.
El toque de su mano en mi entrepierna se me antojaba como una lenta tortura, pero aún podía soportarlo sin perder la cabeza, aunque no sabía cuánto mas tiempo podía aguantar. Estaba ardiendo por dentro y esas caricias no hacían más que aumentar el calor.
Intenté por todos los medios reprimir los jadeos de placer que pugnaban por escapar de mi garganta, no pensaba hacerle saber, aún, cuánto me excitaba su tacto.
No pude evitar una divertida carcajada cuando sentí su mano intentar, torpemente, desabrochar mi corsé de cuero. Finalmente lo consiguió, sí, pero para ello tuvo que romperlo. - ¿Tan inexperto eres? - No pude quedarme callada, la situación era cuanto menos divertida. Aproveché que soltó mi mano para ser yo quien ahora buscase desnudarlo, no era justo que mis pechos estuviesen tan a su vista y que él llevase tanta ropa. Con lentitud intenté quitarle las ropas que cubrían la parte superior de su cuerpo, ya era hora de descubrir qué escondía bajo ellas.
Ante su comentario me obligué a mirarlo con una fingida indiferencia - Pues tendrás que aplicarte más.- Claramente trataba de provocarlo, me parecía divertido.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Una sonrisa que no pudo contener, afloró en su rostro.
¿Inexperto? Quizás no tengo tanta mañana como tú, pero dudo que puedas enseñarme algo nuevo. ¿O si?
Dejó que le quitase la camisa ligera que llevaba, a pesar de que las noches en Lanza eran frías estaba más que acostumbrado a ellas. Igual que su compañera, y aunque a algunos foráneos les costase acostumbrarse al contraste de temperaturas. Era el día a día de un dorniense.
Aplicarme mas. Entendido.
Sabía que era sólo una provocación pero a veces hay que tener cuidado con lo que se dice. Se agachó para desabrocharle los pantalones, parecía que iba a replicarle pero antes de que pudiera decir nada, le quitó también la ropa interior.
Rápidamente acercó su rostro al suyo, dejando sus labios a escasos milímetros de los de ella. Pero sin besarle, a ver cuanto aguantaba. En cambio su mano no se detuvo. Subió tan rápido como pudo, para, esta vez sin intermediarios, acariciar su entrepierna húmeda. Lanzó un mordisco al aire, mientras comenzaba a presionar en círculos, sin entrar en ella. Simplemente acariciando. Bajó entonces su boca mordisqueando su mentón, cuello y el hueso que delataba la clavícula.
Quería que se aplicase ¿no? Pues lo haría.
Apretó con el dedo corazón mas insistentemente pero de nuevo sin llegar a entrar justo cuando volvía a mirarla a los ojos para mordisquear su labio inferior.
Demuéstrame de que eres capaz.
Eso ya era un desafío en toda regla, el estaba llevando la iniciativa, y Faeryn tampoco es que se quejase. Por lo que él insistía. Pero lo que no estaba seguro del todo era si lo hacía por se complaciente o realmente quería que el Príncipe hiciera lo que quisiese.
¿Inexperto? Quizás no tengo tanta mañana como tú, pero dudo que puedas enseñarme algo nuevo. ¿O si?
Dejó que le quitase la camisa ligera que llevaba, a pesar de que las noches en Lanza eran frías estaba más que acostumbrado a ellas. Igual que su compañera, y aunque a algunos foráneos les costase acostumbrarse al contraste de temperaturas. Era el día a día de un dorniense.
Aplicarme mas. Entendido.
Sabía que era sólo una provocación pero a veces hay que tener cuidado con lo que se dice. Se agachó para desabrocharle los pantalones, parecía que iba a replicarle pero antes de que pudiera decir nada, le quitó también la ropa interior.
Rápidamente acercó su rostro al suyo, dejando sus labios a escasos milímetros de los de ella. Pero sin besarle, a ver cuanto aguantaba. En cambio su mano no se detuvo. Subió tan rápido como pudo, para, esta vez sin intermediarios, acariciar su entrepierna húmeda. Lanzó un mordisco al aire, mientras comenzaba a presionar en círculos, sin entrar en ella. Simplemente acariciando. Bajó entonces su boca mordisqueando su mentón, cuello y el hueso que delataba la clavícula.
Quería que se aplicase ¿no? Pues lo haría.
Apretó con el dedo corazón mas insistentemente pero de nuevo sin llegar a entrar justo cuando volvía a mirarla a los ojos para mordisquear su labio inferior.
Demuéstrame de que eres capaz.
Eso ya era un desafío en toda regla, el estaba llevando la iniciativa, y Faeryn tampoco es que se quejase. Por lo que él insistía. Pero lo que no estaba seguro del todo era si lo hacía por se complaciente o realmente quería que el Príncipe hiciera lo que quisiese.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
De nuevo me encontraba con menos ropa que él y, como antes, me pareció injusto. Aún así, lo dejé hacer, por primera vez en mucho tiempo estaba permitiendo que un hombre tuviese el control de una situación como esa. Y eso no era nada bueno, al menos en lo que a mi respectaba, quizá me estaba ablandando, quizá habia pasado tanto tiempo que ya no recordaba cuán destrozado tuve el corazón.
Si quería volverme loca de deseo lo estaba consiguiendo. El tacto de su dedo apretando en mi entrepierna y los mordiscos es mi cuello y cerca del hombro acabaron con el poco autocontrol que me quedaba.
El comentario del Príncipe, que sonó como un desafío, a mi me resultó una clara invitación y me dió pié a volver a tener la situación controlada. No estaba segura si el Príncipe sabía exactamente qué estaba provocando, quizá de tanto relacionarse con otras ponientis había olvidado lo que una mujer dorniense sabía hacer. En ese momento me propuse recordarselo, ahora me tocaba a mi volverlo loco de deseo y torturarlo.
Le empujé y le hice girar para que ahora fuese el quien estuviese contra la pared, o columna en este caso. Quité su pantalón llevandome con el la ropa interior y lo dejé tan expuesto como lo estaba yo. Al verlo desnudo empecé a preguntarme porque no había hecho esto antes...
Acerqué mi rostro al suyo y le devolví el mordisco a su labio que él dió antes al mío. Después me puse de cuclillas y tome su miembro con mi mano. Muchas fueron las ocasiones en que hice amago de tomarlo en mi boca pero sin llegar a hacerlo, simplemente rozaba mis labios o sacaba la lengua. Queria ver su reacción antes de continuar.
Si quería volverme loca de deseo lo estaba consiguiendo. El tacto de su dedo apretando en mi entrepierna y los mordiscos es mi cuello y cerca del hombro acabaron con el poco autocontrol que me quedaba.
El comentario del Príncipe, que sonó como un desafío, a mi me resultó una clara invitación y me dió pié a volver a tener la situación controlada. No estaba segura si el Príncipe sabía exactamente qué estaba provocando, quizá de tanto relacionarse con otras ponientis había olvidado lo que una mujer dorniense sabía hacer. En ese momento me propuse recordarselo, ahora me tocaba a mi volverlo loco de deseo y torturarlo.
Le empujé y le hice girar para que ahora fuese el quien estuviese contra la pared, o columna en este caso. Quité su pantalón llevandome con el la ropa interior y lo dejé tan expuesto como lo estaba yo. Al verlo desnudo empecé a preguntarme porque no había hecho esto antes...
Acerqué mi rostro al suyo y le devolví el mordisco a su labio que él dió antes al mío. Después me puse de cuclillas y tome su miembro con mi mano. Muchas fueron las ocasiones en que hice amago de tomarlo en mi boca pero sin llegar a hacerlo, simplemente rozaba mis labios o sacaba la lengua. Queria ver su reacción antes de continuar.
Faeryn Fowler
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
No sabía si le había gustado su comentario, o le había molestado, pero algo había sucedido, porque de repente tomó la iniciativa. Maron acostumbraba a ser dominante, porque con dornienses nunca se había relacionado de esa forma. Y en Poniente las cosas eran muy diferentes.
Pero precisamente era lo que le llamaba la atención de Faeryn, sencillamente era distinta al resto. Era una dorniense de pura cepa. Y aquello le atraía.
Pronto se vió en la misma situación que estaba ella, totalmente desnudo. No se resistió, él mismo la había invitado a demostrarle de lo que era capaz, no iba ahora a quejarse. Tampoco le dió motivos, hasta instantes después.
Todo iba bien, cada vez la deseaba más. De hecho se empezaba a cansar de los preliminares, hasta que la mujer se acuclilló delante suyo, aquello le entrecortó la respiración unos segundos. Porque sabía lo que venía después. O eso creía el Príncipe.
Pero parece que no entraba en los planes de Faeryn satisfacerlo. Si no todo lo contrario, provocarlo. Cuando Maron estaba relajado era muy buena idea. Pero hacía un rato que el sureño tenía dificultades para controlarse.
Faeryn en cambio parecía divertida. Sonreía mientras rozaba sutilmente su miembro con sus labios, o sacaba la lengua insinuándose, pero no hacía nada. El Martell no puedo evitar bufar un par de veces y morderse la lengua. Conteniéndose cada vez más. Sus uñas marcadas en las palmas de sus manos daban buena cuenta de ello.
En cambio la Fowler seguía con parsimonia como si no se estuviera dando cuenta, y claramente lo estaba haciendo. Maron no podía aguantar más. Cogió su cabellera con una de sus grandes manos haciendo que Faeryn le mirase a los ojos.
Si sigues así no voy a poder mantener las formas, y no quiero ser brusco contigo... déjate de juegos o nos podemos hacer mucho daño.
El tono era serio, Maron estaba apunto de salirse de sus casillas, hacía unos minutos que el juego estaba desesperándolo. Precisamente lo que Faeryn quería.
Pero precisamente era lo que le llamaba la atención de Faeryn, sencillamente era distinta al resto. Era una dorniense de pura cepa. Y aquello le atraía.
Pronto se vió en la misma situación que estaba ella, totalmente desnudo. No se resistió, él mismo la había invitado a demostrarle de lo que era capaz, no iba ahora a quejarse. Tampoco le dió motivos, hasta instantes después.
Todo iba bien, cada vez la deseaba más. De hecho se empezaba a cansar de los preliminares, hasta que la mujer se acuclilló delante suyo, aquello le entrecortó la respiración unos segundos. Porque sabía lo que venía después. O eso creía el Príncipe.
Pero parece que no entraba en los planes de Faeryn satisfacerlo. Si no todo lo contrario, provocarlo. Cuando Maron estaba relajado era muy buena idea. Pero hacía un rato que el sureño tenía dificultades para controlarse.
Faeryn en cambio parecía divertida. Sonreía mientras rozaba sutilmente su miembro con sus labios, o sacaba la lengua insinuándose, pero no hacía nada. El Martell no puedo evitar bufar un par de veces y morderse la lengua. Conteniéndose cada vez más. Sus uñas marcadas en las palmas de sus manos daban buena cuenta de ello.
En cambio la Fowler seguía con parsimonia como si no se estuviera dando cuenta, y claramente lo estaba haciendo. Maron no podía aguantar más. Cogió su cabellera con una de sus grandes manos haciendo que Faeryn le mirase a los ojos.
Si sigues así no voy a poder mantener las formas, y no quiero ser brusco contigo... déjate de juegos o nos podemos hacer mucho daño.
El tono era serio, Maron estaba apunto de salirse de sus casillas, hacía unos minutos que el juego estaba desesperándolo. Precisamente lo que Faeryn quería.
Maron Martell- Nobleza
Re: Prácticas nocturnas [Maron Martell] (+18)
Me puse en pie haciendo que mi cuerpo rozase el de Maron, todo fuera por ver al Señor de Dorne perdiendo el control, todo un espectáculo. Además tampoco queria que me tirase del pelo. Lejos de amedrentarme dejé escapar una carcajada, realmente me estaba divirtiendo mucho.
-Has sido tu quien ha pedido que demuestre lo que se hacer. - Le recordé con un falso tono inocente. Seguramente no lo habia olvidado, aunque era muy posible que tampoco fuese eso lo que el Príncipe tenía en mente. Estaba empezando a pensar que Maron no había previsto perder el control de esa manera, pero el quiso jugar y a eso nadie me ganaba.
Puse mi mano en su hombro, acariciandolo con lentitud para después bajar lentamente por su pecho y su torso. Finalmente llegué de nuevo a su entrepierna y sin hacer movimiento alguno con mi cabeza para que me soltase volví a acariciarlo. Cada uno a su manera ambos podíamos tener el control.
- Dime, ¿quieres dar otro paso más o quieres jugar un poco más? - Mi sonrisa socarrona ni tenía precio. No podía expresar cuánto me gustaba tentarle y crisparle los nervios. - Yo aún puedo jugar un poco más - dije sin perder mi sonrisa y aludiendo a lo que le había hecho hacía un momento.
-Has sido tu quien ha pedido que demuestre lo que se hacer. - Le recordé con un falso tono inocente. Seguramente no lo habia olvidado, aunque era muy posible que tampoco fuese eso lo que el Príncipe tenía en mente. Estaba empezando a pensar que Maron no había previsto perder el control de esa manera, pero el quiso jugar y a eso nadie me ganaba.
Puse mi mano en su hombro, acariciandolo con lentitud para después bajar lentamente por su pecho y su torso. Finalmente llegué de nuevo a su entrepierna y sin hacer movimiento alguno con mi cabeza para que me soltase volví a acariciarlo. Cada uno a su manera ambos podíamos tener el control.
- Dime, ¿quieres dar otro paso más o quieres jugar un poco más? - Mi sonrisa socarrona ni tenía precio. No podía expresar cuánto me gustaba tentarle y crisparle los nervios. - Yo aún puedo jugar un poco más - dije sin perder mi sonrisa y aludiendo a lo que le había hecho hacía un momento.
Faeryn Fowler
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