Las rosas en la arena se marchitan (Maron Martell)

"A ver, Sarella, tranquila." Se dijo a sí misma mientras se dirigía a la alcoba de su hermano mayor. "No ganarás nada montando una guerra de esto... La guerra ya la montarán otros... Uf, no pienses así. Todo irá bien. Hablarás con Maron, entrará en razón y todo habrá sido un mal sueño". Malo o dulce, según se mire. No había podido volver a dormir después de lo que pasó la noche anterior. Sean Tormenta casi la mata del susto colándose por su balcón en mitad de la noche. Y, por si fuera poco, la había besado... "Venga, Sarella, céntrate. Quieres a Maron, más que a ti misma, y él a ti también. Por eso, vas a ir, vas a hablar con él tranquilamente y fin del problema". Ya estaba frente a las puertas de su hermano. Respiró hondo y entró.

Aún estaba dormido. Su atractivo resaltaba aún más entre tanta paz. Hacía tiempo que no lo veía tan tranquilo. No pudo evitar mirarlo y enternecerse. "No puedes enfadarte con él, Sarella... Pero Maron, ¿por qué haces estas cosas?" Se sentó al borde de la cama y empezó a acariciarle el pelo.

Al rato, se despertó. Buenos días. Sonrió, aunque no era una sonrisa plenamente sincera. Supongo que debo aprovechar ahora que aún tienes la cabeza pegada al cuerpo. Su hermano puso cara de desconcierto. Normal, se acababa de despertar. Lo siento pero no podía esperar más para hablar contigo. Algo me dice que podría ser demasiado tarde... Te dejo despertarte, te necesito despierto para hablar. Esperó unos instantes a que su hermano se vistiera y se lavara la cara.

Cuando hubo terminado, comenzó. No le daría muchas vueltas al tema, iría al grano. ¿Qué es eso de que vas a secuestrar a Valerie Tyrell? Observó la reacción. Oh, Maron. Puso cara de desesperación, aunque continuó manteniendo el tono más dulce que pudo. ¡Es una mujer casada! Detén esta locura, por favor. ¡Te matarán! Esto podría traer la ruina para nuestra casa. Se puso la mano en el pecho. Olyvar desaparecido. Myriah presa. Mors... es Mors. ¿Y ahora tú me vienes con esto? Me vais a matar entre todos...

Dormitaba desnudo por la mañana temprano, su catre entre sedas era de lo más cómodo y aquel día no tenía que levantarse pronto por lo que aprovecharía para descansar un poco y luego hacer sus ejercicios matutinos. No esperaba visitas, no tenía ninguna reunión y era el primer día relajado en semanas.

Una mano de tacto suave, le fue sacando de su sueño con caricias lentas, con ternura. Mala señal. Abrió los ojos y se encontró a su hermana sentada en el borde de la cama. No hizo ademán de taparse, con su hermana aquellos pudores no existían. Pero había algo extraño en su mirada y no era porque Maron permaneciera desnudo, quizás era reproche...

No entiendo, ¿Por qué dices eso Sarella?

Se levanto, se puso algo para taparse, se acercó a la palangana con agua fresca que le ponían cada mañana en sus estancias para que se acicalase. Se lavó la cara y se secó a continuación con una tela designada para aquello mismo. Tomó un pedazo de fruta y se acercó de nuevo a su hermana.

¿Qué es lo que quieres decirme hermana?

Y entonces habló. No sabía si alegrarse o montar en cólera. Por un lado ya se ahorraba el mal trago de tener que explicarlo todo cuando su plan se ejecutase. Pero por otro, quién se había ido de la lengua. En teoría sólo lo sabían el mercenario y él y como mucho alguno de sus guardias personales. Sarella se estaba encargando de la función de Maestra de los Susurros, pero tampoco le gustaba que supiera cada movimiento que hacía Maron.

Nadie diría que es un secuestro, sólo lo es mientras esté en tierras extranjeras, ella quiere venir. En caso de que la encuentren, cosa que dudo. No habría venido contra su voluntad. Los Baratheon la apoyarían y son los principales aliados de los Tyrell, así que no creo que hagan nada. Por otro lado los Tyrell tienen otras preocupaciones, como los Greyjoy en las Escudo o el Rey Buitre en las Marcas. Si quieren apoyo en lo uno u en lo otro no intentarán nada contra Dorne. Hermana, tengo intención de casarme con Valerie mediante la fe de R'hllor. Sabes que no soy muy devoto, y no creo que lo sea jamás. Pero a los ojos del Dios del Fuego Valerie no está casada. De todos modos ¿Cómo te has enterado?

Y hablando de matrimonios, y ahora que su hermana se desenvolvía cada vez mejor en la corte y que ya tenía buenos pajaritos que le susurraban nombres, le preguntaría con quién quería casarse ella. Y tendría que elegir bien, para que Dorne saliera reforzada de aquello. Todo el plan de Valerie era una locura, no tenía sentido negarlo. Pero si salía bien, estaría casado con la hermana del Lord Baratheon, y aquello uniría ambas casas. Por no decir que no era un matrimonio de conveniencia, cosa que sumaba puntos a que el asunto saliera adelante.

Robó unas cuantas guindas del cesto de frutas de Maron y empezó a comérselas como si fueran un aperitivo. Oh, si ella quiere venir me quedo mucho más tranquila. Dijo sarcásticamente. Maron, ¿me apoyarías tú si, estando casada, me escapo con otro hombre? ¿Mirarías para otro lado si tu esposa se fugase con otro? Bien sabes que no. Tener otras preocupaciones no va a hacer que ese hombre se sienta menos indignado antre vuestra... ofensa. No encontró otra palabra mejor para definirlo, aunque habría cientos. Ese hombre tomará represalias contra ti. "Y contra ella, pero eso no es de mi incumbencia". Se arrimó a él y puso sus manos en su brazo. No quiero que te pase nada por una cosa que sabes tan bien como yo que es de lejos una locura. Solo podía haber una explicación para aquello. Yo también desearía casarme por amor. ¿Recuerdas cuando tuvimos esta misma conversación hace mucho tiempo, pero al revés? Sonrió. Me enfadé y maldecí nuestra condición de nobles. Si esa mujer estuviera soltera, créeme que yo sería la primera en animarte a que casaras con ella. "Preferiría una dorniense, pero bueno". Se echaba a temblar de imaginarse a Maron enamorado de otra mujer a la que apenas conocía. Ya se vio como le fue con la primera. Pero está casada. Como Lord de esta casa deberías saber qué se puede y qué no se puede hacer...

Por poco se atraganta con una de las guindas cuando Maron habló de sus planes de boda. La fe de... ¿qué? Hermano, somos devotos a Los Siete. Todo iba de mal en peor. Oh, dioses, no me extraña que desatiendan nuestras oraciones... Dijo en voz baja, negando con la cabeza y mirando al suelo. Eso es una... "¿pantomima? ¿temeridad?"... es un sacrilegio, Maron. Y si esa mujer está casada por el rito de los Siete con un Tyrell, esta... falsa no la va a convertir en tu esposa a los ojos de los dioses, bien lo sabes. Y los ojos del dios del fuego ese no deberían importarte, puesto que es un dios falso. Empezaba a temer que no hubiera forma de hacer entrar a su hermano en razón. Lo tenía todo demasiado pensado ya, y cuando Maron se proponía algo... Solo imaginarse asistiendo a la boda de su hermano con una mujer extranjera casada, por un rito no sagrado y en plena situación como en la que estaban, sin Olyvar, con Myriah de rehén... le daban arcadas.

Eso es lo de menos. Te recuerdo que Mors y tú mismo en persona me nombrasteis Consejera de Rumores de Lanza del Sol, ¿de veras pretendíais que me enterase de todo lo que acontecía tras las puertas del palacio pero no fuera consciente de lo que pasaba dentro? En tal caso me conoces bien poco, hermano.

Me he explicado mal, no digo que a Lord Nathan le parezca bien, a mi en tu caso, no me lo parecería. Pero si de mi decisión dependiera tu seguridad, ten claro hermana que antes de que te toquen un pelo tienen que pasar por encima mío y del resto de nuestra familia.

Meditó un instante.

Puede que intente algo, pero no sería lógico ni prudente dada la situación actual de Poniente. Por otro lado nuestra enemistad con los Tyrell es legendaria, esto ni lo mejorará ni lo empeorará. Tendré que intentar compensarle como es lógico, no ansío un conflicto e intentaré evitarlo por todos los medios. Pero unirnos a los Baratheon me parece un buen movimiento aunque sea peligroso y evidentemente amo a Valerie.

No sabía que su hermana fuera tan devota. Y de todos modos, era un secreto a voces que Maron simpatizaba con la religión del Señor de la Luz, lo había dejado claro con su regalo a Azaar.

Hermana creo que no tienes ni un pelo de tonta, no te hagas la ignorante. Sabes tan bien como yo que jamás he sido un hombre fervoroso. Los Siete no me han demostrado nada, ni ellos ni sus septones. R'hllor en cambio ha hecho más por Dorne que el resto de dioses juntos. Es lógico pensar y creer que es el único Dios verdadero. Será un sacrilegio, será una ofensa, será todo lo que tu quieras. Pero eso no forma parte de ésta locura. No me casaré por R'hllor por que Lady Valerie ya esté casada. Sea cual fuere mi futura esposa lo haría por la religión del Dios de la Luz.

Y aún con todo tampoco creía en el Dios de la Luz, pero de entre la variedad de religiones que conocía era la única que le parecía verídica y le había demostrado su poder.

Sare, en su día te lo dije, debéis casaros, vuestra posición os obliga. No he acordado ningún matrimonio contigo porque creo que tienes poder para decidir. En su día te negué una boda porque me pareció una estupidez que Olyvar y tu os casarais con miembros de la misma familia. Pero eso no significa que no podáis casaros con quien vosotros queráis. Sarella no te he presionado porque es un tema muy delicado. Mira Myriah con quién tuvo que casarse por la puta conveniencia, así que en Dorne no vamos a hacer a nuestra manera ya que para eso somos independientes. Búscate un marido, dorniense o no, de noble cuna o no. No olvides lo que conviene a Dorne, pero tienes libertad para elegir así como libertad para tener voz y voto, cosa que no sucede en otros lugares. Creo que siempre he sido bueno contigo y si no bien sabes que lo he intentado. Ahora te pido que me apoyes en ésto como tantas veces te he pedido que me apoyes en tantas otras cosas. Si permanecemos unidos, podemos con todo.

Eso también lo tenía claro ella: No había traición en el mundo que la pusiera en contra de sus propios hermanos, a no ser que esta incurriera en un perjuicio a otro de sus hermanos, como había ocurrido con Myriah. Si Luthor Tyrell se plantara a las puertas de Lanza del Sol con un mandoble dispuesto a decapitar a su hermano, primero tendría que hacer lo mismo con Sarella. Pero mucho temía que eso no impediría que rodara también la cabeza de Maron, por lo que sería un sacrificio bastante en balde. No es cuestión de querer o no querer, de perdonar o no, Maron. Es cuestión de que recién salimos de una guerra y nos metemos en otra, porque ten por seguro que esto traerá repercusiones... ¿Por qué no te comprometiste con ella antes de que se casara? Sabía que Lady Valerie había estado en Lanza del Sol cuando aún era Baratheon, antes de que Maron partiera a la guerra. Quizás no quiso comprometerse por miedo a dejarla viuda antes de la boda, pero si tanto la quería, debió saber que se arriesgaba a perderla.

Dio un suspiro de desesperación. ¿Con qué le vas a compensar? ¿Con vino? ¿Con una mujer de repuesto? De repente, abrió mucho los ojos. Espero que no pretendas intercambiarme, o no hará falta que te decapite él: lo haré yo misma. Supuso que no era la intención de su hermano tratarla como una mera mercancía.

No doy crédito a mis oídos, Maron. ¿Cómo puedes decir eso? Rezó por que los Dioses estuvieran lo suficientemente ocupados como para no estar oyendo esa conversación. Si esa... Azaar acertó fue por pura coincidencia. Es... es... Era cierto que su hermano nunca había sido muy religioso. Sarella siempre creyó, pero las últimas circunstancias la hacían pasarse el día rezando. Prefirió no darle más vueltas al tema: sabía que no lo haría cambiar de opinión.

Llegó el tema que Sarella más temía tocar: el matrimonio. Maron, ahora no... Pero se frenó. El discurso de su hermano estaba lejos de obligarla a hacer nada, todo lo contrario. Tras escuchar todo lo que dijo, se quedó un rato mirándolo con cara de pena, sin saber qué responder y, finalmente, se lanzó a rodear con sus brazos el cuello de su hermano. Casi lo tira de espaldas. Le dió tres sonoros besos en la mejilla y le revolvió el pelo. Cualquier mujer mataría por tener un hermano y señor como tú. Apoyó la cabeza en su hombro con una sonrisa y, tras un rato en silencio, volvió a levantarla y le miró. Vuelves a salirte con la tuya, hermanito... Te doy mi apoyo. Pero por favor, prométeme que esta será tu última acción descabellada. "Y no se lo tengas en cuenta, Madre. Cuídale".

Estaba organizando una guerra, buscando el apoyo de nuestros vasallos para la misma y la muerte de Daernerys era todavía reciente, no quería hacer algo y arrepentirme de ello. Porque al principio pensé que sólo era un capricho... que la falta de cariño y de compañera me hacían verla tan diferente a las demás. Pero el tiempo que todo lo desmiente o afirma me hizo ver que no era un desliz sin más, ni una tontería. Quiero que sea mi señora Sarella. No sé si detendré ésta locura, pero si detengo ésta haré otra, el lugar de Valerie está aquí en Lanza, conmigo, con todos nosotros.

Seguía sin saber como lo haría, si dejaría que Sean la trajese o sería algo más paciente y elucubraría otro plan. Pero no se iba a quedar de brazos cruzados. Aunque su hermana tenía razón, Dorne debía ser lo primero y si los Tyrell eran igual de valientes que de estúpidos puede que le declarasen la guerra.

No hermana, sabes que jamás te haría eso. No lo digas ni en broma.

No intercambiaría a Sarella, otra cosa sería que ella le pidiese casarse con un Tyrell o un vasallo que le interesase. Pero respetaría su opinión. Quería que su hermana le dijera unos cuantos nombres, pretendientes que le pudieran interesar. Y la decisión final la tomaría Maron. Pero en ningún momento la obligaría a casarse con un señor que a ella no le interesase. Tenía tanto derecho como él a elegir quién la acompañaría el resto de sus días, y quién le daría unos descendientes que querría con todo su corazón. No eran las maneras de Poniente, pero no estaban en Poniente.

No sé porque tengo la impresión de que te equivocas. Se echó a reír. Parece ser que se matan por no tenerme como señor y mi suerte con las mujeres, bueno esa es más evidente todavía.

Sarella finalmente decidió apoyarle. En cierto modo era irrelevante porque la cabezonería de Maron comenzaba a ser famosa. Pero que su hermana estuviera a su lado le daba más determinación y fuerzas que cualquier otra cosa.

No puedo prometerte que lo será, pero que lo intentaré, eso si te lo prometo.