¡No vuelvas a intentar convencerme! (Olyvar Martell)

Abandonó la habitación de su hermano Maron destrozada, avergonzada y hecha un mar de lágrimas. Se escondió en un recoveco entre los pasillos del palacio y se echó a llorar. "He sido una estúpida, ¡una maldita estúpida! Y todo por él, siempre él... le odio, le odio con todas mis fuerzas. Casi tanto como le amo". La pena y el dolor que sentía empezaban a hervir en sus venas, a fusionarse con el veneno y a convertirse en una furia huracanada. Se secó bruscamente las lágrimas y se dirigió con una estampida hacia la alcoba de Olyvar. "Me va a oír, me va a oír bien". Por el pasillo se cruzó con un par de doncellas que llevaban montones de sábanas, probablemente para la recién parida Sofía. Las chicas cometieron el error de cruzarse en su camino. ¡QUITAOS DE EN MEDIO! Su hombro chocó con el de una de las muchachas, haciendo que se le cayera una de las sábanas, mientras la otra se pegaba rápidamente a la pared para dejarla pasar.
Llegó a las habitaciones de su hermano y, sin reducir la velocidad con la que había recorrido todo el pasillo, abrió de un golpe las puertas, que chocaron contra la pared interior de la sala. Para no variar, su hermano no estaba ni vestido, ni solo en la cama. Afortunadamente, la muchacha y él ya parecían haber terminado. Ella lanzó un estúpido gritito, se cubrió de un golpe con las sábanas y rápidamente intentó disculparse con un "mi señora" que a Sarella no le servía para nada. Vaya, veo que te gustan las cosas alargadas... a mis serpientes también les gustan los lugares oscuros y húmedos. ¡FUERA DE AQUÍ! ¡LARGO! La muchacha salió corriendo de la habitación con cara de terror, dejando a Olyvar despatarrado en la cama y con los ojos como platos.
¿Es que no piensas dejarte un solo agujero en todo Poniente donde meterla? Le arrancó las sábanas de un golpe, dejándolo como en su día del nombre, y las tiró por la ventana. Por tu culpa ahora Maron me odia, y a ti también. Por los dioses, ¿cómo conseguiste convencerme de semejante locura? Su hermano intentó abrir la boca, lo cual incrementó su furia, una furia imparable que iba cuesta abajo y sin frenos. NI SE TE OCURRA PONER OTRA DE TUS MALDITAS EXCUSAS. Se acabó Olyvar, se acabó esta farsa y esta tontería. Somos adultos, ADULTOS, así que ya basta. ¿Sabes lo que te digo? Que hagas lo que quieras, como si quieres casarte con una cabra, pero mi boda con el Caron SE SUSPENDE. No pienso casarme con él, no pienso acompañarte a tu suicidio en Canto Nocturno. La próxima vez que necesites una alianza, habla primero con Maron. Está MUY decepcionado con nosotros, y con razón. Así que ahora mismo te estás adecentando y yendo a sus habitaciones a pedirle disculpas por tomar decisiones sin informarle. Es nuestro hermano mayor y es NUESTRO PRÍNCIPE, y le debemos un mínimo de respeto. Esto ha sido una locura desde el principio, pero ya se acabó, SE ACABÓ.

Estaba siendo agradable, no era una experta pero lo compensaba con voluntad, sin negarse a nada que le pidiera e incluso añadiendo algo de imaginación lo que resultaba bastante agradable. Cuando finalizó le dio un beso en la boca y ambos quedaron tumbados en la cama, sudorosos. En ese momento un ciclón entró por la puerta, quién si no su hermana podía organizar eso. Le sorprendía demasiado lo que estaba pasando como para reaccionar excepto abriendo mucho los ojos. La muchacha con la que había estado apenas pudo coger su ropa y ponérsela por encima antes de salir precipitadamente.

¿MAron la odiaba que había pasado?, que le odiara a él no le sorprendía vista las últimas cosas, pero a Sare…iba a abrir la boca cuando su hermana siguió hablando, elevando el tono de voz. Poco a poco su indignación fue creciendo, subiendo como las burbujas de un caldero, hasta que finalmente estalló, con un silencio glacial. Alzó los ojos hacía su hermana.

Ya estoy harto, hasta los cojones de todo, me pide que recupere las marcas hago todo lo posible por hacerlo pacíficamente y me odia, jodiendo todas las posibilidades, casi se mata con el Fuegoscuro en nuestro territorio y me miente para encubrirle, le explico las razones por la que me han vetado y su posible relación con la alianza con los Tyrell y me ignora, le pido explicaciones por la ausencia de meses de Dany y me golpea, hace meses le pedí que me buscara esposa para lo mejor de Dorne y me ignora. La casa Martell necesita esa alianza, necesitamos que te cases con Pearse para tener un ejército decente, para eso tu pides que me case con una hermana, una con fama de medio loca la otra apenas habla y no la veo… , joder menudo panorama, pero estaba dispuesto a sacrificarme por el bien de Dorne. Maron lo sabía, se lo conté todo antes de hablar contigo, que era nuestra única esperanza de conseguir las marcas de una manera u otra, como general se lo dije, pero pasa de mí, al fin y al cabo solo soy otro de sus generales, pues sabes lo que te digo que A LA MIERDA, que se vaya todo a la MIERDA, estoy ya demasiado cansado y harto, me voy. Olyvar se levantó y se dirigió hacía donde tenía su ropa y comenzó a buscar, poca cosa se llevaría, por desgracia hacía tiempo que lo había pensado, tras la no defensa contra los tormentosos, tras su intervención en lo de las del Valle, en lo que le había dicho a Sarella. La poca ropa que cogió era ropa de viaje, sin marcas Ya que Maron piensa eso no avergonzaré más a Dorne, me voy y que no se preocupe no utilizaré ni el título de príncipe ni el apellido Martell, ya puede anunciarlo a los cuatro vientos si quiere, yo me voy ya. Olyvar terminó de vestirse y tomó sus armas dispuesto a marcharse. Aquí ya nada me retiene, pero no te preocupes hermanita que seguiré en contacto contigo, TÚ de MÍ no te LIBRAS TAN FACILMENTE

Esto era ya lo que le faltaba por oír. Oh sí, por supuesto que no me voy a librar de ti tan fácilmente, pero tú de mí menos aún. Agarró a su hermano por la muñeca, clavándole las uñas, cuando este se disponía a salir por la puerta. ¿Es que has perdido el juicio definitivamente, Olyvar? Por los dioses, ¡esto es lo que me quedaba! Maron piensa que somos nosotros dos los que actuamos como críos, ¿pero y vosotros? ¿Es que no vais a parar nunca? Hacedme el favor de hablar al menos, ¡hacedlo por mí aunque sea! Tenía las venas del cuello hinchadas de la rabia y comenzaba a sentirse el rubor en las mejillas. Los ojos se le iban a salir de las órbitas, pero lo que acabaron saliendo finalmente fueron lágrimas de ira. Le escocía toda la cara de tanto llorar, primero de pena, y ahora de rabia. SOIS UNOS MALDITOS CRÍOS LOS DOS. Y no pienso consentir que esto acabe así, NO PIENSO CONSENTIRLO. Dio un tirón de la muñeca a su hermano tan brusco que le hizo sangre con las uñas. Tuvo que parar de gritar en contra de su voluntad: las lágrimas y el aire que entraba y salía de sus pulmones a gran velocidad no la dejaban hablar.
Se interpuso entre la puerta y su hermano, lo empujó dentro de la alcoba y cerró. Él tenía mucha más fuerza que ella, pero se ve que no quería usarla, o que Sarella tenía más de la que pensaba cuando le atacaba la rabia. Había una pequeña mesa en la que su hermano guardaba unos papeles. La tiró contra el suelo, bloqueando la puerta, y desparramando todo su contenido. Tú no te vas de aquí hasta que aclaremos las cosas. No pienso apartarme de la puerta, tendrás que matarme para que me quite, y aún así vendré de entre los muertos a atormentarte hasta que te reconcilies con nuestro hermano. Ya está bien de comportarse uno como el príncipe orgulloso y otro como el principito herido. YA-BASTA. Así que siéntate y veamos qué hacemos para solucionar esto, o me pondré a pegar alaridos. Tú tampoco te vas a librar de mi tan fácilmente.

Sintió las uñas de Sarella traspasando su piel, como la sangre comenzaba a fluir de sus heridas para caer sobre el suelo. No profirió un grito, solo torció el gesto por el dolor, Soltó un suspiro y bajó la cabeza No hermana, esta vez no te haré caso, el tiempo de las palabras con Maron ya se ha terminado, no confía en mí, siempre estará supervisándome y es algo que por el bien de Dorne no puedo consentir, en la guerra nuestras discusiones podrían llevarnos al desastre, y es por eso que prefiero retirarme.r contempló la puerta con indiferencia Esta bien te contaré todo si es lo que quieres. Será mejor que busquemos asiento, esto va para largo Al fin y al cabo Sare era la única que podía hacerle cambiar de idea, cualquiera otra que hubiera tratado de detenerle en ese momento hubiera estado en el mejor de los casos recogiendo dientes del suelo, y en el peor con su espada incrustada en su cuerpo. Poco a poco fue perdiendo la rábia que sentía, pasando a un pesar.

Buscó una silla y se la ofreció a su hermana mientras él se sentaba en la cama Lleva meses sucediendo, me pasé cuatro meses en la frontera y todo lo que hizo Maron fue complicar las cosas, quería atacar el Dominio sin estar preparados, en contra de la recomendación de los Lores presentes, después arriesgó su vida inútilmente en una emboscada que había preparado, y después me mintió para ocultar su derrota contra el Fuegoscuro, ¿sabes que entró a Dorne y le desafió a un duelo?. Cuando de vuelta en Dorne acusé a Dany de haberse ausentado me abofeteó, si no hubiera sido él ya estaría muerto. Olyvar dio un suspiro y se cubrió el rostro con las manos Se niega a ver que está causando problemas con los vasallos con esos cambios de rumbo, con este gesto le estoy ayudando, si no podrían ver en mí a un posible substituto…saben que no ha parado de despreciarme, había demasiados testigos cuando le pedí que me buscara una esposa por Dorne, ya ves el resultado. No pedí nada, incluso estaba dispuesto a casarme con una Caron cuando solo iba a obtener una mujer que me calentara el lecho, ni tierras ni nada, todo lo hacía por Dorne, solo me casaba para que tú te casaras y poder obtener esos soldados que necesitaremos para la guerra, porque nos invadirán, El Dominio y Las Tormentas juntos, y no podremos defendernos, pero Maron seguirá obcecado en su amistad con Nathan, no comprenderá hasta que sea demasiado tarde, y más si las advertencias vienen de mí. No sé dónde iré, si a Occidente, el Tridente o el Valle, aunque esto es difícil tras lo que pasó con nuestras invitadas . Y no te preocupes, no me iré esta noche
Olyvar alzó la cabeza y se quitó las manos de la cara, una lágrima corrió por sus mejillas.

Pero Maron, pero Maron, pero Maron, ¡estoy harta de vuestros reproches! Siempre decís lo mismo, ¡los dos! Y esto es lo que me quedaba por oír. Intentó ignorar las lágrimas de su hermano, pese a que se le clavaban como dagas. "Como dagas..." Ya no había vuelta atrás, la ira se había apoderado de la mente de Sarella y todo lo que saliera de ella sería una locura a cual peor. "Como dagas...". Si era verdad todo lo que decían quererla sus hermanos, ya era hora de demostrarlo.
No, señorito, tú no te vas de aquí, ni hoy... le dio un empujón a la mesita que bloqueaba la puerta, mandándola a la otra punta del cuarto, NI NUNCA. Se dirigió hacia el sorprendido Olyvar, volvió a agarrarlo de la muñeca y tiró de él para levantarlo de la cama, y recorrió la habitación con su hermano pegando traspiés tras ella. Volvió a abrir la puerta de un portazo y arrastró a través del pasillo al un príncipe hacia la alcoba del otro.