Vamos a la biblioteca (Marcus Arryn, Maekar Targaryan y Shiera Seastar)

Ya había visitado el Septo y se había reunido con distintas personalidades... también había visto a sus vasallos y a sus hijos así que lo que más deseaba en ese momento era ir a ver uno de los lugares que toda ciudad poseía y donde más se podía disfrutar... la biblioteca.

Ansiaba saber que tomos tendrían en aquel oscuro rincón, que libros habrían llegado al sur... tan cerca de las Ciudades Libres, todo lo que hubiese allí seguramente sería un tesoro.

Tras ir a buscar a su hijo se encaminaron hacia allí, bajo el brazo llevaba La Estrella de Siete Puntas, su libro por así decirlo. - ¿En qué libro estás enfrascado en estos tiempos hijo mio? - le pregunto ansioso de saber. Athys Arryn había leido ya cientos de libros, de distintos Maestres, Septones y demas señorías... cualquier cosa que callese sobre sus manos era bien recibido y así su conocimiento se había ampliado hasta límites insospechados.

En una ocasión en un viaje a Desembarco del Rey se quedó "atrapado" en una de sus bibliotecas durante dos semanas seguidas, un criado le cambiaba las velas de sebo y le traía de comer, pero sabía que la oportunidad que le brindaban aquellos libros no era digna de dejarla pasar. Ademñas en aquella ocasión pudo hacerse con varios tomos para trasladarlos a su biblioteca personal, en ella figuraban tesoros escritos que valía mucho más que el oro.

Pero de momento caminaban, caminaban para descubrir un oasis en el desierto.

Marcus seguía a su padre camino de la biblioteca, tranquilo y disfrutando de su presencia.
Ahora mismo estoy enfrascado en la lectura de Los Anales del Centauro.-Le comento sonriendo.-Es un relato exhaustivo y detallado de los nueve años durante los que Orbert Caswell sirvió como Lord Comandante de la Guardia de la Noche. Creo poder aprender mucho de sus capacidades de mando.

Espero complacer a su padre, pues siempre buscaba estar más y más formado en los temas que, en un futuro como Lord pudieran hacerle falta.

Esperando su respuesta llegaron a las puerta de doble hojas de la biblioteca, Marcus se aparto dejando pasar primero a su padre.

Se paseo por el castillo rumbo a la biblioteca bien era cierto que sabia bastante bien la geografía concerniente a Poniente, pero quería ser capaz de trazar el camino mas adecuado para su pronto viaje hacia la roca, debía evitar todos los puntos de dudosa seguridad en su camino, así como los demasiados cansados o peligrosos para una partida como la suya, su dama y las damas de compañía de su señora no estarían ni mucho menos acostumbradas a viajar tanto tiempo sin un carruaje, y podrían cansarse pronto de estar tanto tiempo montadas a caballo, así que debía ir por sendas de fácil caminar, y que además estuviera vigiladas por hombres del rey, no quería verse en una refriega con los caballeros de su tío Daemon mientras escoltaba a las damas.

Así pues se encamino a la biblioteca para buscar mapas de poniente y poder analizarlos con tranquilidad, mas cuando entro se percato de que no estaría solo en aquel lugar, cosa que le pareció sumamente extraña, pues no esperaba con aquel escenario de fiestas en el castillo a gente que prefiriera la tranquilidad de la biblioteca, incluso su hermano Baelor prefería estar fuera disfrutando. Pronto los reconoció como señores del Nido de Águilas, sabia que el mayor debía ser Lord Athys, pero el joven no sabia si seria el hermano o el hijo del Lord allí presente.

Buenos días tengas sus señorías….un placer verlo Lord Athys…. – Sonrió al mayor dirigiendo luego su mirada al mas joven – Y vos…sois…Ser Marcus si no me equivoco…espero disfruten de la biblioteca de mi tío, tiene verdaderos tesoros entre sus estanterías os lo aseguro…- Sonrió de nuevo cálidamente mirando a los dos hombres allí delante, sin saber si su padre habría tenido con ellos algunas palabras para invitarles a su futura boda, o para saber cuales eran sus amistades últimamente.

- Los Anales del Centauro... - dejó escapar como en un suspiró Lord Athys - sin duda aprenderás mucho de él hijo mio, aunque por desgracia o por suerte, la Guardia de la Noche no juega en el Juego de Tronos. Los Lores de más al suer del Muro debemos jugar más con esto - le dió un leve golpecito en la sien - que con esto. - dijo llevando esa misma mano a la empuñadura de su espada. - No lo olvides nunca hijo mio. -

Serían cien o quizá mil las veces que le había recordado lo mismo y que el honor era para los hombres preparados para morir, que los vivos debían proteger a sus seres queridos. Pero no había ocasión en la que Athys no se lo recordará y que su hijo asintiera aunque notaba que cada vez más cansado de escucharlo.

Siguieron caminando y entraron en la biblioteca sin tardar demasiado en comenzar a fisgar los tomos que podían encontrar, rápidamente se percató de una copa de La Estrella de Siete Puntas, aunque en bastante mejor estado el que suyo... aquel no había tenido tanto desgaste.

Olía a polvo y las velas alumbraban el lugar cuando escuchó una voz a su espalda, la de un joven. al girarse pudo contemplar a un joven Targaryan, aunque hacía años que no lo veía, por su falta de viajes a Desembarco, aquel muchacho era Maekar Targaryan el hijo menor del Rey - El placer es mio joven Maekar, la última vez que os ví apenas lanzabais estocadas al aire con una espada de madera y ahora vuestras azañas surcan los reinos de Poniente. - Esperó a que su hijo correspondiera con el saludo y continuó hablando - Es bueno saberlo, lo cierto es que tenía la incógnita de saber que encontraría tan al sur, ciertamente esperaba grandes tesoros escritos. Pero dígame joven ¿qué es de su vida por Desembarco? - quería saber algo más de ese jovenzuelo que había conocido tantos años atrás y que tan prometedor parecía ahora.

Marcus asintió ante la respuesta de su padre:

-Es cierto padre, la Guardia de la Noche no juega al Juego de Tronos, nosotros si.-Dijo mirando a su señor padre con los ojos brillando altivamente.

El joven se paseo junto a su padre por las abarrotadas estanterías, mirando con curiosidad los títulos de los libros y códices amarillos por el paso del tiempo. De repente escucho un ruido, antes de poder volverse hizo acto de presencia el Príncipe de Refugio Estival. Escucho en silencio el intercambio de saludos:

- A si es Alteza, Marcus Arryn.-Dijo inclinando la cabeza respetuosamente.

Entonces giraron la esquina hacia la fuente de ruido que Marcus había escuchado con anterioridad, para su sorpresa, una dama acababa de saltar de su precario equilibrio en una silla, para alcanzar un libro. Al parecer era Lady Seastar, según creía por su parentesco con el Príncipe.

Marcus agacho la cabeza para ocultar sus ganas de reír ante la situación, no era el comportamiento de un futuro Lord; aunque a decir verdad el de ella tampoco aquel era el comportamiento de una dama.

Sonrió mirando al Lord de Nido de águilas asintiendo a sus palabras y recuerdos de cuando era solo un infante. – Hazañas mi Lord? Tendréis que contármelas por que no se nada de ellas, creo que no he hecho aun nada memorable que sea oído en Poniente…y en cuanto..a – Se quedo callado en aquel momento pues observo como su tía saltaba de la silla de forma grácil haciendo que una enorme sonrisa se dibujara en su cara y se cruzara de brazos al verla de aquella guisa, por que se imaginaba que no era la primera vez que tenia que hacer algo como aquello.

Tía…hace cuanto intentas alcanzar ese libro? Solo tenias que darme una voz y hubiera venido a ayudarte….. – Sonrió levemente y después observo de nuevo a Lord Arryn y su hijo – Supongo que Lord Arryn y su hijo serán mas dados a la lectura que mi persona, yo he venido por algunos mapas y algo de lectura para Sofia quizás, la he dejado descansando en sus aposentos en este momento.. – Volvió de nuevo su rostro hacia Lord Arryn sonriendo amablemente – Mi vida en Desembarco no me hace hacer nada relevante me temo, además estos dos meses han sido un poco moviditos, y con un asunto que espero os concierna a vos y a vuestro hijo…pues me gustaría invitaros personalmente a mi boda, aunque claro os enviare un cuervo cuando consiga mas detalles de la fecha, pero se celebrara en la casa de mi futura esposa, en Roca Casterlay...

Sonrió mirando a su tía, esperaba que ella también marchara, pero no sabia si seria posible, alguien debía permanecer en Desembarco por si ocurría algo, y aunque pensaba que se trataría de Baelor, no estaba del todo seguro de cual seria la decisión final de su padre.

Athys se sorprendió al ver que aquel chico no se sentía halagado por su cortesía sino que además preguntaba sobre que era lo que se había escuchado más allá de Desembarco sobre él... ¡Qué descarado! - ¿Acaso haberse convertido en un General de las tropas de la Corona no es una gran hazaña? - dijo engrandeciendo la posición del chico - A otros les lleva muchos más años de batallas y sangre conseguir lo que el joven señor ya carga sobre sus hombros, vuestro padre estará orgulloso de vos. -

La mujer que había allí llamo la atención de los presentes con tanto escándalo para un lugar tan silencioso - Encantado mi señora, es un honor presetaros a mi hijo, Ser Marcus Arryn, heredero de Nido de Águilas. -

Aguardó la conversación entre tío y sobrina y al volver el joven a la conversación guió hacia él de nuevo toda su atención - Estaremos orgullosos de aceptar dicha invitación, acudiremos gustosos a Roca Casterly. - pero en el fondo se preugntaba que dote habría pagado Lannister para además pagar la boda de su hija, desde luego los Targaryen eran únicos a la hora de aprobecharse de los demás.

El joven Arryn escucho la conversación de su señor padre con Maekar, el joven le pareció simpático pero no le gusto su falsa modestia, y se extraño bastante de que hubiera cometido la grave falta de protocolo de invitar a una boda que ni era oficial, ni tenia si quiera fecha.

Para ser miembro de la familia real, o no le preocupaba mucho la política (lo cual era preocupante), o era un necio en esos aspectos (lo cual era aun mas preocupante).

-La colección de vuestro cuñado es ciertamente importante. Aunque bien es cierto que le falta un poco de organización. Le contesto Lady Shiera.-A decir verdad, estoy enfrascado en la lectura de "Los Anales del Centauro". Si consigo encontrarlo, quizás avance un poco en la lectura. Y vos mi señora, ¿que leéis?

Marcus le sonrió amablemente a la espera de su respuesta, y miro de reojo a su señor padre.

Me temo mi Lord, que lo que se me otorga por nombre y no por capacidad propia, no es digno de recalcar, soy muy joven aun ,y tengo muchas cosas que demostrar, y aunque sea general de los ejércitos de la corona solo es gracias a que soy hijo de mi padre, no a que sea particularmente habilidoso o sabio, hay en desembarco al menos cien hombres mas sabios que yo para desempeñar ese puesto, vos mismo estáis mas preparado que yo, aunque espero poder hacerlo lo mejor posible….-Lo miro largamente esperando que entendiera su punto, no estaba realmente orgulloso de ser general de nada, solo por haber nacido siendo quien, era aunque demostraria que se lo merecia de todas formas.- Gracias por las felicitaciones de todas formas… - Sonrió suavemente inclinando la cabeza y dando una ligera reverencia. – Espero sinceramente veros en mi boda, aun no hemos decidido la fecha por que deseo que Sofia se reponga de tantos viajes y descanse un poco antes de enlazarnos. Mi Lord, me gustaría haceros una petición, siempre me han dicho que Nido de Águilas es espectacularmente bello, y me gustaría llevar a mi dama para que observara las zonas mas bellas de poniente después de nuestro enlace, ambos somos almas inquietas y nos gusta viajar, así pues espero que nos deis permiso para visitaros si no es demasiada molestia mi señor..

Después de aquello se volvió a su tía con una suave sonrisa, sabia que ella ya había estado trasteando por todos los rincones del lugar desde seguramente hacia horas y podría ayudarle en su búsqueda, aunque bien era cierto que partiría con uno de los hombres mas preparados de todo poniente, el también quería ofrecer su granito de ayuda a su tío en todo aquel asunto de la partida. – Tía, he venido buscando algunos planos, sabéis donde pueden estar?

Sonrio a Lady Seastar ante su critica velada hacia sus lecturas.

-Así es mi señora, soy de la opinión de que "los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia". Lo creo sinceramente, lo cual no quiere decir que lo comparta, pero ¿no debe un señor conocer a su gente y a su pueblo?, mientras haya hombres que piensen así debo conocer a fondo su opinión. Noto la mirad de su señor padre sobre él, y continuó... -Decís mi señora que para ser un gran señor, se debe ser un modesto ser humano. Y que manera hay de ser mas modesto, que intentar comprender hasta al mas bruto de los hombres.

Clavo sus ojos azules en los de Lady Seastar, y mientras esperaba su respuesta, le contesto.

-Es cierto, y es un lastima que no este completo. Me halagáis profundamente mi señora, y acepto con gusto tal invitación. No dudéis de que disfrutare con intensidad de vuestra biblioteca. Espero por tanto, estar pronto en la Capital.

Escucho sumido en el silencio y con las manos enlazadas en la espalda, como Lady Shiera se dirigía su padre. En el caso de que aceptara se quedaría con el joven, Maekar no le desagradaba la idea de conocer mas al joven, aunque tampoco tenía especial interés, pero en la actual situación era mejor una pequeña relación cordial con cualquier miembro de los Targaryan, que nada.

Si tanto es así no debería haber aceptado aquel cargo, esa humildad no era aprobada por alguien como Athys... ese chico estaba demasiado verde - Soy mayor, estoy seguro de que valgo para muchas cosas, pero no tanto para otras. - Comenzó a reir, se imaginaba para las cosas que ya no podía valer pero vivía feliz con las esenciales, aún tenía una gran vigorosidad y una cabeza bien puesta sobre los hombros - Espero que me hagais saber la fecha del evento tan pronto lo tengais claro y cuando deseeis pasar por Nido de Águilas, la fortaleza del Cielo tendrá sus puertas abiertas para recibir a tan ilustre pareja. -

Cuando escuchó a la dama dirigirse a su hijo estuvo tentado de asaltar a la conversación pero su hijo fue rápido a cortar el reproche y sin duda pudo sentir que era hijo suyo y que le había enseñado bien. Con total cortesía había contestado algo similar a lo que él habría dicho. ¿Acaso no es igual de digno desde el más plebeyo al más noble? ¿No había que entender a todos los seres para poder gobernar sobre ellos?

Pero su hijo tenía su opinión... acertada para su gusto. Se giró a la señorita después de atender a su sobrino - Si gusta milady, podemos ir donde desee. - si quería hablar con él... estaba abierto a escuchar todo lo que tenía que decirle alguien de aquella alcurnia.