Conectarse
Últimos temas
Este foro está basado en la saga de George R.R. Martin titulada "Canción de Hielo y Fuego", además sacamos contenido de diversas webs relacionadas como Asshai.com o de Hielo y Fuego Wikia. También traducimos expresamente artículos relacionados de Westeros.org para utilizarlos en Valar Morghulis. Los gráficos, plantillas, reglas y personajes cannon fueron creados por los miembros del Staff por lo que poseemos derechos reservados. No intentes plagiar o tomar algo sin habernos notificado o nos veremos forzados a tomar las medidas necesarias y a efectuar las denuncias correspondientes a Foroactivo.
El Leviatan Regresa a casa
2 participantes
Página 1 de 1.
El Leviatan Regresa a casa
¿Cuanto tiempo había pasado ya desde su llegada al Castillo de Volmark?
La pregunta resonó en su cabeza, mientras miraba como las olas del mar algo embravecido chocaban contra el acantilado que soportaba la fortaleza donde ahora habitaba. Hacia ya tiempo que había dejado de contar los días, no por que hubiera abandonado toda esperanza, si no simplemente por que no valía la pena malgastar el tiempo en pensamientos que no llevaban a ninguna parte.
Sacudió levemente la cabecita acomodándose donde estaba con algo de dificultad. El lugar donde estaba ahora era su preferido, en uno de los rincones del torreón donde podía ver sin dificultad el mar sin miedo a caerse por el acantilado, con las funestas consecuencias que ello traería. Sintió un leve escalofrío al pensar en una caída desde ahí, e inconscientemente se arrebujo en lo que parecía una especie de manta hecha de piel de león, obsequio de Lord Volmark el día que la había acogido en el barco.
La muchacha suspiro levemente, recordando lo que había ocurrido. Lo había pasado bastante mal, seria engañarse a si misma si se dijera lo contrario, pero aun así había intentado ser fuerte y al parecer lo había conseguido, pues se encontraba ahí, viva y no demasiado angustiada. Aun así, las primeras semanas habían sido duras, pues Franmark la tomaba cuando y como quería, y la mayoría de las veces, acompañaba el mal trago con burlas hacia ella de todo tipo, buscando seguramente humillarla. Debía conceder al hombre, que varias de esas palabras que dedicaba a la joven Lefford habían sido ocurrentes y dañinas, pero por suerte, ella las había ignorado.
Y así, las burlas fueron tornándose al pasar los días menos dañinas, así como las embestidas que cada noche sufría, hasta el punto que casi se había acostumbrado.
Pero entonces, de la noche a la mañana, el Hombre de Hierro desapareció de su vida tan pronto como había llegado, detenido por temas que ella no tenia interés en saber, aburridas leyes de los hombres de las Islas sobre lealtad y guerra.
-¡Camille!¿Estas ahí?
Reconoció la voz enseguida, era Eorl Volmark, el hermano menor de Franmark. Sonrió levemente al escucharle, pues era con el que mejor se llevaba del castillo. Eorl era un joven de quince años bastante amigable, y enseguida había hecho buenas migas con el.
-¡Estoy aquí arriba!
Camille se empezó a levantar con dificultad, levantando con ella el peso extra que portaba, pues aunque el Lord del castillo se había marchado, había dejado en ella un pequeño y pesado presente. Se sonrió a si misma entonces, casi riendo entre dientes de su ocurrencia, mientras terminaba de ponerse en pie, sujetando con una mano su ahora abultado vientre y arrebujándose en la capa con la otra mano. Enseguida llego Eorl, y amablemente la cogió de un brazo y la ayudo a caminar y empezar a bajar las escaleras. Ella agradeció en verdad la ayuda, pues bajarlas se le habría hecho una tarea difícil y muy muy cansada.
-¿Como es que has subid aquí?¿Es que no recuerdas el otro día? Te diste un buen resbalón y casi te matas...
-¡Pero si no fue nada!-dijo la ella sonriendo levemente, levantando levemente la falda que llevaba, hasta la rodilla, enseñándosela al joven. Estaba algo magullada y pelada, por un golpe- Solo e hice un rasconcito y un par de moratones...
El muchacho la agarro con mas fuerza, pues había hecho ese movimiento en mitad de la bajada, cosa peligrosa, y mas en el estado en el que se encontraba, pues podría perder el equilibrio.
-¡Te vas a matar!
El camino de bajada fue bastante interesante, pues la chica se entero que Lord Volmark estaba apunto de regresar al castillo. Por suerte, Eorl había elegido un buen momento para decirle eso, justo al terminar de bajar la escalera, pues la muchacha al escuchar eso, perdió el pie y casi se va de bruces contra el suelo. Realmente, la muchacha no sabia como reaccionar, pues por un lado, volvería el hombre que la había arrancado de su hogar y la había violado, mientras que por otro lado, volvería el que seria el padre de su futuro hijo o hija.
En mitad de esos pensamientos, miro a Eorl, mientras sentía como su cabeza se nublaba ligeramente.
-Me...me mareo...
Después de eso, simplemente se desplomo en los brazos del joven. Demasiadas emociones.
------
Cuando se despertó, se encontraba sola en lo que ahora eran sus habitaciones, las cuales eran sin duda de las mas cuidadas y decoradas del húmedo Castillo, había tenido bastante tiempo para ese cometido.
Suspiro levemente, sintiendo un escalofrío al recordar lo que había ocurrido, y fue entonces cuando escucho pasos y después la puerta abrirse. Su primer impulso fue esconderse bajo las mantas, y así lo hizo, quedándose quietecita, con bastantes interrogantes bailando en su mente.
¿Que pasaría ahora?¿Que diría el hombre al encontrarla en estado?¿Se alegraría?¿La echaría del Castillo dejándola a su suerte?¿La mataría?
Cerro los ojos con fuerza, notando que alguien se cernía sobre ella en ese momento.
La pregunta resonó en su cabeza, mientras miraba como las olas del mar algo embravecido chocaban contra el acantilado que soportaba la fortaleza donde ahora habitaba. Hacia ya tiempo que había dejado de contar los días, no por que hubiera abandonado toda esperanza, si no simplemente por que no valía la pena malgastar el tiempo en pensamientos que no llevaban a ninguna parte.
Sacudió levemente la cabecita acomodándose donde estaba con algo de dificultad. El lugar donde estaba ahora era su preferido, en uno de los rincones del torreón donde podía ver sin dificultad el mar sin miedo a caerse por el acantilado, con las funestas consecuencias que ello traería. Sintió un leve escalofrío al pensar en una caída desde ahí, e inconscientemente se arrebujo en lo que parecía una especie de manta hecha de piel de león, obsequio de Lord Volmark el día que la había acogido en el barco.
La muchacha suspiro levemente, recordando lo que había ocurrido. Lo había pasado bastante mal, seria engañarse a si misma si se dijera lo contrario, pero aun así había intentado ser fuerte y al parecer lo había conseguido, pues se encontraba ahí, viva y no demasiado angustiada. Aun así, las primeras semanas habían sido duras, pues Franmark la tomaba cuando y como quería, y la mayoría de las veces, acompañaba el mal trago con burlas hacia ella de todo tipo, buscando seguramente humillarla. Debía conceder al hombre, que varias de esas palabras que dedicaba a la joven Lefford habían sido ocurrentes y dañinas, pero por suerte, ella las había ignorado.
Y así, las burlas fueron tornándose al pasar los días menos dañinas, así como las embestidas que cada noche sufría, hasta el punto que casi se había acostumbrado.
Pero entonces, de la noche a la mañana, el Hombre de Hierro desapareció de su vida tan pronto como había llegado, detenido por temas que ella no tenia interés en saber, aburridas leyes de los hombres de las Islas sobre lealtad y guerra.
-¡Camille!¿Estas ahí?
Reconoció la voz enseguida, era Eorl Volmark, el hermano menor de Franmark. Sonrió levemente al escucharle, pues era con el que mejor se llevaba del castillo. Eorl era un joven de quince años bastante amigable, y enseguida había hecho buenas migas con el.
-¡Estoy aquí arriba!
Camille se empezó a levantar con dificultad, levantando con ella el peso extra que portaba, pues aunque el Lord del castillo se había marchado, había dejado en ella un pequeño y pesado presente. Se sonrió a si misma entonces, casi riendo entre dientes de su ocurrencia, mientras terminaba de ponerse en pie, sujetando con una mano su ahora abultado vientre y arrebujándose en la capa con la otra mano. Enseguida llego Eorl, y amablemente la cogió de un brazo y la ayudo a caminar y empezar a bajar las escaleras. Ella agradeció en verdad la ayuda, pues bajarlas se le habría hecho una tarea difícil y muy muy cansada.
-¿Como es que has subid aquí?¿Es que no recuerdas el otro día? Te diste un buen resbalón y casi te matas...
-¡Pero si no fue nada!-dijo la ella sonriendo levemente, levantando levemente la falda que llevaba, hasta la rodilla, enseñándosela al joven. Estaba algo magullada y pelada, por un golpe- Solo e hice un rasconcito y un par de moratones...
El muchacho la agarro con mas fuerza, pues había hecho ese movimiento en mitad de la bajada, cosa peligrosa, y mas en el estado en el que se encontraba, pues podría perder el equilibrio.
-¡Te vas a matar!
El camino de bajada fue bastante interesante, pues la chica se entero que Lord Volmark estaba apunto de regresar al castillo. Por suerte, Eorl había elegido un buen momento para decirle eso, justo al terminar de bajar la escalera, pues la muchacha al escuchar eso, perdió el pie y casi se va de bruces contra el suelo. Realmente, la muchacha no sabia como reaccionar, pues por un lado, volvería el hombre que la había arrancado de su hogar y la había violado, mientras que por otro lado, volvería el que seria el padre de su futuro hijo o hija.
En mitad de esos pensamientos, miro a Eorl, mientras sentía como su cabeza se nublaba ligeramente.
-Me...me mareo...
Después de eso, simplemente se desplomo en los brazos del joven. Demasiadas emociones.
------
Cuando se despertó, se encontraba sola en lo que ahora eran sus habitaciones, las cuales eran sin duda de las mas cuidadas y decoradas del húmedo Castillo, había tenido bastante tiempo para ese cometido.
Suspiro levemente, sintiendo un escalofrío al recordar lo que había ocurrido, y fue entonces cuando escucho pasos y después la puerta abrirse. Su primer impulso fue esconderse bajo las mantas, y así lo hizo, quedándose quietecita, con bastantes interrogantes bailando en su mente.
¿Que pasaría ahora?¿Que diría el hombre al encontrarla en estado?¿Se alegraría?¿La echaría del Castillo dejándola a su suerte?¿La mataría?
Cerro los ojos con fuerza, notando que alguien se cernía sobre ella en ese momento.
Última edición por Camille Lefford el Lun Jun 17, 2013 2:36 am, editado 1 vez
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: El Leviatan Regresa a casa
El juicio en los huesos de Nagga había finalizado y en su cabeza por fin había trnaquilidad desde hacía meses, quizás desde antes de ser encarcelado en una modesta y fría celda de Diez Torres durante más de 6 meses. Aunque era una suerte haber evitado ser acusado de traidor y ajusticiado sobre las rocas como el resto de rebeldes de la liga de la sal, no podía evitar sentirse en parte algo cobarde por no haber clavado una espada en el vientre de Harlaw cuando tuvo ocasión el día de su ahogamiento. De haber sido más inteligente y haberse convertido en un cambiacapas hubiera dicho cuanto sabía a Victarion y cambiado de bando poniendo su hacha a su servicio, pero aquello no había sucedido, pues presa de la cólera habló más de la cuenta y fue aprisionado junto a los hombres que habían sobrevivido a la captura y posteriormente al tiempo en prisión. El Sordo había insistido en escaparse rompiendo los barrotes de una ventana para descubrir funestamente que más de 30 varas era lo que el suelo rocoso le separaba de la ventana, no fue el único intento de fuga, un día antes de la batalla trataron de fugarse asfixiando al guardia que les traía la comida a las mazmorras, murieron 6 hombres tres de ellos de Stonelaw y se ganó así el aislamiento. Pero aquello convendría no ponerlo sobre la mesa, era mejor olvidarse de la rebelión, seguir adelante con lo que había conseguido salvar.
Los 9 que seguían con vida al ser liberados se unieron al resto de guerreros de la casa Volmark y embarcaron en sus navíos de vuelta a Stonelaw. Durante el camino no habló con nadie más de lo necesario para dar órdenes a los tripulantes, en una jornada regresaron al puerto de su castillo y en la rocosa arena se agachó a tomar un puñado de piedras y terrones de tierra oscuros que estrujó entre sus dedos, aquellas eran sus tierras, las que no había defendido y contra las que el rey había asegurado no tomar represalias. Dejó caer el puñado para mirar a los hombres que le habían acompañado en su cautiverio, se permitió dibujar un ápice de sonrisa.
-Hemos vuelto a casa muchachos, esta noche cenaremos como se merece y beberemos lo que no pudimos en la pris...
Interrumpió su promesa al ver el estado en el que se encontraba el castillo, había oído que fue atacado, pero desde el pie del acantilado la imponente fortificación de piedra y madera se encontraba parcialmente en ruinas. Algunas torretas de madera estaban semiderruidas, otras barnizadas de tizón por el beso de las llamas al igual que parte de la empalizada. La estructura de piedra tenía algunas roturas fruto de las acometidas de catapultas y onagros, a medida que ascendió hacia el castillo por las colinas y caminos observó más señales de la batalla que tuvo lugar ante los muros de Stonelaw, haría falta reconstruir cuanto antes aquel destrozo.
El recibimiento que le esperaba era modesto, el sol brillaba ténuemente previo a la puesta de sol e iluminaba la punta de las lanzas y yelmos de los guardias que vigilaban en los muros y torres. Sus familiares le esperaban de pie en el patio, junto a algunos miembros de importancia en el castillo: un sacerdote del Dios que hacía voto de silencio y austeridad, Redgar Deeprock un hombre de mandíbula cuadrada y considerable corpulencia que ejercía de maestro de armas, el mayordomo Folen Pyke hombre de barba rojiza y mirada cansada y afable, ambos hermanos y hermana y su madre con una mirada de reproche en el rostro de la última. No esperaba ni merecía un mayor recibimiento, pues no volvía a casa como un héroe sino más bien como un vencido que no había tenido ocasión de librar su batalla.
Desmotó de Mordedor y un mozo de cuadras lo llevó con cierto achante ante una sacudida de cabeza del animal. Dibujó una ligera y amarga sonrisa, acercándose a su señora madre para besar su mejilla arrugada con suavidad. Frunció el rostro ante el contacto de Franmark y se cruzó de brazos, haciendole ver a este uqe vestía un peto y protecciones acolchadas.
-¿No te alegras de verme con vida?....¿y qué demonios haces con ese gambesson, te has propuesto resistir un nuevo asedio tú sola?
-Cosa que no has podido hacer tú! ahora yo actúo como Castellana, Ormund murió en el asedio protegiéndonos mientras tú retozabas borracho en Diez Torres con esos inútiles que te llevaste como guardia!
La mujer le replicó sin piedad, consiguiendo que una risa irónica y cargada de reproche saliese del pecho de Franmark.
-Si tuvieras 40 años menos me plantearía dejarte al cargo de nada, ahora devuelve eso a la armería, no tienes ni idea de lo que ha ocurrido! y gracias al Dios de que haya conseguido volver sin que nos quiten nada a cambio, nuestro honor ha quedado intacto y nuestras tierras igual...ahora, he estado en una mazmorra desde que salí de aquí hace siete meses, ¿Donde están mis esposas?
La mujer hizo amago de abofetearle pero terminó cediendo y adoptando la misma postura desafiante que él, hasta que se cruzó de brazos.
-La del Dominio murió cuando se le derrumbó encima el almacén, la del Rejo pensó que venían a liberarla y convenció a la norteña para saltar de la muralla, su jóvenes y tersos cuerpos quedaron cubiertos de flechas de los Harlaw y nuestras, y la otra norteña...me dicutió y se cayó al foso, acabó enpalada de verdad por una estaca de hierro oxidada
Franmark no dió crédito a lo que su madre le contaba, no guardaba mucho cariño a sus esposas de sal, pero el echo de quedarse sin acompañantes en las noches venideras era algo que le preocupaba hasta cierto punto. Pero recordó que había traído a una más joven de Occidente, y eso le produjo cierta alegría interior, hasta el punto de bromear.
-Y la Rubia del Risco?
-Esa tenías que haberla cobrado un rescate en oro y joyas, no meterla un bastardo en la barriga! está descansando en sus aposentos de una caída de esta mañana, pero está bien según el curandero.
La noticia hizo a Franmark dudar si había oido bien, pero era evidente, tarde o temprano tendría que ocurrirle a alguna de sus esposas de sal. Así que tras devorar una suculenta cena y regarla con hidromiel hasta el punto de pregonar a todo el castillo que iba a tener un bastardo, se dignó a aparecer en el cuarto de Camille. Se asomó por la puerta y no vio más que un bulto entre las sábanas, preguntándose de qué se escondía se acercó y tiró de las mantas, descubriendo a la joven.
-Así que es verdad, tienes un hijo mio dentro....¿ese es bastardo tuyo o mio?
Los 9 que seguían con vida al ser liberados se unieron al resto de guerreros de la casa Volmark y embarcaron en sus navíos de vuelta a Stonelaw. Durante el camino no habló con nadie más de lo necesario para dar órdenes a los tripulantes, en una jornada regresaron al puerto de su castillo y en la rocosa arena se agachó a tomar un puñado de piedras y terrones de tierra oscuros que estrujó entre sus dedos, aquellas eran sus tierras, las que no había defendido y contra las que el rey había asegurado no tomar represalias. Dejó caer el puñado para mirar a los hombres que le habían acompañado en su cautiverio, se permitió dibujar un ápice de sonrisa.
-Hemos vuelto a casa muchachos, esta noche cenaremos como se merece y beberemos lo que no pudimos en la pris...
Interrumpió su promesa al ver el estado en el que se encontraba el castillo, había oído que fue atacado, pero desde el pie del acantilado la imponente fortificación de piedra y madera se encontraba parcialmente en ruinas. Algunas torretas de madera estaban semiderruidas, otras barnizadas de tizón por el beso de las llamas al igual que parte de la empalizada. La estructura de piedra tenía algunas roturas fruto de las acometidas de catapultas y onagros, a medida que ascendió hacia el castillo por las colinas y caminos observó más señales de la batalla que tuvo lugar ante los muros de Stonelaw, haría falta reconstruir cuanto antes aquel destrozo.
El recibimiento que le esperaba era modesto, el sol brillaba ténuemente previo a la puesta de sol e iluminaba la punta de las lanzas y yelmos de los guardias que vigilaban en los muros y torres. Sus familiares le esperaban de pie en el patio, junto a algunos miembros de importancia en el castillo: un sacerdote del Dios que hacía voto de silencio y austeridad, Redgar Deeprock un hombre de mandíbula cuadrada y considerable corpulencia que ejercía de maestro de armas, el mayordomo Folen Pyke hombre de barba rojiza y mirada cansada y afable, ambos hermanos y hermana y su madre con una mirada de reproche en el rostro de la última. No esperaba ni merecía un mayor recibimiento, pues no volvía a casa como un héroe sino más bien como un vencido que no había tenido ocasión de librar su batalla.
Desmotó de Mordedor y un mozo de cuadras lo llevó con cierto achante ante una sacudida de cabeza del animal. Dibujó una ligera y amarga sonrisa, acercándose a su señora madre para besar su mejilla arrugada con suavidad. Frunció el rostro ante el contacto de Franmark y se cruzó de brazos, haciendole ver a este uqe vestía un peto y protecciones acolchadas.
-¿No te alegras de verme con vida?....¿y qué demonios haces con ese gambesson, te has propuesto resistir un nuevo asedio tú sola?
-Cosa que no has podido hacer tú! ahora yo actúo como Castellana, Ormund murió en el asedio protegiéndonos mientras tú retozabas borracho en Diez Torres con esos inútiles que te llevaste como guardia!
La mujer le replicó sin piedad, consiguiendo que una risa irónica y cargada de reproche saliese del pecho de Franmark.
-Si tuvieras 40 años menos me plantearía dejarte al cargo de nada, ahora devuelve eso a la armería, no tienes ni idea de lo que ha ocurrido! y gracias al Dios de que haya conseguido volver sin que nos quiten nada a cambio, nuestro honor ha quedado intacto y nuestras tierras igual...ahora, he estado en una mazmorra desde que salí de aquí hace siete meses, ¿Donde están mis esposas?
La mujer hizo amago de abofetearle pero terminó cediendo y adoptando la misma postura desafiante que él, hasta que se cruzó de brazos.
-La del Dominio murió cuando se le derrumbó encima el almacén, la del Rejo pensó que venían a liberarla y convenció a la norteña para saltar de la muralla, su jóvenes y tersos cuerpos quedaron cubiertos de flechas de los Harlaw y nuestras, y la otra norteña...me dicutió y se cayó al foso, acabó enpalada de verdad por una estaca de hierro oxidada
Franmark no dió crédito a lo que su madre le contaba, no guardaba mucho cariño a sus esposas de sal, pero el echo de quedarse sin acompañantes en las noches venideras era algo que le preocupaba hasta cierto punto. Pero recordó que había traído a una más joven de Occidente, y eso le produjo cierta alegría interior, hasta el punto de bromear.
-Y la Rubia del Risco?
-Esa tenías que haberla cobrado un rescate en oro y joyas, no meterla un bastardo en la barriga! está descansando en sus aposentos de una caída de esta mañana, pero está bien según el curandero.
La noticia hizo a Franmark dudar si había oido bien, pero era evidente, tarde o temprano tendría que ocurrirle a alguna de sus esposas de sal. Así que tras devorar una suculenta cena y regarla con hidromiel hasta el punto de pregonar a todo el castillo que iba a tener un bastardo, se dignó a aparecer en el cuarto de Camille. Se asomó por la puerta y no vio más que un bulto entre las sábanas, preguntándose de qué se escondía se acercó y tiró de las mantas, descubriendo a la joven.
-Así que es verdad, tienes un hijo mio dentro....¿ese es bastardo tuyo o mio?
Franmark Volmark
Re: El Leviatan Regresa a casa
La muchacha relego los pensamientos que había tenido en la mente esos últimos minutos a un muy segundo plano cuando las mantas volaron a un lado y la dejaron destapada. Con los ojos abiertos, miro a Franmark desde su posición recostada, y simplemente esbozo una sonrisa.
-Cuanto tiempo sin verte…
Y tras decir esas palabras se medio incorporo en la cama, apoyando su cuerpecito con el ahora prominente vientre en el cabezal de la cama, dando un leve suspirito. Le volvió a mirar, manteniendo esa leve sonrisa en sus labios, quizás ocultando el temor tras ella.
-Estas más delgado…-mirando ahora al Hombre de Hierro con más atención, casi de arriba abajo- ¡Pero me gusta!-dijo enseguida, como si no quisiera ofender con sus palabras al hombre, rio levemente, acariciándose el vientre mientras dejaba de mirarle- Yo al revés, estoy más gorda de cómo me dejaste…-volvió a levantar la mirada, sonriendo de nuevo- Aunque bueno, de lo tuyo yo no tengo culpa…
Entonces hincho los mofletes y se cruzó de brazos, como si estuviera enfadada por lo último, pero a la vez notándose que iba en broma.
Pasando unos segundos, la muchacha se deslizo con tranquilidad hacia el borde de la cama, apoyando los pies en el suelo y las manos en la cama, volviendo a mirar a Franmark.
-Pues el bebe que llevo dentro es de los dos… ¿No? Tú lo metiste dentro y yo lo he estado cuidando estos meses…-se estiro levemente, cerrando unos segundos los ojos- Tengo hambre… ¿Me acompañas a las cocinas o prefieres quedarte aquí?-se puso entonces completamente en pie, mirando la habitación en general, sonriendo más ampliamente, y cambio de tema drásticamente, como muchas veces hacia sin razón- ¿Ves que bonita he dejado la habitación? Ya no se nota tan fría y húmeda y fea, ahora me gusta más…
Y dicho eso, miro a Franmark, esperando a ver si la acompañaría a por algo de comer o haría cualquier otra cosa.
-Cuanto tiempo sin verte…
Y tras decir esas palabras se medio incorporo en la cama, apoyando su cuerpecito con el ahora prominente vientre en el cabezal de la cama, dando un leve suspirito. Le volvió a mirar, manteniendo esa leve sonrisa en sus labios, quizás ocultando el temor tras ella.
-Estas más delgado…-mirando ahora al Hombre de Hierro con más atención, casi de arriba abajo- ¡Pero me gusta!-dijo enseguida, como si no quisiera ofender con sus palabras al hombre, rio levemente, acariciándose el vientre mientras dejaba de mirarle- Yo al revés, estoy más gorda de cómo me dejaste…-volvió a levantar la mirada, sonriendo de nuevo- Aunque bueno, de lo tuyo yo no tengo culpa…
Entonces hincho los mofletes y se cruzó de brazos, como si estuviera enfadada por lo último, pero a la vez notándose que iba en broma.
Pasando unos segundos, la muchacha se deslizo con tranquilidad hacia el borde de la cama, apoyando los pies en el suelo y las manos en la cama, volviendo a mirar a Franmark.
-Pues el bebe que llevo dentro es de los dos… ¿No? Tú lo metiste dentro y yo lo he estado cuidando estos meses…-se estiro levemente, cerrando unos segundos los ojos- Tengo hambre… ¿Me acompañas a las cocinas o prefieres quedarte aquí?-se puso entonces completamente en pie, mirando la habitación en general, sonriendo más ampliamente, y cambio de tema drásticamente, como muchas veces hacia sin razón- ¿Ves que bonita he dejado la habitación? Ya no se nota tan fría y húmeda y fea, ahora me gusta más…
Y dicho eso, miro a Franmark, esperando a ver si la acompañaría a por algo de comer o haría cualquier otra cosa.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: El Leviatan Regresa a casa
Se extranó que aquella joven se alegrase de verle, o de que le sonriera, cualquier otra de sus esposas de sal no hubiera alegrado la cara al verle aparecer de nuevo tras el cautiverio, aquella parecía incluso agradada por ello. El hijo del hierro se mesó la perilla y se sentó a su lado en uno de los lados de la cama mirando el prominiente vientre de la joven rubia, sopesando poner su mano encima de este, pero no lo hizo por el momento.
-Más de medio año...esos perros me cogieron mientras dormía
Sopesó evidentemente molesto por el recuerdo de lo ocurrido, decidió no profundizar en el tema pues ya lo había hecho durante la cena y su posterior estado de ebriedad con todos los insultos requeridos para halagar a los Harlaw y sus aliados como merecían. Se fijó en su silueta, realmente había perdido peso y con ello algo de fuerza, pero seguía siendo un hombre de constitución fuerte y alto, con un par de semanas entrenando de día y cebándose por las noches recuperaría su peso. Observó la de ella con atención, había engordado como las mujeres en estado, pero mantenía su atractivo y de no ser por el respeto que aquél vientre abultado le daba ya se habría abalanzado sobre ella con deseo.
-De los dos pero es más mío que tuyo, creo que ya puedes imaginarte por qué
A Franmark le daba totalmente igual la alta cuna de la que fuera la madre del bastardo, se quedaría en Stonelaw y sería educado allí como cualquier otro hijo que pudiera tener él. La madre poco podría añadir al respecto, de una forma u otra los Volmark se quedarían al retoño que naciese. Miró a la habitación a medida que esta se ponía en pie, observándola con la escasa decoración que había podido poner la chica. Enarcó una ceja al darse cuenta de la tontería más grande que había dicho la joven, cruzándose de brazos y poniéndose en pie a continuación.
-Ya habrás comido, y si quieres comida a mi no me la pidas, no tengo cara de ser el que da vueltas al espetón
Respondió de mala gana, frunciendo levemente el ceño. ¿Tanto tiempo ausente y su casa había acabado convirtiendose en una posada y el el tabernero?
-Más de medio año...esos perros me cogieron mientras dormía
Sopesó evidentemente molesto por el recuerdo de lo ocurrido, decidió no profundizar en el tema pues ya lo había hecho durante la cena y su posterior estado de ebriedad con todos los insultos requeridos para halagar a los Harlaw y sus aliados como merecían. Se fijó en su silueta, realmente había perdido peso y con ello algo de fuerza, pero seguía siendo un hombre de constitución fuerte y alto, con un par de semanas entrenando de día y cebándose por las noches recuperaría su peso. Observó la de ella con atención, había engordado como las mujeres en estado, pero mantenía su atractivo y de no ser por el respeto que aquél vientre abultado le daba ya se habría abalanzado sobre ella con deseo.
-De los dos pero es más mío que tuyo, creo que ya puedes imaginarte por qué
A Franmark le daba totalmente igual la alta cuna de la que fuera la madre del bastardo, se quedaría en Stonelaw y sería educado allí como cualquier otro hijo que pudiera tener él. La madre poco podría añadir al respecto, de una forma u otra los Volmark se quedarían al retoño que naciese. Miró a la habitación a medida que esta se ponía en pie, observándola con la escasa decoración que había podido poner la chica. Enarcó una ceja al darse cuenta de la tontería más grande que había dicho la joven, cruzándose de brazos y poniéndose en pie a continuación.
-Ya habrás comido, y si quieres comida a mi no me la pidas, no tengo cara de ser el que da vueltas al espetón
Respondió de mala gana, frunciendo levemente el ceño. ¿Tanto tiempo ausente y su casa había acabado convirtiendose en una posada y el el tabernero?
Franmark Volmark
Re: El Leviatan Regresa a casa
La muchacha había empezado al conversación algo tensa, pese a la sonrisa de su rostro, y a lo largo de esta, se había ido relajando poco a poco. Fue cuando se levanto y comento que tenia hambre, tras la respuesta de Franmark, que frunció levemente el ceño mirándole, casi pareciendo enfadada.
-No te he pedido comida...Solo te informaba que iba a bajar a las cocinas, y si lo deseabas, podías acompañarme...pero ya veo que no te interesa mucho, como debí imaginar.-le miro entonces algo mas duramente, acariciándose el vientre- Ademas, aunque hubiera comido ya, tengo que comer por dos, y con lo grande que eres tu, si el bebe es al mitad de lo que tu eres, no debería extrañarte que coma por tres o cuatro...
Bajo levemente la cabeza, sintiendo ganas casi de llorar. Quizás había pensado que en su estado, el hombre seria mas amable, pero no iba a ser así. Se armo de coraje y simplemente dio la vuelta sobre si misma, mirando unos segundos a Franmark casi con altivez, o mas bien, indiferencia. Después simplemente se acerco a la puerta y salio, diciendo unas ultimas palabras antes de ello.
-Yo bajare a la cocina. Espero que durmáis bien y descanséis, mi señor. Podéis estar tranquilo por mi, se como llegar a las cocinas y prometo ir con cuidado para no tropezar...
Y entonces se perdió por la puerta, empezando a andar con tranquilidad por los fríos pasillos de la fortaleza, abrazándose un poco los hombros, por el frio seguramente.
-No te he pedido comida...Solo te informaba que iba a bajar a las cocinas, y si lo deseabas, podías acompañarme...pero ya veo que no te interesa mucho, como debí imaginar.-le miro entonces algo mas duramente, acariciándose el vientre- Ademas, aunque hubiera comido ya, tengo que comer por dos, y con lo grande que eres tu, si el bebe es al mitad de lo que tu eres, no debería extrañarte que coma por tres o cuatro...
Bajo levemente la cabeza, sintiendo ganas casi de llorar. Quizás había pensado que en su estado, el hombre seria mas amable, pero no iba a ser así. Se armo de coraje y simplemente dio la vuelta sobre si misma, mirando unos segundos a Franmark casi con altivez, o mas bien, indiferencia. Después simplemente se acerco a la puerta y salio, diciendo unas ultimas palabras antes de ello.
-Yo bajare a la cocina. Espero que durmáis bien y descanséis, mi señor. Podéis estar tranquilo por mi, se como llegar a las cocinas y prometo ir con cuidado para no tropezar...
Y entonces se perdió por la puerta, empezando a andar con tranquilidad por los fríos pasillos de la fortaleza, abrazándose un poco los hombros, por el frio seguramente.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: El Leviatan Regresa a casa
Se encogió de hombros, pues le daba igual lo que ella pretendiera hacer aunque pudo adivinar el enfado en el rostro de ella, sabiendo que no se atrevería a mencionar lo que estaría pasando a ella por su cabeza.
-Pues si tanta hambre tienes vete de una vez...y tráeme más bebida cuando subas! aquí solo hay agua!
Gritó antes de que saliese por la puerta, a decir verdad le disgustaba bastante la actitud que tomaba la joven en algunas ocasiones, casi desafiante con él y parecía no aprender. Tarde o temprano lo haría, ya se había ido en más de una ocasión con un golpe o reprimenda a la cama, no era lo que más le agradaba hacer con ella pero no le quedaba más remedio que hacerlo si no quería que cualquier día actuara en su contra. Mejor ser temido que amado, si no no esperarán represalias
Se notaba cansado, el peso del dia ya hacía mella sobre el. Se sentó en la cama e indirectamente tomó un vaso de cerámica que había sobre una mesilla, llevándoselo a los labios y bebiendo su contenido. Al notar que no era nada similar al alcohol lo escupió hacia el suelo con presteza, era agua y su desagrado fue tal que dejó caer el vaso contra el suelo, fragmentándolo.
-Pues si tanta hambre tienes vete de una vez...y tráeme más bebida cuando subas! aquí solo hay agua!
Gritó antes de que saliese por la puerta, a decir verdad le disgustaba bastante la actitud que tomaba la joven en algunas ocasiones, casi desafiante con él y parecía no aprender. Tarde o temprano lo haría, ya se había ido en más de una ocasión con un golpe o reprimenda a la cama, no era lo que más le agradaba hacer con ella pero no le quedaba más remedio que hacerlo si no quería que cualquier día actuara en su contra. Mejor ser temido que amado, si no no esperarán represalias
Se notaba cansado, el peso del dia ya hacía mella sobre el. Se sentó en la cama e indirectamente tomó un vaso de cerámica que había sobre una mesilla, llevándoselo a los labios y bebiendo su contenido. Al notar que no era nada similar al alcohol lo escupió hacia el suelo con presteza, era agua y su desagrado fue tal que dejó caer el vaso contra el suelo, fragmentándolo.
Franmark Volmark
Re: El Leviatan Regresa a casa
Mientras bajaba hacia las cocinas, la muchacha no pudo evitar que alguna lagrimilla se le escapara por los ojos. ¿Por que la trataba así aun cuando llevaba a su hijo entro? Suspiro. Ella no era estúpida, y desde luego no esperaba amor de ese bruto, ni siquiera cariño, pero al menos le habría gustado un poco de consideración hacia la que era la madre de su primogénito. Se seco las lágrimas con una manga del vestido mientras entraba a las cocinas. Sintió nauseas nada mas hacerlo, el olor a comida, lejos de atraerla, en ese momento la hacían querer salir corriendo del lugar.
-Maldito idiota, estúpido, bruto maleducado y tonto...
Mientras murmuraba para si, avanzo hasta donde estaba uno de los barriles de cerveza fresca. Sintió un leve escalofrío y lleno cuatro jarras que cogió con ambas manos, salpicándose un poco mientras salia de las cocinas.
-Si quieres mas bebida tendrás toda, así reventaras...
Gruñó de nuevo, malhumorada, aunque conforme mas se acercaba al cuarto, menos segura se sentía y el enfado paso de nuevo a una sensación de tristeza y soledad que provoco que los ojillos se le enrojecieran un poco.
Abrió la puerta con el codo y la cerro con la espalda, pues tenia las manos ocupadas. Miro a Frankmark,
-Aquí tienes tu bebida...-dejando dos de las jarras cerca del Hombre de hierro, mirándole.-Espero que la disfrutes, ya que no vas a poder disfrutar por un tiempo de mas cosas que la bebida...-la voz de la muchacha, normalmente de tono agradable y amable, ahora sonaba mas acusadora e incluso algo cortante- Es una lastima que la única esposa que te quede este embarazada...
Sin duda, Camille dijo esas palabras desde el enfado y un poco la inconsciencia. Entonces, mirando a su 'esposo' fijamente con sus dos grande y expresivos ojos azules, casi como desafiando, cogió otra de las jarras que aun no había dejado y dio un largo trago, engullendo la bebida alcohólica casi por completo de un trago, derramándose lo que no podía tragar por su barbilla. Entonces golpeo con la jarra la mesa con fuerza, e hizo ademan de coger la otra jarra mientras miraba aun al hombre.
No pudo alcanzarla pues empezó a toser, sentándose en la cama, cubriéndose el rostro con las manos, intentando no llorar.
-Maldito idiota, estúpido, bruto maleducado y tonto...
Mientras murmuraba para si, avanzo hasta donde estaba uno de los barriles de cerveza fresca. Sintió un leve escalofrío y lleno cuatro jarras que cogió con ambas manos, salpicándose un poco mientras salia de las cocinas.
-Si quieres mas bebida tendrás toda, así reventaras...
Gruñó de nuevo, malhumorada, aunque conforme mas se acercaba al cuarto, menos segura se sentía y el enfado paso de nuevo a una sensación de tristeza y soledad que provoco que los ojillos se le enrojecieran un poco.
Abrió la puerta con el codo y la cerro con la espalda, pues tenia las manos ocupadas. Miro a Frankmark,
-Aquí tienes tu bebida...-dejando dos de las jarras cerca del Hombre de hierro, mirándole.-Espero que la disfrutes, ya que no vas a poder disfrutar por un tiempo de mas cosas que la bebida...-la voz de la muchacha, normalmente de tono agradable y amable, ahora sonaba mas acusadora e incluso algo cortante- Es una lastima que la única esposa que te quede este embarazada...
Sin duda, Camille dijo esas palabras desde el enfado y un poco la inconsciencia. Entonces, mirando a su 'esposo' fijamente con sus dos grande y expresivos ojos azules, casi como desafiando, cogió otra de las jarras que aun no había dejado y dio un largo trago, engullendo la bebida alcohólica casi por completo de un trago, derramándose lo que no podía tragar por su barbilla. Entonces golpeo con la jarra la mesa con fuerza, e hizo ademan de coger la otra jarra mientras miraba aun al hombre.
No pudo alcanzarla pues empezó a toser, sentándose en la cama, cubriéndose el rostro con las manos, intentando no llorar.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: El Leviatan Regresa a casa
Se dedicó a dormitar apoyado en la cama mientras la esperaba, con seguridad al paso que iba tardaría un buen rato en traerle la bebida. Casi hubiea sido más práctico que bajase él, así tampoco tendría que aguantar reproches infantiles, pero el era el Lord y no tenía ganas de bajar las escaleras, entrar en la bodega y subir con las jarras, para eso tenía sirvientes o en ese caso, una esposa de sal para facilitarle la tarea. Ya estaba a punto de desistir, dudando si entre terminar de dormirse en su fatigado estado de semiebriedad o bajar a buscarla y subirla a rastras a ella y a la cerveza.
Antes de decantarse por una de las dos opciones escuchó pasos y la puerta abrirse, allí apareció ella con casi más jarras de las que apenas podía sostener y con su vientre hinchado. Lejos de levantarse y facilitarle el trabajo continuó tumbado, cualquier atisbo de amabilidad hacia la madre haría de su hijo un ser débil a su parecer, ya le valdría a la joven occidental hacerse fuerte para sobrevivir en aquella fortaleza ya que si el padre era un guerrero fuerte y su madre una damita de las tierras verdes saldría algo similar a un caballero, no un hijo del hierro. Un hijo del hierro no debía esperar amabilidad alguna tanto dentro como fuera de las islas, y a través de su madre lo aprendería de nonato.
Tomó la bebida que le ofrecía y dio un largo sorbo sin prestar atención a sus palabras aparentemente, aquella respuesta le había sonado mucho mejor que un "Aqui tiene mi señor" o alguna formalidad del estilo. Lo que añadió a continuación ya le pareció algo insolente, pero no se encontraba de humor para levantarse o ponerse a gritarla así que continuó en su postura unos segundos más antes de levantarse dejando la jarra en la mesilla que había junto a la cama para poenrse en pie y luego recuperarla en su mano derecha.
-Lo se, pero la única esposa embarazada puede que cague un niño de un puñetazo mio y nos ahorremos el tiempo que falta, ¿No crees?
Respondió con aparente amabilidad, pero manteniendo aspereza en su tono. Dió otro trago justo después de que ella intentase beberse la jarra completa, le hizo algo de gracia, pero no esbozó más que una sonrisa de medio lado antes de apurar la propia y dejarla sobre la mesilla. Se sentó a su lado al verla ocultar su rostro, acariciándola el cabello dorado mientras trataba de que se calmase, mostrando poco empeño en aquello.
-Shsshshssshh...vamos...que estés embarazada no quita que podamos hacer otras cosas...venga...no llores, aquí en las islas las mujeres no lloran como en Poniente...podemos divertirnos igual, a mi no me importaría
Continuó acariciándola la cabeza y la rodeó con sus brazos, casi acunandola pues ella ocupaba poco en comparación con él, en una de sus caricias bajó la mano por su mejilla, rozando sus labios con un dedo dejando muy claro cual era su interés en tanto consuelo.
Antes de decantarse por una de las dos opciones escuchó pasos y la puerta abrirse, allí apareció ella con casi más jarras de las que apenas podía sostener y con su vientre hinchado. Lejos de levantarse y facilitarle el trabajo continuó tumbado, cualquier atisbo de amabilidad hacia la madre haría de su hijo un ser débil a su parecer, ya le valdría a la joven occidental hacerse fuerte para sobrevivir en aquella fortaleza ya que si el padre era un guerrero fuerte y su madre una damita de las tierras verdes saldría algo similar a un caballero, no un hijo del hierro. Un hijo del hierro no debía esperar amabilidad alguna tanto dentro como fuera de las islas, y a través de su madre lo aprendería de nonato.
Tomó la bebida que le ofrecía y dio un largo sorbo sin prestar atención a sus palabras aparentemente, aquella respuesta le había sonado mucho mejor que un "Aqui tiene mi señor" o alguna formalidad del estilo. Lo que añadió a continuación ya le pareció algo insolente, pero no se encontraba de humor para levantarse o ponerse a gritarla así que continuó en su postura unos segundos más antes de levantarse dejando la jarra en la mesilla que había junto a la cama para poenrse en pie y luego recuperarla en su mano derecha.
-Lo se, pero la única esposa embarazada puede que cague un niño de un puñetazo mio y nos ahorremos el tiempo que falta, ¿No crees?
Respondió con aparente amabilidad, pero manteniendo aspereza en su tono. Dió otro trago justo después de que ella intentase beberse la jarra completa, le hizo algo de gracia, pero no esbozó más que una sonrisa de medio lado antes de apurar la propia y dejarla sobre la mesilla. Se sentó a su lado al verla ocultar su rostro, acariciándola el cabello dorado mientras trataba de que se calmase, mostrando poco empeño en aquello.
-Shsshshssshh...vamos...que estés embarazada no quita que podamos hacer otras cosas...venga...no llores, aquí en las islas las mujeres no lloran como en Poniente...podemos divertirnos igual, a mi no me importaría
Continuó acariciándola la cabeza y la rodeó con sus brazos, casi acunandola pues ella ocupaba poco en comparación con él, en una de sus caricias bajó la mano por su mejilla, rozando sus labios con un dedo dejando muy claro cual era su interés en tanto consuelo.
Franmark Volmark
Temas similares
» En la boca del Leviatán {+18}
» Ficha del Leviatán Volmark [Completa]
» Reencuentros. [Leviatan Volmark] (Territorio Volmark)
» Casa Arryn [1.0]
» Al fin en casa {Baelor}
» Ficha del Leviatán Volmark [Completa]
» Reencuentros. [Leviatan Volmark] (Territorio Volmark)
» Casa Arryn [1.0]
» Al fin en casa {Baelor}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Mar 20, 2015 10:13 pm por Invitado
» SONS OF ANARCHY | NORMAL
Lun Oct 13, 2014 8:57 am por Invitado
» University of Cambridgre +18 # Nuevo
Mar Abr 08, 2014 11:45 pm por Invitado
» Spelling a Spell - Nuevo! {Afiliación Elite}
Vie Ene 24, 2014 4:39 pm por Invitado
» Life in NEW YORK +18 - Tumblr Promocional
Sáb Ene 04, 2014 11:07 pm por Invitado
» Naruto New World (A.Élite)
Lun Dic 09, 2013 2:37 pm por Invitado
» Looking For You
Dom Dic 08, 2013 12:26 pm por Invitado
» Anime Rol [Élite]
Miér Nov 13, 2013 10:10 pm por Invitado
» O.W. {Foro rol Naruto/Inuyasha-Yaoi/Yuri/Hetero} normal
Vie Oct 25, 2013 3:16 pm por Invitado