Conectarse
Últimos temas
Este foro está basado en la saga de George R.R. Martin titulada "Canción de Hielo y Fuego", además sacamos contenido de diversas webs relacionadas como Asshai.com o de Hielo y Fuego Wikia. También traducimos expresamente artículos relacionados de Westeros.org para utilizarlos en Valar Morghulis. Los gráficos, plantillas, reglas y personajes cannon fueron creados por los miembros del Staff por lo que poseemos derechos reservados. No intentes plagiar o tomar algo sin habernos notificado o nos veremos forzados a tomar las medidas necesarias y a efectuar las denuncias correspondientes a Foroactivo.
En la boca del Leviatán {+18}
2 participantes
Página 1 de 1.
En la boca del Leviatán {+18}
Las olas se mecían en la marea alta de la noche en aquella pequeña y discreta cala del Risco, lugar donde el Espina Roja había arrivado con toda su tripulación. En las aguas más bajas de la playa descansaba el barcoluengo tocando la orilla con su quilla y proa, era costumbre desembarcar de esa forma, así luego era mas sencillo cargar el botín del saqueo y volver a botarlo empujando con la fuerza de los remos y los brazos empujando desde la orilla. El viento apenas soplaba aquella noche, y la temperatura no había caído demasiado por la noche, se podía estar allí sin ninguna clase de abrigo y junto a los pequeños y discretos fuegos de campamento que habían encendido se estaba realmente a gusto.
Lord Volmark hablaba con varios de los saqueadores del hierro que se encontraban junto a su fuego, comentaban acerca de que hacer y a donde ir a la siguiente madrugada, llegaron a mediodía a las costas y mandó a un grupo a buscar cualquier cosa de provecho en las inmediaciones, unas cuantas viviendas de campesinos fueron cuanto hallaron, aun así uno de ellos se jactaba de una cadena de plata frente a los víveres que habían traido los demás. Franmark no preguntó que había sido de aquellos campesinos y sus familias, confiaba en que los hijos del hierro no dejarían cabos sueltos para que les descubrieran las patrullas del Risco, eso era cuanto le importaba, el resto era cosa de cada hombre, aunque atendiese la historia de como habían hallado a la mujer de un hortelano bañándose en un arroyo justo después de dar cuenta de su esposo, o la discusión entre dos marinos sobre si el ahogado veía bien o mal arrojar a un niño a un pozo por no hundir un cuchillo en su vientre. Cada cual rendirá sus cuentas
Él se había quedado en la cala preparando el campamento y asegurando la zona, ya habían desembarcado en aquella zona otras veces, al igual que otros tantos hijos del hierro por lo que podía ser objetivo de patrullas si habían conseguido descubrir alguna expedición. Miró a su alrededor, una pared de roca envolvía por completo la cala de forma semicircular, con un pequeño y escarpado acceso que llevaba fuera de esta, cayó en el detalle de una hendidura en la roca, una pequeña cueva, y había sido ignorada por completo, quizás solo fuera un agujero en la roca, o una galería que llevaría a un destacamento de occidentales directamente a ellos mientras dormían. Mandó a un hombre hacia allá, el cual subió por el acceso escarpado en busca de una entrada a la cala que comunicase con el agujero en la roca, convenció a otro guerrero para que le acompañase y juntos fueron para allá.
-Deberíamos prepararnos antes de que amanezca, dormid, os necesito descansados para caer sobre ellos, hay una villa a unas leguas de aquí, no desperdiciaremos esa oportunidad
Dijo a sus hombres echando la capa sobre sus hombros y abrochandola con el cierre de plata que tenía grabado el escudo de su casa. La tripulación dormitaba, charlaba y bebía listos para marchar y combatir en cualquier momento, la mayoría de ellos vestían cotas de malla y armaduras de cuero endurecido, sus escudos y armas descansaban a su lado, al alcance de la mano listos para ser usados.
Lord Volmark hablaba con varios de los saqueadores del hierro que se encontraban junto a su fuego, comentaban acerca de que hacer y a donde ir a la siguiente madrugada, llegaron a mediodía a las costas y mandó a un grupo a buscar cualquier cosa de provecho en las inmediaciones, unas cuantas viviendas de campesinos fueron cuanto hallaron, aun así uno de ellos se jactaba de una cadena de plata frente a los víveres que habían traido los demás. Franmark no preguntó que había sido de aquellos campesinos y sus familias, confiaba en que los hijos del hierro no dejarían cabos sueltos para que les descubrieran las patrullas del Risco, eso era cuanto le importaba, el resto era cosa de cada hombre, aunque atendiese la historia de como habían hallado a la mujer de un hortelano bañándose en un arroyo justo después de dar cuenta de su esposo, o la discusión entre dos marinos sobre si el ahogado veía bien o mal arrojar a un niño a un pozo por no hundir un cuchillo en su vientre. Cada cual rendirá sus cuentas
Él se había quedado en la cala preparando el campamento y asegurando la zona, ya habían desembarcado en aquella zona otras veces, al igual que otros tantos hijos del hierro por lo que podía ser objetivo de patrullas si habían conseguido descubrir alguna expedición. Miró a su alrededor, una pared de roca envolvía por completo la cala de forma semicircular, con un pequeño y escarpado acceso que llevaba fuera de esta, cayó en el detalle de una hendidura en la roca, una pequeña cueva, y había sido ignorada por completo, quizás solo fuera un agujero en la roca, o una galería que llevaría a un destacamento de occidentales directamente a ellos mientras dormían. Mandó a un hombre hacia allá, el cual subió por el acceso escarpado en busca de una entrada a la cala que comunicase con el agujero en la roca, convenció a otro guerrero para que le acompañase y juntos fueron para allá.
-Deberíamos prepararnos antes de que amanezca, dormid, os necesito descansados para caer sobre ellos, hay una villa a unas leguas de aquí, no desperdiciaremos esa oportunidad
Dijo a sus hombres echando la capa sobre sus hombros y abrochandola con el cierre de plata que tenía grabado el escudo de su casa. La tripulación dormitaba, charlaba y bebía listos para marchar y combatir en cualquier momento, la mayoría de ellos vestían cotas de malla y armaduras de cuero endurecido, sus escudos y armas descansaban a su lado, al alcance de la mano listos para ser usados.
Última edición por Franmark Volmark el Miér Mayo 15, 2013 12:24 pm, editado 1 vez
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Llevaba ya varios días en El Risco, invitada de los Westerling. No era la primera vez que disfrutaba de su hospitalidad, por lo que conocía bastante bien el castillo y la zona circundante.
Aquella noche había esperado como tantas otras a que la calma de la noche la rodeara, y tras intentar despertar a Enais, sin éxito aparente. Tras eso simplemente salio, usando toda la habilidad y conocimientos sobre el castillo para evitar a los guardias y al fin salir libre al exterior. La noche era bonita, así que la joven Camille dedico gran parte del tiempo a pasearse por los alrededores del Risco, recordando viejos escondites y aventuras pasadas. Por su mente cruzo un recuerdo, el cual le mostró claramente el camino hacia una playita oculta tras los riscos. El lugar estaba alejado, según recordaba, pero eso no impidió que dando saltitos y sonriendo se pusiera en marcha.
La muchacha iba a buen paso, vestida con un cómodo y sencillo vestido de color azul oscuro, menos lujoso de los que solía llevar, pero mas cómodo; el cabello, por otra parte, lo llevaba sujeto en una cola de caballo, lo que impedía que le molestara y le diera en los ojos en sus 'aventuras'. Aun con todo, las prendas que se había puesto se mantenían en armonía, y lo único que resaltaba eran sus pies, en los cuales se había colocado una especie de botas, que parecían perfectas para caminar sin preocuparse de dañar sus pies.
Así pues, la joven camino y camino, hasta que por fin dio con la entrada oculta a la playa que recordaba. Apenas cabía por la hendidura por la que intento entrar, encogiéndose y haciéndose un pequeño rascón, aunque por fortuna solo fue en la mano y su ropa, salvo algo de polvo, quedo intacta. Una vez dentro, la 'cueva' se ensancho lo suficiente para poder moverse con libertad y sin riesgo. Camille siguió pasito a pasito, escalando algún tramo, cosa que provoco que cuando su cabecita asomo al exterior, exhalara aire, sentándose en el suelo, notablemente cansada, sin fijarse que había a su alrededor.
Fue tras un minuto cuando le pareció escuchar voces, y casi rodando se hizo a un ladito, aprovechando una roca para esconderse y observar desde ahí. No conseguía escuchar nada desde donde estaba, así que simplemente sonrió, deslizándose hacia el lado contrario donde se encontraban los hombres, entre las rocas, sin ocultarse pero sin mostrarse, maquinando si gastar alguna broma o susto.
La mala suerte quiso que pisara mal en una de las rocas, perdiendo el pie ¡Aiii! , dando un gritito mientras caía de morros a la arena, quedándose con el rostro hundido en ella unos segundos, para a los pocos segundos levantar la cabecita llena de arena, sin atreverse a abrir los ojos y que se le metiera.
Aquella noche había esperado como tantas otras a que la calma de la noche la rodeara, y tras intentar despertar a Enais, sin éxito aparente. Tras eso simplemente salio, usando toda la habilidad y conocimientos sobre el castillo para evitar a los guardias y al fin salir libre al exterior. La noche era bonita, así que la joven Camille dedico gran parte del tiempo a pasearse por los alrededores del Risco, recordando viejos escondites y aventuras pasadas. Por su mente cruzo un recuerdo, el cual le mostró claramente el camino hacia una playita oculta tras los riscos. El lugar estaba alejado, según recordaba, pero eso no impidió que dando saltitos y sonriendo se pusiera en marcha.
La muchacha iba a buen paso, vestida con un cómodo y sencillo vestido de color azul oscuro, menos lujoso de los que solía llevar, pero mas cómodo; el cabello, por otra parte, lo llevaba sujeto en una cola de caballo, lo que impedía que le molestara y le diera en los ojos en sus 'aventuras'. Aun con todo, las prendas que se había puesto se mantenían en armonía, y lo único que resaltaba eran sus pies, en los cuales se había colocado una especie de botas, que parecían perfectas para caminar sin preocuparse de dañar sus pies.
Así pues, la joven camino y camino, hasta que por fin dio con la entrada oculta a la playa que recordaba. Apenas cabía por la hendidura por la que intento entrar, encogiéndose y haciéndose un pequeño rascón, aunque por fortuna solo fue en la mano y su ropa, salvo algo de polvo, quedo intacta. Una vez dentro, la 'cueva' se ensancho lo suficiente para poder moverse con libertad y sin riesgo. Camille siguió pasito a pasito, escalando algún tramo, cosa que provoco que cuando su cabecita asomo al exterior, exhalara aire, sentándose en el suelo, notablemente cansada, sin fijarse que había a su alrededor.
Fue tras un minuto cuando le pareció escuchar voces, y casi rodando se hizo a un ladito, aprovechando una roca para esconderse y observar desde ahí. No conseguía escuchar nada desde donde estaba, así que simplemente sonrió, deslizándose hacia el lado contrario donde se encontraban los hombres, entre las rocas, sin ocultarse pero sin mostrarse, maquinando si gastar alguna broma o susto.
La mala suerte quiso que pisara mal en una de las rocas, perdiendo el pie ¡Aiii! , dando un gritito mientras caía de morros a la arena, quedándose con el rostro hundido en ella unos segundos, para a los pocos segundos levantar la cabecita llena de arena, sin atreverse a abrir los ojos y que se le metiera.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Con su musica
------------------------
Algunos bostezos le atacaron sucesivamente mientras escuchaba los relatos dle resto de hombres para amenizar la noche y la espera hasta que unos peces de tamaño medio se cocinaran en las brasas de la pequeña hoguera. Miraba con deseo los pescados tostándose lentamente y adquiriendo un color gris oscuro mientras desprendian un suave olor que indicaba que pronto estarían listos para saciar el hambre del que echara mano al espetón. Pronto estuvieron preparados y Franmark se sirvió una generosa tajada, por ser el Rey de su barco le correspondía la mejor parte del modesto festín que suponían aquellos pescados a la brasa.
Apenas pudo disfrutar de su cena, pues las cabezas de algunos hombres se giraron hacia atrás como si hubiesen escuchado algo, él personalmente no escuchó nada, pero se puso en pie extrañado, el hambre se aplazó de inmediato ante la posibilidad de peligro reinante. Se escuchó en toda la cala el silbido del acero al desenvainarse de varias hojas, así como susurros de inquietud a ambos lados entre los grupillos de hombres. Al fin alguien se atrevió a hablar y romper el silencio, un hombre de voz áspera señaló con su cuchillo el hueco de la roca, allí donde no hacía demasiado tiempo había enviado a dos hombres para asegurarse que nadie entraba por allí, de haber sido una broma o una torpeza de aquella magnitud se enojaría como no lo habría hecho desde tiempo atrás, pero también podían haber sido acuchillados sin otro ruido que aquél.
-Ha venido de allí...y era un grito, lo juro!...¿Nos han descubierto?
Y al lanzarle aquella pregunta se convirtió en el objeto de todas las miradas que esperaban órdenes, meditó la idea de ir a echar un vistazo creando unos escasos segundos de tensión en el campamento, finalmente tomó uno de los leños prendidos de la hoguera y dió unos pasos separándose del grupo en el que se encontraba, no veia nada. Vio conveniente ir a echar un vistazo en la cueva, ladeó la cabeza para fijarse si los vigías del otro acceso seguían en su sitio, y allí permanecían, ajenos a lo que ocurria escasos 20 metros de donde estaban. Con aparente tranquilidad se giró parcialmente al resto de hombres, con una expresión completamente seria que no dejaba opción a discusiones mientras pensaba quienes serían los que le acompañarían a echar un ojo y cercionarse de que era aquello que había hecho el ruido.
-Degmar...y...Frioc, vosotros dos venís conmigo
El primero dudó más que el segundo para ponerse en pie y unirsele, pero tampoco se rezagó lo suficiente para que pensase él o ninguno que estaba completamente asustado, eran hombres del hierro, un suave ruido en la oscuridad no era suficiente para asustar a Volmark y sus guerreros, pero no negaba en su interior que cuando han de dormir cerca de sus armas para que las patrullas no los acuchillasen en el sueño era fácil que a la mínima sospecha desconfiase toda la partida de saqueo si oían un ruido de origen desconocido. Le pareció que aquel hoyo en la roca estaba más lejos de lo que le parecía desde su asiento en la arena junto al fuego, cuando llegaron a su entrada ambos guerreros se situaron cada uno a un lado de la hendidura, aguardando con las manos en sus armas e intercambiando miradas con su capitán transmitiendo que estaban listos para adentrarse tras de él. Franmark aferró con firmeza su mano al mango del hacha de hierro que sostenía en la diestra, preparado para asestar un fuerte y mortífero golpe a lo primero que estuviera allí dentro, se decidió y entró alumbrando la escarpada cueva que se descubria ante él con el fuego de su mano izquierda. Buscó el origen del ruido y lo encontró, alumbrándolo con rapidez, y al ver que era arrojar al suelo de piedra la antorcha y sujetarlo de las ropas con la mano que le quedaba libre.
------------------------
Algunos bostezos le atacaron sucesivamente mientras escuchaba los relatos dle resto de hombres para amenizar la noche y la espera hasta que unos peces de tamaño medio se cocinaran en las brasas de la pequeña hoguera. Miraba con deseo los pescados tostándose lentamente y adquiriendo un color gris oscuro mientras desprendian un suave olor que indicaba que pronto estarían listos para saciar el hambre del que echara mano al espetón. Pronto estuvieron preparados y Franmark se sirvió una generosa tajada, por ser el Rey de su barco le correspondía la mejor parte del modesto festín que suponían aquellos pescados a la brasa.
Apenas pudo disfrutar de su cena, pues las cabezas de algunos hombres se giraron hacia atrás como si hubiesen escuchado algo, él personalmente no escuchó nada, pero se puso en pie extrañado, el hambre se aplazó de inmediato ante la posibilidad de peligro reinante. Se escuchó en toda la cala el silbido del acero al desenvainarse de varias hojas, así como susurros de inquietud a ambos lados entre los grupillos de hombres. Al fin alguien se atrevió a hablar y romper el silencio, un hombre de voz áspera señaló con su cuchillo el hueco de la roca, allí donde no hacía demasiado tiempo había enviado a dos hombres para asegurarse que nadie entraba por allí, de haber sido una broma o una torpeza de aquella magnitud se enojaría como no lo habría hecho desde tiempo atrás, pero también podían haber sido acuchillados sin otro ruido que aquél.
-Ha venido de allí...y era un grito, lo juro!...¿Nos han descubierto?
Y al lanzarle aquella pregunta se convirtió en el objeto de todas las miradas que esperaban órdenes, meditó la idea de ir a echar un vistazo creando unos escasos segundos de tensión en el campamento, finalmente tomó uno de los leños prendidos de la hoguera y dió unos pasos separándose del grupo en el que se encontraba, no veia nada. Vio conveniente ir a echar un vistazo en la cueva, ladeó la cabeza para fijarse si los vigías del otro acceso seguían en su sitio, y allí permanecían, ajenos a lo que ocurria escasos 20 metros de donde estaban. Con aparente tranquilidad se giró parcialmente al resto de hombres, con una expresión completamente seria que no dejaba opción a discusiones mientras pensaba quienes serían los que le acompañarían a echar un ojo y cercionarse de que era aquello que había hecho el ruido.
-Degmar...y...Frioc, vosotros dos venís conmigo
El primero dudó más que el segundo para ponerse en pie y unirsele, pero tampoco se rezagó lo suficiente para que pensase él o ninguno que estaba completamente asustado, eran hombres del hierro, un suave ruido en la oscuridad no era suficiente para asustar a Volmark y sus guerreros, pero no negaba en su interior que cuando han de dormir cerca de sus armas para que las patrullas no los acuchillasen en el sueño era fácil que a la mínima sospecha desconfiase toda la partida de saqueo si oían un ruido de origen desconocido. Le pareció que aquel hoyo en la roca estaba más lejos de lo que le parecía desde su asiento en la arena junto al fuego, cuando llegaron a su entrada ambos guerreros se situaron cada uno a un lado de la hendidura, aguardando con las manos en sus armas e intercambiando miradas con su capitán transmitiendo que estaban listos para adentrarse tras de él. Franmark aferró con firmeza su mano al mango del hacha de hierro que sostenía en la diestra, preparado para asestar un fuerte y mortífero golpe a lo primero que estuviera allí dentro, se decidió y entró alumbrando la escarpada cueva que se descubria ante él con el fuego de su mano izquierda. Buscó el origen del ruido y lo encontró, alumbrándolo con rapidez, y al ver que era arrojar al suelo de piedra la antorcha y sujetarlo de las ropas con la mano que le quedaba libre.
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Cuando Camille escucho pasos acercándose, la muchacha se atrevió intentar abrir un ojo, aunque no fue una buena decisión, pues lo que mas temía se hizo realidad, entrando algo de arena en el ojito, obligándola a cerrarlo y dar un leve gritito, empezando a mover las manos levemente.
-Ai! Ai! Pica...pica...
La joven olvido los pasos que había escuchado, y centro toda su atención a frotarse los ojos con insistencia, usando tanto sus manos como alguna parte del vestido que portaba. Pero no le dio tiempo a frotarse mucho mas, pues sintió como algo caía cerca de ella, algo que emanaba calor, y segundos después, algo agarro sus ropas moviendola un poco del sitio. Se asusto bastante y dio un respingo, buscando apoyar las manos en el suelo.
Enseguida se dio cuenta que quien la había cogido debía ser una persona, pues tal como estaba ahora agarrada por el vestido, notaba una mano aprisionando este ultimo. Intento calmarse, respirando un par de veces, aunque enseguida empezó a hablar, antes que nadie lo hiciera. La voz de la joven Lefford era bastante dulce, aunque conforme arrancaba a hablar, la velocidad con la que encadenaba las palabras iba aumentando poco a poco.
-Aiaiaiai...Me duelen los ojos, me ha entrado arena. Necesito algo de agua, por favor...-mientras hablaba, intento palpar con la mano a quien creía que tenia enfrente, posándola suavemente en el brazo de Franmark. La chica seguía con los ojillos cerrados, mas temerosa de que le entrara arena en los ojos que de los desconocidos que ni siquiera había visto aun. Desde luego, era una muchacha extraña- ¡Perdón!¡No me presente! Yo..yo soy Camille Lefford, estaba paseando por aquí y entonces recordé esta cueva que daba a una playa muy bonita, entonces escuche ruido cuando estaba apunto de entrar.... quería ver si podía asustar a los que acampaban...-sonrió encantadoramente, y aun sin los ojos abiertos, la sonrisa de la muchacha era bonita- ...pero entonces me tropecé, y me caí de cara al suelo donde había arena. No me gusta la arena en los ojos, y por eso ahora te pido agua.
Camille tomo entonces aire, llevando una mano a su rostro de nuevo, frotándose los ojos. A simple vista podía verse como la chica tenia algún surco de lagrima, provocado por tanto frotarse el ojo. Suspiro levemente, apoyándose con mas decisión en quien tenia enfrente para ponerse en pie o al menos intentarlo.
-¿Me das agua o me acompañas?¿Por favor?
Sonriendo de nuevo angelicalmente, ajena y ciega a los problemas que podían causarle los hombres frente a ella.
-Ai! Ai! Pica...pica...
La joven olvido los pasos que había escuchado, y centro toda su atención a frotarse los ojos con insistencia, usando tanto sus manos como alguna parte del vestido que portaba. Pero no le dio tiempo a frotarse mucho mas, pues sintió como algo caía cerca de ella, algo que emanaba calor, y segundos después, algo agarro sus ropas moviendola un poco del sitio. Se asusto bastante y dio un respingo, buscando apoyar las manos en el suelo.
Enseguida se dio cuenta que quien la había cogido debía ser una persona, pues tal como estaba ahora agarrada por el vestido, notaba una mano aprisionando este ultimo. Intento calmarse, respirando un par de veces, aunque enseguida empezó a hablar, antes que nadie lo hiciera. La voz de la joven Lefford era bastante dulce, aunque conforme arrancaba a hablar, la velocidad con la que encadenaba las palabras iba aumentando poco a poco.
-Aiaiaiai...Me duelen los ojos, me ha entrado arena. Necesito algo de agua, por favor...-mientras hablaba, intento palpar con la mano a quien creía que tenia enfrente, posándola suavemente en el brazo de Franmark. La chica seguía con los ojillos cerrados, mas temerosa de que le entrara arena en los ojos que de los desconocidos que ni siquiera había visto aun. Desde luego, era una muchacha extraña- ¡Perdón!¡No me presente! Yo..yo soy Camille Lefford, estaba paseando por aquí y entonces recordé esta cueva que daba a una playa muy bonita, entonces escuche ruido cuando estaba apunto de entrar.... quería ver si podía asustar a los que acampaban...-sonrió encantadoramente, y aun sin los ojos abiertos, la sonrisa de la muchacha era bonita- ...pero entonces me tropecé, y me caí de cara al suelo donde había arena. No me gusta la arena en los ojos, y por eso ahora te pido agua.
Camille tomo entonces aire, llevando una mano a su rostro de nuevo, frotándose los ojos. A simple vista podía verse como la chica tenia algún surco de lagrima, provocado por tanto frotarse el ojo. Suspiro levemente, apoyándose con mas decisión en quien tenia enfrente para ponerse en pie o al menos intentarlo.
-¿Me das agua o me acompañas?¿Por favor?
Sonriendo de nuevo angelicalmente, ajena y ciega a los problemas que podían causarle los hombres frente a ella.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Una chiquilla, una chiquilla había puesto en guardia a todo el campamento por un simple resbalón en la roca. No llegó a soltarla y siquiera ella abrir los ojos cuando comenzó a hablar y relatar con gran rapidez el qué hacia allí, sin dar tiempo a que los hombres del hierro pudieran hacerle ninguna pregunta al respecto o siquiera saber quién era. Franmark miró a sus hombres sin relajar su agarre, intercambiaron miradas y se fijaron de nuevo los tres en ella esperando a que se callase de una vez, que lo hiciese pronto o lo harían ellos.
Pero cuando se presentó de improvisto la sorpresa se apoderó de él más que de sus hombres, que no conocían la mayoría de ellos los apellidos de otras familias nobles de otro lugar que no fueran las Islas del Hierro. Dibujó una expresión de duda, pero a su vez de curiosidad al intuir que su viaje de saqueo podía acabar aquella noche si conseguía cualquier información de la joven, que no parecía saber ante quien se encontraba, quizás no hicera falta siquiera usar la fuerza o la intimidación, la inocencia de sus palabras le daba una pista sobre cómo tratar con ella.
-Tranquila....solo somos unos comerciantes de...Tyrosh, te daremos agua para que te limpies, es más, nuestro sanador te echará un vistazo para asegurarnos de que estás bien y no le pasan nada a esos ojos tan bonitos que tienes, acompañadme mi lady
La liberó de su agarre y la habló en un tono suave y simpático, con una aparente inofensividad que usaría para dirigirse a un niño en vez de alguien no tan niño como parecía la tal Camille. Apoyó una mano en la espalda de ella y ofreció su brazo con caballerosidad, actuando con toda naturalidad, como si de un airado mercader poseedor de toda confianza se tratase. Los hombres salieron de la cueva y se situaron a su espalda, vigilando distraidamente que no intentaba escaparse, de así hacerlo el rumbo de aquél engaño cambiaría dástricamente a su contra.
-Perdonad mi descortesía, pero no me he presentado ante vos mi Lady...soy Blaquo...Martellio, señor mercader de Tyrosh
Inventó aquel nombre basándose en tópicos y en cualquier escaso dato que había podido escuchar acerca de los Tyroshis, habitantes de algún lugar de Essos que desconocía cmpletamente su ubicación, por lo que si la chica indagaba tendría que tirar de imaginación y mentira. A medida que se acercaban al campamento se dió cuenta que todas las miradas estaban fijas en ellos, especialmente en la joven que habían encontrado. Antes de que alguno de los hijos del hierro decidiera apaciguar la curiosidad de sus camaradas con una pregunta que tirara por tierra la farsa se adelantó y alzó la voz en un tono igual de amistoso pero evidentemente falso si no se tenía por custumbre fiarte de desconocidos tanto como ellos mismos, anunciando la llegada de la joven para que fuera evidente lo que allí pasaba y sus hombres mantuvieran la boca cerrada.
-Os presento a mis compañeros Tyroshis lady Lefford, es un honor tener a tan estimada Dama haciéndonos compañía, por favor, que alguien me traiga un poco de agua y así aliviar el dolor que sufre...esperad
Cogió la bota que un hombre le tendía y la mojó en un paño que guardaba en la bolsa de su cinturón. Se dispuso a acercarselo a los ojos y así limpiarlos de arena, pero cuando viese con toda claridad las armas de la playa y el barcoluengo vacío sin ningún tipo de mercancía. Comenzó a retirar los granos de fina arena de su rostro con delicadeza, asegurándose de que si los abría no viese más que a él mismo aplicandola cuidados. Era una joven muy hermosa, debía de reconocerlo, aquellos cabellos dorados como el sol y los ojillos que entreabría de ve en cuando le resultaban atractivos, así como su completa figura, cosa que hizo que comenzara a sopesar algunas opciones para cuando consiguieran lo que querían de ella.
-Has aguantado bien...pero ahora debes cuidarte la vista de la oscuridad, si no...se te pondrán rojos como el fuego...y picarán por la mañana...has aguantado muy bien el dolor, no lo has notado apenas, mereces un buen aplauso
Y antes de que consiguiera apenas dar un parpadeo más allá de lo que ocupaba Franmark frente a ella y ver lo que ocurría en el campamento puso el paño alrededor de sus ojos. Hizo un leve gesto de asentimiento con una mueca de aprobación a sus hombres, los cuales comenzaron a aplaudirla sin que el nivel de ruido fuera considerable, aun así se escucharon aplausos por toda la cala.
-Habeis visto como ha aguantado?...si, menuda muchacha más fuerte, se nota que en occidente son realmente duros....Y su belleza intacta! que bien cura nuestro Lord
Pero cuando se presentó de improvisto la sorpresa se apoderó de él más que de sus hombres, que no conocían la mayoría de ellos los apellidos de otras familias nobles de otro lugar que no fueran las Islas del Hierro. Dibujó una expresión de duda, pero a su vez de curiosidad al intuir que su viaje de saqueo podía acabar aquella noche si conseguía cualquier información de la joven, que no parecía saber ante quien se encontraba, quizás no hicera falta siquiera usar la fuerza o la intimidación, la inocencia de sus palabras le daba una pista sobre cómo tratar con ella.
-Tranquila....solo somos unos comerciantes de...Tyrosh, te daremos agua para que te limpies, es más, nuestro sanador te echará un vistazo para asegurarnos de que estás bien y no le pasan nada a esos ojos tan bonitos que tienes, acompañadme mi lady
La liberó de su agarre y la habló en un tono suave y simpático, con una aparente inofensividad que usaría para dirigirse a un niño en vez de alguien no tan niño como parecía la tal Camille. Apoyó una mano en la espalda de ella y ofreció su brazo con caballerosidad, actuando con toda naturalidad, como si de un airado mercader poseedor de toda confianza se tratase. Los hombres salieron de la cueva y se situaron a su espalda, vigilando distraidamente que no intentaba escaparse, de así hacerlo el rumbo de aquél engaño cambiaría dástricamente a su contra.
-Perdonad mi descortesía, pero no me he presentado ante vos mi Lady...soy Blaquo...Martellio, señor mercader de Tyrosh
Inventó aquel nombre basándose en tópicos y en cualquier escaso dato que había podido escuchar acerca de los Tyroshis, habitantes de algún lugar de Essos que desconocía cmpletamente su ubicación, por lo que si la chica indagaba tendría que tirar de imaginación y mentira. A medida que se acercaban al campamento se dió cuenta que todas las miradas estaban fijas en ellos, especialmente en la joven que habían encontrado. Antes de que alguno de los hijos del hierro decidiera apaciguar la curiosidad de sus camaradas con una pregunta que tirara por tierra la farsa se adelantó y alzó la voz en un tono igual de amistoso pero evidentemente falso si no se tenía por custumbre fiarte de desconocidos tanto como ellos mismos, anunciando la llegada de la joven para que fuera evidente lo que allí pasaba y sus hombres mantuvieran la boca cerrada.
-Os presento a mis compañeros Tyroshis lady Lefford, es un honor tener a tan estimada Dama haciéndonos compañía, por favor, que alguien me traiga un poco de agua y así aliviar el dolor que sufre...esperad
Cogió la bota que un hombre le tendía y la mojó en un paño que guardaba en la bolsa de su cinturón. Se dispuso a acercarselo a los ojos y así limpiarlos de arena, pero cuando viese con toda claridad las armas de la playa y el barcoluengo vacío sin ningún tipo de mercancía. Comenzó a retirar los granos de fina arena de su rostro con delicadeza, asegurándose de que si los abría no viese más que a él mismo aplicandola cuidados. Era una joven muy hermosa, debía de reconocerlo, aquellos cabellos dorados como el sol y los ojillos que entreabría de ve en cuando le resultaban atractivos, así como su completa figura, cosa que hizo que comenzara a sopesar algunas opciones para cuando consiguieran lo que querían de ella.
-Has aguantado bien...pero ahora debes cuidarte la vista de la oscuridad, si no...se te pondrán rojos como el fuego...y picarán por la mañana...has aguantado muy bien el dolor, no lo has notado apenas, mereces un buen aplauso
Y antes de que consiguiera apenas dar un parpadeo más allá de lo que ocupaba Franmark frente a ella y ver lo que ocurría en el campamento puso el paño alrededor de sus ojos. Hizo un leve gesto de asentimiento con una mueca de aprobación a sus hombres, los cuales comenzaron a aplaudirla sin que el nivel de ruido fuera considerable, aun así se escucharon aplausos por toda la cala.
-Habeis visto como ha aguantado?...si, menuda muchacha más fuerte, se nota que en occidente son realmente duros....Y su belleza intacta! que bien cura nuestro Lord
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille aguanto como una valiente las curar que le procuro Franmark. La muchacha, pese a parecer delicada, parecía tener bastante voluntad y apenas se quejo un poco. soltando algún 'au' o mordiéndose levemente el labio inferior. En todo momento se mantuvo en silencio, escuchando como el hombre hablaba y explicaba quienes eran. La chica tampoco protesto cuando le pusieron la venda en los ojos, creyéndose las palabras del mercader, pues no era la primera vez que le caía arena y luego le picaban los ojos durante horas.
Entonces sonrió ampliamente, manteniendo los ojillos cerrados aun cubiertos por la venda y comenzó a hablar de nuevo, emocionándose, o al menos eso aprecia por el tono de voz.
-¡Prometo que no me lo quitare! Aunque....¿Cuanto tiempo deberé llevar la venda?- llevándose una mano a esta, medio ajustándola, sin moverla demasiado, cambiando de tema con bastante rapidez, casi sin dar tiempo a contestar- ¡Oh!... ¡y eres mercader! Estoy segura que has viajado por mil sitios...¿Cual es el mas bonito?¿Has encontrado muchos tesoros?¿Es grande tu barco?¿ Como es tu ciudad?¿ También hay castillos como los de aquí?¿O son edificios de oro y plata llenos de lujo?-paro un poco el ritmo de sus preguntas, torciendo el gesto ligeramente, mezclándose en su cabeza miles de historias sobre las Ciudades Libres, imaginándose a saber como la ciudad- Pero...¡no tienes acento! Eso es que has viajado mucho y aprendido, estoy segura...Es que una vez vino a mi castillo un mercader de muy lejos y sonaba su voz...graciosa...
Rió levemente, recordando aquella voz que parecía hacerle tanta gracia, hasta que la risa aumento a casi una carcajada, cogiéndose ella la barriga levemente. Tardo varios segundos en calmarse, cogiendo aire, suspirando, recordando en ese momento que no estaba sola. Se sonrojo un poco, mirando hacia donde creía que estaba el Franmark, quien mas había hablado con ella, y lentamente intento sentarse en el suelo, poniendo las piernas en cruz, acomodándose.
-Pues cuando pueda ver.... Como he sido tan valiente... Podríais regalarme alguna de tus mercancías...-haciendo que su sonrisa aumentara, con cierta picardía- Un colgante bonito, o un vestido elegante... Aunque bueno, si veo algo muy bonito y es caro te lo comprare si quieres.
Distraidamente, con una de sus manos, se puso a juguetear en la arena, mientras las palabras seguían saliendo de sus labios.
-Cuéntame alguna aventura...Ojala yo pudiera tener muchas, pero casi no me dejan sola ni un momento, menos cuando me escapo a escondidas, como hoy...-sacando la lengua, algo traviesa, riendo suavemente- Aunque estoy segura que son aventura muy aburridas comparadas a las que un mercader puede tener...-suspiro, como con anhelo- Me gustaría algún día encontrar el tesoro mas grande del mundo, guardado por trampas letales y acertijos difíciles...
Fue en ese momento, algo mas relajada y en silencio, cuando a su naricita le llego el olor a comida, y su estomago respondió con un leve rugido. Aspiro un par de veces el aroma, y casi adivinándose una carita de pena, intento mirar hacia el Volmark, acariciándose suavemente la tripita, pensando que ese gesto seria suficiente.
Entonces sonrió ampliamente, manteniendo los ojillos cerrados aun cubiertos por la venda y comenzó a hablar de nuevo, emocionándose, o al menos eso aprecia por el tono de voz.
-¡Prometo que no me lo quitare! Aunque....¿Cuanto tiempo deberé llevar la venda?- llevándose una mano a esta, medio ajustándola, sin moverla demasiado, cambiando de tema con bastante rapidez, casi sin dar tiempo a contestar- ¡Oh!... ¡y eres mercader! Estoy segura que has viajado por mil sitios...¿Cual es el mas bonito?¿Has encontrado muchos tesoros?¿Es grande tu barco?¿ Como es tu ciudad?¿ También hay castillos como los de aquí?¿O son edificios de oro y plata llenos de lujo?-paro un poco el ritmo de sus preguntas, torciendo el gesto ligeramente, mezclándose en su cabeza miles de historias sobre las Ciudades Libres, imaginándose a saber como la ciudad- Pero...¡no tienes acento! Eso es que has viajado mucho y aprendido, estoy segura...Es que una vez vino a mi castillo un mercader de muy lejos y sonaba su voz...graciosa...
Rió levemente, recordando aquella voz que parecía hacerle tanta gracia, hasta que la risa aumento a casi una carcajada, cogiéndose ella la barriga levemente. Tardo varios segundos en calmarse, cogiendo aire, suspirando, recordando en ese momento que no estaba sola. Se sonrojo un poco, mirando hacia donde creía que estaba el Franmark, quien mas había hablado con ella, y lentamente intento sentarse en el suelo, poniendo las piernas en cruz, acomodándose.
-Pues cuando pueda ver.... Como he sido tan valiente... Podríais regalarme alguna de tus mercancías...-haciendo que su sonrisa aumentara, con cierta picardía- Un colgante bonito, o un vestido elegante... Aunque bueno, si veo algo muy bonito y es caro te lo comprare si quieres.
Distraidamente, con una de sus manos, se puso a juguetear en la arena, mientras las palabras seguían saliendo de sus labios.
-Cuéntame alguna aventura...Ojala yo pudiera tener muchas, pero casi no me dejan sola ni un momento, menos cuando me escapo a escondidas, como hoy...-sacando la lengua, algo traviesa, riendo suavemente- Aunque estoy segura que son aventura muy aburridas comparadas a las que un mercader puede tener...-suspiro, como con anhelo- Me gustaría algún día encontrar el tesoro mas grande del mundo, guardado por trampas letales y acertijos difíciles...
Fue en ese momento, algo mas relajada y en silencio, cuando a su naricita le llego el olor a comida, y su estomago respondió con un leve rugido. Aspiro un par de veces el aroma, y casi adivinándose una carita de pena, intento mirar hacia el Volmark, acariciándose suavemente la tripita, pensando que ese gesto seria suficiente.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
El engaño había surtido efecto sobre la jovencita con total facilidad, casi podía regocijarse de ello, algo que ya comenzaban a hacer algunos hombres riendo y comentando en susurros lo que estaba ocurriendo ante ellos, pero a una distancia prudencial para que no se diera cuanta Camille de lo que hablaban. Frnamark de neuvo escuchó la oleada de preguntas a las que no tenía tiempo a responder, era habladora y curiosa aquella occidental, pero eso aunque era algo que le resultaba molesto podía jugar a su favor si sabía encauzar la conversación hacia donde se proponía. Atrajo un baúl de madera hacia donde estaba ella sentada y se acomodó a su frente, observándola mejor a la luz de la pequeña fogata.
-Y confío en ti para que no lo hagas!- Contestó ante su promesa de no retirarse la venda, algo de lo que dependía la farsa en gran medida -Si no preguntas tanto y me dejas hablar te contaré una historia llena de...aventuras - Interrumpió antes de que arrojase de neuvo más preguntas y no avanzase en su objetivo, se acarició pensativo un instante la perilla, pasándose por su mente una idea -Mejor aún, un juego de la ciudad de Tyroshia que consiste en que yo te pregunto y me respondes, así contamos historias los dos, venga juguemos a eso- Dijo animadamente, a la vez que una sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro, girándose hacia los hombres que espectaban la escena.
Franmark escuchó aquel leve rugido de su estómago, así como pudo apreciar su gesto, tenía hambre, pero no iba a alimentar a un prisionero de primeras, así que aprovechándose del hambre de la joven añadió. -Cuando acabemos el juego podrás comer pescado asado solo como los mercaderes aventureros lo hacemos, pero primero responde a mis preguntas- Carraspeó y pensó que preguntar primeramente, decirle que cuantos soldados habían o que por donde pasaban las patrullas sería perder el tiempo, ella no lo sabría directamente, pero quizás puediera conseguri datos que le ayudaran a averiguar las fuerzas de la zona así como los lugares que podrían ser de interés clave para los saqueos.
-Siempre me han gustado las grandes mansiones de occidente, de piedra y tan hermosas....¿Has visto muchas casas grandes cerca de aquí? pero no casas de pescadores, casas de señores, caballeros y damas....si me lo cuentas todo te dejaré que te quedes este amuleto aventurero, con el que tus vientos siempre serán favorables
Y diciendo eso buscó con la mirada la ayuda de los hijos del hierro, los cuales se mostraban indecisos, no tenían pensado dejar sus colgantes y amuletos a la joven y fingían distracción, ante la mirada seria de su capitán, uno de ellos le lanzó una pequeña cadena de hierro sin ningún tipo de adorno más que el óxido y la herrumbre. Lo colocó sobre el fino cuello de la damita, con la delicadeza que merecería al ser puesta la más soberbia de las joyas de Poniente y Essos.
-Es una cadena de...-Pensó algo rápidamente, intentando no reirse -Oro...oro salvaje!, es áspero, pero es así porque un verdadero aventurero ha de recordar que el peligro acecha y no se tiene que preocupar en...en la textura...del colgante, digo la cadena!
Y estallaron varias carcajadas, incluida la suya, que fue silenciosa pero casi le hace caer del baúl.
-Y confío en ti para que no lo hagas!- Contestó ante su promesa de no retirarse la venda, algo de lo que dependía la farsa en gran medida -Si no preguntas tanto y me dejas hablar te contaré una historia llena de...aventuras - Interrumpió antes de que arrojase de neuvo más preguntas y no avanzase en su objetivo, se acarició pensativo un instante la perilla, pasándose por su mente una idea -Mejor aún, un juego de la ciudad de Tyroshia que consiste en que yo te pregunto y me respondes, así contamos historias los dos, venga juguemos a eso- Dijo animadamente, a la vez que una sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro, girándose hacia los hombres que espectaban la escena.
Franmark escuchó aquel leve rugido de su estómago, así como pudo apreciar su gesto, tenía hambre, pero no iba a alimentar a un prisionero de primeras, así que aprovechándose del hambre de la joven añadió. -Cuando acabemos el juego podrás comer pescado asado solo como los mercaderes aventureros lo hacemos, pero primero responde a mis preguntas- Carraspeó y pensó que preguntar primeramente, decirle que cuantos soldados habían o que por donde pasaban las patrullas sería perder el tiempo, ella no lo sabría directamente, pero quizás puediera conseguri datos que le ayudaran a averiguar las fuerzas de la zona así como los lugares que podrían ser de interés clave para los saqueos.
-Siempre me han gustado las grandes mansiones de occidente, de piedra y tan hermosas....¿Has visto muchas casas grandes cerca de aquí? pero no casas de pescadores, casas de señores, caballeros y damas....si me lo cuentas todo te dejaré que te quedes este amuleto aventurero, con el que tus vientos siempre serán favorables
Y diciendo eso buscó con la mirada la ayuda de los hijos del hierro, los cuales se mostraban indecisos, no tenían pensado dejar sus colgantes y amuletos a la joven y fingían distracción, ante la mirada seria de su capitán, uno de ellos le lanzó una pequeña cadena de hierro sin ningún tipo de adorno más que el óxido y la herrumbre. Lo colocó sobre el fino cuello de la damita, con la delicadeza que merecería al ser puesta la más soberbia de las joyas de Poniente y Essos.
-Es una cadena de...-Pensó algo rápidamente, intentando no reirse -Oro...oro salvaje!, es áspero, pero es así porque un verdadero aventurero ha de recordar que el peligro acecha y no se tiene que preocupar en...en la textura...del colgante, digo la cadena!
Y estallaron varias carcajadas, incluida la suya, que fue silenciosa pero casi le hace caer del baúl.
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille se quedo callada mientras el hombre proponía el juego. Realmente se lo estaba pasando bien, pues pocas veces tenia la oportunidad de conocer gente tan extraña como unos mercaderes venidos de tan lejos. Ante la pregunta de Franmark ella no puedo mas que quedarse pensativa, pensando en las palabras del 'mercader'. La verdad es que ella no solia fijarse en los detalles tan generales, y lamentablemente conocía poco de la zona. Suspiro levemente, encogiéndose de hombros.
-Pues yo solo conozco el Castillo de los Westerling, se llama El Risco y es muy bonito, se ve desde aquí...-señalando hacia una dirección errónea, aunque seguramente los hombres, o al menos el capitán, sabría del castillo al cual ella se refería- Aparte de eso conozco un par de pueblecitos, pero son pesqueros, y seguramente no te interesan, aunque quizás quieran comprarte algunas cosas que no sean muy caras...
Sonrió de nuevo ampliamente, mientras escuchaba y notaba como le ponía el colgante en el cuello, junto al que ya llevaba. La muchacha parecía contenta, aunque quizás no tan emocionada como se habría esperado al recibir tal regalo.
-¡Gracias! Nunca me habían regalado un colgante de aventurera...-entonces se quedo callada, como pensando, ampliando ahora si la sonrisa, dándole sentido a una de las fases del hombre como ella quiso- ¿Es mágico? ¿Podre mover los vientos con el colgante?
-Pues yo solo conozco el Castillo de los Westerling, se llama El Risco y es muy bonito, se ve desde aquí...-señalando hacia una dirección errónea, aunque seguramente los hombres, o al menos el capitán, sabría del castillo al cual ella se refería- Aparte de eso conozco un par de pueblecitos, pero son pesqueros, y seguramente no te interesan, aunque quizás quieran comprarte algunas cosas que no sean muy caras...
Sonrió de nuevo ampliamente, mientras escuchaba y notaba como le ponía el colgante en el cuello, junto al que ya llevaba. La muchacha parecía contenta, aunque quizás no tan emocionada como se habría esperado al recibir tal regalo.
-¡Gracias! Nunca me habían regalado un colgante de aventurera...-entonces se quedo callada, como pensando, ampliando ahora si la sonrisa, dándole sentido a una de las fases del hombre como ella quiso- ¿Es mágico? ¿Podre mover los vientos con el colgante?
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
La información que le estaba transmitiendo apenas era de ayuda, pero era algo, por las malas no conseguirían arrancarle mucho más a la joven y por el momento era más práctico continuar con la farsa. Aunque su expresión mostraba lo contrario, seguía poniendo un tono amable en sus palabras, fingiendo interés en los detalles que le daba acerca de comercio. Indirectamente miró hacia donde indicaba, hacia el mar, allí no se encontraba el risco, ni siquiera se podía observar desde la playa dado el escarpado terreno que favorecía la ocultación a su favor.
-No pasa nada, iremos a comerciar allí...por la mañana, ahora vamos a enseñarte el barco, ¿Quieres saber cuál es su nombre?- Comentó tomándola con firmeza de uno de sus brazos, tratando de levantarla con algo de suavidad -Se llama el silencio...porque no se puede hablar dentro, si hablas tendremos mala suerte y nos hundiremos, por eso has de taparte la boca y no abrirla...o caerá una maldición sobre ti!
No fueron necesarias más indicaciones, un gesto hacia la dirección en la que suponían que estarían las aldeas fue suficiente para que silenciosamente los hijos del hierro tomaran esa dirección a dar rienda suelta a todo lo que mejor sabían hacer. Él se quedaría en la playa junto a otros hombres vigilando el barcoluengo, además, ya que ahora que la Damita no era tan importante quizás pudiera pensar que hacer a continuación con ella, porque iba a llevársela a las Islas y cobrar su precio en rescate o quedársela para sí, dependiendo de como actuase esta.
-Claro que puedes mover los vientos, pero ahora cállate
-No pasa nada, iremos a comerciar allí...por la mañana, ahora vamos a enseñarte el barco, ¿Quieres saber cuál es su nombre?- Comentó tomándola con firmeza de uno de sus brazos, tratando de levantarla con algo de suavidad -Se llama el silencio...porque no se puede hablar dentro, si hablas tendremos mala suerte y nos hundiremos, por eso has de taparte la boca y no abrirla...o caerá una maldición sobre ti!
No fueron necesarias más indicaciones, un gesto hacia la dirección en la que suponían que estarían las aldeas fue suficiente para que silenciosamente los hijos del hierro tomaran esa dirección a dar rienda suelta a todo lo que mejor sabían hacer. Él se quedaría en la playa junto a otros hombres vigilando el barcoluengo, además, ya que ahora que la Damita no era tan importante quizás pudiera pensar que hacer a continuación con ella, porque iba a llevársela a las Islas y cobrar su precio en rescate o quedársela para sí, dependiendo de como actuase esta.
-Claro que puedes mover los vientos, pero ahora cállate
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille se dejó levantar, sonriendo ante la ayuda del hombre. Notaba algo de arena por el vestido, así que aun sin ver, con suavidad dio un par de golpecitos a este, intentando 'limpiar' a ciegas los rastros de suciedad, sin demasiado éxito. Luego dio un saltito bastante enérgico, haciendo que el brazo por donde la sujetaba se tensara un poco, dio un leve gruñidito de molestia, aunque no se quejo mucho mas, olvidándose en cuanto el 'mercader' empezó a hablar sobre el barco.
-¿Se llama el Silencio?¿Y nunca habláis cuando estáis en el?¿No os aburrís?-no pareció impresionarse en demasía ante la mención de la maldición, solo asintió levemente.- Pues entonces prometo que no hablare cuando este en el barco, pero si me prometéis que me dejareis quitarme la venda aunque me duela un poco y.....-se quedo pensativa- ¡Y me dejareis coger el timón!
Sonrió satisfecha por sus demandas, notando como tiraba de ella hacia lo que suponía que era el barco. Se paro unos segundos en seco, pensando que algo no le cuadraba en todo ello: el acento inexistente, las risas y algún murmullo que ahora recordaba...
No le dio tiempo a pensar mucho mas. Sus pensamientos, demasiado caprichosos, volvieron a centrarse en que podría ver un barco, montar en el y hasta tomar el timón y navegar. Sonrió y siguió caminando.
-¿Se llama el Silencio?¿Y nunca habláis cuando estáis en el?¿No os aburrís?-no pareció impresionarse en demasía ante la mención de la maldición, solo asintió levemente.- Pues entonces prometo que no hablare cuando este en el barco, pero si me prometéis que me dejareis quitarme la venda aunque me duela un poco y.....-se quedo pensativa- ¡Y me dejareis coger el timón!
Sonrió satisfecha por sus demandas, notando como tiraba de ella hacia lo que suponía que era el barco. Se paro unos segundos en seco, pensando que algo no le cuadraba en todo ello: el acento inexistente, las risas y algún murmullo que ahora recordaba...
No le dio tiempo a pensar mucho mas. Sus pensamientos, demasiado caprichosos, volvieron a centrarse en que podría ver un barco, montar en el y hasta tomar el timón y navegar. Sonrió y siguió caminando.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Franmark la guió hacia el navío, alzándola para que pudiera subir a la cubierta del barcoluengo, él subió ágilmente sin más ayuda que la de sus fuertes brazos contra la madera. Podía verla algo perdida en la cubierta, deseosa de descubrir los escasos misterios del navío de guerra en el que acababa de subirse. Al hombre que allí arriba dormitaba cuidando de la nave contra intrusos indeseados le hizo un gesto con la cabeza en dirección a la playa, indicándole que les dejaran a solas, entonces, lentamente y pudiéndose apreciar sus pasos sobre el entablado de madera de roble se acercó a ella deseoso de hacer de aquella noche algo productivo. Observó de nuevo la figura de la joven, pensando en que podía ser una de las muchacha más jovenes e ingenuas que hubiera tomado alguna vez, algo que le agradaba notablemente, tanto que le hacía dibujar una extraña y cruel sonrisa al pensar en lo que iba a llevar a cabo.
-En esta nave el timón lo lleva el capitán...y ese soy yo, lo que vas a coger va a ser un mástil y te lo pienso clavar en ese chochito dorado que tienes
Susurró sacándola del mundo de farsas y mentiras al que le había llevado durante los últimos minutos, aspirando el olor de sus rubios cabellos desde su espalda, retirando su venda de los ojos de Camille y aprisionándola en un fuerte abrazo contra sí mismo sin intencion de que se escapase de su agarre y se alejara del alcance de este, llevando con avidez la mano que le restaba libre hacia la entrepierna de ella, buscando arrebatarle lo que llevase por ropa interior.
-En esta nave el timón lo lleva el capitán...y ese soy yo, lo que vas a coger va a ser un mástil y te lo pienso clavar en ese chochito dorado que tienes
Susurró sacándola del mundo de farsas y mentiras al que le había llevado durante los últimos minutos, aspirando el olor de sus rubios cabellos desde su espalda, retirando su venda de los ojos de Camille y aprisionándola en un fuerte abrazo contra sí mismo sin intencion de que se escapase de su agarre y se alejara del alcance de este, llevando con avidez la mano que le restaba libre hacia la entrepierna de ella, buscando arrebatarle lo que llevase por ropa interior.
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
La muchacha se notaba ansiosa y contenta, y el sentimiento aumento cuando se supo sobre el barco. Aun con los ojos vendados, la chica dio un pasito a un lado, un pasito a otro, apoyándose en la baranda, tanteandola y avanzando bastante camino sin esperar a Franmark, aun a riesgo de caerse o tropezarse. Se quedo parada en seco, aun sonriendo, notando bajo sus pies como las olas hacían que el suelo se moviera suavemente. Dio un saltito y miro hacia donde creía que estaba el hombre.
-¡Noto como se mueve el suelo bajo los pies!
Emocionada, escucho las palabras que le dedico el Volmark, y se quedo algo parada, como si no entendiera lo que había dicho el hombre. En realidad, no lo entiendo del todo, aunque el tono que uso en esa frase hizo que un leve escalofrío recorriera su espina dorsal, quizás reconociendo por fin el peligro que había ignorado.
Instintivamente dio un paso hacia atrás, pero fue demasiado tarde, pues el hombre seguramente había prevenido la acción que ella tomaría, o quizás simplemente la ventaja de tener ella los ojos cubiertos había dado la tranquilidad y ventaja al hombre para atraerla a sus fauces.
Sus ojos fueron liberados entonces, y parpadeando un par de veces fue consciente de lo que la rodeaba.
-No...No sois un mercader...
Fue lo único que pudo articular la muchacha antes de empezar a entrar en pánico, notando como la mano del falso mercader se acerca peligrosamente a las ropas que cubrían su entrepierna.
Entonces la muchacha, sacando fuerzas de donde pudo, empezó a patalear a la desesperada e intentar morder una de las manos del hombre. La muchacha no era demasiado fuerte, y sus patadas simplemente suponían una molestia mas que un daño, sin embargo, los dientes eran otra cosa, aunque realmente, al actuar presa del miedo, Camille apenas sabia donde mordía.
Lo que si pudo comprobar Franmark fue que al menos la muchacha de cabellos dorados tenia bastante energía.
-¡Noto como se mueve el suelo bajo los pies!
Emocionada, escucho las palabras que le dedico el Volmark, y se quedo algo parada, como si no entendiera lo que había dicho el hombre. En realidad, no lo entiendo del todo, aunque el tono que uso en esa frase hizo que un leve escalofrío recorriera su espina dorsal, quizás reconociendo por fin el peligro que había ignorado.
Instintivamente dio un paso hacia atrás, pero fue demasiado tarde, pues el hombre seguramente había prevenido la acción que ella tomaría, o quizás simplemente la ventaja de tener ella los ojos cubiertos había dado la tranquilidad y ventaja al hombre para atraerla a sus fauces.
Sus ojos fueron liberados entonces, y parpadeando un par de veces fue consciente de lo que la rodeaba.
-No...No sois un mercader...
Fue lo único que pudo articular la muchacha antes de empezar a entrar en pánico, notando como la mano del falso mercader se acerca peligrosamente a las ropas que cubrían su entrepierna.
Entonces la muchacha, sacando fuerzas de donde pudo, empezó a patalear a la desesperada e intentar morder una de las manos del hombre. La muchacha no era demasiado fuerte, y sus patadas simplemente suponían una molestia mas que un daño, sin embargo, los dientes eran otra cosa, aunque realmente, al actuar presa del miedo, Camille apenas sabia donde mordía.
Lo que si pudo comprobar Franmark fue que al menos la muchacha de cabellos dorados tenia bastante energía.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
-Soy un hijo del hierro, no un perro de Essos!
Gruñó entre dientes, continuando el forcejeo cada vezx más victorioso por su parte para arrebatarle las ropas. Aquellas palabras que ni siquiera había meditado esperaba que sirviesen para que descubriera su nuevo lugar ahora, así como la trampa en la que había caído fruto de su confianza e ingenuidad al abandonar los seguros muros del Risco en tiempos de guerra como eran aquellos. Error que pagaría con su secuestro y con lo que Franmark VOlmark decidiera hacer con ella.
Aunque ella lanzaba mordiscos, arañazos y pataleos, la fortaleza del hombre comenzaba a imponerse sobre ella, no era la primera vez qeu Franmark violaba en una de sus incursiones, así que sabía perfectamente lo que debía hacer con la joven.
Salió de sus pensamientos cuando un desafortunado dedo de su mano izquierda se encontró con los dientes de Camille, aunque no llevaba fuerza como para producirle una herida o amputación, si la llevaba para provocarle el daño suficiente y hacerle lanzar un pequeño grito de dolor. Enfurecido, arrancó con violencia aquella ropa que cedió al desgarro de sus manos y la arrojó contra las tablas de la cubierta con fuerza, derribándola. Como si de su presa se tratara, se lanzó sobre ella, recostado encima de forma que apenas podía moverse o forcejear ya al estar aplastada por su peso. Lo siguiente que hizo fue llevar una de sus manos al delicado cuello de la muchacha, sujetándolo con fuerza sin llegar a apretarlo para estrangular.
-¿Quieres hacer las cosas más difíciles? porque pueden salir peor para ti, créeme
Amenazó con agresividad al tiempo que la despojaba de su ropa interior y comenzaba a desabrocharse la hebilla del cinto de tela que sujetaba sus pantalones, buscando introducirse en ella por la fuerza si fuera necesario, y al apreciar la resistencia que ofrecía, tendría que hacerlo.
Gruñó entre dientes, continuando el forcejeo cada vezx más victorioso por su parte para arrebatarle las ropas. Aquellas palabras que ni siquiera había meditado esperaba que sirviesen para que descubriera su nuevo lugar ahora, así como la trampa en la que había caído fruto de su confianza e ingenuidad al abandonar los seguros muros del Risco en tiempos de guerra como eran aquellos. Error que pagaría con su secuestro y con lo que Franmark VOlmark decidiera hacer con ella.
Aunque ella lanzaba mordiscos, arañazos y pataleos, la fortaleza del hombre comenzaba a imponerse sobre ella, no era la primera vez qeu Franmark violaba en una de sus incursiones, así que sabía perfectamente lo que debía hacer con la joven.
Salió de sus pensamientos cuando un desafortunado dedo de su mano izquierda se encontró con los dientes de Camille, aunque no llevaba fuerza como para producirle una herida o amputación, si la llevaba para provocarle el daño suficiente y hacerle lanzar un pequeño grito de dolor. Enfurecido, arrancó con violencia aquella ropa que cedió al desgarro de sus manos y la arrojó contra las tablas de la cubierta con fuerza, derribándola. Como si de su presa se tratara, se lanzó sobre ella, recostado encima de forma que apenas podía moverse o forcejear ya al estar aplastada por su peso. Lo siguiente que hizo fue llevar una de sus manos al delicado cuello de la muchacha, sujetándolo con fuerza sin llegar a apretarlo para estrangular.
-¿Quieres hacer las cosas más difíciles? porque pueden salir peor para ti, créeme
Amenazó con agresividad al tiempo que la despojaba de su ropa interior y comenzaba a desabrocharse la hebilla del cinto de tela que sujetaba sus pantalones, buscando introducirse en ella por la fuerza si fuera necesario, y al apreciar la resistencia que ofrecía, tendría que hacerlo.
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille no parecía escuchar las palabras que decía el hombre, al menos no las primeras. Seguía removiéndose, pateando e intentando morder sin parar, aunque el Hombre de Hierro pudo notar que a cada segundo que pasaba, la muchacha perdía las fuerzas a un ritmo acelerado, empezando incuso a jadear y respirar con fuerza y con algo de dificultad. Llego un punto en el que la joven apenas era un pequeño estorbo y ni sus mordiscos tenían la fuerza del principio, y por ello, cuando alcanzo de lleno el dedo, apenas le causo un cortecito al hombre.
Lo siguiente que sintió Camille fue algo desgarrándose y su cabeza dando contra el suelo, quedando aturdida y sintiendo el viento de la noche acariciar su piel. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y ella ahogo un leve quejido, dándose cuenta que de su ropa, ya solo quedaba algún jirón, por lo que instintivamente se cubrió con las manos los pechos, medio abrazándose, justo antes de sentir todo el peso de Franmark sobre ella, a lo que tan solo pudo dar otro gritito lastimero.
Sus ojos miraron entonces directamente a los de Franmark, quedándose quieta al sentir la mano rodeando su cuello, atrapada y asustada. Todavía se medio abrazaba cubriéndose el torso con los brazos, respirando con dificultad, parpadeo un par de veces, notando como sus ojos empezaban a picar y pronto lagrimas surcaban su mejillas mientras ella sollozaba e hipaba, aun con al respiración entrecortada.
-Po...por favor...No....no me ha....gais nada...-dijo, hablando lentamente y con dificultad, justo después de la amenaza-No me hagáis...da..daño....
Seguía mirándole, casi suplicante, sin poder evitar que le arrebataran la ropa inferior por completo, intentando apretar las piernas, en un acto algo futil.
Lo siguiente que sintió Camille fue algo desgarrándose y su cabeza dando contra el suelo, quedando aturdida y sintiendo el viento de la noche acariciar su piel. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y ella ahogo un leve quejido, dándose cuenta que de su ropa, ya solo quedaba algún jirón, por lo que instintivamente se cubrió con las manos los pechos, medio abrazándose, justo antes de sentir todo el peso de Franmark sobre ella, a lo que tan solo pudo dar otro gritito lastimero.
Sus ojos miraron entonces directamente a los de Franmark, quedándose quieta al sentir la mano rodeando su cuello, atrapada y asustada. Todavía se medio abrazaba cubriéndose el torso con los brazos, respirando con dificultad, parpadeo un par de veces, notando como sus ojos empezaban a picar y pronto lagrimas surcaban su mejillas mientras ella sollozaba e hipaba, aun con al respiración entrecortada.
-Po...por favor...No....no me ha....gais nada...-dijo, hablando lentamente y con dificultad, justo después de la amenaza-No me hagáis...da..daño....
Seguía mirándole, casi suplicante, sin poder evitar que le arrebataran la ropa inferior por completo, intentando apretar las piernas, en un acto algo futil.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Los intentos por defenderse de la joven no servían apenas para molestar al hijo del hierro en su propósito por tomarla sobre la cubierta, asimismo las súplicas de esta no lograban hacer mella en el vil propósito de este, algo que en la cultura del Hierro era algo normal en los saqueos, ningún tipo de ley amparaba aquellos que eran objeto de los ataques de los isleños, cosa que incluso estaba bien vista por algunos y servía para más tarde regordearse de ello en la ebriedad de alguna celebración como si de una anécdota graciosa o totalmente corriente fuera esta.
-No lo sabes tú bien...¡ si te resistes será peor!
Añadió, más por que se relajara y le dejase hacer que porque realmente intentara tranquilizarla, pese a sus palabras no se detuvo en su intento por introducirse en ella, consiguiendo separar sus piernas parcialmente por el uso de su fuerza mayor, dejando el sexo de esta vulnerable a cualquier ataque de su agresor. No desaprovechó el momento, y antes de que pudiera volver a cerrar sus piernas y con estas el camino hacia su virtudm¡, guió su miembro ya endurecido contra esta, penetrándola con brusquedad ya que en sí una primeriza ofrecía mayor estrechez a la hora de realizar el acto, los nervios de la joven al sentirse agredida de esa forma hacían aún más difícil el poder introducirse en ella.
Una vez en el interior de Camille, Franmark empezó a embestirla lenta pero intensamente, buscando el placer propio ya que bien sabía que la joven obtendría uno bien escaso al ser violada en la cubierta del navío, a medida que conseguía amoldar el interior a su miembro viril aumentaba el ritmo de sus embestidas y elevaba una de sus manos libres hacia allí donde Camille trataba de ocultar su desnudez con los jirones de ropa que le quedaban vestidos, tomando uno de sus pechos y amasándolo con fuerza.
-No lo sabes tú bien...¡ si te resistes será peor!
Añadió, más por que se relajara y le dejase hacer que porque realmente intentara tranquilizarla, pese a sus palabras no se detuvo en su intento por introducirse en ella, consiguiendo separar sus piernas parcialmente por el uso de su fuerza mayor, dejando el sexo de esta vulnerable a cualquier ataque de su agresor. No desaprovechó el momento, y antes de que pudiera volver a cerrar sus piernas y con estas el camino hacia su virtudm¡, guió su miembro ya endurecido contra esta, penetrándola con brusquedad ya que en sí una primeriza ofrecía mayor estrechez a la hora de realizar el acto, los nervios de la joven al sentirse agredida de esa forma hacían aún más difícil el poder introducirse en ella.
Una vez en el interior de Camille, Franmark empezó a embestirla lenta pero intensamente, buscando el placer propio ya que bien sabía que la joven obtendría uno bien escaso al ser violada en la cubierta del navío, a medida que conseguía amoldar el interior a su miembro viril aumentaba el ritmo de sus embestidas y elevaba una de sus manos libres hacia allí donde Camille trataba de ocultar su desnudez con los jirones de ropa que le quedaban vestidos, tomando uno de sus pechos y amasándolo con fuerza.
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille no era estúpida pese a su comportamiento habitual, y sabia perfectamente lo que venia a continuación; por ello, la chica no dejo pese a su cansancio y agotamiento de moverse ligeramente, dificultando apenas la actividad que el Hombre de Hierro intentaba perpetrar. La muchacha no podía mas que seguir suplicando entre sollozos, los cuales a su vez pronto hacían inteligibles las primeras.
Al final, el hombre logro dominar casi por completo a Camille, logrando sujetar sus piernas, dejando el sexo de la joven expuesto ante Franmark. La muchacha no tardo en sentir como algo chocaba contra ella con brusquedad, entrando en ella sin compasión alguna, haciendo que su cuerpo se paralizara completamente mientras ahogaba un chillido lastimero, abriendo mucho los ojos, sintiendo como algo se desgarraba dentro de ella y un dolor intenso la atenazaba. .
Los siguientes momentos le parecieron eternos, sobretodo las dolorosas primeras embestidas, pues cada vez que entraba y salia, ese recorrido lo notaba en su interior, y cada roce iba acompañado de dolor. Perdió la noción del tiempo, y su vista se nublo completamente, dejándola sola ante el dolor, el cual no la dejo en ningún momento, aunque se hizo mas soportable.
Y lo que a la muchacha le pareció eterno, Franmark apenas lo noto como un par de minutos, en los que la muchacha simplemente se había quedado paralizada, mirando al vacío, con un mudo sollozo en sus labios y lagrimas recorriendo sus mejillas. Al menos ya no ofrecía mas resistencia que la del propio cuerpo de primeriza.
Camille tampoco pareció notar como el hombre terminaba de arrancar la ropa del torso de la chica y apartaba sin dificultad las manos y brazos de esta.
El Hombre de Hierro pudo entonces ver el cuerpo de la Occidental con todo detalle y sin impedimentos. Sin duda era una muchacha agraciada, y pese a que no era exuberante, el cuerpecito de la chica mantenía una proporción adecuada junto a unas bonitas curvas que ya podía contemplar sin la obstrucción de las telas sobre ellas.
Camille volvió entonces parcialmente a la realidad, justo en el momento que una mano amasaba su pecho, la cual sintió áspera y ruda en contraste a su piel suave y algo delicada. Elevo una mano lentamente, mientras seguía notando el dolor de cada embestida en su interior, y acabo poniéndola en un brazo del saqueador, y mientras volvía a sollozar, aunque muy ligeramente, nada comparado a lo anterior, apretó sus uñas contra la piel de Franmark, con fuerza, haciéndole seguramente una herida, y susurro entrecortadamente.
-Me...me due...le... No...no quiero ma...más....
Poco mas podía hacer en tal situación, pues tenia miedo de moverse mas, y realmente los susurros que había dejado escapar eran mas para si que para convencer al hombre, el cual no la haría ningún caso.
Al final, el hombre logro dominar casi por completo a Camille, logrando sujetar sus piernas, dejando el sexo de la joven expuesto ante Franmark. La muchacha no tardo en sentir como algo chocaba contra ella con brusquedad, entrando en ella sin compasión alguna, haciendo que su cuerpo se paralizara completamente mientras ahogaba un chillido lastimero, abriendo mucho los ojos, sintiendo como algo se desgarraba dentro de ella y un dolor intenso la atenazaba. .
Los siguientes momentos le parecieron eternos, sobretodo las dolorosas primeras embestidas, pues cada vez que entraba y salia, ese recorrido lo notaba en su interior, y cada roce iba acompañado de dolor. Perdió la noción del tiempo, y su vista se nublo completamente, dejándola sola ante el dolor, el cual no la dejo en ningún momento, aunque se hizo mas soportable.
Y lo que a la muchacha le pareció eterno, Franmark apenas lo noto como un par de minutos, en los que la muchacha simplemente se había quedado paralizada, mirando al vacío, con un mudo sollozo en sus labios y lagrimas recorriendo sus mejillas. Al menos ya no ofrecía mas resistencia que la del propio cuerpo de primeriza.
Camille tampoco pareció notar como el hombre terminaba de arrancar la ropa del torso de la chica y apartaba sin dificultad las manos y brazos de esta.
El Hombre de Hierro pudo entonces ver el cuerpo de la Occidental con todo detalle y sin impedimentos. Sin duda era una muchacha agraciada, y pese a que no era exuberante, el cuerpecito de la chica mantenía una proporción adecuada junto a unas bonitas curvas que ya podía contemplar sin la obstrucción de las telas sobre ellas.
Camille volvió entonces parcialmente a la realidad, justo en el momento que una mano amasaba su pecho, la cual sintió áspera y ruda en contraste a su piel suave y algo delicada. Elevo una mano lentamente, mientras seguía notando el dolor de cada embestida en su interior, y acabo poniéndola en un brazo del saqueador, y mientras volvía a sollozar, aunque muy ligeramente, nada comparado a lo anterior, apretó sus uñas contra la piel de Franmark, con fuerza, haciéndole seguramente una herida, y susurro entrecortadamente.
-Me...me due...le... No...no quiero ma...más....
Poco mas podía hacer en tal situación, pues tenia miedo de moverse mas, y realmente los susurros que había dejado escapar eran mas para si que para convencer al hombre, el cual no la haría ningún caso.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Al fin consiguió observar la desnudez de esta al completo, era bastante agraciada y hermosa pese a tener el rostro congestionado de dolor y cubierto de lágrimas y estar soltando continuamente sollozos de temor y sufrimiento. Por mucho que rogase y llorara no conseguía causar sentimiento alguno de culpa en el hombre del hierro, con aquellos enemigos de las islas no se debía mostrar ninguna piedad, se encerraba en sí mismo e ignoraba toda súplica de la joven agredida. Un desgarro en la piel de su brazo logró sacarle de este aislamiento, notando la sangre brotar del profundo arañazo que le había procurado la joven, iracundo la devolvió un revés con el dorso de la misma mano del brazo que había conseguido herir.
-Perra de Occidente! no podías dejarlo estar, ahora si que nos vamos a divertir tu y yo!!
Sentenció embistiendola con mayor brutalidad y fuerza durante unos minutos mas, no se deleitaba con el sufrimiento de esta, pero desde que había enbarcado nohabía yacido con ninguna mujer y pensaba aprovechar al máximo a la jovencita antes de pensar de nuevo que hacer con ella. Durante su agarre aspiró el dulce aroma que emanaba esta, perfumada y suave, algo que las mujeres de las islas ni las campesinas que encontraba en sus incursiones no acostumbraban a usar para si mismas, el hecho de estar abusando de una dama noble de uno de los lugares más ricos de todo Poniente era algo que despertaba gran interés y excitación en su interior. Continuó sus embestidas con mayor rapidez y fuerza hasta notar como se concentraba el placer que sentía en un mismo punto con gran intensidad, expiró un grave gemido, anunciando el final del acto por su parte y más concretamente finalizandolo en el interior de ella, sin cualquier preocupación al respecto.
Se pudo en pie y abrochó sus pantalones, observando a la sollozante muchacha en el suelo con total indiferencia antes de apoyarse en el mástil principal de la nave a observar el paisaje marino, sin dirigirle ningún tipo de mirada habló con tranquilidad, impasible al respecto y quizás con algo de sorna.
-No te lo tomes a mal, no es personal...cosas que ocurren cuando el terror llega a las costas verdes
-Perra de Occidente! no podías dejarlo estar, ahora si que nos vamos a divertir tu y yo!!
Sentenció embistiendola con mayor brutalidad y fuerza durante unos minutos mas, no se deleitaba con el sufrimiento de esta, pero desde que había enbarcado nohabía yacido con ninguna mujer y pensaba aprovechar al máximo a la jovencita antes de pensar de nuevo que hacer con ella. Durante su agarre aspiró el dulce aroma que emanaba esta, perfumada y suave, algo que las mujeres de las islas ni las campesinas que encontraba en sus incursiones no acostumbraban a usar para si mismas, el hecho de estar abusando de una dama noble de uno de los lugares más ricos de todo Poniente era algo que despertaba gran interés y excitación en su interior. Continuó sus embestidas con mayor rapidez y fuerza hasta notar como se concentraba el placer que sentía en un mismo punto con gran intensidad, expiró un grave gemido, anunciando el final del acto por su parte y más concretamente finalizandolo en el interior de ella, sin cualquier preocupación al respecto.
Se pudo en pie y abrochó sus pantalones, observando a la sollozante muchacha en el suelo con total indiferencia antes de apoyarse en el mástil principal de la nave a observar el paisaje marino, sin dirigirle ningún tipo de mirada habló con tranquilidad, impasible al respecto y quizás con algo de sorna.
-No te lo tomes a mal, no es personal...cosas que ocurren cuando el terror llega a las costas verdes
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Al final la muchacha se rindió, dejando de moverse o intentar agredir y apartar al hombre, pues no había nada que hacer, y enfurecerlo mas no era buena idea. Mientras pensaba eso, la chica estaba sufriendo a modo de embestidas mas fuertes y dolorosas la acción de clavarle las uñas que había realizado minutos antes.
Pese a que era complicado y el dolor de cada embestida que recibía la sacaba de sus pensamientos, Camille intento alejar su mente del lugar y pensar en otra cosa, aunque tal como se encontraba, nada le venia a la cabeza; curiosamente, el mismo acto de pensar en intentar pensar en algo hizo que su mente se abstrajera hasta cierto grado,y pronto el dolor de las embestidas ceso y el peso del hombre desapareció.
Camille parpadeo un par de veces. Ya no tenia la Hombre de Hierro encima, ni tampoco entro, pero la sensación en su cuerpo era como si todavía tuviese el miembro de Franmark dentro de ella, persistiendo el dolor en su entrepierna, aunque de un modo diferente al de las embestidas, simplemente sentía como si una herida hubiera sido abierta. Usando las fuerzas que le quedaban, se medio incorporo, y efectivamente, la muchacha pudo ver lo que había sentido, la herida abierta que se adivinaba por las manchas de sangre que adornaban ahora su muslo. Sintió un escalofrío y se abrazo a si misma, ahogando un sollozo, levantando la vista, dirigiéndola hacia Franmark.
La chica abrió la boca unos segundos, como si quisiera hablar pero no tuviera palabras.
Suspirando bajo la cabecita, y sin mirar al hombre, gateo unos metros hasta colocarse en un rinconcito no muy lejano, como si en ese espacio estuviera mas segura, recomponiéndose los harapos que le quedaban, cubriéndose todo lo posible, abrazándose las rodillas, volviendo a mirar al Isleño, diciéndose a si misma que no tuviera miedo,
-¿Me...soltareis ahora?-con un hilillo de voz, mirándole. Era solo un hombre, nada mas. Bajo de nuevo la cabeza, murmurando para si, aunque quizás mas alto de lo debido- Y..no sois el terror, solo sois un hombre grande...mas fuerte que yo... -sollozo levemente, casi en silencio, recordando al hombre sobre ella. Inspiro levemente, hipando un poco-Yo...yo también soy fuerte...ca...casi no me ha dolido...
Y tras mentirse a si misma un poco, intentando esbozar una sonrisa que tan solo levanto levemente sus labios, se abrazo un poquito mas, mirando entre sus brazos a Franmark, sin saber que haría ahora, si la dejaría libre, si volvería a.... Otro leve escalofrío hizo que dejara de pensar en eso, y de sus labios ahora simplemente salio una leve cancioncilla tarareando, para alejar los pensamientos. Camille tenia una voz bonita.
Pese a que era complicado y el dolor de cada embestida que recibía la sacaba de sus pensamientos, Camille intento alejar su mente del lugar y pensar en otra cosa, aunque tal como se encontraba, nada le venia a la cabeza; curiosamente, el mismo acto de pensar en intentar pensar en algo hizo que su mente se abstrajera hasta cierto grado,y pronto el dolor de las embestidas ceso y el peso del hombre desapareció.
Camille parpadeo un par de veces. Ya no tenia la Hombre de Hierro encima, ni tampoco entro, pero la sensación en su cuerpo era como si todavía tuviese el miembro de Franmark dentro de ella, persistiendo el dolor en su entrepierna, aunque de un modo diferente al de las embestidas, simplemente sentía como si una herida hubiera sido abierta. Usando las fuerzas que le quedaban, se medio incorporo, y efectivamente, la muchacha pudo ver lo que había sentido, la herida abierta que se adivinaba por las manchas de sangre que adornaban ahora su muslo. Sintió un escalofrío y se abrazo a si misma, ahogando un sollozo, levantando la vista, dirigiéndola hacia Franmark.
La chica abrió la boca unos segundos, como si quisiera hablar pero no tuviera palabras.
Suspirando bajo la cabecita, y sin mirar al hombre, gateo unos metros hasta colocarse en un rinconcito no muy lejano, como si en ese espacio estuviera mas segura, recomponiéndose los harapos que le quedaban, cubriéndose todo lo posible, abrazándose las rodillas, volviendo a mirar al Isleño, diciéndose a si misma que no tuviera miedo,
-¿Me...soltareis ahora?-con un hilillo de voz, mirándole. Era solo un hombre, nada mas. Bajo de nuevo la cabeza, murmurando para si, aunque quizás mas alto de lo debido- Y..no sois el terror, solo sois un hombre grande...mas fuerte que yo... -sollozo levemente, casi en silencio, recordando al hombre sobre ella. Inspiro levemente, hipando un poco-Yo...yo también soy fuerte...ca...casi no me ha dolido...
Y tras mentirse a si misma un poco, intentando esbozar una sonrisa que tan solo levanto levemente sus labios, se abrazo un poquito mas, mirando entre sus brazos a Franmark, sin saber que haría ahora, si la dejaría libre, si volvería a.... Otro leve escalofrío hizo que dejara de pensar en eso, y de sus labios ahora simplemente salio una leve cancioncilla tarareando, para alejar los pensamientos. Camille tenia una voz bonita.
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Al oir la voz de esta finalmente venciendo sobre los sollozos se giró buscando el origen de esta, al parecer se había movido de allí, gateando hacia un rincon de la nave asustada. Soltó un bufido, tomándose un tiempo para reflexionar lo que realmente haría con ella ahora que ya la había tomado a placer. El dejarla allí traería consecuencias, principalmente por dejarla de testigo, quizás no supiera que eran hombres del hierro, pero bastaría una ligera descripción de su nave o del aspecto de su tripulación para que los señores del Risco deducieran de quien habían sido los autores de la violación y los saqueos que estarían llevando a cabo los guerreros Volmark. Siendo así quedaban dos opciones, sin tener muy claro aún por cual decantarse se acercó a ella lentamente, delatando su posición a cada paso dado sobre la cubierta.
La observó de cerca, mirándola fijamente, atento a sus suaves y ligeros movimientos, parecía estar mostrando menos miedo que antes, aunque este no se había desvanecido de sus curiosos ojos celestes. Sin rastro de diversión ya emanó una pequeña risa, como si fuese un suspiro, al tiempo que apoyaba su mano izquierda sobre el pomo del cuchillo largo que pendía de una vaina en su cinturón. Llegó junto a ella y se detuvo a su frente, agachándose en cuclillas para poder verla desde una misma perspectiva, alzó su mandíbula observándola con la mano derecha, girandole la cabeza ligeramente.
-El terror...yo no soy el terror, lo somos todos nosotros, el terror es lo que hago para sembrar el miedo en estas costas llenas de oro y riquezas, Puedo devolverte, con vida y que me delates, porque sabemos que lo harás....puedo abrirte la garganta con este cuchillo y dejar que te ahogues entre el agua salada y tu propia sangre, o puedo llevarte conmigo y repetir esto cada noche....Si eres tan fuerte preferirás vivir lejos de tu familia y riquezas, servirme, calentarme la cama y obedecerme, no me dejas más opciones....o te rapto, o te mato...Elige tu misma
Dijo en un tono sombrío, desenvainando la hoja del cuchillo lentamente hasta colocarla en el delicado cuello de esta, aguardando la respuesta mientras en su mente aún rondaba la cancioncilla que apensas unos instantes estaba tarareando para si misma. No la daría opción de decidir, algo se cruzó por su interior al ver los colorados orbes de su cara y las lágrimas aún húmedas en sus mejillas. Suspiró pesadamente y bajó el cuchillo, envainándolo de nuevo y poniéndose en pie mirándola desde toda su altura.
-Tú lo has dicho, soy un hombre fuerte, y eso es lo que me permite decidir a mi, no será tan fácil terminar este asunto, te vienes con nosotros
La observó de cerca, mirándola fijamente, atento a sus suaves y ligeros movimientos, parecía estar mostrando menos miedo que antes, aunque este no se había desvanecido de sus curiosos ojos celestes. Sin rastro de diversión ya emanó una pequeña risa, como si fuese un suspiro, al tiempo que apoyaba su mano izquierda sobre el pomo del cuchillo largo que pendía de una vaina en su cinturón. Llegó junto a ella y se detuvo a su frente, agachándose en cuclillas para poder verla desde una misma perspectiva, alzó su mandíbula observándola con la mano derecha, girandole la cabeza ligeramente.
-El terror...yo no soy el terror, lo somos todos nosotros, el terror es lo que hago para sembrar el miedo en estas costas llenas de oro y riquezas, Puedo devolverte, con vida y que me delates, porque sabemos que lo harás....puedo abrirte la garganta con este cuchillo y dejar que te ahogues entre el agua salada y tu propia sangre, o puedo llevarte conmigo y repetir esto cada noche....Si eres tan fuerte preferirás vivir lejos de tu familia y riquezas, servirme, calentarme la cama y obedecerme, no me dejas más opciones....o te rapto, o te mato...Elige tu misma
Dijo en un tono sombrío, desenvainando la hoja del cuchillo lentamente hasta colocarla en el delicado cuello de esta, aguardando la respuesta mientras en su mente aún rondaba la cancioncilla que apensas unos instantes estaba tarareando para si misma. No la daría opción de decidir, algo se cruzó por su interior al ver los colorados orbes de su cara y las lágrimas aún húmedas en sus mejillas. Suspiró pesadamente y bajó el cuchillo, envainándolo de nuevo y poniéndose en pie mirándola desde toda su altura.
-Tú lo has dicho, soy un hombre fuerte, y eso es lo que me permite decidir a mi, no será tan fácil terminar este asunto, te vienes con nosotros
Franmark Volmark
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Camille levanto la vista poco a poco, escuchando como el hombre se acercaba. Su primera reacción fue encogerse sobre si misma, abrazándose mas la rodillas y desviando la mirada, temiendo cualquier cosa por parte de aquel Isleño.
Fue entonces cuando el hombre la tomo por la mandíbula levemente, moviendole el rostro hasta que su mirada confronto a la de el. En ese momento sentía miedo y temblaba levemente, pero aun así, decidió no desviar sus ojos azules de los del Hombre de Hierro, lo que tuviera que pasar, pasaría, ella no podía hacer nada.
Lo único que ocurrió en ese momento fueron mas palabras por parte de Franmark, y tras ellas, una decisión que parecía difícil a simple vista, pero que en realidad para la joven Lefford no lo era. La muchacha abrió la boca, pero el filo en su cuello la paralizo y se quedo quieta, sin dejar de mirarle, pensando que ya había decidido por ella, y la decisión era la que menos le gustaba.
Cerro los ojos. No quería morir. Una pequeña lagrima solitaria volvió a surcar el rostro por donde otras habían hecho camino.
Y de nuevo hablo el hombre, y la muchacha no pudo mas que dar un leve suspirito de alivio, abriendo lentamente sus ojitos, mirando hacia arriba, hacia el hombre. Bajo levemente la cabeza, mirándole de reojo todavía, hablando ahora ella lentamente y algo despacito.
-Tengo frío...
Fue entonces cuando el hombre la tomo por la mandíbula levemente, moviendole el rostro hasta que su mirada confronto a la de el. En ese momento sentía miedo y temblaba levemente, pero aun así, decidió no desviar sus ojos azules de los del Hombre de Hierro, lo que tuviera que pasar, pasaría, ella no podía hacer nada.
Lo único que ocurrió en ese momento fueron mas palabras por parte de Franmark, y tras ellas, una decisión que parecía difícil a simple vista, pero que en realidad para la joven Lefford no lo era. La muchacha abrió la boca, pero el filo en su cuello la paralizo y se quedo quieta, sin dejar de mirarle, pensando que ya había decidido por ella, y la decisión era la que menos le gustaba.
Cerro los ojos. No quería morir. Una pequeña lagrima solitaria volvió a surcar el rostro por donde otras habían hecho camino.
Y de nuevo hablo el hombre, y la muchacha no pudo mas que dar un leve suspirito de alivio, abriendo lentamente sus ojitos, mirando hacia arriba, hacia el hombre. Bajo levemente la cabeza, mirándole de reojo todavía, hablando ahora ella lentamente y algo despacito.
-Tengo frío...
Camille Lefford- Casa vasalla
Re: En la boca del Leviatán {+18}
Ignoró la insinuación de la joven, si tenía frío que se hiciera un ovillo en la esquina donde estaba, a él poco le importaba en aquél momento pasase frio o calor, debería ir mentalizándose a que hasta que le cogiese algún tipo de afecto debía esperar poco o nada de él. Antes de que decidiera decirle algo, volver a tomarla o incluso bajar a dar conversación a los hombres de la orilla, el sonido de un trote de caballos y la llamada de alerta del vigía le hizo dirigir toda su atnción hacia el lugar por el que los hombres que había mandado volvían al galope cargados con diversos tipos de botines, seguidos por otros tantos corriendo a pie. Al cruzar la puerta natural de la cala pudo ver que de una soga iban atadas varias personas, hombres, mujeres por lo general jóvenes. Parecía que no era el único que se había tomado un trofeo con dos patas para llevárselo a las islas.
Cuando se acercaron aún empuñando armas con las hojas sangrantes se apoyó en la baranda, aguardando a que alguno de ellos le contase a que se debía tanta prisa, por la posición de la luna y las estrellas no llegaría el amanecer hasta por lo menos un par de horas más. La respuesta a su interrogante no se hizo esperar más, el segundo al que había enviado para liderar la incursión trató de hablar jadeantemente, agachándose para tomar aire y limpiarse el sudor de debajo de su yelmo de hierro.
-Mi señor...aghh...hemos quemado una villa al este de aquí, estaba abarrotada, pero hemos sacado mucho oro y joyas, así como estas preciosidades
Tiró de la soga que sostenía en su mano izquierda haciendo que un par de jóvenes muchachas cayesen sobre la arena entre sollozos y súplicas, no se detuvo a la hora de acallar a la que más le insistía de un puntapié en el estómago, de tal magnitud que le provocó el vómito mientras su compañera de cautiverio la amparaba en un abrazo. Franmark vió graciosa la escena, sonriendo mientras de su interior se escapaba una suave y cruel carcajada, a su alrededor los hombres trataban de subir al barco a los cautivos, la mayoría enran mujeres, pero algún hombre se encontraba entre ellas. Se quedó observando como un remero de brazos fuertes trataba de tomar a una mujer de cabello dorado, ante la insistencia del que decía ser su esposo para que la dejase marchar, suplicando y rogando a los dioses, vio como hacía ademán de levantarse entre maldiciones, le llamó la atención un baúl con remaches de plata que subían varios hombres, lo suficiente para desentenderse de la situación y escuchar el silencio tras el inconfundible sonido de un tajo profundo en la garganta.
Los hombres cargaban con presteza las riquezas, pieles de león, sacos de cereal, objetos de metales brillantes y valiosos, pero sobretodo cargaban espadas y armaduras, algo que hizo que el Capitán se preguntara de donde había salido aquel completo arsenal digno de uno, o en el caso varios, caballeros.
-Olegg! de donde habeis sacado todas esas armaduras? no las suelen tener en casas de campesinos!
Bramó a un joven que cargaba con una protección completa de torso y un yelmo con celada y penacho de plumas sobre la cabeza. El joven tiró ambas cosas por encima de la borda, dejándolas en el barco con un sonido metálico cuando chocaron cn la cubierta.
-Una patrulla del Risco, hombres de armas y caballeros, todos a caballo, caímos sobre ellos desde las rocas, dos escaparon
El ceño de Franmark se frunció despertando la ira ante la incompetencia de sus guerreros.
-Y dejais que se larguen? ahora deben estar viniendo por tierra, reza para que no nos cierren el paso o te ahogo yo mismo!!
El segundo intervinió , pisando lo que parecía ser un cuerpo de hombre contra el lecho de la playa, ahogándole sin siquiera mojarse las manos.
-No te preocupes, uno lleva un hacha en la espalda, y el otro apenas podía cabalgar, Dagmer le hundió dos pulgadas de arpón en el vientre
Aliviado arrojó una alfombra o tapiz, la función le daba igual, hecha a partir de la piel de un león sobre Camille, sepultándola bajo esta. Los hombres ocuparon los remos y otros empujaron desde la orilla para que el barcoluengo se hiciera a la mar.
-Tápate, no queremos que despiertes envidias
Cuando se acercaron aún empuñando armas con las hojas sangrantes se apoyó en la baranda, aguardando a que alguno de ellos le contase a que se debía tanta prisa, por la posición de la luna y las estrellas no llegaría el amanecer hasta por lo menos un par de horas más. La respuesta a su interrogante no se hizo esperar más, el segundo al que había enviado para liderar la incursión trató de hablar jadeantemente, agachándose para tomar aire y limpiarse el sudor de debajo de su yelmo de hierro.
-Mi señor...aghh...hemos quemado una villa al este de aquí, estaba abarrotada, pero hemos sacado mucho oro y joyas, así como estas preciosidades
Tiró de la soga que sostenía en su mano izquierda haciendo que un par de jóvenes muchachas cayesen sobre la arena entre sollozos y súplicas, no se detuvo a la hora de acallar a la que más le insistía de un puntapié en el estómago, de tal magnitud que le provocó el vómito mientras su compañera de cautiverio la amparaba en un abrazo. Franmark vió graciosa la escena, sonriendo mientras de su interior se escapaba una suave y cruel carcajada, a su alrededor los hombres trataban de subir al barco a los cautivos, la mayoría enran mujeres, pero algún hombre se encontraba entre ellas. Se quedó observando como un remero de brazos fuertes trataba de tomar a una mujer de cabello dorado, ante la insistencia del que decía ser su esposo para que la dejase marchar, suplicando y rogando a los dioses, vio como hacía ademán de levantarse entre maldiciones, le llamó la atención un baúl con remaches de plata que subían varios hombres, lo suficiente para desentenderse de la situación y escuchar el silencio tras el inconfundible sonido de un tajo profundo en la garganta.
Los hombres cargaban con presteza las riquezas, pieles de león, sacos de cereal, objetos de metales brillantes y valiosos, pero sobretodo cargaban espadas y armaduras, algo que hizo que el Capitán se preguntara de donde había salido aquel completo arsenal digno de uno, o en el caso varios, caballeros.
-Olegg! de donde habeis sacado todas esas armaduras? no las suelen tener en casas de campesinos!
Bramó a un joven que cargaba con una protección completa de torso y un yelmo con celada y penacho de plumas sobre la cabeza. El joven tiró ambas cosas por encima de la borda, dejándolas en el barco con un sonido metálico cuando chocaron cn la cubierta.
-Una patrulla del Risco, hombres de armas y caballeros, todos a caballo, caímos sobre ellos desde las rocas, dos escaparon
El ceño de Franmark se frunció despertando la ira ante la incompetencia de sus guerreros.
-Y dejais que se larguen? ahora deben estar viniendo por tierra, reza para que no nos cierren el paso o te ahogo yo mismo!!
El segundo intervinió , pisando lo que parecía ser un cuerpo de hombre contra el lecho de la playa, ahogándole sin siquiera mojarse las manos.
-No te preocupes, uno lleva un hacha en la espalda, y el otro apenas podía cabalgar, Dagmer le hundió dos pulgadas de arpón en el vientre
Aliviado arrojó una alfombra o tapiz, la función le daba igual, hecha a partir de la piel de un león sobre Camille, sepultándola bajo esta. Los hombres ocuparon los remos y otros empujaron desde la orilla para que el barcoluengo se hiciera a la mar.
-Tápate, no queremos que despiertes envidias
Franmark Volmark
Temas similares
» El Leviatan Regresa a casa
» Ficha del Leviatán Volmark [Completa]
» la boca del infierno ( afiliación élite;Pj´s cannon disponibles)
» Reencuentros. [Leviatan Volmark] (Territorio Volmark)
» Ficha del Leviatán Volmark [Completa]
» la boca del infierno ( afiliación élite;Pj´s cannon disponibles)
» Reencuentros. [Leviatan Volmark] (Territorio Volmark)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Mar 20, 2015 10:13 pm por Invitado
» SONS OF ANARCHY | NORMAL
Lun Oct 13, 2014 8:57 am por Invitado
» University of Cambridgre +18 # Nuevo
Mar Abr 08, 2014 11:45 pm por Invitado
» Spelling a Spell - Nuevo! {Afiliación Elite}
Vie Ene 24, 2014 4:39 pm por Invitado
» Life in NEW YORK +18 - Tumblr Promocional
Sáb Ene 04, 2014 11:07 pm por Invitado
» Naruto New World (A.Élite)
Lun Dic 09, 2013 2:37 pm por Invitado
» Looking For You
Dom Dic 08, 2013 12:26 pm por Invitado
» Anime Rol [Élite]
Miér Nov 13, 2013 10:10 pm por Invitado
» O.W. {Foro rol Naruto/Inuyasha-Yaoi/Yuri/Hetero} normal
Vie Oct 25, 2013 3:16 pm por Invitado