Cuando las partes están satisfechas (William Dayne)

El resto del Dominio siempre tuvo problemas con tratar con Dornienses... quizás yo no era como el restos del Dominio. Jamás me había importado con quien comerciaba. Después de todo, las relaciones que tenía que establecer eran estrictamente sobre negocios... no era que tenía que hacer amistades... Por supuesto, una amistad más siempre era bienvenida, pero no era el caso. Quizás era porque era señor de un puerto tan Importante como Antigua, o que mis costumbres eran distintas, pero veía en Dorne, un lugar frcutífero de donde sacar beneficios. En ésta ocación en particular, había hablado con cierto Señor de Dorne hacía un mes atrás, recibiendo un Cuervo por su parte, expresando su interés por la Carne y la Cerámica producida en Antigua, y que estaría dispuesto a abrir una ruta comercial. Yo, por supuesto, no podía negarme, por lo que accedí a encontrarme con él en el Mar.

Estaba a bordo de un barcoluengo normal, rodeado de una banda de soldados no muy grande, lo suficiente para garantizarme su protección y una tripulación que era de mi confianza. A mi lado, venía Ser Robben Olrych, Comandante de la Guardia y mi mano derecha, y el Maestre Marteras me acompañaba para ayudarme en los asuntos más delicados del comercio, como el papelerío y esas cuestiones. Vestía como siempre: una camisa blanca liviana con un jubón de cuero gris sobre ella, con pantalones y botas a juego y una capa que tenía el Símbolo Hightower estampada en ella. No tenía ningún interés en absoluto de demostrar opulencia.

De repente, a lo lejos, se veía un punto que se fue transformando en otro barco. El mirador anunció que era el barco de Lord Dayne, el Dorniense con quien pensaba entablar una relación comercial. Las naves se pusieron lado a lado y me preparé para saludarlo...

El buque insignia de la Casa Dayne, *Albor* al igual que su espada, surcaba pacientemente las aguas cercanas a Antigua. Su grupo de escolta no iba muy alejado pero mantenia las distancias suficientes para no parecer amenazante ante la galera en la que Lord Hightower o algun delegado comercial suyo le recibiria. Estaba en aguas extranjeras y toda precaución era poca, además no le gustaba navegar, su terreno era la tierra.


Tenia ganas de importar unos cuantos jarrones de la ceramica cosmopolita de Antigua y quizás algunos contenedores de Carne para empezar. Seguramente si jugaba bien sus cartas pudiera lograr venderle o cambiarle el cuero que tenian como excedente en aquel momento en Campoestrella.


Albor redujó la velocidad y se situo en posición de abordaje junto al barco del Dominio. Dio ordén de extender unas planchas que servirian como comunicación entre ambos barcos.

Los marinos dornienses observaban con suspicacia a los del Dominio por si intuian cualquier movimiento amenazante. El realmente no creia que nada fuera a pasar. Los Hightower tenian honor, o al menos hasta ese momento aun lo tenían bajo su punto de vista.


Flanqueado por un par de sus espadas juradas saludó hacia quien estuviera al mando en la cubierta del otro barco.Lucía una armadura engarzada con el símbolo de los Dayne en relieve junto al lado del corazón. Era mas ceremonial y protocolaria que militar.


- Siento la tardanza - miré hacia Lord Hightower pues ya sabia que era el del Festival de Primavera- tuvimos un ligero contratiempo en una de las velas, afortunadamente ya esta solucionado. Puedo invitaros a un asado en mi barco? O preferis negociar sobre cubierta? -sonrió afablemente-

Allí estaba, Lord William Dayne de la famosa casa de Dorne. Según la historia, su casa se formó a partir de la forja de una espada constituída a partir de un acero que, según las leyendas, venía del cielo. No sabía si creer o no en leyendas de cientos de años de excistencia, pero sí despertaba mi interés la espada en sí. Obviamente que no pensaba dedicar éste encuentro a indagar cuestiones armamentísticas... hoy era para cerrar otro tipo de asuntos. Observé la grandeza del barco de los Dayne y asentí para mis adentros... sólido y sobrio. No era un experto en barcos, pero tenía conocimientos suficientes para ser alguien competente.

Mi mente volvió a la realidad, observando con atención al Lord que tenía en frente. Me pareció sobrio, quizás muy aparatoso el hecho de que llevara una armadura ceremonial con las insignias de su casa, pero yo no era nadie para decirle como vestir. Sonreí levemente ante la visión de sus buenos modales y de su explicación. "No hay por que lamentarse... no se sintió la tardanza..." comencé, mirando con atención la tensión que había entre los integrantes de mi tripulación y la del Dronienese. Por suerte, no llegaría a más conmigo en prescencia de todos los míos. "Será un placer acompañarlo.... aunque mi barco se mantendrá emparejado y mis hombres vendrán conmigo, debe entender que la seguridad es importante..." dije con igual afabilidad que su sonrisa. "Y preferiría que la comida fuera servida en cubierta... ya estoy demasiado cansado del encierro.." digo como una sugerencia.

Dos de mis hombres, incluyendo Ser Robben, subieron conmigo a la embarcación de los Dayne y me senté junto con él en una mesa de cubierta, esperando a que mi anfitrión hiciera lo propio luego. Descansé una de mis piernas sobre la otra y me tiré hacia atrás en la silla. "Agradezco su interés en el comercio con Antigua Lord Dayne, es un interés que tenemos en común..." exclamé, esperando entablar pronto la conversación.

- No hay problema. Ya me imaginaba que prefeririais el aire fresco de la noche.


Hizo un gesto y varios marinos colocaron raudamente una mesa con cierta opulencia y un mantel sobre esta, además de varias sillas para los comensales.


Mientras tanto otros tantos traian desde las cocinas un rico jabalí asado y humeante que hacía la boca agua a cualquiera que osase olerlo. Al jabalí lo siguio una jarra de espumoso vino de Dorne. Alli no probarian el del Dominio,faltaria mas.


Tras tomar todos asiento, se sirvió para si mismo un trozo de caliente carne del jabalí y cedió el privilegio de empezar a sus invitados.


- Coman señores. Me ha costado conseguir un animal de semejante calidad para ofrecer especialmente aqui.


Sonrió mientras uno de sus hombres se acercaba con un pesado cajón con alguna clase de contenido en su interior.


Tras depositarlo en el suelo al lado de la mesa podian verse en su interior varias piezas de cuero delicadamente ordenadas.


- Creo que su Maestre podra certificar la calidad de este producto. Adelante comprueben todo lo que deseen. Esta mercancía es un regalo por nuestro encuentro.


Obviamente si les gustaba pedirian mas y era ahi donde radicaria el beneficio.

Nos sentamos en la mesa sugerida por el anfitrión y nos dispusimos a ponernos cómodos. Me senté mientras observaba como traían la mesa y el mantel y olí el jabalí asado mientras tomaba la copa que me ofrecían. Primero tomó Ser Robben, demasiado desconfiado y preocupado por mi seguridad como para permitirme beber en primera instancia. Luego de mirarlo con reproche, agarré mi propia copa y disfruté del vino Dorniense. Siempre había sido un fanático de los vinos, y el Dorniense tenía su encanto si estaba bien añejado. Quizás muy dulce para mi gusto, pero aún así era sobervio.

Una vez que el asado estuvo frente a nosotros, me serví luego del dorniense y me dispuse a comer. Otra vez, Ser Robben interrumpió para comer él mismo y, pasado el rato, me dispuse a hacerlo yo. Ésta vez lo miré con cara de pocos amigos... pero el caballero pareció no inmutarse. No confiaba para nada en los Dornienses, pero mas tarde hablaría con él. Volví a poner mi atencion en mi interlocutor e hice una leve sonrisa. "No se hubiera molestado Lord Dayne, la verdad que comer Jabalí asado en medio del océano es una extravagancia que no esperaba de éste encuentro... será para contar en el furuto..." alegué cortesmente. Observé los cajones mientras comía y bebía junto con mi acompañante. Ger, uno de mis soldados, trajo tres cajones similares y los depositó al lado de Lord Dayne mientras que yo mismo tomaba el cuero entre mis manos. Era de buena calidad es verdad, pero mi interés radicaba en generar ganancias con las rutas comerciales además del intercambio de materias primas.

"En los cajones en frente suyo, Lord Dayne, tiene una muestra de los tres productos excedentes de Antigua... puede comprobar su calidad, así como la de vuestro cuero que, es verdad, es excelente..." agregué, sentándome de nuevo. Los cajones de Antigua eran un regalo para Campoestrella y contenían pescado conservado en basijas de cerámica y agua de mar, Carne salada y finamente protegida y diferentes tipos de cerámicas en formas de jarros, potes, cosnervas, alforjas, etc. Me limpié la boca una vez que mi anfitrión se ocupó de observar los bienes. "Exquisito jabalí, se le nota el sabor salvaje..." dije como si nada, haciendo una mueca de gusto, luego miré a los ojos a mi interlocutor´.

"Tengo entendido que vuestro interés radica en la Carne y en la Cerámica, ¿estoy en lo correcto?" comencé, conociendo el juego del comercio y enterado por la nota del distinguido Señor. "A mí me interesa vuestro cuero, pero entenderá que la relación de intercambio no es suficiente para cubrir ambos de mis productos, por lo que le sugeriré una cosa..." añadí, directo a los negocios. "Cubriremos el intercambio del producto manufacturado más caro de mi procedencia con el cuero tratado de la vuestra, o sea mi cerámica, y la materia prima más barata, la carne, le agregamos un 10 por ciento más en el precio de compra, haciendo que el trato sea justo para ambos..." aseguré, completamente convencido de mis palabras. "Seguro sabrá que producir cerámica no es una tarea fácil y estoy al tanto que tratar el cuero tampoco lo es pero, afrontémoslo, no es el mismo gasto al final del día..." exclamé, entrecruzando los dedos. "De ésta forma cubriré mis gastos con sus beneficios y vos obtendreis los mejores bienes de su tipo de éste lado de Poniente. Veo el trato bastante justo..." concluí de forma sincera. No había ninguna intención de aprovecharme injustamente de éste trato, por cosas menores a una ofensa económica se comenzaban guerras, así que siempre era cuidadoso con ello.

Al parecer el Hightower no era mal negociador. Lo añadiria a su perfil sobre aquel hombre, si algun día tenian alguna clase de enfrenamiento contra el Dominio estaria bien saber todo lo que pudiera sobre el.


- Estoy dispuesto a aceptar el trueque por vuestra cerámica. Sobre la carne tenia pensado realizar solo envios esporádicos, no quiero malacostumbrar a mis hombres y ponerlos como cerdos.


Rió alegremente y se dispuso a plantear su contraoferta en aquel término.

- Os ofrezco un 5% y transportes combinados para la carne. Es decir un envió lo transportais vos y otro mi flota. De esta manera creo que ambos cubrimos nuestros gastos y beneficios. Si os parece bien podriamos zanjar ya el tema comercial y hablar quizás de otra clase de alianzas o acuerdos si es que os interesasen.


De esa manera ninguna clase de pirata o saqueador se atreveria a atacar esa ruta comercial, arriesgandose a incurrir en las represalias de 2 Casas de poder nada despreciable

Dayne sabía como comerciar, pero el trato no estab aún terminado y estab dispuesto a sacar ganancia de todo ésto. Como buen comerciante no pensaría jamás en abusarme de mi contraparte, así que decidí poner un precio para la carne de forma intermedia. "Interesante propuesta Lord Dayne... siete por ciento y transportes combinados y me aseguro que los cargamentos esporádicos que envíe a Campoestrella sea de lo mejor que surja de los ejemplares criados en mis campos..." mi contraoferta era razonable y estaba en medio de los intereses de ambos. Esperaba que fuera razonable para el Señor Dorniense. Sonreí levemente y seguí su juego.

"Esperemos llegar a un acuerdo en lo comercial ya que es una gran ventaja tener rutas de comercio con Dorne..." comencé, tomando de mi copa de nuevo "En cuanto a otras alianzas... rumores, nada concreto en realidad, se escuchan de que Dorne se alzará en armas... es éso cierto Mi Lord?... sólo para estar informado, estamos en territorio neutral aquí" aseguré ya que ambos estábamos protegidos por las leyes del comercio no escritas... algo así como un trato de honor entre comerciantes que ignoraba la procedencia de las partes.

- El seis por ciento y no se hable más.


Lo normal era que el trato se cerrase con esa ultima oferta. Intermedia y que al Hightower le daba una ligera ventaja sobre mi pero sin ser excesiva. No era un experto pero lo habia visto hacer incontables veces a su padre y a sus embajadores comerciales de vez en cuando.


- Dorne en armas? No, lo cierto es que Dorne se mantendra ajena al conflicto de los Dragones tal y como debe ser. Inicialmente se hablo de un apoyo al rey Targaryen pero la postura contraria de muchos de nuestros nobles hicieron entrar en razón al Príncipe Maron. Por lo cual nuestros enclaves seran perfectos puntos comerciales al permanecer fuera del caos de la guerra. En el Festival de Primavera de hace meses se rumoreaba vuestra reticencia por Fuegoscuro al contrario que vuestro Lord Tyrell. Tambien permanecereis neutral ante la contienda?


No habia necesidad de mencionarle la supuesta llegada de un ejercito del Este para atacar Dorne, realmente no creia que Lord Hightower fuera ningun peligro pero la precaucion le habia permitido siempre salir airoso de mas de una batalla. Era honorable y sincero pero no estupido.

Asentí y le otorgué mi mano para cerrar el trato de forma inoficial, pero luego llamé a uno de mis criados que ya tenía el pergamino preparado, cera para los respectivos sellos y plumas con tinta. "Me alegro de llegar a un acuerdo con un hombre razonable. Ésto es una mera formalidad que requiere nuestra atención antes de ocuparnos de otros asuntos." aseguré amablemente y quitándole importancia al asunto aunque, una vez completado el tratado por duplicado, leí el que me correspondía y lo firmé y sellé con el símbolo de Antigua. Luego esperé a que William hiciera lo propio y respondí a sus palabras con verdadera curiosidad.

"Dorne neutral? hummm me parece inteligente. Aunque vuestra posición es siempre ventajosa en cuanto a la diplomacia se trata... es bueno saberlo..." exclamé, poniendo mis manos entrelazadas debajo de mi nariz en gesto pensativo. "Los rumores de mis simpatías tienen mucho de cierto, es verdad, pero no me arriesgaría a decir que estoy en contra de los Fuegoscuro o de los Tyrell. Prefiero pensar que soy un bando que prefiere proteger su familia que lealtades que obligan a seguir banderas con las que no estoy de acuerdo..."

Miré el cielo que oscurecía y luego a mi interlocutor. "Espero que en el futuro sigamos en contacto Lord Dayne, ha sido una reunión de lo más productiva. Sabrá de mí en el primer cargamento del mes entrante." dije, levantándome y estrechándole la mano. "Saludos para los vuestros y lamento no poder seguir charlando, Antigua no se administra sola. "Sonreí levemente y tomé rumbo a mi barco con mis hombres a mis espaldas, volviendo a mi ciudad.