Casting de Mors Martell

Nombre del personaje cannon: Mors Martell
¿Por qué lo has elegido?: La idea de un almirante joven, que desea no heredar el puesto de Lord, ya que le tendría alejado del mar me llama la atención. Por otro lado, creo que podría darle una dimensión de alguien de carácter honrado a la par que desenfadado, dada su corta edad, amante de la libertad y comprometido con su familia y Dorne.


La suave, aunque cálida, brisa del Mar de Verano mecía la bocana del puerto de Lanza del Sol, allí se encontraba varado el barcoluengo “Lanzamarina”, una rápida nave de velas latinas utilizada frecuente por el almirante. Como todo barcoluengo no era gran cosa militarmente, pero su endiablada rapidez cubría dichas necesidades militares.

Mirando al horizonte de su ciudad, sentado en un sillón e iluminado por el atardecer de la capital dorniense, Mors Martell recpacitaba sobre los hechos de los últimos meses. Se había entrevistado con su hermano en repetidas ocasiones y parecía que su febril actividad no se vería interrumpida, ni siquiera por el fallecimiento de su esposa. Maron había nacido para el liderato, era fuerte y constante, con aptitudes para el mandato; mientras tanto, Mors únicamente amaba la libertad, adoraba navegar e, incluso, dormía cuando la mar estaba en calma dentro de un barcoluengo anclado en el puerto, sólo podía dar gracias a los dioses de no tener que ocupar el puesto de su hermano.

Bocado a bocado deglutía una rica fruta, mientras se levantó a deambular por la proa, con la mirada perdida al frente. ¿Cómo sería todo si no tuviese ésas responsabilidades para con el reino? ¿cuánto tardaría su hermano en plantear la necesidad de afianzar pactos políticos con el matrimonio de Mors? Por un segundo se imaginó a bordo de un mercante braavosí dirección a Tyrosh, dentro de otro cuerpo, con menos responsabilidades y lejos del tedio de tener que dirigir a los demás.

- Mi señor, creo que deberíamos hablar sobre el estado de la flota – la voz de su fiel Talbot Gargaren le sacó de aquel ensimismamiento – hay nuevas noticias sobre los piratas…

No pudo evitar mirarle con cierta desgana, pero el deber era el deber y el segundo de los Martell no había rechazado nunca sus deberes para con el reino.

- No se que haría sin vos, Talbot – dijo mientras arrojaba al mar el resto de su manzana e iba sacando un gran mapa de la costa dorniense para seguir los comentarios de su lugarteniente – y bien, ¿qué nuevas tenemos sobre el asunto de los piratas?

El gesto del Gargaren se tornó oscuro, sabía que era un tema que primaba, pues el almirante había asegurado en más de un centenar de ocasiones que permitir a los piratas campar por las aguas de Dorne, era equivalente a permitir que un grupo de bandoleros asaltase libremente las tierras de la península, se había comprometido con la seguridad de los dornienses, y eso haría.

- No son buenas noticias – dijo marcando con un trozo de pizarra varias cruces en el mapa – los piratas han atacado a diversos mercantes en la bocana de Campoestrella, y se les ha divisado cerca de Costa Salada, incluso hay quien dice que cerca de Limonar. No son un gran número, pero disponen de buenas embarcaciones, un par de galeras de guerra y puede que media docena de barcoluengos.

Los oscuros ojos del Martell se clavaron en el mar, los ataques comenzaban a acercarse peligrosamente a la costa y, lo que era aún mas grave, cada vez más hacia Oriente y Limonar estaba peligrosamente cerca de Lanza del Sol.

- Lord Dayne dispone de embarcaciones de guerra, al igual que vuestra familia y la mía – dijo dibujando varias cruces con una pluma – precisaremos de dichas naves para defender Campoestrella, Costa Salada y Limonar. Por otro lado, debemos fortificar Ciudad de los Tablones, dado que es un puerto comercial importante y obligar a los mercantes que se dispongan en convoys junto a nuestras naves de guerra, con eso tendríamos garantizada su seguridad.

Rápidamente, su mente comenzó a diseñar diversos escenarios, para empezar precisaba de más naves de guerra, necesitaría dromones que asegurasen un buen fuego de artillería frente a los piratas. Aunque una idea más original vino a su mente.

- Aquellos barcos piratas que aún puedan navegar, serán enviados a los astilleros de Lanza del Sol, quizá podamos hacer algo con ellos – dijo encogiéndose de hombros – y en el caso de que el Señor de Dorne no pueda financiar nuevas embarcaciones, quizá debamos dedicarnos al pillaje…

Dicho esto no pudo más que soltar una carcajada al ver el rostro del Gargalen, cariacontecido ante aquella afirmación de su señor.

- Talbot, no os lo toméis todo tan en serio, era una simple broma. Soy el Almirante de Dorne, no el de la Islas del Hierro. Aquí, la piratería es un delito contra el reino, y es castigada como tal – cerró entonces el mapa y echó una última mirada al ocaso – mandad emisarios a Campoestrella, Limonar y Costa Salada, yo hablaré con mi hermano, las aguas de Dorne deben ser temidas por los piratas como el fuego y así se lo haremos saber.

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