Casting Desmond Tully

Nombre del Cannon Elegido: Desmond Tully
¿Porque lo has elegido?: Realmente por la situación que tiene enfrente, un padre que ha obtenido el título de Señor del Tridente, de una manera, digamos poco honorable.
Su código moral de caballero rechaza tal cosa, pero con el tiempo, quiero que se vea una evolución donde Desmond entienda, que al poder no solo lo acompañan la gloria y el honor, sino que aveces, se utilizan las mentiras y la traición.
[b]Casting[/b

Aguasdulces comenzaba a despertarse y el sonido de los vasallos realizando las primeras tareas del dia aumentaba a cada minuto. Nubes oscuras cubrían el cielo amenazando con una tormenta y los campesinos se afanaban en terminar sus las labores, fuera de las murallas, para poder resguardarse en el castillo antes de que empezase.

Desmond atravesó el puente levadizo a pasos agigantados, con su larga capa roja ondeando detras suya. Como siempre, en su jubón llevaba bordada la trucha, símbolo inequívoco de la casa Tully.
Le gustaban los dias grises y tormentosos, además hoy no sabía porque, pero se sentia animado y lleno de energía.

La gente con la que se cruzaba lo saludaba con entusiasmo. Se había conseguido ganar el respeto de todo el mundo, a pesar de su juventud, ya que veían en él a un señor cercano y accesible, el cual atendía siempre las demandas de los más débiles.
Y es que Desmond, se lo decía siempre a su padre, tenía que ser más amable ante sus vasallos, la justicia era necesaria si, pero había que practicarla con clemencia.

Siguió caminando, devolviendo los saludos con una sonrisa, y subió las escaleras que llevaban a las grandes puertas del castillo pasando entre dos guardias que se cuadraron a su paso.
Dentro también había gente trabajando, limpiando y llevando cosas de un lado para otro.
Desmond atravesó el vestíbulo y se dirigió a la Sala del Trono, situada en la primera planta para facilitar el acceso a la gente que quería hacer peticiones.
Tenía unas puertas grandes y ornamentadas custodiadas por dos truchas de mármol blanco.

Abrió las puertas y encontró a su padre sentado en el Trono, rojo de la ira, gritando a uno de sus capitanes.

- No debiste haberla dejado marchar!!- repetía, una y otra vez, al tiempo que golpeaba con el puño la mesa, haciendo volar papeles por todas partes.

Sus ojos se encontraron con los de él, sin duda, Desmond sabía muy bien de quién hablaba...

Joanna Tully se había escapado.