Casting Bane Lannister

Nombre del Cannon Elegido: Bane Lannister
¿Porque lo has elegido?: Este personaje me llama mucho la atención, me apetece interpretar una especie de adaptación de Raistlin a Poniente y este personaje encaja mucho, creo que la relación con su hermano, su enfermedad y "su magia" hacen de él un pj único.

Casting:

"Una reducción sustancial de bilis amarilla puede provocar pánico en el paciente." Era la quinta vez que leía esa frase y por quinta vez se frustraba. Apretó los labios. No tenía absolutamente ningún sentido, la bilis amarilla era la que proporcionaba los estados de ánimos más intensos y el pánico era una emoción agitativa, capaz de movilizar todo el ser. La frase era incoherente, el maestre Lutenphor era un ser ególatra y elitista que había codificado su texto para que solo aquellos con una inteligencia superior lo entendieran, pero a pesar de ello era un experto en la teoría de la cuatro humores, no tenía sentido que dijera una estupidez así. Había  leído cinco ediciones distintas del libro, dos en alto valyrio y tres ponienti, la última, que tenía ahora mismo entre sus manos, la había conseguido en Qohor y estaba desencriptada por el maestre Nilon, según decían, el mayor experto criptólogo que había pasado por la Ciudadela.

Patochadas. Tiró el libro al suelo empujándolo con ambas manos y arrastrando sin quererlo la copa de metal. Comprimió los labios mientras observaba como las páginas se teñían de rojo vino.

Ser buen criptólogo requería saber sobre la materia de la que se hablaba y ese estúpido maestre ni siquiera había dejado una anotación al margen puntualizando lo que podría ser un error de traducción. El libro estaba mal, y si tenía un error de ese calibre en los principios básicos, no quería ni imaginase las barrabasadas que expondría al final del libro, cuando la materia era verdaderamente compleja y empezaba a tratar los planos metafísicos. Sacudió la cabeza y tras agacharse colocó el libro sobre la mesa observando con desprecio sus hojas manchadas. Necesitaba el original, y solo había un lugar donde encontrarlo: Antigua. Tarde o temprano llegarían allí y el conocimiento sería suyo

Apartó su mirada del libro y se dirigió a la salida, apartó las lonas que le servían de paredes de camarotes. Ignoró las miradas de extrañeza y desconfianza de los lysenos para dirigirse directamente a la escalinata que le llevó a cubierta. Miró las velas. Casi no tenían aire, tenían viento en proa por lo que se habían visto obligadas a izarlas para que no frenaran el impulso del barco. Necesitaban virar a babor si querían seguir avanzando. Miró el lado derecho de la galera y apretó los labios por tercera vez en un rato, la Bahía de los Naufragios. Si no hubieran perdido la mitad de los remeros en el último viaje no había necesidad de entrar allí, pero con la poca fuerza que tenían, sin las velas, no conseguirían avanzar decentemente en días y algunas de las terribles tormentas del Mar Angosto acabaría pillándoles. No quedaba más remedio que atravesar ese infierno de sal, agua y aire.

Se acercó a la barandilla y miró hacia el noroeste. La tormenta que terriblemente se alzaba sobre la bahía le causaba pavor, parecía capaz de partir el barco por la mitad. Notó como el aire cortado por la proa agitaba su cabello y su ropa. Aún así no lo dudó. De la parte derecha de su cinturón sacó su cuchillo ritual y cerró los ojos, haciendo que el frío metal hendiera la piel de su palma.

- Khyal, pyouh leak, roksaatouk... - de repente sus palabras se vieron interrumpidas por un tirón brusco de su mano izquierda, la que portaba el cuchillo.

Abrió los ojos y vio como el contramaestre de Lhored agarraba con fuerza su brazo mirándole amenazante. Ninguno de los dos habló, únicamente las miradas de ambos permanecieron en tensión, luchando por la dominación de la situación. Entonces escuchó a su espalda el sonido de la voz del capitán.

- Ya hemos hablado de esto, chico,  no quiero magia en mi barco. Deja a los espíritus en paz.

Continuó con la mirada clavada en el contramaestre.

- Solo pretendo ayudar. - intentó soltarse de un manotazo, pera la garra de su captor estaba cerrada ferreamente sobre su muñeca.

- Ya lo sé chico, pero no queremos esa clase de ayuda. Los magi solo traéis problemas, llamáis a los espíritus y hacéis que centren la atención sobre nosotros. - insistió el capitán.

- Eso no funciona así... - sintió un fuerte dolor en su mano al ser colocada en una posición antinatural.

- No hay discusión. Mis hombres y yo preferimos morir ahogados que ser malditos. - hizo una pausa - Y yo mando aquí.

Bane finalmente miró a Lhored con desprecio mientras este le hacia un gesto al contramaestre para que le soltara. Le tenían miedo. Habían visto lo que era capaz de hacer, habían visto su verdadero poder, por eso le temían más. Pero el poder era solo una herramienta, y eso no lo hacía intrínsecamente mala, al igual que cualquier herramienta podía ser usada para el bien y para el mal. Él solo quería ayudar. Pero esos hombres preferían morir antes que recibir su ayuda. ¡Bien por ellos! A él el mar no se lo tragaría. Nunca más derramaría ni una gota más por nadie que le despreciase y le temiese, su poder solo estaría al servicio de aquellos que le respetasen y le amasen, o un su defecto, que le respetasen y le temiesen, ya que fuera como fuese, él tenía el poder.

Casting aceptado.