Visita a Palosanto (Ellaria Yronwood)

Cersei de Lys no era una chica que le gustara ser tomada por una jovencita ignorante. Aun asi, vivio demasiado tiempo en Lys y no conocia el mundo y poco conocia de Poniente y de Dorne mas alla de libros e historias. Sin embargo, aquello habia sido suficiente para saber que lugares deberia conocer y visitar. La realidad era que no tenia solo una cosa que hacer en Dorne. No iba alli nada mas para conocer a la familia de uno de sus ancestros, conocer las famosas tierras de los 7 Reinos, sino por otros motivos.

Su familia cultivaba el vino de Lys y ella iba a ser la heredera y sabia que a pesar de los Dornienses tener un gran vino y estar cerca el Rejo, creia que podria lograr establecer rutas de comercio entre Lys y Dorne para vender sus vinos, en especial el vino blanco de Lys. Un vino que en ningun lugar de Poniente se podia encontrar.

Si bien Lanza del Sol era un excelente lugar para llegar y desembarcar, sabia que habia muchas ciudades y pueblos cerca de Lanza del Sol que seria pertinente visitar, como Palosanto. Sabia que estaba gobernada por la Familia Yronwood, y que tenian un puerto, pero no mucho mas. Su Status de noble Lysena le permitiria pedir audiencia con los Lord de esas tierras, y el resto, dependeria de ella.

El viaje en barco era muy rapido, sin embargo era sucio y hacia que su cuerpo se llenara de feos olores, y asi tambien su ropa. Por eso la tenia que guardar con cuidado para que no quedara impregnada. Apenas llegar y encontrar posada, Cersei se baño y cepillo ayudada por sus doncellas. Para quedar al dia siguiente limpia y lista para ir a visitar la fortaleza de Palosanto y a la familia Yronwood.

Fue a pie, acompañada por una doncella de cabello de plata y tez muy blanca y de un hombre que cuidaba de ella, alto de cabello oscuro, un primo de su familia que lucia una especie de coraza de cuero endurecido.

Llevaba un largo vestido de una pieza ajustado a su cintura que permitia apreciar las curvas de su cuerpo y con un pequeño escote. El vestido era mayormente de una tela muy ligera de color blanco, con bordados myrenses. Llevaba su hombre un pequeño cofre con una manija de una mano, un regalo para los Yronwood como algunas antiguas costumbres de Poniente indicaban.

Al llegar, se anuncio con uno de los guardias, pidiendo audiencia.