Lores y Príncipes (Athys Arryn)

Ya había tenido varias reuniones y estaba algo saturado, pero había ciertos invitado que evidentemente debía tratar con una cortesía y respetos diferentes, se trataban de personalidades de Poniente, Lores de casas poderosas que debía cuidarse de tratar bien.

El primero en acudir fue Lord Arryn del lejano Valle. No había tenido el gusto de conocerle antes, pero era una buena ocasión para comprobar lo que había aprendido de sus costumbres protocolarias. Y para comprobar si tenían en el Arryn un aliado o un posible enemigo.

Aprovecharía además para proponerle una serie de acuerdos comerciales para que ambos saliesen beneficiados.

Todo estaba dispuesto, la mesa con mapas cerrados por si los necesitaban, papel y pluma con tinta. Un par de platos con bayas y dátiles típicos de Dorne y una jarra de oro con dos copas del mismo metal por si el Lord gustaba de compartir una buena copa de vino dorniense con su anfitrión.

Un guardia llamó a la puerta anunciandole la llegada Lord Athys Arryn, Maron se puso en pie para recibirle como era debido, sin moverse de su sitio en un lado de la mesa.

Hacía muchos años Athys había pasado por Dorne, era apenas un crío por lo que la gente de allí no lo recordaría. El principe era demasiado joven y el resto lo eran más aún... Poniente estaba rejuveneciéndose a pasos agigantados y no sabía si pronto todos los lores de poniente no pasarían la treintena... era sangre fresca para un reino que por lo que parecía empezaba a caducarse.

Lanza del Sol era tan distinta al Nido... de momento las ropas qe llevaba eran livianas para combatir el calor, apenas una túnica de seda celeste con el halcón implantado en el pecho y unas sandalias de cuero que le daban más calor del que hubiese querido.

No fue lo primero que hizo al llegar a la ciudad pero sin duda escuchar al Heredero de Dorne sería un rato agradable de pasar, estaba seguro que había muchas cosas que exponer. Al ser anunciado entró en la sala y pudo ver a un lado de una mesa bien preparada para una reunión, aunque austera en componentes, a Maron Martell.

Avanzó hasta encontrarse a la altura de la mesa y una vez allí realizó una semi-reverencia para saludar - Mi señor, debo decir que es un honor el encontrarme en su ciudad para acudir a tal evento. El Valle os está agradecido por ser invitado. - y con rostro solemne esperó de pie a las palabras del Príncipe, aquella era su casa, aquellas eran sus normas.

Entró Lord Athys con expresión cordial en la sala y le saludó de acuerdo a las normas de protocolo. Maron hizo una semi-reverencia similar y le contestó.

El honor es que hayáis aceptado tal invitación, y yo debo daros las gracias. Por favor tomad asiento y pedid cuanto queraís, no sabía de vuestros gustos y no quise arriesgarme. Lo que si puedo ofreceros es una copa de vino.

Esperó la respuesta de su interlocutor para dar las órdenes pertinentes a los dos sirvientes que aguardaban en la sala para atenderles adecuadamente.

Espero que vuestra estancia en Lanza del Sol sea placentera, porque ya me imganio lo tedioso de viajar desde el lejano Valle, estaréis exhausto.

Hablar de aquellas vanalidades era lo normal en esos casos que no requerían de urgencia, así ambos estarían más cómodos y la reunión se daría en un clima agradable. Aún que luego se pudieran sacar temas mas escabrosos.

En realidad Maron se hayaba a gusto con el Lord con el que conversaba, la situación con los Arryn era completamente neutral, no había rencillas pendientes por lo que no había tampoco por qué preocuparse. Intentaría salir de ésta reunión con un acuerdo comercial, y si no era demasiado arriesgado, quizás militar.

No tardó más tiempo en sentarse, el estricto y necesario para no parecer cansado y a si vez no parecer demasiado predispuesto a permanecer de pie.

- Que riegue esta reunión con vino será perfecto, pero por favor no lo traiga especiado ni caliente... debo reconocer que viniendo del Nido es dificil aclimatarse a estos lugares. - le sonrió mientras veía como daba órdenes a sus criados para que trajesen lo que había pedido.

- Como le decía es una situación complicada, estas ropas no suelen ser las que se visten en mis dominios. Allí caminados con guesas capas y buenas botas, pero sin duda el tiempo que llevo aqui me ha valido para ir sintiendome mejor con las arenas y el sol. -

- Antes de comenzar a charlar me gustaría darle la enhorabuena por su compromiso, Daenerys Targaryen es una belleza, sin duda os habéis ganado a una gran mujer. Espero que los dioses os bendigan con una amplia descendencia. -

Esperaba esa copa de vino, tenía la garganta algo seca y prefería refrescarla antes de continuar charlando con el Príncipe.

Así es, me llevo una gran esposa, y no sólo es bella a la vista si no que se trata de una persona maravillosa. La verdad es que estoy muy contento con el enlace y algo nervioso, no os lo negaré.

Entraron en la estancia los mismos sirvientes con el vino que sirvieron a ambos señores.

¿Queréis algo de comer que acompañe el vino?

Esperó su respuesta de nuevo para dar las órdenes pertinentes.

Pero ya habrá tiempo de bodas. Vamos a lo realmente importante. ¿Cómo van las cosas en el Valle? Las noticias que llegan de Poniente no traen buenos augurios y prefiero de todos modos oir los relatos de sus protagonistas. No sólo meros rumores.

Maron realmente no había oído nada sobre el Valle en concreto, ni sobre la posición de los Arryn en todo lo que acontecería y era precisamente en esa dirección hacia la que quería que derivase la conversación.

- Todos nos sentimos así cuando ansiamos o tememos algo. Por vuestra parte supongo que será el ansia de ver a vuestra esposa en vuestro lecho, sois un hombre afortunado. - No quería ofender a Maron, no lo conocía demasiado y esperaba no haberse pasado en su deseo de buena fe para él.

Declinó con un gesto el ofrecimiento de más comida - No se preocupe, con este pequeño aperitivo tendré suficiente. - y sin perder ni un segundo más continuó escuchando lo que el Martell tenía que decirle ya pasaba a temas interesantes de verdad, buscaba la información que le convenía y no la vulgar información de si meaba de pie o sentado.

- El Valle sigue tranquilo tras sus montañas. Es cierto que todo efecto en poniente lo trae a sus distintas regiones, no disponemos de la paz de hace unos meses, pero tampoco la guerra de hace unos años y espero que siga siendo así por un tiempo. - bebió un trago de ese vino que habían traido, sin duda un buen vino reservado a grandes personalidades - Pero no tenga pelos en la lengua Príncipe, dígame que ha escuchado del Valle o de sus regentes y podré decirle si es verdad o un mero rumor. Hasta el momento lo que ha llegado a mis oidos son rumores sobre la procedencia del Rey y la aparición de dos nuevos... pero como bien dice hay que escuchar el relato de todos sus protagonistas. - estaba sediento así que dió otro sorbo a su copa y se recostó en su silla con la espalda bien recta esperando la respuesta de Maron Martell.

Sin pelos en la lengua, el dorniense no tenía de aquello.

Precisamente se trata de eso, no he oído nada, lo cual me resulta extraño, quizás los habitantes del Valle celan bien de guardar sus opiniones.

Sopesaba las palabras de su interlocutor, no se mojaba, quizás quería que el dorniense diera el primer paso.

Es un secreto a voces, pero parece ser que en Altojardín no cosecha muchas simpatías nuestro querido amigo Daeron, y como bien supondréis yo soy prácticamente un hermano suyo y ahora tras el enlace, su aliado más leal.

Dejó un segundo para que Lord Athys entendiera la situación.

No estamos para andar con el juego del gato y el ratón, queremos alianzas firmes y que el reino no se divida. Y por supuesto, nos gustaría saber si contamos con el apoyo del Valle.

Era una pregunta arriesgada, que no tenía porqué responder. Pero había que hacerla.

Lord Athys comenzó a reir tras ese comentario - Desde luego, me ha costado muchos años el concienciar a mis señores de que con la boca cerrada no se comenten errores. No soy vanidoso, pero sin duda ese tanto es mio. - ya estaba demasiado curtido y había vivido demasiadas batallas y una guerra civil no solía hablar más de la cuenta.

- Es cierto que Altojardín se ha separado del camino del Rey, pero Lord Garlan es amigo mio desde hace muchos años y seguidor fiel de los Siete... aunque no tanto como yo y me escama el porque tomar la decisión de seguir a un hipotético Rey y no al que ya fue coronado. Ahora a vos sangre os une con los Targaryan y es digno el referirse al Rey como su más fiel aliado, protegéis vuestra sangre como yo protejo a la mía. -

- Pero la pregunta es ¿qué gana El Valle protegiendo las tierras del Rey más allá de las montañas? sin duda usted acaba de ganar una esposa que le dará hijos y estos heredaran tierras, poder, títulos y la sangre del dragón correrá por sus venas. Sin embargo, mis tierras tienen un enemigo de la Corona en el Norte y recuerdos no gratos de poco tiempo atrás. -

Entrecruzó los dedos y echó el cuerpo hacia delante aproximándose a su interlocutor - ¿Ganaremos la protección del Valle cuando los huargos nos ataquen? ¿Conseguiré que mis hombres fieles a sus tierras salgan del Valle a combatir por el hijo de un Rey que acudió a su ayuda cuando su pueblo sangraba?. En ese pequeño rinconcito de tierra, Principe, gobiernan los Siete y aún no he escuchado su veredicto y sin duda sólo el Rey puede darme una respuesta a las preguntas que acabo de formularle. -

Volvió a su posición original y dió otro trago para refrescar su astiada garganta, era tremendo lo que se podía resecar con aquel calor sofocante. - Por lo que respondiéndole dire que no tienen nuestro apoyo, pero tampoco lo tienen el Norte ni ese supuesto rey si eso le tranquiliza. Como bien dijo antes necesito saber lo que el Rey Daeron tiene que contarme sobre los rumores que corren por Poniente. - no sabía si era un impulso o algo que ya tenía pensado desde hacia tiempo, pero una cosa estaba clara Lord Athys Arryn era una persona clara y transparente que se apoyaba en la fe de los Siete, de modo que sería dificil hacerlo cambiar de opinión.

Había sido muy inteligente, tener controlados a sus vasallos hasta tal punto que ni si quiera abrieran la boca decía mucho de aquel hombre. Maron no tenía un trato ni un control tan férreo sobre los suyos. Tampoco lo buscaba, pero quizás en determinados momentos podía serle útil.

No podía negar que a Lord Athys tampoco tenía pelos en la lengua, habló siendo claro y conciso, pero ante todo transparente.

Sin duda es algo que no me atañe directamente, y sólo puedo ofreceros a cambio las cosa que están a mi alcance. Supongo que sabréis que Dorne no olvida cuando recibe ayuda y no dudaría en demostrároslo. Me consta que los Stark ya tienen un bando en el que se han posicionado. Bien es cierto, que Dorne es generoso con sus aliados, y comerciamos con todo tipo de productos que seguramente al Valle le vengan muy bien. Claro que cómo os acabo de confirmar, sólo para nuestros aliados. Es lo poco que puedo ofreceros ya que no soy ni hablo en nombre del propio Rey. Lealtad y Comercio, un pacto entre caballeros.

Escuchó el veredicto final del Arryn.

En ese caso quizás estemos tratando asuntos que no se pueden resolver en esta mesa. El rey vendrá a la boda, seguro que le interesará saber vuestra opinión.

Seguía escuchando las palabras del joven Príncipe, demasiado salvaje, demasiado impulsivo... era extremista, estar en un bando o en otro o sea que no se contemplaba la opción de poder ser neutral.

- Cierto es que se podría aumentar la carga de negocio que mantienen El Valle y Dorne... y también pactos que atañen a nuestros ejércitos. A no ser que ésto no pueda ocurrir hasta que semos oficialmente aliados, o mejor dicho hasta que los Arryn se posicionen del lado de los Targaryan. - se llevó a la boca un dátil, era un fruto dulce y que le resultó agradable a Athys por lo que cogió otro antes de seguir hablando - En dicho caso deberemos esperar a que hable con el Rey, pero quiero que tenga presente mi predisposición a tratar con usted y su pueblo, hasta el día de hoy la Casa Arryn no tiene nada en contra de la Casa Martell. -

Entonces, si no queréis posicionaros definitivamente, o públicamente, un acuerdo de ayuda militar y comercial quizás no sea mala idea. ¿Qué me decís?

El Rey vendría, pero no sabía hasta que punto le agradaría a Daeron hablar de ese tipo de asuntos durante una celebración. Precisamente querría relajarse.

Siento ser tan directo Lord Arryn, pero no hay otra manera. Se acerca el momento y hemos de ser claros y contundentes. No habrá ningún tipo de piedad con los traidores. Y para evaluar nuestras fuerzas necesitaba saber con quién contamos de manera directa. Entiendo las reticencias del Valle, geográficamente sois vulnerables y lo que decidáis marcará el destino de vuestra casa. Y como bien se sabe, hombre precavido vale por dos.

Necesito hombres como vos a mi lado, consejeros astutos e inteligentes, si tenéis algún pupilo no dudaría en acogerlo y criarlo como si de un hijo propio se tratase.

Maron estaba siendo sincero, entedía porqué el Arryn era tan ambiguo en su opinión, si le brindaba apoyo y sus enemigos tenían noticia de aquello, El Valle se teñiría de rojo. Por ese mismo motivo un simple acuerdo de cooperación mutua bastaría, les podría servir cara a la futura guerra sin posicionar a los Arryn a su lado y éstos no se verían arrastrados a una guerra que no les beneficiaba en nada.

Que aquel hombre enviara soldados al Valle sería como enviar tullidos. Los soldados de Dorne estaban acostumbrados al calor, al desierto, y allí eran temibles, pero luchando contra aqueros y soldados de montaña bajo el frío del Valle... - Me parece una idea sublime, los puertos del Valle estaran abiertos a los barcos mercantes de Dorne, incluso si a vos os parece correcto podríamos gestionar los precios de nuestros materiales para que la oferta de mercado sea mayor y más beneficiosa entre ambas casas. -

- En cuando a la ayuda militar, creo que podríamos firmar un simple pacto de no agresion. No es que rechace vuestra ayuda, pero no querría aprovecharme de un acuerdo militar en momentos de necesidad entre ambas casas. - Parecía un trato justo que Athys estaría gustoso de firmar, algo que no compromete a nada pero que mantendría un poco más seguro Dorne y el Valle.

- No se preocupe y me alegra que entandáis mi posición, no lucho por mí mismo... lo hago por todo el Valle y quiero mantener su paz. - le sonrió torciendo la boca - Como bien dice, vale por dos. Y si sigues los pasos de los Siete no hay de que preocuparse. -

- Lo cierto es que mi hijo ya esta educado para poder gobernar en el Valle, y los dioses no ma han bendecido con más jóvenes, pero si el destino quisiese que mi esposa me diese otra bendición hablaremos. -

Militarmente no se quería implicar eso estaba claro, pero bueno un pacto de no agresión era un buen comienzo, pero no era suficiente para Maron, quería asegurarse que militarmente tampoco ayudaría a sus enemigos.

De acuerdo, Pacto de No Agresión y un acuerdo comercial, fijaremos el precio para favorecer el comercio, pero Lord Athys, quería que acordásemos de alguna menera, que las tropas de nuestros posibles enemigos no serán acogidas en el Valle bajo ningún concepto, al igual que para no implciaros ninguna tropa dorniense pisará las próximidades del mismo.

Al sureño le pareció razonable. Era una manera de vetar ese territorio.

Y si por casualidad decidís cambiar de opinión respecto a la no intervención de los Arryn, espero que sea a nuestro lado.

Y era sincero, aunque no terminaba de entender al hombre sentado frente a él creía tener un buen trato con el mismo. Quizás con la paciencia y dedicación necesarios podrían llegar a ser aliados algún día.

¿Alojar a enemigos en el Valle? eso estaba implicito... - Por supuesto que no acogeré a enemigos del Valle bajo ningún concepto. El problema Príncipe es definir ese "nuestro" pues no siempre dos regiones comparten un mismo enemigo. -

- En mi casa nos regimos por las normas de los Siete, ustedes no son mis enemigos y aunque lo fuesen tienen el derecho de asilo. No le negaré un plato al hambriento ni un techo al necesitado. - Algunos decían que el camino del Lord debería haber sido el de Septón, pero el peso de su responsabilidad era alto... tenía obligaciones que cumplir pero aquello no haría que su corazón se corrompiera.

Escuchó sus ultimas esperanzas y sólo tenía una réplica - Rece a los Siete para que me hagan ver el camino correcto y que ese camino sea el de los Targaryen. - Lanzó su vista a la ventana y la devolvió a su interlocutor esperando la comprensión que estaba mostrando hasta ese momento.

Hablaba de nuestro enemigo refiriéndome al enemigo de los Targaryen y por lo tanto enemigo mío. Doy por hecho que el Valle tiene los suyos propios.

No creía que Lord Arryn le estuviera mintiendo, y cualquier hombre medianamente sensato sabría que acoger al enemigo de alguién, era toda una declaración de guerra. El Valle no lo haría porque así fuese. Si no por la hospitalidad propia de un hombre de esas características. Maron lo entendía pero aquello le turbaba.

Si los Tyrell, o los Stark u otro enemigo cualquiera del reino, les pidiese asilo. Lord Arryn se lo concedería como cualquier otro hombre de fé. Era algo lógico, pero también era algo que no convenía en nada al Dorniense.

Luchar contra aquello era inútil, y aunque Maron no era devoto quizás la mejor solución era la que el mismo Lord Arryn le había dicho. Que los Siete dirigiesen sus pasos al bando correcto, al bando leal y no al traidor. A su bando.

No dudéis que lo haré. Creo que ya no nos queda ningún tema que tratar a menos que vos si tengáis uno. Si no es así, queda firmado el Pacto de No Agresión.

En cuanto al acuerdo comercial, puedo bajar el precio de la Sal. Maron era consciente de lo importante que era aquello, ya que era una de las pocas maneras de conservar los alimentos y el Valle no tenía geográficamente una producción alta en este recurso. ... el de la alfarería y el de nuestro vino. ¿Qué puede ofrecerme el Valle a cambio de ésta rebaja?

- Así es mi señor, defenderé mis tierras de mis enemigos y defenderé las tierras de mis aliados. - Pero no negará nunca la mano del necesitado, no era propio de un seguidor de los Siete. Pero al fin y al cabo parecía entenderlo o haber entrado en razón, el Pacto quedaría firmado y ambas espadas jamás se cruzarían mientras ambos siguiesen vivos - Que así sea, tan pronto se hayan formulado los papeles convenientes no tendré problema en firmar y estampar mi sello. -

- Sin duda puedo rebatir esas ofertas pues la sal es esecial y se podría ofrecer a cambio una rebaja en los aranceles de la ganadería de la que disponemos en demasía en el Valle. - Su sal mantendría mis carnes y éstas alimentarían a sus hombres - Y por otro lado tenemos madera de alta calidad para vuestros barricas de vino e inmejorable para la fabricación de barcos. - Pensó durante unos segundos productos de calidad del Valle y que pudiesen servir en aquellas tierras - Por supuesto, tenemos en nuestras montañas la piedra más dura de los Siete reinos por lo que se podría rebajar ese arancel también. ¿Qué me decis? -

Sea pues. Me parece un buen trato.

Hizo un gesto para que uno de los sivientes pusiera por escrito todo lo acordado, saldrían de la reunión con aquello firmado y el apcto sellado, un pacto real, un pacto entre caballeros.

Desde el momento en que firmemos, esto entrará en vigor, se podrá rescindir en cuanto una de las partes lo crea necesario. Excepto el de No Agresión que en caso de querer rescindirlo se dará una tregua de 10 días para que no sea considerado traición, no se si me explico. Creo que es lo justo.

Tomar precauciones no estaba de mas, aunque sabía que el Arryn no le traicionaría por varios motivos, era un hombre de fé y la traición no era bien vista por los dioses, los Arryn no tenían ningún interés en hacer daño a Dorne y por último, aquél hombre le inspiraba confianza.

Aceptó moviendo el rostro afirmativamente y vió como un escriba comenzaba a sellar el tratado en papel. Al final saldrían de aquel despacho con algo positivo.

- Me parece más que justo, aunque espero que no se deba romper. Los Siete no ven con gratos ojos las rupturas de los pactos entre caballeros... - arqueó una ceja, Athys jamás había roto un pacto sin un motivo justo para la fé. Se preguntó como el Principe Maron podría romper su pacto o como podría hacer que él lo rompiese... pero vió tan lejana la respuesta que no lo preocupó. - Sean 10 días. -

Y sonriente allí quedo esperando los papeles para firmarlos... la boda al fin y al cabo iba a traer algo bueno.

El escriba temrinó de escribir el pergamino y Maron firmó ofreciendole luego el mismo a Athys.

Ha sido un auténtico placer, espero disfrutéis de vuestra estancia en mis tierras y una vez finalziada la boda sabed que aquí siempre seréis bienvenidos. Si algún día decidís cambiar los terminos del acuerdo o extenderlos a algún tipo de pacto u alianza. Estaré encantando de recibiros.

Estrechó su brazo en un gesto cordial y con una sonrisa en el rostro dió por finalizada la reunión.