En busca de una rosa ( Daemon, Garlan)

Hacia menos de veinticuatro horas que estaba en Antigua y lo mas sensato no era andar por el castillo como si fuera su casa, pero quería averiguar cuales eran los aposentos tanto de la rosa como de la leona, eran amigas queridas y quería visitarlas, pues no sabia cuando su padre le daría la orden de volver a desembarco o si podría verlas en aquellas seudofavorable situación de nuevo, así que siguió caminando saludando a cada noble que se cruzaba con el por su camino, aun sorprendidos de verlo aquí y allí como si tal cosas, e incluso estivo apunto de soltar una carcajada cuando lo llamaron Aemon como su primo un año mayor, al que creía no haber visto mas de una vez, y al que suponía tendría los rasgos característicos de los Targaryen si lo confundían tan fácilmente con el.

En cierta medida era normal que los sirvientes le confundieran por que no había llevado demasiada ropa que lo representara como uno de los miembros regentes no quería llamar aun mas la atención de las que sus características físicas solas ya hacían, caminaba nervioso por los pasillos, sabia que su tío Daemon, podría estar por allí en cualquier lugar, aun se acordaba de la ultima vez que lo había visto, y no era tan idiota como para no escuchar los murmullos de guerra que se escuchaban tras los muros de todas las casas importantes de poniente, por eso había decidido hacer aquel viaje, quería ver a la rosa y a los demás jóvenes, disfrutar una vez mas antes de que todo se trastocara finalmente en guerra, así siguió caminando tranquilamente, viendo un cachorrito de lobo corretear que le saco una sonrisa, y una sirvienta ir tras este para cogerlo.

Iba a preguntarle a uno de los sirvientes que pasaba por allí con un jarro con agua donde podría encontrar las habitaciones de la rosa cuando sintió que a sus espaldas se abría una puerta y cuando termino de hablar con el joven se volvió para ver si por casualidad estaba su rosa allí, encontrándose con nada mas y nada menos que el padre de esta acompañado por el ser al que seguramente menos ganas tenia de ver, y que le hizo que se tensara levemente, intentando no mostrar el nerviosismo del momento por habérselo encontrado de lleno en zona enemiga, por así decirlo.

Garlan había ido a dar una vuelta con Daemon, no habían tenido tiempo de hablar pero el caso es que al salir del pasillo los colores de un joven muchacho no hicieron más que llamarle la atención. Le dió un leve golpedito a Daemon para que centrara su atención en el muchacho y se dirigieron hacia él.

Garlan vestía con ropa de gala, jubón verde y calzones del mismo color con hilos y remates de oro con una flor que le abrochaba la capa estampada de flores y el emblema de su casa donde se sitúa el corazón.

Un Targaryen de aquella edad sólo podía ser Maekar Targaryen, el joven hijo de "nuestro" Rey. Se aclaró la garganta lo más silenciosamente y con paso y voz tranquila saludó al joven - Buenos días, es una alegría ver un Targaryen por estas tierras joven Maekar. Supongo que habeis venido a disfrutar de los festejos de la Primavera. - evidentemente era así, pero de alguna manera había que iniciar una conversación con el joven.

Lord Tyrell, Lord Fuegoscuro……. – Hizo una gran reverencia ante ellos, pues si bien un príncipe no debe agachar al cabeza ante nadie, si había personas que lo superaban en muchos aspectos en su vida, mayores, mas inteligentes y ante todo enemigos, lo mejor era mostrarse cortes y cauto, no estaba en su Desembarco del rey, sino en tierras quizás no tan neutras y protectoras como debiera, seria una insensatez por su parte mostrarse engreído, podría amanecer con la garganta cortada si no era cuidadoso, hacia años que no veía a ninguno de los dos, al primero apenas presto atención la ultima vez, pues estaba entrene ido correteando con la pequeña Rose, y al segundo…..no era un recuerdo agradable, o no demasiado y no sabia como tomarse aquel nuevo encuentro, temiendo que recordase el anterior, donde obviamente dio una imagen lamentable de si mismo, aunque hubiera sido solo un crio.

Así es Lord Tyrell, he venido por las festividades, pues aun soy lo suficiente joven y poco importante como para que me permitan participar en la carrera, cuando venga la próxima primavera seguramente no podre hacerlo, así que mejor ahora que nunca…Lord Fuegoscuro el sentimiento no es mutuo, pero gracias por aguantar mi presencia en vuestras tierras algún par de días.. y no deben tratarme de ninguna forma, lamento haberos importunado Tío….. vengo como un simple caballero recién nombrado…no les molestare mas….. – Volvió a realizar una larga reverencia, era mejor quitarse de en medio cuando su tío estaba delante, aunque le hubiera gustado preguntar a Lord Tyreell sobre la ubicación de Rose, realmente no había podido conversar con ella la noche anterior.

No dijo nada ante las tiranteces que existían entre el Fuegoscuro y la juventud dle Targaryen, es más mostró una tímida sonrisa y se límito a escuchar la réplica del chico.

- Si es por ello por lo que has acudido a Antigua podremos ver tus habilidades. Nunca sabemos cuando será la próxima primavera... - lo dijo con un tono de misticismo y salvo cuando nombró "Las tierras de Lord Fuegoscuro" no mostró sobresalto ninguno hasta que se marchó.

Una vez se dió la vuelta miró a Daemon esperando su reacción. El joven parecía tener poca diplomacia... debía de ser la sangre de dragón.

La mañana parecía bastante tranquila, a pesar de todo el gentío. Luthor había sacado tiempo para entrenar tras un buen madrugón, y aunque sabía en parte que debía guardar sus energías para la diplomacia, se veía más cómodo si hacía algo de ejercicio. Era su forma de despejarse, aunque fuera durante poco tiempo. Había sido un entrenamiento suave, pues supuso que, ahora que Antigua estaba llena de nobles, príncipes y reyes, sería apropiado estar descansado para los requerimientos de su padre. Era el heredero de Altojardín, y algún día tendría que continuar el legado de Garlan Tyrell.

Tras asearse y vestirse con propiedad, con un jubón verde oscuro, fino y decorado con motivos florales, propio de los Tyrell. De esta forma se ahorraría bastante en presentaciones, pues los colores verde y dorado también visibles en su capa eran inconfundibles, y estando en el Dominio, muchos de los vasallos de su padre ya le conocían. Ahora faltaba conocer a los extranjeros.

Se dirigió por el pasillo que conducía a los aposentos de su padre, esperando encontrarle a él o a alguien que pudiera indicarle dónde estaba. Pero justo cuando doblaba la esquina que le dirigía directamente a la puerta de sus estancias, vio a su padre junto con su tío, Daemon, y un joven. Indudablemente era otro de sangre Targaryen, y a juzgar por la expresión de su tío, uno no bienvenido. Se quedó algo rígido, sin saber muy bien si acercarse. Daemon parecía a punto de desenvainar a Fuegoscuro, aunque su padre se deshacía en cortesías, como tan bien sabía hacer y como correspondía. Un baño de sangre en aquella festividad no haría sino minar el prestigio de los Tyrell, puesto que estaban todos bajo su protección.

Carraspeó brevemente antes de continuar acercándose, como anunciando su llegada.

-Padre, me alegro de veros-dijo esbozando una leve sonrisa y pasando a saludar a su tío-Lord Daemon-continuó con una reverencia. Era su tío, pero aun así, y sobre todo delante de extraños, debía mantener las cortesías. Encaró al Targaryen, que parecía a punto de irse, o de que le echaran, situándose junto a su padre. Recordó entonces al joven que jugaba con su hermana Rose. Su hermana le hablaba mucho de él, y él mismo le conocía bastante bien después de su última vez en Altojardín-Es un placer volver a veros, mi hermana Rose me ha dicho que recientemente os han nombrado caballero, ser Maekar-dijo con una sonrisa cortés, intentando evitar añadir más tensión al ambiente, pues si se mostraba demasiado amable con el Targaryen enfurecería a su tío.

Notó de pronto la enorme mano de su tío en su hombro, desviando su atención del Targaryen. Le miró sonriente. Admiraba mucho a su tío, y ansiaba algún día ser un guerrero tan capaz como él, si bien esperaba que ello no implicara adquirir su temperamento, tan fácil de hacer estallar como un frasco de fuego valyrio, igual de inestable.

La cortesía casi fría con la que le había saludado antes desapareció. Le era muy difícil en esa situación no querer reír con su tío. Le debía mucho a Daemon, igual que él debía mucho a su padre Garlan, como acababa de decirle a Maekar. Y Luthor se sentía orgulloso de tenerlo en la familia.

- La ciudad me ha tratado bien hasta ahora. Lord Hightower ha cuidado que mis habitaciones estén cerca del patio de armas para poder entrenar por las mañanas-sonrió levemente.-¿Y a ti, querido tío?¿Cómo te está tratando Antigua?-la pregunta no era del todo inocente. Sin duda Daemon tendría más encuentros desagradables con su familia, al fin y al cabo en Antigua habían venido a reunirse casi todos los nobles de Poniente, y aquello podía acabar muy mal. La ambición de cada casa podía chocar en un espacio tan pequeño, y la situación del Trono y la familia reinante en aquel momento no era la más estable. Pero la fiesta del equinocio acababa de empezar, y no era cuestión de iniciar trifulcas tan pronto.

Observo la llegada del joven heredero de Altojardin y de todo el dominio que le sacaba algunos años, sonrió levemente y agacho suavemente la cabeza al escuchar que había tenido noticias suyas por parte de su hermana, rose debía contarle noticas que el dejaba entrever en sus cartas aunque ninguna tenia demasiado información salvo de su propia persona y nunca nada demasiado personal desde los últimos meses, pues los rumores habían ido creciendo y la desconfianza con ellos, no atreviéndose a contar demasiado en aquellas cartas que compartía con la joven rosa.

Contuvo la tentación de responderle a su tío de sangre a aquella pucha sobre sus tierras, y hacerle ver que no iba por aquellos términos, que venia a referirse al lugar donde había creado su hogar y donde vivía su familia, pero antes de abrir la boca y fastidiarla como solía sucederle lo pensó dos veces, sabiendo que sus palabras serian de nuevo malinterpretadas seguramente con animo de iniciar una nueva pulla contra su persona, y no iba a consentir aquello.

Intento morderse mas la lengua al ver como simplemente era ignorado por su tío de sangre y por su otro sobrino, sintiendo claras ganas de darle un empujón al mayor por ignorarle de forma tan descarada y dejarle ver que el no se merecía aquel tipo de trato pero se controlo de nuevo con la ayuda de los siete, desviando su atención al Lord allí presente.

Lord Garlan la verdad es que estaba buscando a vuestra hija para presentarle mis saludos y respetos, hace mucho que no trato con ella en persona y me gustaría conversar con ella, sabéis donde se encuentra, me temo que nadie a sabido decirme de su ubicación en el castillo….si fuerais tan amable..- Lo observo largamente esperando en silencio mientras las otras dos personas presentes parecían ignorarle completamente.

- Buenos días hijo. - Saludó cuando llegó pero sin dejar de prestar atención al joven caballero Targaryen.

- Supongo que estará en sus aposentos, pero no sabría decir si ha salido por algún motivo a la ciudad. Si quereis verla será mejor que la hagáis llegar un mensaje y propongais un encuentro. - No dijo nada más, prefirió centrarse en escuchar la conversación de su hijo y su cuñado y a la réplica del joven que parecía no tener mucho que contar.