Hablando con la doncella (Arianne

Cuando se disponía a marcharse del lugar donde había estado hablando con Sofía cuando vió a una de las damas de compañía que se había retrasado, era bastante guapa, con el pelo castaño liso y sedoso y el vestido beige le sentaba realmente bien.

Decidió aproximarse, puede que un breve pasatiempo, aunque solo fuera una conversación ociosa le sentara bien tras dar las explicaciones a Sofía y el mal trago de la mañana en su encuentro con su sobrinito.

Se aproximó a ella con una amplia sonrisa, después de recolectar una pequeña flor de delicados tonos. Observó que sus ojos eran del color de las esmeraldas Desde luego que este es un bosque de Dioses, acabo de ver a la misma Doncella pasear por él. Permitidme, oh belleza infinita que os regale esta flor a cambio de que me devolváis el corazón que me habéis robado. Le tendió en ese momento la flor después de olerla He cometido una equivocación, como oler una flor después de oler vuestro perfume, a su lado ya las flores no olerán Amplió su sonrisa antes de añadir Me tenéis a vuestro servicio, si hubiera algo en lo que os pudiera ayudar

Sofía ya se había marchado, pero ella se había quedado un poco atrás, contemplando al joven príncipe, que era muy atractivo, se atusaba el pelo sonriendo a los lados, andando más lenta, para que no se notara su interés, pero para quedarse mirándole un rato más.

Entonces lo vio acercarse, y le sonrío al príncipe o sonrío para sus adentros, Arianne nunca sabe bien como hace las cosas,lo miró y espero a que se terminara de acercar.

El chico le sonrió ampliamente justo después de coger una flor, le observó mejor, era muy atractivo, de una belleza... exótica, si, esa es la palabra, cuando las palabras comenzaron a salir de la boca del príncipe se quedo embelesada, la llamaba bella y le dio una flor, y le dijo que le había robado el corazón, desde luego, no parecía el mismo que había discutido con Sofía, que atento, y qué agradable, sonrió y cogió la flor que le tendía, prendiéndosela en el pelo.

El príncipe le comentaba que olía mejor que las flores, y se deshacía en halagos a ella, mientras ella lo miraba totalmente intrigada en él y sonreía.

-Me halagáis, joven príncipe, ¿tan bella soy para que alguien como vos os fijéis en mi? -sonríe tontamente mirándole a los ojos y atusandose el pelo, como en casi todo momento.

Ah, he visto algo increíble, sois aún más bella con esa flor, pero sienta pesa por esa misma, ya que quién osará mirarla estando cerca de vos

Bueno parecía que le estaban justando los halagos, puede que tuviera suerte, la forma de reírse, la forma en la que se atusaba el pelo….. Con la suerte además de que partiría pronto, tendría que acompañar a Sofía de regreso a Roca Casterly, una autentica pena.

¿Tan bella? ¿Acaso lo preguntáis?. Desde que os vi ayer, no he podido dejar de pensar en vos, en vuestro pelo como la seda de Yi Ti, en vuestros ojos, las dos más preciosas esmeraldas que he contemplado jamás, en vuestra perfecta sonrisa, como las más perfectas perlas de los mares de las Islas del Verano, y ahora que os he contemplado podré soñar con vuestra risa, cantarina como los arroyos de montaña durante el deshielo o vuestra voz agradable como la brisa marina en las playas mientras se oye el arrullo de las cercanas olas

Se acercó un poco más a ella, ampliando su sonrisa, mirándola directamente a sus preciosos ojos.

Más he decir que sois en exceso cruel, conocéis mi nombre, pero yo no el de la bella dama de Occidente y eso me está carcomiendo el corazón La tomó de la mano dispuesto a besarla en el momento en que le dijera su nombre deberéis de compensarme dando un paseo por este vergel, así en el futuro podré presumir de haber ido del brazo de la encarnación de la Doncella en la tierra.

Arianne no puede evitar sentirse muy halagada con las palabras del apuesto principe dorniense, ella, que realmente era de piedra se conmovía con estos pequeños gestos, y no paraba de sonreír, ¡era un príncipe, y le prestaba atención! Entonces empezó a soñar despierta, y si conseguía enamorarlo y sería una princesa, y... entonces vuelve a la tierra, Arianne aunque quien sabe, los bonitos halagos que le dedicaba... ay, volvía a soñar despierta la chica de piedra de Occidente.

-Muchísimas gracias, me hacéis parecer más bella de lo que realmente soy-dijo sonrojándose, lo mira a los ojos- Vuestros ojos son... interesantes, me gustan, mi apuesto príncipe de Dorne-sonríe de nuevo, mientras lo contempla acercarse, ella amplía su sonrisa, a la vez que la de él.

Ari sonríe, mientras él le pregunta su nombre y toma su mano-Arianne, Arianne Westerling, dama de compañía de Sofia Lannister-sonríe-Vuelvo a decir que me encantan sus halagos, y por supuesto os recompensaré con ese paseo-dice mientras se vuelve a sonrojar.

Creo que os equivocáis mi señora, es imposible que seáis más bella, incluso los amaneceres palidecen ante vuestra rostro cincelado por el propio Herrero Ve como empieza a sonrojarse, parece que los halagos están haciendo efecto, como la primer a grieta de una fortaleza asediada, cuando se ve hay que redoblar el esfuerzo del asedio. Ah, puede haber más grato sonido que el oír de vuestros perfectos labios el que os gusta alguna parte de mi cuerpo, que me llaméis apuesto príncipe… sin duda y es que me llaméis por mi nombre Olyvar, ¿habrá mayor goce que oír surgir de vuestra boca mi nombre

Arianne, se llama Arianne, desde luego que es un nombre bonito y no es ni por asomo una casa menor de Occiente Arianne, el nombre de la belleza personificada y siento que pronto dejéis de ser su dama de compañía, por qué que Lannister permitiría que alguien a su lado eclipsara su belleza atrayendo todas las miradas hacía la más cálida de las sonrisas, aunque conociendo su generoso corazón estoy seguro que sabrá aplazar la lógica envidia ente vuestras innegables virtudes Se llevó la mano a sus labios mientras se inclinaba para clavar su rodilla en tierra, dejando sus labios posados algunos segundos antes de abrir los ojos y mirar desde abajo a la beldad occidental Arianne ¿cómo podrían ser halagos?, los halagos exageran las virtudes y yo solo estoy diciendo la más obvia de las verdades

Se levantó y le tendió su brazo mientras caminaban hacía un claro cercano, lo habñía visto mientras buscaba a Sofía, unos álamos cercaban una fuente de aguas cristalinas mientras sus hojas tapizaban el suelo. ¿Os apetecería sentaros en …disculpad no puedo permitir que manchéis ese vestido que lucís, hubiera querido lucir una capa para tenderla en el suelo pero…. Ya que no llevaba una capa debería de colocar algo ane el suelo para que se sentara, bueno su camisa sería un buen substituto, además de permitirle que pudiera admirar su cuerpo modelado por tantas horas de entrenamiento con músculos bastante definidos y tostados por el cálido sol de Dorne mi camisa será lo mejor para que no os manchéis…disculpadme que no os ofrezca un poco de agua de la fuente pero mi ser se ha perdido en la profundidad de los pozos verdes que se ven interrumpidos por la más adorable de las narices que he contemplado jamás y que han sorbido el entendimiento.

En ese momento Olyvar comenzó a rebuscar en uno de sus bolsillos hasta encontrar lo que buscaba, una pequeña cadena de oro del que colgaba una lanza, la lanza que junto con el sol campeaba en el escudo de su familia.

Para recordar este día, en el que he podido estar a apenas unos pasos de la criatura más perfecta jamás creada, por favor aceptad este regalo, es la aurea lanza de la casa Martell

Se acercó a ella, apenas unos pocos palmos, tal vez menos, separaban los dos cuerpos

El único problema de Arianne era su innegable y rápida manera de enamorarse, o de fijarse en alguien, o de ilusionarse, mostraba la fachada de chica de piedra, pero en su interior había piedra resquebrajada, aunque tambien había piedra bien dura,esa piedra que era la que hacía que Arianne fuera tan fría o capaz de matar a alguien, mientras que la parte resquebrajada hacía que se ilusionara, mucho, que soñara despierta esos sueños de niña, de querer ser princesa, o reina, no una reina cualquiera, no, la reina, esa parte resquebrajada la hacía débil, aunque siempre había la piedra oscura de ella que hacía que fuera fuerte, muy fuerte.

Pero el príncipe había entrado por una de las grietas, por una de las partes resquebrajadas, o ¿es que sus halagos habían roto un poco más a Ari? Sus halagos, su voz tan dulce, su atractivo rostro, tan deseable... supongo que alguna chicas de Poniente morirían por estar en su lugar, y eso le encantaba, Arianne adoraba ser atendida, le gustaba llamar la atención y le gustaba la atención que le profesaba el principe, y más si era eso, un príncipe, aunque sus añadidos tambien le eran agradables, él admiraba su belleza, la que, aunque no lo decía en alto, sabía que tenía.-En ese caso, os llamaré Olyviar, para que os contentéis con cada palabra que surja de mi boca.- y le sonrió levemente.

-Sofía no tiene nada que envidiar de su dama de compañía, Sofía es bella y agradable, y una Lannister, para más añadir.-Olyviar hinca su rodilla en el suelo, mirándola desde abajo,y ella sonreía tontamente, mientras él repetía lo admirada que tenía su belleza.

Se levantó y le tendió un brazo que ella tomo gustosa, y echó su cabeza sobre su hombro, con cuidado de no despeinarse, y él la guió hacia un claro, precioso, las aguas cristalinas eran lo que más llamó la atención de Arianne, que adoraba las aguas, más que nada, él le ofreció sentarse, pero rectificó, y para que no manchara su vestido, se quitó la camisa, y Arianne observó su torso, su musculatura, el bonito color de su piel, y se sintió feliz por un momento y sonrió más aun cuando le dijo lo bonita que era su nariz, que era la parte que más disgustaba a Ari de ella misma.

El príncipe metió la mano en uno de sus bolsillos, buscando algo, y Arianne no pudo evitar adivinar el qué, sin resultado alguno, entonces sacó una cadena de oro, con una lanza, del escudo de los Martell, y dijo que se la iba a dar, como recuerdo de este día, y ella sonrió sonrojada mientras él se acercaba, ella le dio un beso en la mejilla cuando estaba muy cerca, y se dio la vuelta -¿Me la pondríais? Quiero llevarla siempre colgada, en honor al más apuesto de los príncipes. -y volvió a sonreir.

Cualquier cosa que hagáis, Lady Arianne me complacerá, aunque he de reconocer que el placer será mayor al oír pronunciar mi nombre por vuestros perfectos labios

Con la rodilla hincada en el suelo vio como sonreía ante sus halagos [color=yellow] Pero vos sois hermosa como un amanecer en las montañas, o una puesta de sol tras las dunas en una tranquila cala, tenéis unos ojos ante los que cualquier hombre perdería la cabeza, el sonido de vuestra risa caldea tanto el corazón que sería, su simple sonido capaz de derretir el Muro del Norte y tienes Arianne a un príncipe de Dorne a tus pies, rendido a tus innumerables encantos.

Pudo sentir el contacto de su mano en su brazo y al momento lamentó su acción, cuando se apoyó la cabeza en su hombro le hubiera gustado tener la mano libre para enlazarle el talle.

Notó el beso en la mejilla, había tomado ella la iniciativa, a veces la tenía que tomar él, otras veces era la propia doncella la que la tomaba, besándole intensamente en agradecimiento, o a veces, muy raras veces, algo más. La dama de Occidente había tomado la iniciativa pero moderadamente. Se colocó a la espalda de la Doncella y antes d e colocar la pequeña joya le apartó el pelo y recorrió ligeramente el contorno de su juvenil cuello. Será para mi un honor que lo luzcáis, es un símbolo de fuerza y del compromiso de defender a su portador, aunque la gente relaciona más a los Martell con el Sol y casi nadie relaciona este amuleto con nosotros. Cuando ayer vi el incidente en la carrera y pensé que estabais en peligro mi corazón se encogió, Aún a riesgo de mi vida hice que mi montura se alzara para poder saltar y alcanzar el palco donde os encontrabais, más la vergüenza de quedar paralizado si me mirabais y sonreíais me impidió el acercarme ante a vos, menudo protector hubiera estado si se me hubiera caído la espada, embobado por vuestro donaire. Pero mi máxima preocupación en ese momento era vuestra seguridad, os juro por los siete que hubiera dado mi vida por protegerte Arianne Había pasado a un trato mucho más directo esperando que se conmoviera. Lo que le había dicho era cierto, aunque no había añadido que lo hubiera hecho por cualquier dama del grupo. Al terminar de colocarle la joya le permitió una buena vita del escote de la mujer.

Se sentó a su lado, su cuerpo pegando al de la mujer por la reducida superficie de su camisa, no le había pasado por alto como había contemplado su cuerpo. A partir de ahora ya sé que puedo morir tranquilo, estar contigo en este paraje, poder contemplara gusto vuestro rostro, haber visto donde Occidente guarda sus mayores tesoros, en las esmeraldas del color de vuestros ojos, en las perlas de vuestros dientes, en la seda de vuestro pelo, en el más dulce de los manjares Poco a poco su mano fue adentrándose en los terrenos de la cintura de la Dama de compañía de Sofía que son vuestros labios, la sensación que ha recorrido mi cuerpo al sentirlos en mi mejilla… me habéis hecho vuestro mi Señora, me estas llevando a la locura, una locura en la que entro plácidamente y ansioso. Se acercó lentamente con la predisposición de besar sus labios, el primero sería un beso suave, apenas un instante, si se lo permitía, eso estaba claro y le marcaría el camino a seguir. Desde luego estaba siendo una buena mañana. A lo mejor podría plantearse… si no era una mala idea. Quedaría como un caballero y no tendría que cumplirlo, ya que tendría que acompañar a Sofía en su viaje a la Roca. O al menos eso esperaba, si no, tendría problemas. Sé que no tengo ninguna posibilidad, que cientos de caballeros os lo habrán pedido, pero… ¿quieres ser mi pareja durante el baile que cierre esta fiesta?, me harás el kombre más feliz de la tierra si aceptas.

Tomo el colgante en sus manos y lo tocó, antes de responder, Piensa Ari, es un príncipe, no quiere nada, todo es mentira, mantén la cabeza fría, es el príncipe de Dorne, además, no lo verás a menudo, nada sirve para llegar a ningún lado, todo sirve para confundirte y nada tiene el menor sentido, sólo es como los chicos del Risco, nunca quieren nada, y sólo hacen daño, hiriendo tus sueños y rompiendo tus esperanzas, quítate tonterías de la cabeza, serás una niña, pero nunca has sido tonta. Manuseaba el colgante obsesivamente, después de que el príncipe se lo pusiera, diciéndole palabras que en realidad, le gustaría creer a ojos cerrados, pero no, Ari no es tonta, es un príncipe, atractivo, no se había fijado en ella, es un entretenimiento, y punto, aunque nunca puede evitar sentirse feliz ante sus palabras.

Sonrió, aunque esta vez, no sonrió tontamente, sonrió de una manera envenenada, como tantas veces antes, él le decía algo sobre sus labios, pero ya Arianne no estaba concentrada, estaba concentrada en sí misma, y en conseguir que el príncipe de Dorne se rindiera a sus pies sin tener que rendirse ella antes, comenzó a pensar en todas las cosas que quería, en todo aquello que ambicionaba, y en todo lo que conseguiría si lo enamorara realmente, oh si, tendría lo que siempre he querido, sería princesa, y más tarde reina, y lo tendría TODO, desde los mejores vestidos hasta las mejores joyas, esmeraldas, como las que él dice que hay en mis ojos. Arianne le echó las manos al cuello y se acercó lentamente a él, a pocos centímetros de su boca-Lo siento, querido Olyviar, pero supongo que Sofía estará echándome de menos, como supongo haréis vos cuando me marche, ¿me equivoco?-se acercó más a sus labios, a una distancia que invitaba a imaginar su siguiente movimiento, pero movió rapidamente la cabeza hacia un lado, y le besó la mejilla de nuevo, dándose la vuelta y andando-Hasta pronto, espero, muchas gracias por el regalo, y lamento deciros que no os acompañaré al baile... no voy a ir-volvió a sonreir de la misma manera que antes, y se alejó, pensando en que podría haberlo besado, y si aquello hubiera servido para algo.

Oh si, Arianne había vuestro a reconstruir toda su piedra, en un segundo, esas eran sus bipolaridades, que complicada era.

Tras aquellas palabras pudo ver el cambio de actitud de la doncella, algo en sus palabras parecía haberla molestado, se lo decía el extraño brillo de sus preciosos ojos, y su sonrisa, una sonrisa mucho más fría que las anteriores. La excusa que le dijo, en parte tenía razón, puede que Sofía la echara de menos, podría suponer le motivo y atraer demasiadas miradas, demasiados murmullos, de todas maneras… no se acordaba esto no era Dorne, donde lo máximo sería una sonrisa cómplice y una petición de detalles. Claro que os echaré de menos, ya os echo ante el pensamiento de que puede que pronto os marchéis de mi lado

Vio como se acercó, casi podía sentir la humedad de sus labios, esbozó una pequeña sonrisa, estaba claro que todo lo anterior sólo eran imaginaciones suyas. En ese momento con un pequeño movimiento, lleno de gracia, se giró para besar su mejilla.

Ya lo suponía, cientos de caballeros, prendidos de vuestra belleza os lo habrán solicitado antes… ¿no vais a ir?, ¿cómo es eso? Si no se mostraba sorprendido le podía pillar. Antes de que os marchéis, quisiera pediros el honor de poder escribiros. ¿Me lo concederéis?, al menos eso compensará las largas horas de vuestra ausencia y podré contactar con mi corazón, que en estos momentos os lo lleváis.

Habría más oportunidades, tenía que recordar que durante el baile volvería a encontrarse con Rose, mientras tanto….. Bueno la panadera le había sonreído mucho durante el desayuno…

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