Hablando con un bastardo

La batalla había sido como se esperaba, el numero del enemigo era por mas superior al de ellos, pero aun así dieron pelea, muchos de sus hermanos fueron llamados por el desconocido o por el dios ahogado como los kraken solían decir. Pero esta batalla aun así hizo estragos en ellos, puede que no toda la flota se fuera al fondo, pero si un numero considerable. Sus hombres dieron batalla y vendieron caras sus vidas.

Aun en todo esto sacaron algo bueno, o al menos eso parecía, capturaron al menos a 20 hombres de hierro, y esta captura podría ser alguna ventaja si dentro de ellos hubiera alguien de interes, pero por el momento solo quedaba esperar.

Regresaron a la fortaleza del roble viejo, y ahí recibio a Lord Hewett, quien habia estado a cargo de las naves de sus hermanos, una batalla que a él le fue negada, una batalla que le correspondia por derecho, pero las ordenes de su señor eran estar en Roble Viejo para salvaguardar el castillo por alguna invasión enemiga.

Dio las órdenes de que se le llevara a uno de los calabozos del castillo, mientras veía como el resto de los hombres que sobrevivieron regresaban, algunos heridos llegaban para ser atendidos, el resto para tratar de descansar y tratar de asimilar lo sucedido.

-Kalen, manda un cuervo al Señor Tyrell informándole de la captura de los 20 hombres, ya nos dira que planes tendrá para ellos-

Cuando todo parecía que se ponía en su lugar, tomo una jarra de vino y le ofrecio un poco a Lord Hewett - ¿cómo estuvo la batalla?- pregunto un poco molesto, ya que se había quedado con las ganas de participar en ella.

Lord Humfrey Hewett era un hombre de mediana edad muy apegado a las Islas y sobre todo a la entente que formaba con los otros señores de las Escudo. Sus hombres habian tenido que agarrarlo y forzarle a retirarse o todos habrian muerto alli combatiendo a los perros piratas del Hierro que habian osado invadirles.

Quizás con algo más de apoyo en tierra podrian haber triunfado pero Lord Tyrell tenia otros planes y francamente esperaba que funcionaran, estaba poco dispuesto a sacrificar su hogar pero si conseguian una total victoria y podian retornar a sus hogares el precio habria valido la pena. Cosa distinta era que no consigueran nada.. en cuyo caso descargaria su ira sobre alguien.


- Dimos guerra, hicimos lo que pudimos y nos retiramos. Era una batalla perdida de antemano. Tal vez en tierra tengan mas suerte y les hagan perder más efectivos.

- Hemos traido a uno medio mutilado, a otro mutilado por completo y otros 8 que estan sanos. Estan en las mazmorras atados y dispuestos para su interrogatorio. Además de esos tambien hemos traido a algun variopinto especimén, hay uno que hasta tiene una mano postiza de plata, son todo un hatajo de violadores y asesinos,eso es un rasgo común para todos. Los enfermos estan junto con otros 2 que cuidan de ellos, luego tenemos otros 2 grupos de 3 cada uno. Como vamos a proceder en su interrogatorio? Tortura? Si me lo permite podemos ofrecer buenos cuidados y la promesa de salvarles la vida a los enfermos para que hablen, a los otros habria que doblegarlos


Escupió maldiciendolos, putos ladrones, algun dia tendrian la oportunidad de asesinarlos a todos y hacerlos pagar por sus crímenes.


- Si por mi fuera los ejecutaria a todos por criminales, pero son prisioneros y hasta esa escoria humana merece un trato mínimo... Los hemos separado en grupos para que no den problemas


Dejó de hablar y procedio a guiar al Grimm hacia las mazmorras donde esperaba el primer grupo de presos. Tras unos pocos minutos de marcha llegaron a las húmedas mazmorras donde aguardaban 3 hombres sentados en una celda, estos parecian sanos. Uno de ellos al verlos llegar cabeceo en su dirección y les dio la *bienvenida*

- Han venido a traernos flores muchachos... -sonrió mostrando una inusual sana dentadura y aguardaron.

Acompaño al Lord Humfrey durante el recorrido hasta donde estaban algunos de los prisioneros, algunos de los cuales habían sido atendidos por el maestre por orden de Lady Oakheart, no dijo nada solo pensó que algunos de esos miserables no se merecían tal atención, pero sus razones tendría ella. La única ventaja que le miraba era que les daba tiempo para que pudieran ser interrogados, prolongar su partida con el desconocido.

Las palabras de quien le acompañaban demostraban para él algo de compasión por esos piratas, pero para él se merecían eso y más. Conforme iban caminando iba viendo a los hombres que se encontraban separados, en grupos pequeños, para poder controlarlos mejor, no planearan nada y poder tratar de hablar con ellos.

Entraron a una de las celdas, donde habían tres de los hombres capturados, escucho el comentario de uno de ellos el cual no le hizo gracia alguna, conocía a los hombres como ese que solo habla sin conocer, tratando de ocultar su miedo detrás de sus comentarios, dando las ultimas patadas de ahogado.

Volteo a ver a Lord Humfrey, y sonrió. –flores, sabia que se me había olvidado algo, pero creo que podremos arreglar eso- miró a los guardias y le señalo al que había hablado.

-quiere flores muchachos, le haremos una, que no olvidaran sus amigos- los guardias tomaron al que había hablado y lo sacaron con los grilletes puestos en sus manos, salieron y recorrieron las celdas.

-mira bien a tus compañeros, fíjate bien quienes han sobrevivido por el momento, antes que sean llamados por tu dios ahogado- se detuvieron en una de las celdas donde tenia entendido que Lady OakHeart había estado tratando de hablar con ese prisionero en particular, solo lo miro un poco y regreso con el que traían con ellos, señalo una celda enfrente de esa puerta y lo sostuvieron en la pared. Inmovilizando sus brazos y piernas con grilletes sobre la pared.

-bien, te daré tus flores, pero a cambio me vas a tener que decir ¿quienes vienen contigo?, ¿quien comandaba tu nave?- le pregunto mientras tomaba un vaso con agua que había en la mesa donde estaban, la puerta estaba abierta para que pudieran escuchar los otros, Lord Humfrey estaba aun lado de la puerta, los otros dos guardias a una distancia prudente del prisionero.

El isleño escupio al suelo.


- Yo estaba en la flota de los mismos Greyjoy, a quien coño le importa que lo sepas o no? No veo en que va a ayudarte eso, yo solo era un soldado mas a bordo de uno de los cientos de barcos del viejo Harrald, que por cierto si estuviera aqui te arrancaria la cabeza. Sois todos unos lilas que no le durariais un segundo.


Rió y señaló a sus compañeros con la cabeza que rieron también a su vez.


- No se nada que pueda serte util y si lo supiera tampoco es que fuera a decirtelo. Haz el favor y traeme a un joven virgen de por aqui, le enseñare lo que os espera cuando llegue el resto de nuestros hermanos y os de pol culo a todos.


Uno de los guardias que lo sostenía agarró de su mugriento pelo al pirata y le estrello la cabeza contra la pared a modo de represalia, no una, si no dos veces, y en su cara se veía que ansiaba mas.


- Hijo de puta! Esto es lo que os espera a todos si nadie dice nada!


Desenvainó su espada y la puso a la altura del cuello para cercenarle la cabeza esperando la ordén del Grimm. El pirata, ahora ensangrentado seguia riendo.

El guardia había golpeado al hombre y preparado la espada para córtale la cabeza, sus palabras no eran lo que esperaban ser escuchadas, solo recibieron insultos y demás pero nada de lo que querían oír. Eso ya lo sabia el Grimm, saco de su cinto lo que había levantado antes de venir con Lord Hewett, era una punta delgada de acero.

Se aproximó al soldado que estaba con la espada desenvainada, le hizo la mueca al soldado –eso seria muy fácil, poder acabar con esta basura, no se porque contesta de la forma en que lo hace, si es sola mente una simple pregunta – le quito la espada del cuello – muchos dicen que se comportan como salvajes, pero nadie duda de su coraje en batalla, son hombres de hierro, que toman todo a la fuerza, sin importarles que o quien este al frente- decía el Grimm mientras miraba la punta de acero que tenia entre sus manos

-pero como todos son hombres, y aunque demuestren fiereza, hay veces que es más miedo que valor- dio una señal y lo ataron sobre unos maderos colocados en forma de equis, sobre, lo dejaron expuesto – solo voy a preguntar, ¿hay alguien de importancia dentro de ustedes?- pregunto nuevamente tratando de estar tranquilo

El pirata parecía hacerse el valiente, pero como todos los hombres, sus miedos llegan a ser a veces más grandes que ellos mismos, y mas siendo un hombre como el que tenían al frente. Una de las cosas que tenía el Grimm, es que tenía una calma con los hombres que llegaba a interrogar, los hacia desesperar, haciéndole cosas que algunos repudiaban. Para algunos hombres de Domino, no era común lo que él llegaba hacer, hasta llegaban a desaprobar sus tácticas de interrogación, pero esas tácticas le llegaban a dar resultado.

Aun los mismos piratas tenían sus miedos, tarde o temprano el marinero de hierro se doblaría y diría lo que el Grimm quería saber.

El sucio pirata solo respondio a tal pregunta con un gesto: volver su ensangrentada cabeza y escupir sanguinolentamente hacia los pies del Grimm.


- Esta mierda de ciudad caera muy pronto cuando nuestros hermanos lleguen... Si hay alguien de importancia? Por supuesto... cada hombre en el hierro es libre e importante, incluso algunos reyes de nuestros propios barcos. Satisface esa respuesta a su pregunta, Lord de los Jardines?


Tras el ultimo apelativo que arrancó mas risas entre el resto de presos que se encontraban cerca guardó silencio y no dijo más. Desde luego, iba a hacer falta algo mucho más fuerte para que alguno dijera algo, y dando lugar a las chanzas el nivel de amenaza disminuia, lo cual iba muy en contra de los intereses del Dominio.


- Desea algo más Mi Lord?


Desde luego si el isleño estaba asustado debia de serlo muy en el fondo, porque todo parecia indicar que la situacion le daba mas risa que otra cosa.