Antiguos vasallos, nuevos vecinos

Un barcoluengo sin bandera se acercaba al puerto de Campoestrella, el mar de Verano azotaba la cubierta de la veloz nave de velas triangulares, habían tenido suerte en aquella ocasión.

- Soplad malditos cabrones... - murmuró mirando al cielo, tenía demasiadas cosas en mente, entre ellas adentrarse en la Tierra de Tormentas para acompañar a su hermano en la reunión con Lord Baratheon

Las últimas semanas habían sido difíciles, la decisión de alejarse de Lanza del Sol había sido difícil, sin embargo, el hogar de la casa Gargalen había sido su casa durante muchos años, muchos habían presenciado la ira del Martell al ver como la ciudad era asaltada por los volantís, no volvería a pasar.

- Disponed todo para nuestra arribada a Campoestrella, recordad, ninguna insignia de Lanza del Sol, si alguien pregunta somos mercaderes - dijo a sus hombres - aunque lo mejor es que no intentéis hablar

Cubrió su cuerpo con una túnica color arena que ocultaba cabeza y tronco y esperó atento, una vez el barco hubo atracado en Campoestrella a que Lord Dayne o alguno de sus hombres fuesen en su búsqueda. No sabría como le recibirían, Dayne y Fowler habían traicionado a todas luces a Maron pero... ¿cual fue su motivo real? ¿estaba la independencia de Las Marcas previamente pactada? Demasiadas preguntas se hacía el Almirante, esperaba que el Dayne pudiese responderlas.

Una escuadra de 5 caballeros purpuras de los soldados de élite de Campoestrella hizo su aparición poco después de que el barco atracara.

Con una mano sobre los pomos de sus espadas y atentos ante cualquier amenaza subieron al barco *mercante*.

El que parecía el oficial al mando se dirigio al Almirante de Dorne con un tono fuerte pero cordial:


- Se nos ha notificado que este barco puede dedicarse al contrabando de mercancía ilegal. El capitán debe acompañarnos para comparecer ante la *autoridad pertinente*, el resto de la tripulacion puede quedarse aqui, no deben desembarcar, pero pueden pedir a la guardia que quedara a cargo de la vigilancia toda la comida y bebida que deseen.


La fila de soldados se abrio para que Mors pudiera pasar comodamente. 3 se quedaron a bordo de la embarcacion mientras que los otros 2 lo condujeron hacia una esquina del puerto donde en aquellas horas bullía de actividad mercantil. Un hombre sin armadura pero con pinta bonachona y lo esperaba a su vez con otros 3 caballeros más. A partir de ahi el hombre despacho a la escolta que habia traido a Mors y se hizo cargo de el junto a sus hombres.


- Asi que mercancía de contrabando eh? Soy Ser Pirvan Wayward por cierto, encantado. Aunque no un Ser de los que llevan metales y demás - rió quedamente y lo miró con sorna, claramente sabia quien era en realidad y a lo que venia.


En apenas unos 5 minutos ya habian llegado a una de las oficinas aduaneras de Campoestrella. En la entrada un par de soldados rasos montaban guardia con un aburrimiento aparente. El peculiar caballero le abrio la puerta y se adentro junto a Mors en la oficina. Dentro no esperaba ningun oficial de aduanas, William Dayne en persona estaba alli esperando a su invitado. Habian adecuado la estancia para lo que a todas luces parecia que albergaria una comida. Una mesa y un par de sillas, no lujosas pero si comodas.


- No te esperaba a ti Mors... Supongo que Maron habra ignorado mi invitacion, tal y como ignoró la cordura desde que Daenerys Targaryen irrumpio en su vida. Tomemos asiento y dime si has venido a escucharme o por el contrario a ofrecer algo.

Cuando divisó el grupo de cinco soldados de élite acercándose al barco torció el gesto, tendría que hacer una pantomima para que nadie sospechase su presencia en Campoestrella. La túnica caía sobre su cabeza, dejando al aire parte de su rostro.

- Por El Padre, ¡debe ser un error! - dijo con una falsa, pero conseguida, mueca de incredulidad al hombre que se dirigió hacia él.

Acompañó al grupo con la cabeza gacha, hasta que cruzó su mirada con Ser Wayward, su rostro parecía divertido y, en cierto modo, todo aquello divertía también al Martell.

- Es un honor conocer a todo un ser, sobre todo a uno de los que prefieren usar el cráneo a la espada - dijo esbozando una sonrisa - soy Roland Mares, os traigo las mejores naranjas sanguinas de todo Poniente, seguro que podemos llegar a un acuerdo señor

Ofreció una jugosa naranja sanguina a Ser Pirvan, procedía de Jardines del Agua, donde los frutales daban cosechas de deliciosas y jugosas naranjas, todo un manjar para los dornienses.

Caminó tras el oficial hasta llegar al despacho de la aduana, allí le esperaba William. Las primeras palabras fueron como una daga volante, directa a la línea de flotación, le gustaban las personas concretas y el Dayne era uno de ellos.

- Espero que algún día podamos disfrutar de las naranjas sanguinas en Lanza del Sol, William - dijo esbozando una media sonrisa y ofreciendo una naranja al Dayne - mi hermano, por desgracia, ha tenido mejor gusto para escoger armas que mujeres... siempre he sido de la opinión de que el mandatario de Dorne debe tener a una dorniense como esposa, aunque, ya sabéis lo cautivadoras que pueden ser para algunos las Targaryen.

Una respuesta diplomática, a pesar de que Mors odiaba a los dragones y su pelo plateado, nunca se había pronunciado en contra de su cuñada, de la cual Maron parecía enamorado... lo cual trajo bastantes problemas a Dorne, todo sea dicho.

- Vengo a escuchar, William, intentar mediar entre Maron y vosotros. Y, por otro lado, también he venido buscando una respuesta a la tormenta desencadenada por los volantinos. Así pues, espero que tengas tiempo para conversar.

De entre los hermanos Martell, Mors era el más inescrutable. Sus modales le hacían llano cual marino, sin embargo, había recibido la formación de un Príncipe de Dorne, por lo que no le eran desconocidos los diferentes asuntos políticos que movían los Siete Reinos.

- Puedes tomar asiento, estas en tu casa. Guarda silencio mientras el servicio haga acto de presencia.


Un par de jovenes sirvientes entraron en la estancia por primera vez y empezaron a preparar la mesa para la comida, segundos mas tarde dieron entrada a las propias viandas que formarian la misma.


Un humeante y crujiente venado aderezado con especias dornienses, truchas, y un buen vino formarian los primeros platos.


- Elija lo que mas le plazca señor Mares, me interesa llevar a cabo negocios con vos.


Cuando los sirvientes se fueron dejandolo todo listo la conversacion pudo seguir.


- No es perfectamente comprensible el como hemos llegado aqui? Recapitulemos... - dijo mientras empezaba a servir un trozo del venado y procedia a partirlo en trozos comestibles.


- Una sacerdotisa del señor de Luz, aparece de la nada advirtiendo sobre una invasion de Volantinos, con objetivos desconocidos. He visto a algunos sirvientes de Rhllor en mi viaje a las Ciudades Libres y se de lo que son capaces, yo no dude en exceso de la mujer y puse a disposicion de la defensa de Dorne a mi ejercito.

Se llevó a la boca el primer trozo del venado paladeandolo antes de tragar y levantó el primer dedo de su mano derecha.


- Primer error, esperar a mis tropas que estaban a 2 semanas de Lanza del Sol. Este hecho fue vital, si hubierais avanzado hacia BosquePinto tal como era logico con las tropas que teniais que eran al menos iguales en numero a las suyas asentadas alli y los hubierais cercado, ahora mismo no tendriamos escoria en las Marcas, ni el Rey Buitre estaria donde esta, ni tantas ciudades dornienses habrian sido saqueadas. Este hecho es imperdonable.

Gracias a esto, tuvimos que ir detrás como idiotas de un ejercito esquivo, que cuando logramos localizar ya estaba asentado en otra ciudad saqueada, Colina Fantasma. Con ellos en nuestras garras y para asestarles el golpe final, Maron se retira hacia su capital por la noticia de que otros volantinos van a saquear su preciada joya del desierto. Acaso no era esto de preveer? Quizas se habria podido evitar si Olyvar hiciera gala de una jodida vez de algo de sensatez y no hubiera propiciado la traicion de esos piratas de mierda que Maron dejo entrar en nuestro territorio como *aliados* desde cuando esa escoria saqueadora es aliada de alguien tanto como para abrirle las puertas de una casa y que entren hasta el Jardín? Lo raro es que a ellos no les dieran por asaltar ninguna ciudad en su huida, que bien pudieron hacerlo.


Bebió un poco del tinto dorniense antes de seguir, estaba empezando a enfurecerse cada vez más a medida que relataba las negligencias que habia visto.


- Asi que solo quedamos Faolain y yo, con nuestros ejercitos. Gracias a nosotros los Volantinos no pudieron saquear el Sur de las Marcas y por eso ahora no estamos sometidos a nadie, si no fuera por nosotros tendriamos aqui a esos mierdas, y Qorgyle que se esconde en su querida Asperon tambien estaria sometido, sin mi haciendole de barrera ahora mismo estaria igual que estan mas al Norte. Blackmont esta muerto, y a saber donde cojones estan los demas. Complices voluntarios o sometidos. Todo esto es culpa de Maron y no pienso estar bajo las ordenes de alguien que ha permitido semejante caos en estas tierras, a pesar de que lo quiera y lo considere como a un hermano, tengo la responsabilidad de proteger a muchas personas.


Decidio terminar así su exposición de momento, cualquier persona cuerda vería que llevaba totalmente la razon en todo.

- Muy agradecido, Lord Dayne, veo que los productos de vuestra tierra son realmente apetitosos - dijo mientras degustaba el pescado y la guarnición de verduras.

Hizo el paripé hasta que desapareció el servicio, entonces es cuando miró atentamente a William y escuchó todo lo que tenía que decir sobre los eventos que habían precipitado aquella situación.

"Dos versiones de la misma historia, dos versiones que han llevado a las mismas consecuencias" pensó el Martell mientras bebía vino. El Dayne siempre le había parecido alguien justo e inteligente, debería contar con algún apoyo, dado que Campoestrella independiente era una manzana apetitosa para más de un señor ambicioso.

- Durante toda mi vida he tenido que luchar contra piratas, William, de haber estado presente o se hubiese contado con mi opinión, no hubiesen penetrado en aguas de la península. Nadie, ni siquiera el Rey de Poniente, debe confiar en esos bastardos - dio un pequeño sorbo de vino - Olyvar debe pagar por sus errores, de hecho, eso está haciendo

Fue tajante, cortante, quizá Maron y Sarella habían estado demasiado ciegos para darse cuenta de la realidad: Olyvar se había equivocado, y era el principal responsable de su estado.

- He de suponer que los volantinos han unido fuerzas con nuestro amigo el pajarraco, ¿no es cierto? - dijo directamente y sin dar un rodeo - debemos centrarnos en eliminarlos y, posteriormente, solucionar los errores que se han cometido previamente, William.

No quería una guerra civil, de hecho, se había prometido a sí mismo que no derramaría la sangre de ningún dorniense en aquellas condiciones, cada vez veía más clara la situación...

- Bien conoces a mi hermano, puede llegar a ser extremadamente tozudo e impulsivo, ya lo ha demostrado en diversas ocasiones... creo que deberíamos tender puentes, para evitar una chispa que incendie nuestras tierras. No quiero que las montañas y los desiertos sean regados con sangre dorniense, bastante hemos sufrido ya con la invasión.

- Y como exactamente pretendes echar a mas de 10.000 hombres, entre tropas vasallas y volantinos no deberian tener problemas para doblar esa cantidad. Estimo su numero entre 20 y 25.000 hombres en total leales a los volantinos y al Buitre.

Bebió otro sorbo de vino. Estaba siendo demasiado diplomático, sin duda el marino habia venido a Campoestrella a asegurarse de que no les atacaria por la espalda o a intentar que les prestara a mi hombres para lanzarse al suicido una vez más.


- Quieres que ponga mi ejercito al servicio de Maron para otra loca contienda a sus ordenes en la que cualquiera con un poco de astucia lograria vencerle. Luego vendrian aqui a arrasar mis tierras y seguidamente saquearian lo que queda de Dorne y de las Marcas que aun no esta sometido. Porque debo combatir al lado de alguien que se ha probado ineficaz mas de una vez? Si los dejo en paz los volantinos por mucho que los deteste, cosa que creeme hago mas que todos vosotros juntos, me dejaran en paz y no se inmiscuiran en mis asuntos.


Que me garantiza que si por un milagro de Rhllor se elimina al Buitre y a Morroquo, no venga después Maron a someternos y de vuelta a su redil? A ti podria seguirte en la batalla, has demostrado ser capaz, pero tu hermano no y no voy a dejar que Campoestrella y todo lo que depende de mi proteccion acabe saqueada por ineptitud, tal y como paso con Palosanto,Tor,Colina Fantasma,Costa Salada... Demasiados errores.