Sorprendentemente hay una dama en Pyke (Alysanne)

Al fin, al fin tenía mi casa en mis manos, luego de tantos meses podía decir que era la Señora de Puerto Noble, nadie podía negarlo, nadie podría decir lo contrario, aquella casa que me había sido heredada por mis padres al fin era mía. Debía confesar que había sido difícil, que había hecho un par de cosas que no me orgullecían, mas por fin aquella casa era mí, y trataría de hacer lo necesario para honrar a mis padres, y cumplir en parte lo que ellos querían de mí. Aunque lo haría a mi manera, yo no iría a saquear, o a hacer cosas por el estilo, a mi manera de ver las cosas eran mejor ganadas con diplomacia, haciendo pactos, buscando alianzas, y no desde la vereda del miedo o del robo.

Aquel muchacho que en aquel primer momento había comprado como esclavo, se había convertido en mi espada jurada, el que me había ayudado a conseguir mi casa, el que comandaba mi guardia, y me servía fielmente, sin demostrar el mínimo indicio de querer rebelarse. Y él mismo guiaba mi caravana hacía el encuentro con Lord Greyjoy, quería una entrevista con él, quería hablarle sobre los planes que quería para mi casa, y hablar sobre lo que él esperaba de Puerto Blanco. Tenía que comenzar por él que era la cabeza de las islas de hierro, ya luego habría tiempo para fortalecer los lazos con las casas cercanas, para los pactos y alianzas. Y debía ir de a poco ya que no tenía mucha experiencia, nunca había tratado con hombres como los Greyjoy, incluso temía, por ello prefería llevar mi guardia conmigo, aunque pareciera algo exagerado, pero me sentía más segura así. Además había aprendido a no confiar, y a comprender que yo no era como todas las mujeres en las islas, yo parecía haber nacido en cualquier lado menos en las islas, pero ya estaba habituada.

Caminaba completamente concentrada en lo que iba a hablar con Lord Greyjoy, una y otra vez lo repetía en mi mente, y mis guardias caminaban muy cerca de mí, sin perderme el paso, como si pensarán que estaba en peligro o algo por el estilo. Y mi concentración se perdió ante la reverencia de un hombre desconocido, a pesar de su ropa no parecía un hombre de las islas, aunque se veía bastante delgado y al ver guardias cercas supuso que podía ser un prisionero, hasta Puerto Noble también habían llegado rumores de que había secuestrado gente en Dorne, quizás era uno de ellos. Y de repente comprendí por qué mis guardias se acercaban más a mí, al parecer querían que no me acercara al hombre, mas tenía cierta curiosidad de conocerle, por lo que hice un ademán para que retrocedieran y respondí a la reverencia del hombre con otra, un poco menos marcada eso sí, puesto que no sabía de quien trataba. Pero aun así mire al hombre y con una sonrisa amable le dije.
-Claro que es un lindo día, en Pyke y en las islas siempre es un buen día para pasear, bueno eso es a mi gusto.-
Mire a mi alrededor y alejándome un poco más de mis guardias, para acercarme al hombre dije con voz un poco más tímida, pero no menos amable.
-Usted no parece ser de aquí… ¿Cierto?-
Baje un poco la mirada, para luego mirar nuevamente al hombre.