Ficha de Bjorn Greyjoy

La personalidad de Bjorn Greyjoy es compleja y mucho más complicada de lo que se podría apreciar a primera vista, el primer y más claro rasgo que lo define es su fidelidad sin límites para con su hermano mayor, se ha formado desde su primera infancia, para proteger, cuidar y servir a Harrald, con lealtad, entrega y sin cuestionar, ni dudar de sus ordenes, Bjorn sería capaz, si así fuera necesario, de dar su vida sin pestañear, salvaguardando la vida de Lord Greyjoy pues lo admira y respeta.

Su fidelidad sin límites nos lleva a otro rasgo que lo define, la decisión y la firmeza en sus acciones, Bjorn jamás pestañea, ni duda de aquello que hace, por tanto es un hombre de un gran carácter, la vida de un marino es dura y puede acabarse en una batalla por tanto al estar al mando se tiene que tener el coraje de tomar decisiones rápidas, firmes, sin dudar ni pestañear pues el mar, con los peligros de la navegación, las tormentas, las batallas, no consiente la duda o la cobardía, las niñerías o las veleidades. Entrenado para regir los navíos al ser nombrado almirante la flota del Hierro, él ha forjado un carácter y un temple, no se amedrenta por nada ni ante nadie para lograr su misión, estos rasgos han hecho que se ganara el respeto de amigos y enemigos como un marinero capaz y decidido, admirado por sus hombres, jamás dudará ponerse al frente de la batalla, preparando el abordaje de un barco o siendo él que a la cabeza de sus hombres, ordene una barrida de popa contra la nave que combate sin apenas importarle su vida, sino solamente compartir el mismo peligro y los mismos riesgos que corren aquellos marineros que le siguen embravecidos ante la vista de un almirante que se juega la vida en cada combate.

Parecería que los dioses han sido generosos con el segundo de los Greyjoy, al contrario de Harrald, Bjorn posee un enorme carisma, no sólo en sus cualidades como almirante y guerrero, sino como estratega, añadiendo una presencia viril, con la aureola de la madurez, que dejó atrás aquella primera juventud alocada y salvaje, poseyendo el sereno atractivo de un hombre en su plenitud, todo esto se combina con una buena estampa física que le lleva a ser deseado por numerosas damas, sin embargo aquella libertad que ama, aquella brisa del mar que golpea su rostro al navegar lo hace escapar de cualquier relación, más allá de algunos escarceos puramente físicos, pues para él su corazón murió junto a su amada, la única que ha atrapado su corazón dándole un hijo y llevándose su felicidad con ella. Menos fuerte que su hermano, pero tan hábil como él en el combate, y no se queda atrás en el ataque

Bjorn es implacable, fiero marinero, si alguien o algo amenaza a su familia, a las islas del Hierro o a sus objetivos, no se detendrá ante nada para acabar con dicha amenaza a cualquier precio, no disfruta de la sangre o la muerte, pero como un hombre del mar sabe que los enemigos siempre deben ser liquidados si presentan una amenaza para su barco.

Es un gran estratega, a veces puede llegar a ser más frío que su hermano en la planificación de sus ataques, durante años ha odiado a Drumm, al que culpa de la muerte de su esposa, y para el que tiene planeada la venganza más cruel, pues no en vano es un hombre de hierro, no un pirata de ensueño, ni el protagonista de un canto de bardos verdes. Puede matar sin escrúpulos, violar, asaltar o quemar un numero sinfín de de aldeas, sin pestañear, es un Hombre de Hierro forjado por su hermano, que no espera menos de él.

Un fuego duerme en su pecho, es un hombre apasionado, apasionado del mar, de la independencia, de las batallas, disfruta como ninguna otra cosa en el mundo aquella autonomía que el inmenso mar con sus misterios y sus peligros le brinda, para él, su libertad junto a su familia y las islas a las que llama hogar son lo más importante, lo único por lo que vale la pena morir sin dudar pues son aquello que le brinda felicidad

El hermano de Harrald vino al mundo cuando éste tenía ya sus primeras heridas de guerra, se había batido con algún crío de Pike. Sus primeros recuerdos fueron los sentimientos de devoción y admiración por su hermano, al que seguía y quería emular en sus acciones. Si Harrald se peleaba, él también, si violaba a una doncella, él también, si se embarcaba, él le seguía. A los ocho años se coló en el barco de su hermano, el más joven capitán de navío de los Greyjoy. Le costó semanas, meses de disciplina, fregando la cubierta, limpiar letrinas, lavar perolas, estar colgado desde la barandilla arrancando lapas y conchas del casco de la nave de su hermano. Fueron años de duro aprendizaje, sin ningún privilegio por ser un Greyjoy, al contrario, mucho más rígido

A los quince años ya era un hombre de hierro, su hermano el señor de los Greyjoy, realizó el ritual del Ahogado, sus ojos se cerraron, sus pulmones se llenaron de agua, la fuerza de Harrald le hundió en la bahía, como un yunque de hierro, quería gritar, bracear, cuando sintió que la vida se escapaba de sus pulmones, pero no lo hizo, eso se esperaba de él, era un Greyjoy, pertenecía a la primera familia de las Islas, era hierro puro.

Averno, Averno era un dromón dorniese, con un mercader seboso como capitán, desde el puente de su barcoluengo, con una media sonrisa, cínica, supo que había encontrado su nave capitana, inútil como todos los verdes, aunque este era un saco de arena y polvo de desierto, le ofreció a su esposa una dorniese de anchas caderas y a una hija, que comprobó que era una virgen disoluta, ¡maldito cobarde!, daba todo por su vida, esposa e hija fueron una gran diversión para sus hombres, hasta que como muñecas rotas, degolladas fueron arrojadas por la borda, mientras el cobarde se balanceaba del palo mayor ahorcado por su intestino. No era especialmente sanguinario, pero le repugnaba aquel que no era capaz de defender a los suyos.

Thalas se contoneaba en una de las tabernas de Pike, hija de uno de los vasallos de los Greyjoy, portaba una espada bastarda ceñida a sus caderas, dibujadas por unos estrechos pantalones de cuero, y una camisa que mostraba mucho más de lo que una dama decente debía enseñar, le dio un empujón al pasar junto a él, con ojos inquisitivos le miró, simplemente supo, como cuando vio a su dromón, que ella era lo que deseaba, mientras, la mujer sólo pronunció dos palabras… ¡eres mío! No hubo otra mujer, ni otro objeto de deseo en su vida, un amor como la fuerza desatada del mar, la violencia de las olas golpeando los riscos, la ira del viento, la pasión de las espuma del océano. La consecuencia fue un hijo, pelirrojo como ella, con su mirada, la que vio morir entre llamas, hubo un después de la muerte de su esposa, para él ya nada fue igual, pues con ella se fue, la mayor felicidad de su existencia.

Almirante, con treinta y siete días del nombre, con un odio que no aparenta, abiertamente, por los miembros de la Liga de Sal, por el viejo Drumm, el cobarde que huyó, al que desea hacer arder lentamente, como un ternero en un espetón.

La locura de su hijo es una carga, lo quiere como sólo un hombre de hierro ama, con violencia con amargura, con la esperanza, pues en sus episodios de cordura es un gran guerrero, sacrificaría a todos los ahogados si eso devolviese la sensatez a su hijo. Esla mano derecha de su hermano, su confidente, el que le ha nombrado responsable de la marina Greyjoy, sigue siendo el hombre que más admira, manteniendo su lealtad sin una brecha.

Su ojito derecho se llama Keira, su pequeña debilidad, desde que la sacaba cubierta de barro, llena de moratones, era como su hermano, pero más débil, aunque la falta de fuerza la compensaba con su valor, su pequeña de corazón de oro y mano de hierro, está protegida por sus tentáculos de plata, la considera digna de ser su sucesora, muy capaz de mandar la armada, al contrario del incompetente de su sobrino que solo piensa con su bragueta.

Nunca comprendió porque Harrald no arrasó Desembarco cuando fue llevada allí como pupila, aunque era más bien un rehén, comenzó a odiar a los dragones, que mantenían prisionera a su niña, los reduciría a todos a cebo de tiburones. Entonces llegó ella, alta, esbelta, orgullosa, con ese cabello platino, según decían la mujer más deseada del continente, la que sería la causa de una guerra que anhelaban iniciar, la llama que prendería las tierras verdes, para matarlos a todos.

La había hecho su esposa, en los primeros meses pensó que había embrujado a su hermano, pero, día a día, la cercanía, como se había encargado de todo, organizándolo, como lucía su vientre con orgullo, ¡maldito cabrón estaba hecho!, se la estaba follando, la había preñado, y encima era una consejera valiosa, había conseguido una reina única, comprendió la admiración de Keira por esa mujer de frágil apariencia y gestos de acero
… Todos se habían ido a la guerra, y el solo tenía una misión defender Pike, en la ansiedad del conocimiento de una guerra incierta.