Firme en la línea de puntos si apoya al Fuegoscuro

La verde masa de la Tierra de los Ríos era conocida por Lord Bracken como la palma de su mano, no por nada había logrado grandes victorias militares emboscando a sus enemigos en aquellos fértiles territorios. No le había costado demasiado esquivar patrullas y controles junto a un grupo de fieles guerreros armados hasta los dientes.

No portaban estandartes ni blasones, vestían con túnica verde oscura para camuflarse con el forraje del lugar, la frontera natural entre las tierras de los Tyrell y la de los señores del Tridente.

"Te mirarán por encima de los hombros, por supuesto que sí, todos lo hacen... pero no son más que los jardineros de un rey cocido por un dragón... eso... unos malditos jardineros. Tú eres un Bracken, actúa como tu abuelo hubiese hecho, enorgullece a tus dioses Willem" - como era costumbre, Willem mantenía una conversación en su interior consigo mismo - "ya verás como mencionan a los asesinos, no obstante eres inteligente Willem, puede que sea una oportunidad para devolver a tus huestes a donde merecen".

- Mi Lord, divisamos el campamento - dijo uno de los hombres bajo túnica que caminaba con cara de sueño - supongo que los Tyrell esperan nuestra llegada, ¿no? a pesar de que no llevemos blasones

- Los blasones son por nuestros vecinos, me preocupan más sus exploradores que los de los jardineros - dijo adelantándose en dirección al campamento.

Descabalgó su caballo y se dirigió hacia uno de los guardas, los primeros rayos de sol comenzaban a otearse por el este, habían logrado llegar a tiempo, con un poco de suerte podría volver a Seto de Piedra para volver a seguir con sus pasos.

- Buenos días, ¿tendríais la amabilidad de llevarme hacia Lord Tyrell? - dijo cortésmente el Bracken, que se destacaba ante todo por sus buenas maneras, aunque en su interior fuese un paranoico desquiciado.

Una duda surgió en aquel mismo momento, ¿estaría Aegor en aquel campamento?.

Una guardia de cuatro hombres se encontraba en la puerta a las que acompañaba a ambos lados en pequeños torreones precariamente construidos varios arqueros que ya preparaban sus arcos.

Era un pequeño grupo de hombres los que se habían acercado, sin blasones, y que no mostraban sintomas de hostilidad, pero las órdenes de Lord Tyrell eran claras asegurarse antes de dejar pasar a nadie, eran tiempos de guerra y los enemigos acechaban desde las sombras.

- Lo siento señor, tenemos órdenes de... - comenzó a decir uno de los guardías que había cruzado la lanza en su camino, hasta que su voz fue cortada por un soldado, un hombre de gran tamaño que portaba una armadura completamente verde, con un único simbolo en el pecho... una flor dorada. - Adelante Lord Bracken, nuestros exploradores en el puente nos informaron de su llegada. - La lanza se alzó de nuevo y los cuatro soldados se echaron a un lado para dejar pasar al Lord y sus acompañantes.

El miembro de la Guardía personal de Lord Garlan les acompañó hasta la tienda donde en su interior aguardaba ya preparado para la reunión. En aquella ocasión no lo acompañaban Aceroamargo ni Lord Rowan, ambos tenían órdenes y estaban preparando a los hombres pues esperaban la partida de Garlan que se produciría en escasas horas.

- Mi señor, el resto de su guardía deberá esperar fuera. Pueden acudir a la cantina o esperar aqui mismo. - dijo esperando a las órdenes de Lord Bracken para después acompañarlo al interior y anunciarlo antes de posicionarse detrás de Lord Garlan.

Garlan ya estaba ataviado con las ropas de montar, lejos de sus buenas prendas que solía portar como Señor del Dominio... se notaba que estaba preparado para algo importante y su cara, sería con atisbos de enfado e ira hacía que cualquiera que tuviese enfrente guardase ciertas defensas ante la ira de uno de los hombres más importantes de Poniente... pero lejos de todo aquello Garlan forzó la mejor de sus cortesías e invitó con un gesto a pasar a Lord Bracken - Buenos días nos den los dioses mi señor. Me alegra teneros enfrente, Lord Willem. Ciertamente esperaba que acudieseis con los demás lores de los Ríos, pero por favor siéntese y beba algo de vino, debe estar agotado del viaje. -

En la mesa esperaban algunos entremeses y una copa con una jarra de vino para Lord Bracken aunque un copero ya estaba dispuesto para traer cualquier otra cosa que dispusiese.

"El comité de guardias, siempre dispuestos a dar su vida por su señor, deberían reconocer tu cara, Willem, sin embargo eres un desconocido para ellos" - su voz interna comenzó a torturarle, como era común, por el hecho de que aquellos guardias Tyrell no le hubiesen reconocido - "podrías decir, por otro lado, que nuestra táctica ha sido la adecuada porque, ni siquiera los guardias nos han reconocido".

Aquel subterfugio se acabó cuando uno de los hombres de confianza de Garlan Tyrell le reconoció, abrió su palma derecha en señal de que quitaba importancia de que aquel soldado raso no le hubiese reconocido y acompañó al soldado de más galones hacia el interior de la tienda de Lord Tyrell.

- Me alegra ver que vuestros exploradores realizan bien su cometido, nunca se sabe qué visitas inesperadas pueden acechar un campamento en época de guerra - comentó con tono serio mientras caminaba hacia dicha tienda.

Levantó su puño derecho en un ángulo de noventa grados mirando a su lugarteniente, señal para se esperasen en el exterior del campamento. Al entrar en el lugar, se encontró de frente con Lord Tyrell, su atuendo le sorprendió gratamente.

"Míralo Willem, todo un señor y... ¿qué eres tú? Tienes que caminar por el Tridente para que no reconozcan tu blasón... todavía tienes mucho que aprender si quieres ser respetado".

- Los Siete guíen vuestros pasos Lord Garlan Tyrell, así como el de toda vuestra casa - protocolario, serio y con rictus inmutable, el Caballo de Hierro inclinó su cabeza en forma de reverencia al Señor del Dominio - me temo, Lord Tyrell, que las relaciones entre muchas de las casas de los ríos, no son lo suficientemente... fluidas, como para reunirnos bajo el mismo estandarte. No obstante, seguro que lográis que muchos limemos nuestras asperezas en pos de un noble objetivo.

Muchas de las casas de la Tierra de los Ríos se odiaban entre sí, el enfrentamiento entre los Bracken y los Blackwood era conocido, sin embargo la lucha de poderes entre otras familias y la poca autoridad del joven Lord Tully había suscitado enemistades en todo el reino.

- Se lo agradezco, milord. - dijo serio al elogio por parte del Lord que había acudido finalmente a su llamado.

Cuando ya estaba sentado Lord Garlan dejó que se expresara, que descansara las piernas y que pudiese mojar sus labios... no quería agobiar a su invitado aunque el tiempo era algo efímero y no poseía demasiado pues tenía demasiados puntos en los que parar antes de volver a los Ríos a cumplir con su cometido.

- Eso parece y ciertamente es algo que debemos remediar, un reino no puede regirse desde la desconfianza y el engaño. Su Majestad Daemon ya ha invocado a la verdad mi señor y pronto todos los reinos cabalgaremos en una misma dirección. -

Bebió el también por cortesía de acompañamiento, no quería que su igual se sintiese incómodo en la que en esos momentos era su casa - Os seré sincero milord, debo cabalgar hacia el sur para reunirme con el Rey... mis tierras han sufrido el ataque de los piratas que parece ser se han aliado con el falso rey Daeron, aunque no se podía esperar otra cosa la carroña llamada por la deshonra. - Su cara asqueada era un reflejo de lo que sentia por todos aquellos que faltaban a su palabra y que disfrutaban con la sangre - Pero regresaré tan pronto me sea posible, reorganizaré mis defensas en torno a Altojardín para seguir con la cruzada que realmente importa la de traer la justicia y la verdad al reino. Mientras dejaré al cargo a Lord Willem Rowan y a Aegor Ríos, con quien sin duda tendréis mucho que conversar. - le sonrió entrelazando los desdos en su regazo.

- Por este motivo mi señor no tengo demasiado tiempo, decidme pues el porque de vuestra llegada y os haré saber lo que el Rey tiene que deciros... presiento que sin duda será algo beneficioso para ambas partes. - Aquel Lord tendría la recompensa que se merecía, la de un gran hombre que había acudido a la llamada de la justicia, y no se podía decir lo mismo de muchos de los lores de los Ríos que se habían acobardado y se ocultaban tras muros de piedra temerosos de un falso rey.

Lord Willem Bracken, se merecía mucho más de lo que tenía. Un castillo y un nombre en el olvido.

Entrelazó sus dedos cuando escuchó que los Hombres de Hierro habían atacado las costas del Dominio, eran guerreros temibles, habían asediado las Tierras de los Ríos en una infinidad de ocasiones, siendo detenidos en Varamar por los valientes Mallister.

- Los piratas de las Islas de Hierro no merecen otra cosa que conocer al Desconocido, Lord Tyrell - dijo firmemente - si Daeron Targaryen ha pactado con los sicarios de un dios pagano, la férrea justicia de los Siete caerá sobre él.

Odiaba a los isleños, le recordaban a los bárbaros del Valle de Arryn que habían acabado con la vida de sus padres en una orgía de sangre sin sentido, el hecho de que Daeron hubiese buscado su apoyo reflejaba su desesperada situación. Y la desesperación solía culminarse con algún error fatal.

- Las casas del Tridente están inquietas, desconozco cuantas de ellas apoyarán a los Tully, los cuales, si no me equivoco siguen los mandatos de Desembarco del Rey, dadas sus buenas relaciones con Cuervo de Sangre y Daeron Targaryen - se acercó a uno de los mapas y señaló con su dedo Seto de Piedra - como podéis advertir, estamos rodeados de fieles al falso rey, lo cual podría comprometer la seguridad de una fortaleza fiel a su Majestad - posó su palma sobre la mesa - necesito conocer los aliados de los que disponemos, para ir ganando fieles a la verdadera causa, Lord Tyrell.

Si bien era un experto en emboscadas y un excepcional arquero, Willem Bracken era ante todo un buen político, especialista en el arte de la dialéctica, armas que podrían ser necesarias para los Fuegoscuro en las difíciles tierras de los Ríos.

Le gustaba como estaba sonando todo aquello, sabia que los Bracken eran personas cabales... fieles a los Siete y al sentido de la justicia, su apellido debía encumbrarse de nuevo después de la deshonra sufrida a manos de Aegon.

- Sólo los que ocultan algo se amparan en el pecado y la mentira. Como bien decis, la justicia de los Siete caerá sobre su cabeza. - Cada día que pasaba odiaba más a Daeron Targaryen, no sólo había demostrado ser un hombre sin honor ninguno, además no tenía valentía... un Rey que se escondía de la verdad. Solo pensar que alguien hiciese una referencia similar hacia su persona merecería un castigo, él mismo cabalgaría hasta el punto donde se encontrase el difamador... pero Daeron no hacía más que hacer ciertos los ideales del movimiento Fuegoscuro escondiéndose y aliandose con seres indeseables.

Era el momento de entrar al grano, los Ríos iban a ser una plaza complicada, pues tendría que dividir las tropas para cercar Desembarco del Rey, pero necesitaba el apoyo de la región para no sufrir por la retaguardia... - Sinceramente creo que las casas de los Ríos tienen miedo... sólo unas pocas acudieron a mi llamado y salvo los Smallwood podemos contrar con el resto. 500 hombres de los Blanetree ya están en este campamento y creo que podremos cumplir las pretensiones de los Keath de Septo de Piedra y de los Vance de Atranta por lo que el sur de los Ríos estará bien cubierto. - Apuntaba en el mapa las plazas que se había asegurado, aunque aún había muchas en el Tridente que eran hostiles - En cuanto a Seto de Piedra mi señor... no creais que os vamos a dejar aislados, del Norte pronto bajará el ejército de los Stark y del este el de los Arryn que os protegeran ese flanco de la ciudad. En cuanto a mi bajaré a reunir 10000 hombres para unirlos a los que se encuentran en este campamento y subiremos hasta vuestra plaza haciendo justicia y propagando quien es el verdadero Rey y para eso cuento con vos. -

Paró un segundo para dar un trago a la copa, la cual fue rellenada automáticamente por su copero. - Lord Bracken - dijo mirándolo a los ojos directamente analizando su mirada - Su posición es privilegiada y el dueño del camino que une Aguasdulces con Desembarco del Rey... digame, ¿Qué ayuda ha recibido el falso rey de los Tully? - Si los Tully habían enviado soldados tenían que pasar por Seto de piedra, era el camino más corto... sino hubiesen pasado por Atranta pero Lady Vance no le había comunicado tal hecho.

Aún le quedaba darle las noticias del Rey, pero podían esperar primero quería saber eso y saber si acataría sus nuevas directrices.

- Me temo que los señores de los ríos temen, no sin demasiada falta de razón, que sus tierras sean usadas como despensa para las tropas de ambos bandos - su tono era meditabundo, aunque conocía demasiado bien a sus vecinos - el joven Lord Tully ha reunido bajo su estandarte un importante ejército, muchos miles de soldados acampan hoy en Aguasdulces esperando partir a la batalla.

El hecho de que el Norte y el Valle del Arryn apoyasen la causa del Fuegoscuro era una inmejorable noticia, y el importante contingente armado que prometía el Tyrell era lo suficientemente considerable como plantear una batalla sin cuartel a las huestes de Aguasdulces. Sin embargo, algo le rechinaba en su interior.

"Piensa en Vyras... ¿dejará pasar a los norteños? aquella voz interior que le solía aconsejar observaba ciertos contratiempos que podrían surgir en aquella estrategia.

- El acceso desde el norte no será una fácil tarea para los norteños, Lord Tyrell, desconozco si Lord Frey les plantará cara en Los Gemelos - las siguientes palabras podrían ser inquietantes, pero eran una realidad - las casas ribereñas llevan largos años sumidos en un conflicto continuo, antiguas alianzas han sido rotas reiteradamente, os aconsejo que os mováis con toda cautela ante aliados emergentes.

Si iban a ser aliados, debía mostrar una de sus características habituales, la desconfianza, la traición era moneda de cambio usual en el Tridente, quizá en el Dominio había mayor respeto por los ideales caballerescos, ese no era el caso de sus tierras.

- Personalmente, podría encargarme de sondear a los diferentes lores del Reino de los Ríos - dijo tras dar un pequeño sorbo al vino - os propongo que filtremos al bando enemigo un cuervo en el que declare la neutralidad de la casa Bracken en el conflicto. Dicha declaración sería falsa, aunque serviría para que el resto de casas de los Ríos no nos vieran como parte en el conflicto, y poder extraer información fidedigna de su verdadero posicionamiento - la información era poder, sin lugar a dudas - nuestro ejército se unirá a vuestras tropas cuando subáis con vuestras tropas y Seto de Piedra será una fortaleza aliada para los fieles al verdadero rey.

- Los señores de los Ríos decidirán el destino de los Ríos Willem. El Rey Daemon no tiene menor intención de atacar tan bella región, pero me temo que los movimientos de las truchas estan siendo erróneos. - por su tono podía notar que ya tenía sentenciados a los Tully, aunque por todos era sabido que Lord Garlan Tyrell siempre ofrecía una segunda oportunidad a quien la merecía - Y puede que todo esto acabe arrastrándolos a lo hondo de un profundo pozo. -

Había dado respuesta pero a la vez evadido, sabía que los Tully ya se habían movido pero no sabía en que cantidad, sería algo que descubriría pronto.

Garlan sonrió ante el posible enfrentamiento a los Frey... - Mi señor... no tenemos intención de enfrentarnos a Lord Frey por el momento, el Camino Real nos evita tener que hacerlo. Y los Norteños superarán bastante al ejército de Lord Vyras... ¿de verdad creeis que Lord Frey saldrá de sus dos torres a defender el Camino?, yo lo dudo. -

- En cuanto a las nuevas alianzas, sin duda soy un hombre de Fe y de Palabra... soy un caballero y hago pagar la Honra y la Traición con su justa moneda, cualquiera que me conozca sabrá como ha de ser. -

Aquel hombre sabía mucho más de lo que enseñaba, sabios consejos le daba y sabia que iba a serle útil allí, en el centro del Dominio. Sin duda tenía grandes planes para él y no fallaría, aquel hombre sería quien llevase los designios del Tridente en los años venideros.

- Me parece una idea fantástica Lord Bracken, además servirá como piedra de toque para lo que el Rey tiene pensado para vos... pero ante todos creo que los más fáciles de convencer serán los Mallister, tras tantos años de batallas, escaramuzas y guerras con los hombres del Hierro no creo que se sientan muy orgullosos formando parte del mismo bando que apoyan a los piratas. - Sonrió mientras cogía su copa y la alzaba para brindar, la conversación estaba teniendo unos frutos fantásticos en tan poco tiempo.

El Bracken alzó la copa para brindar con Lord Tyrell, nunca sonreía, aunque en su interior varios pactos se abrían paso. Tendría que hablar con Hanrenhall además de con los Mallister, Vance y, por supuesto, Frey. El hecho de mover sus piezas ordenadamente le parecía más importante que el movimiento de tropas.

"Coloca tus piezas con paciencia, Willem, tendrás tus resultados de moverte con tino." susurraba serpenteante su voz interior "el nuevo rey tiene más que ofrecerte que ese sucio Targaryen, el cual ha llenado el continente de Paganos.

Conocía demasiado bien a Vyras, si veía oportunidad de que los Tully sobreviviesen, no dejaría pasar a los norteños.

- Mi señor, Lord Vyras Frey servirá al bando que vaya venciendo o, en su defecto, al que más ofrezca... por lo que no apostaría por tenerlo en nuestro bando ni en el contrario hasta no observarlo con mis propios ojos.

Había pasado largos años con el Frey, y, en cierto modo, había logrado aprender bastantes cosas de él, y la primera era no apostar por alguien hasta el momento justo, y en caso de apostar, saber que el premio será cuantioso. Sin embargo, para Willem había algo más importante que el poder, sólo una cosa: la venganza.

- Larga vida a su Majestad, que los Siete le otorguen una larga y victoriosa vida a él y a su prole - dijo protocolariamente - quede sellada entonces nuestra alianza, Lord Garlan, la casa Bracken será vuestra aliada hasta las últimas consecuencias.

"Últimas consecuencias... como pierdas la guerra, Willem, tendrás que salir corriendo de El Tridente, ¿lo sabes, verdad? "En efecto, y si rechazamos su alianza seremos carne de cañón" el debate seguía en el interior de su cabeza, sin embargo, el Lord sabía aparentar la mayor de las normalidades.

- Las tropas Bracken estarán preparadas para unirse al montante de vuestras tropas, Lord Garlan, no obstante, nos avisaréis con un cuervo sin blasón ni sello, bajo otra firma y con un mensaje en clave que solo nosotros conozcamos, así podremos evitar las miradas de los indiscretos