Entre llamas (Mance Blackwood)

La reunión con Claudia Dondarrion no había ido mal del todo, es más había ido bastante bien, gracias a ella se había enterado que el rey Buitre estaba capturado, lo tendrían que haber hecho los Baratheon, los Tyrell no tenían tropas en la zona, los Fuegoscuro habían hecho poco más que acto de presencia y sus tropas no habían sido.

Este hecho le hacía darse cuenta, una vez más, de que necesitaban más información y además tenía que hacer un buen gesto, no le gustaba especialmente lo que iba a hacer, por quién era el dueño de las tropas, pero al menos no trataría con él.

Se encaminó a la tienda donde ondeaba el dragón tricéfalo y pidió hablar con ser Mance, que era quién estaba al mando de las tropas Targaryen.

Ser Mance, es un placer el volver a veros, veo que os habéis recuperado estupendamente de la lesión. Debo decir que me sorprendió la forma en la que os marchasteis tan rápidamente de Antigua, pero olvidemos eso, veo que habeis progresado bastante, ¿estáis ahora al mando de todas las tropas Targaryen o solo de las de Ser Maekar? Sería una buena pregunta, Maron debería de saber la respuesta. Por cierto, ya que se ha producido la boda, se autoriza a las tropas Targaryen a que entren en Dorne, por supuesto en persecución del enemigo, y si pensáis hacer patrullas podréis hacerlas, pero deberéis de comunicar antes que las vais a hacer

Bebía una copa de vino mientras ojeaba curioso unos mapas de la región, que le habían cedido los Baratheon. Estaba muy alejado de sus tierras y no conocía bien la zona por lo que se había dedicado en los últimos días a estudiarla, cuando tenía algo de tiempo y no comandaba las tropas.

Uno de los guardias le sacó de su ensimismamiento anunciándole la llegada de Ser Olyvar.

Decidle que pase.


No guardó el mapa no era necesario, a pesar de todo lo que había sucedido con quién era su nuevo señor, entre Mance y Olyvar no había nada personal. Y estaba allí por el mismo motivo que él. Para acabar con el dichoso rebelde y poder regresar a su hogar.

Yo también me alegro de veros y sí, ya estoy perfectamente recuperado como podéis apreciar. Estoy al mando de las tropas que Ser Maekar ha dejado bajo mi tutela.

Dejó la respuesta abierta, no confirmó que sólo lideraría las de Maekar ni lo desmintió, y lo hizo por dos motivos, el primero porque tampoco iba a darle toda la información a él y el segundo sencillamente porque ni él mismo sabía si en un futuro volvería a liderar más tropas Targaryen o sólo había sido un hecho puntual.

Descuidad, si he de patrullar o pasar por vuestras tierras os lo haré saber. No puedo ofreceros lo mismo porque en este lado de la frontera la potestad no la tengo yo.


Bebió un sorbo de vino del mismo origen que el interlocutor.

Y bien, ¿Queréis un poco de vino? ¿Cómo van las cosas en Las Marcas dornienses?

Olyvar asintió, desde luego que parecía no tener secuelas. Eso era una buena señal, para un caballero joven el quedar cojo o sin poder volver a montar a caballo podía ser un golpe muy duro. Está claro que hace falta algo más fuerte para acabar con vos. ¿Como es que Ser Maekar os ha puesto al mando de sus tropas?, sinceramente es un poco sorprendente, sois un caballero del tridente, debe de tener mucha confianza en vuestras habilidades.

Se mostraba agradecido, eso era bueno. Ya sé que no está entre vuestra labor autorizarme, pero sigo pensando que con un poco de cooperación podríamos haber solucionado esto antes. No será por que no lo he ofrecido, me queda ese consuelo al menos

Bueno, es bastante temprano pero n os voy a dejar solo, el mio siete partes de agua y una de vino, no soy lo que se dice un gran bebedor

La pregunta era directa, pero no era nada que debiera ocultar.

Soy espada jurada de Ser Maekar, efectivamente confía en mí. Y ya que él no podía acudir a Las Marcas, vengo yo en representación suya y de todos los Targaryen.

No dejaría de lado sus quehaceres en Árbol de Cuervos, pero ahora tenía obligaciones y responsabilidades nuevas, una vez las hubiera cumplido regresaría a su hogar.

Intentaré hablar con Ser Orson, a ver si se puede hacer algo relacionado con esas patrullas conjuntas, como bien dices si colaboramos acabaremos antes con este entuerto.

Hizo un gesto para que trajesen lo que pedía.

Imagino que si estáis aquí es porque no hay noticias nuevas en Las Marcas Dornienses sobre el rebelde, ¿No es así? Está resultando ser mas escurridizo de lo que parecía a simple vista.

Entonces creo que debo de felicitaros por vuestro ascenso, ser espada juramentada de un príncipe de los seis reinos es un gran honor, y mas que os manden a representar a los Targaryen. Si apenas se habían conocido hacía unos pocos meses, o era mejor caballero de lo que él sabía o estaba recibiendo el pago de un favor. Ya habría tiempo de enterarse.

Si, será lo mejor, aunque se supone que había mandado la petición a Lord Nathan, o no le gustó o se lo está pensando aún. La situación se está alargando demasiado y como continúe podría generar más violencia en otros sitios, además del desprestigio para los que estamos participando por no saber conducir la solución a tiempo

Bueno, alguna noticia hay, se está mostrando demasiado activo cerca de los pasos, se esconde en las montañas y ataca las caravanas y también ha atacado algunas de mis patrullas, cada vez se está mostrando más osado ¿y que tal por la tierra de las Tormentas?

Si, así es. Un gran honor.

Y lo era, Mance estaba seguro de ello. Y debía sentirse satisfecho y enchido de orgullo por ello. Pero ya no le bastaba sólo con el reconocimiento social. Había cometido el error que siempre se prometió evitar. Se había enamorado y de una dama inalcanzable. No se sentiría completo hasta estar a su lado.

No he tenido ocasión de hablar con Lord Nathan en privado, quizás está sopesando vuestra propuesta. Pero de todos modos si nosostros nos ocupamos de las tierras de las tormentas, no tenéis que perder el tiempo aquí. Creedme, hacemos bien nuestro cometido.

Entonces la única solución posible es ir a esas montañas, con cuidado por posibles emboscadas, son el mejor terreno para ellas. Pero si no sólo estaremos jugando al juego del gato y el ratón.

Y Mance se había cansado de aquello. Llevaban un mes persiguiendo pistas falsas, dando con pequeños grupos aislados de no mas de 5 soldados mal entrenados, y ni rastro del Buitre y sus hombres.

Se le agotaba la paciencia y el tiempo, pero aguantaría estoico lo que hiciera falta para dar con él y dejar el pabellón bien alto.