Personajes Cannon: Targaryen [3/6] *

Aunque nunca estuvo convencida del casamiento con Daeron, la verdad es que ha llegado a apreciarlo gracias a que siempre ha sido atento con ella. Como rebeldía trató de imponer ciertas costumbres y moda en la ciudad, algo que fue visto con recelo por muchos, pero otros lo tomaron como un cambio a bien. La vida en la corte ha ganado peso con ella y sus fiestas y reuniones son conocidas por todos. A veces quizás pueda pecar de extravagante, algo que atrae críticas y halagos por igual. Es una madre quizás sobreprotectora con sus hijos, y aunque no gustase de Desembarco del Rey ha sabido afianzarse en su posición, la de Reina de Poniente junto al Targaryen.

Baelor es un joven respetado y querido por muchos. Él ha sido el participe de la inminente boda entre su tía y el Príncipe Martell que llevará a la unión del Reino de Dorne al de su padre. Nunca ha sido un hombre de acción, sino más bien un estratega de la política creyendo que en el diálogo y la palabra existe la posibilidad de arreglar cualquier problema. Tiene en su poder dos huevos de dragón que reza porque eclosionen.

Esto no evita que Baelor sea considerado uno de los mejores justadores en los torneos en los que ha participado, ni tampoco hace que esté alejado de ninguna guerra, solo que intentará no ser participe de ellas si puede evitarlo. Muchos lo consideran el mejor Rey que habrá en Poniente.

Loca para muchos, profeta para la excéntrica minoría. Suele decirse que cuando nace un Targaryen, los Dioses tiran una moneda al aire. A ella le tocó la cruz, una cruz que Aelinor ve como la más corriente de las caras. Las ancianas más devotas afirman que el Desconocido la tocó poco después de que sus ojos violáceos se abriesen por primera vez, las más supersticiosas, en cambio, afirman que es un un castigo de las deidades hacia el Rey, por haber mezclado su sangre con la de una extraña, así pues, ¿Cuál es el origen de la cruz? Rumores, murmullos, todos creen estar en lo cierto. Una vida marcada por las visiones de criaturas que, para Aelinor, nunca han muerto. Sus pequeños. Las inexistentes criaturas por y para las que vive, criaturas, a sus ojos, débiles todavía, pero que algún día crecerán, extendiendo sus alas por el cielo. A sus oídos llegan los lamentos de sus pequeños, lamentos por una inminente guerra que asolará tierras, que traerá con ellas sombras, oscuras sombras que lo engullirán todo a su paso. Pero Aelinor no permitirá que nada le ocurra a us bebés. Y si ha de derramar rios de sangre para que éstos beban, el líquido carmesí correrá.

Sofia es la viva imagen de su madre Amanda. A pesar de presentar tan solo dieciocho años de edad, la pequeña de los Lannister ha comenzado a aprender cómo posicionar el viento a su favor, al igual que a cómo sacar beneficio de todo lo pequeño e insignificante. Detrás del bello rostro que heredó de sus padres, Sofia esconde un pequeño demonio que se alimenta de las acciones que realiza cada día. Mentiras inesperadas, chantajes emocionales o comentarios irrespetuosos o salidos de tono. La dulce señorita que es Sofia esconde en una máscara de cortesía la leona que poco a poco en su corazón ha ido formándose. Adora a su madre, teniéndola como ejemplo a seguir y respetándola en todos los ámbitos. Sin embargo, su rebelde actitud ha ido distanciándola lentamente de la que le dio la vida. Sofia ha comenzado a apegarse a Ariadne, su tía, demasiado. Gusta de pasar el tiempo con ella, escuchando sus relatos, atendiendo a sus historias. Lo mantiene en secreto, pues sabe que si su madre se enterase podría terminar muy mal parada. Sofia Lannister ha comprendido que por delante le queda un mundo que poder descubrir, hombres a los cuales poder besar y mujeres a las cuales poder enseñar sus encantos. La cachorra de los Lannister ya ha lanzado su primer rugido.

Aerys nació para el saber. Desde el comienzo de su vida siempre ha sido mucho más atento con todo aquello referido a los libros y las bibliotecas que con la espada y el escudo. Si bien es cierto que ha demostrado saber batirse en duelo, nunca se ha visto atraído por ello, sino que las matemáticas, la biología, las lenguas...ese ha sido su mundo. Eso lo ha convertido en alguien abstante reservado, más de lo común, y por ello es pocas veces visto fuera de la Fortaleza Roja.

Su relación con Myriah siempre ha sido más estrecha que con el resto de sus hijos y su comportamiento se asemeja mucho m`´as al de un Martell que al de un Targaryen. Es soberbio y muy orgulloso y es el hijo que siempre ha tenido más presente que la sangre dorniense también corre por sus venas. Mantiene en custodia el último de los huevos de dragón.

Rhaegel ha nacido con la cruz de la moneda que los dioses tiran cada vez que nace un Targaryen. Sabedor de su posición como familia Real el más pequeño de la familia ha buscado siempre demostrar el poder absoluto que tiene sobre todo y todos. Los rumores sobre las rameras que suele visitar, siempre terminando con golpes y moratones en su piel, incluso el ataque a alguno de los Guardias Blancos, los cuales solo pueden callarse y seguir haciendo su trabajo por su juramento, corren por desembarco. Es cruel, cínico, aunque guarda perfectamente las apariencias frente al resto de las familias nobiliarias, a los que sabe que son su sustento en el trono, aunque sinceramente, tan alejado de la línea sucesoria es mejor seguir disfrutando de la vida tal como puede, con dinero, fama y poder.