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Este foro está basado en la saga de George R.R. Martin titulada "Canción de Hielo y Fuego", además sacamos contenido de diversas webs relacionadas como Asshai.com o de Hielo y Fuego Wikia. También traducimos expresamente artículos relacionados de Westeros.org para utilizarlos en Valar Morghulis. Los gráficos, plantillas, reglas y personajes cannon fueron creados por los miembros del Staff por lo que poseemos derechos reservados. No intentes plagiar o tomar algo sin habernos notificado o nos veremos forzados a tomar las medidas necesarias y a efectuar las denuncias correspondientes a Foroactivo.
...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
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Garlan Tyrell
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Valar Morghulis
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...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Silencio.
Aún cuando entre todos los que ya habían, en una ciudad atestada de gentes provenientes de todos los puntos de Poniente, alzaban sus voces esperando ver el último de los acontecimientos importantes de Antigua, Salazar seguía caminando en total silencio. Sus ropas oscuras, de un rojo sangriento, ondeaban al paso por las avenidas anchas y empedradas de la ciudad.
El olor se mezclaba en su nariz. Olía a humo, pero también a polvo y sudor. También a semen, porque las casas de putas parecían ganar en esa semana lo que necesitarían todo un invierno en el que nadie saliese de sus casas. Olía a especias traídas de las Islas del Verano ya que los hombres negros sabían que podían sacar ganancias allí de la reunión de hombres lejanos al Sur. Olía a mierda y a orín, porque aunque se saneasen las calles era imposible hacer que todo ese lugar, con tal cantidad de gente, estuviese ordenado. Pero era el precio de la vida, de la vida de una ciudad como Antigua.
Los ríos de personas se dirigían al sur, a donde el Puerto se encontraba. Allí se había acordonado la zona para que no pasase apenas nadie más de los nobles. Normas de seguridad nuevas debido a los altercados del día de la carrera. Cuando Salazar llegó hasta un cuello de botella quedó alejado de éste, sabiendo que si llegaba a él no podría dar media vuelta. No corría, pero casi.
Llegó hasta uno de los puentes que unía una de las islas del delta del río y dirigió su vista a la colina de ésta. Allí se daba reunión mucha gente del pueblo, para observar la llegada del Navío de la Primavera, el barco que traían los Redwyne desde el Rejo y que portaba la primavera consigo. Se veía a lo lejos aún, tardaría en llegar, cuando lo hiciese todos beberían vino, el primero de la estación, y todo quedaría dispuesto para el renacer.
Aún el sol caía por el oeste, poco a poco, con lentitud, dispuesto a huir de aquel lugar quizás en unos pocos minutos, haciendo que la luz del atardecer acompañase al barco, como un faro de luz debido a las antorchas que lo iluminaban. La primavera se acercaba navegando rumbo norte, hasta Antigua.
Salazar dirigió su vista entonces al puerto, apoyando sus manos en la roca del puente. Allí se había dispuesto un límite de guardias de los Hightower y dentro se encontraban muchas mesas y algunos palcos para que los nobles comiesen y se sonriesen por la llegada del barco. Había música allí, y también donde el estaba. "La Hija del Molinero" se escuchaba y la cantaba un grupo de jóvenes, niñas y niños en corros. Uno de ellos le observó con los ojos negros, curioso.
Salazar tiró de la seda roja de su capucha, para ocultar su rostro aún más. Sus ojos verdes se centraron entonces en un punto de luz, más allá, en una hoguera que se alzaba a la próxima noche.
Esta vez Salazar corrió.
Aún cuando entre todos los que ya habían, en una ciudad atestada de gentes provenientes de todos los puntos de Poniente, alzaban sus voces esperando ver el último de los acontecimientos importantes de Antigua, Salazar seguía caminando en total silencio. Sus ropas oscuras, de un rojo sangriento, ondeaban al paso por las avenidas anchas y empedradas de la ciudad.
El olor se mezclaba en su nariz. Olía a humo, pero también a polvo y sudor. También a semen, porque las casas de putas parecían ganar en esa semana lo que necesitarían todo un invierno en el que nadie saliese de sus casas. Olía a especias traídas de las Islas del Verano ya que los hombres negros sabían que podían sacar ganancias allí de la reunión de hombres lejanos al Sur. Olía a mierda y a orín, porque aunque se saneasen las calles era imposible hacer que todo ese lugar, con tal cantidad de gente, estuviese ordenado. Pero era el precio de la vida, de la vida de una ciudad como Antigua.
Los ríos de personas se dirigían al sur, a donde el Puerto se encontraba. Allí se había acordonado la zona para que no pasase apenas nadie más de los nobles. Normas de seguridad nuevas debido a los altercados del día de la carrera. Cuando Salazar llegó hasta un cuello de botella quedó alejado de éste, sabiendo que si llegaba a él no podría dar media vuelta. No corría, pero casi.
Llegó hasta uno de los puentes que unía una de las islas del delta del río y dirigió su vista a la colina de ésta. Allí se daba reunión mucha gente del pueblo, para observar la llegada del Navío de la Primavera, el barco que traían los Redwyne desde el Rejo y que portaba la primavera consigo. Se veía a lo lejos aún, tardaría en llegar, cuando lo hiciese todos beberían vino, el primero de la estación, y todo quedaría dispuesto para el renacer.
Aún el sol caía por el oeste, poco a poco, con lentitud, dispuesto a huir de aquel lugar quizás en unos pocos minutos, haciendo que la luz del atardecer acompañase al barco, como un faro de luz debido a las antorchas que lo iluminaban. La primavera se acercaba navegando rumbo norte, hasta Antigua.
Salazar dirigió su vista entonces al puerto, apoyando sus manos en la roca del puente. Allí se había dispuesto un límite de guardias de los Hightower y dentro se encontraban muchas mesas y algunos palcos para que los nobles comiesen y se sonriesen por la llegada del barco. Había música allí, y también donde el estaba. "La Hija del Molinero" se escuchaba y la cantaba un grupo de jóvenes, niñas y niños en corros. Uno de ellos le observó con los ojos negros, curioso.
Salazar tiró de la seda roja de su capucha, para ocultar su rostro aún más. Sus ojos verdes se centraron entonces en un punto de luz, más allá, en una hoguera que se alzaba a la próxima noche.
Esta vez Salazar corrió.
- Spoiler:
- Adelante, chicuelos, este es la última escena grupal de la trama.
Valar Morghulis- Admin
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Se vistió con sus mejores galas para esa noche, la más fina y brillante de las sedas y los tejidos más caros, pero a pesar de todo su aspecto era engañoso, el corte era muy sencillo, como le gustaba vestir. antes de ponerse la camisa se colocó una daga, su daga, en el mecanismo que llevaba oculto en el brazo y que e permitiría tenerla a su alcance con un movimiento preciso. Se colocó un par de espadas a su costado. Lo más probable es que tuviera que dejarlas a la entrada del baile, que no las permitieran, pero si lo hacían.... bueno mejor era dejarlas que no llevarlas.
Había pedido en los días anteriores una serie de bailes, Rose Tyrell, la Redwyne que lo admiraba, su concuñada Shiera y lo hubiera tenido con Sofía si no hubiera sido por su precipitado viaje, y tendría que bailar con Leana y otras asistentes.
Iba a ser una noche larga
Había pedido en los días anteriores una serie de bailes, Rose Tyrell, la Redwyne que lo admiraba, su concuñada Shiera y lo hubiera tenido con Sofía si no hubiera sido por su precipitado viaje, y tendría que bailar con Leana y otras asistentes.
Iba a ser una noche larga
Última edición por Olyvar Martell el Dom Ago 26, 2012 11:31 am, editado 1 vez
Olyvar Martell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Estaba apoyado en una barandilla, mirando el barco que llegaba desde El Rejo... había llegado con su esposa y sus hijos que ahora pululaban por los alrededores. Los invitados comenzaban a llegar y la Primavera se había instaurado en el corazón de todos, tanto que estaba enpezando a pasar de largo para posar sus ojos en la estación qeu vendría posteriormente.
Su cabeza ebullía de ideas y de las gentes que todavía estaban por llegar, apenas unos pocos invitados habían acudido por el momento aunque esperaba que aquello fuese una buena oportunidad de compartir momentos con los demás nobles de los Siete Reinos, puede que después de aquello sus próximas visitas no fuesen tan amigables.
El baile iba a comenzar... era mejor preparar su mejor sonrisa.
Su cabeza ebullía de ideas y de las gentes que todavía estaban por llegar, apenas unos pocos invitados habían acudido por el momento aunque esperaba que aquello fuese una buena oportunidad de compartir momentos con los demás nobles de los Siete Reinos, puede que después de aquello sus próximas visitas no fuesen tan amigables.
El baile iba a comenzar... era mejor preparar su mejor sonrisa.
Garlan Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Anna Stark se caracterizó aquella tarde por su impuntualidad, que aunque bien justificada no estaba exenta de ser algo impropio de una dama. Se había pasado la mañana hablando con algunos sirvientes y guardias, preguntando sobre los sucesos de la carrera y el estado de los heridos de una forma tan disimulada que nadie podría darse cuenta pues velos de conversación amena y despreocupada enmascaraban su búsqueda de información. Por mucho que a la señora del norte le disgustara tenía una buena mano para el que se podía nombrar como arte de la corte, es decir, el hecho de poder preguntar algo concreto o incluso amenazar a alguien sin que ese otro o terceros se diesen cuenta. No le dio demasiada importancia en ese momento, la servidumbre de los Hightower no era en absoluto desagradable y al final se había pasado más tiempo de aquí para allá que preparándose para la llegada del barco Redwyne.
Después de eso su querida doncella le había advertido de la hora y que debía vestirse adecuadamente, por lo que literalmente la arrastró -tomadas de la mano- hasta su cuarto, comprobó que no había nadie en él y la llevó al baño para que se arreglase. A la loba blanca le gustaba que sus allegados y vasallos la trataran con confianza, pero a veces pensaba que su doncella se tomaba demasiada. Fuera como fuere no criticó nada, en verdad le hacía gracia e hizo lo que le había dicho, saliendo de nuevo al cuarto con el cabello empapado y secándose el cuerpo antes de que un par más de sirvientas le ayudasen a ponerse el hermoso vestido de color verde pálido, acorde a los primeros brotes de los árboles y claramente a juego con la estación a la que daban la bienvenida. Ningún símbolo del frío norte había en sus ropas salvo el inconfundible blasón de los Stark, decorando en forma de broche su escote mientras su cabello quedaba suelto y adornado con una curiosa corona plateada a la que acompañaba un segundo broche mucho más pequeño en forma de sol blanco plateado -símbolo de los Karstark, su casa de origen- que mantenía sujeta una pequeña trenza, la cual caía sobre su hombro derecho.
Una vez lista, sin embargo, no se dirigió directa a la zona designada para los nobles, sino que se acercó a los niños que cantaban La hija del molinero. Una sonrisa maternal se plasmó en sus labios e inconscientemente sus manos rodearon su vientre, para cuando quiso darse cuenta del gesto en su mente ya se había instalado la idea de tener un tercer hijo y la posibilidad de que estuviera en cinta aunque no lo supiera, pues la primera noche que pasó en Antigua la había pasado en compañía de su esposo, y sobra decir lo que ocurrió esa y alguna que otra noche en las que habían compartido alcoba. Su trance cesó cuando uno de los niños miró a un lado, haciendo que, curiosa, ella volteara al mismo lugar viendo sólo una figura roja alejarse. Le pareció un poco sospechoso, por supuesto, pero no iba a seguirle sólo porque el color de su capa le recordaba a la sangre, cada cual era libre de vestir como le placiera por lo que no tardó en despedirse de los jóvenes antes de avanzar en dirección a uno de sus anfitriones.
- Lord Garlan, me alegra volver a veros -saludó al señor de Highgarden mientras hacía una leve reverencia y sonreía de nuevo, con ese toque dulce y alegre tan suyo- Espero que mi esposo no os aburriese con sus historias ni os incitara a beber demasiado estos últimos días -añadió con un toque de humor. Era consciente de la gran amistad que compartían Lord Tyrell y su marido, mayor a la que compartía ella con Lady Livia y por eso sabía que al menos un par de veces se habían visto a solas a hablar de los viejos tiempos y de todo lo ocurrido desde su último encuentro, probablemente acompañados de buen vino.
Después de eso su querida doncella le había advertido de la hora y que debía vestirse adecuadamente, por lo que literalmente la arrastró -tomadas de la mano- hasta su cuarto, comprobó que no había nadie en él y la llevó al baño para que se arreglase. A la loba blanca le gustaba que sus allegados y vasallos la trataran con confianza, pero a veces pensaba que su doncella se tomaba demasiada. Fuera como fuere no criticó nada, en verdad le hacía gracia e hizo lo que le había dicho, saliendo de nuevo al cuarto con el cabello empapado y secándose el cuerpo antes de que un par más de sirvientas le ayudasen a ponerse el hermoso vestido de color verde pálido, acorde a los primeros brotes de los árboles y claramente a juego con la estación a la que daban la bienvenida. Ningún símbolo del frío norte había en sus ropas salvo el inconfundible blasón de los Stark, decorando en forma de broche su escote mientras su cabello quedaba suelto y adornado con una curiosa corona plateada a la que acompañaba un segundo broche mucho más pequeño en forma de sol blanco plateado -símbolo de los Karstark, su casa de origen- que mantenía sujeta una pequeña trenza, la cual caía sobre su hombro derecho.
Una vez lista, sin embargo, no se dirigió directa a la zona designada para los nobles, sino que se acercó a los niños que cantaban La hija del molinero. Una sonrisa maternal se plasmó en sus labios e inconscientemente sus manos rodearon su vientre, para cuando quiso darse cuenta del gesto en su mente ya se había instalado la idea de tener un tercer hijo y la posibilidad de que estuviera en cinta aunque no lo supiera, pues la primera noche que pasó en Antigua la había pasado en compañía de su esposo, y sobra decir lo que ocurrió esa y alguna que otra noche en las que habían compartido alcoba. Su trance cesó cuando uno de los niños miró a un lado, haciendo que, curiosa, ella volteara al mismo lugar viendo sólo una figura roja alejarse. Le pareció un poco sospechoso, por supuesto, pero no iba a seguirle sólo porque el color de su capa le recordaba a la sangre, cada cual era libre de vestir como le placiera por lo que no tardó en despedirse de los jóvenes antes de avanzar en dirección a uno de sus anfitriones.
- Lord Garlan, me alegra volver a veros -saludó al señor de Highgarden mientras hacía una leve reverencia y sonreía de nuevo, con ese toque dulce y alegre tan suyo- Espero que mi esposo no os aburriese con sus historias ni os incitara a beber demasiado estos últimos días -añadió con un toque de humor. Era consciente de la gran amistad que compartían Lord Tyrell y su marido, mayor a la que compartía ella con Lady Livia y por eso sabía que al menos un par de veces se habían visto a solas a hablar de los viejos tiempos y de todo lo ocurrido desde su último encuentro, probablemente acompañados de buen vino.
Anna Stark.- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Un último despliegue de modales, un último estirón donde se notara que todo estaba bajo control en los dominios de los Tyrell, una última sonrisa antes de que todo comenzase a teñirse de rojo, al menos eso era lo que la rosa creía, con lo caldeados que estaban los ánimos, incluso ella se podía dar cuenta de en qué se estaban metiendo. Se mordía los labios constantemente mientras sus damas parecían vestirle cual muñeca, en aquel día usaría un vestido pálido con apliques del color del vino mismo, se levantó de la silla para que pudiesen apretarle el corset, cerrando los ojos hasta que de nuevo se acostumbró a la presión para más tarde, dejar que sus damas peinasen su cabello con la delicadeza con la que siempre lo hacían.
Había preferido quedarse aquel día dentro de sus aposentos, leyendo algunos libros e incluso escribiendo un poco, cosa realmente rara en la rosa que prefería pasear a pasarse el día adentro, lo cierto era que había algo en su interior que le decía que aquella noche no sería como cualquiera, estaba inquieta constantemente, arreglaba cualquier cosa a su paso con tal de sentirse útil de una vez por todas, pero nada parecía calmar ese sentimiento interno, era como lo que su madre había relatado alguna vez, como la brujería de la que había hablado la gente en el teatro. Dejó de lado esas ideas en el momento justo en el que tocaron a su puerta, los guardias estaban dispuestos para acompañarle a la última celebración que tomaría lugar en Antigua. Con una sonrisa y la cabeza en alto, la rosa se acomodó por última vez las joyas que ese día usaba que a todas luces representaban a su casa y comenzó el camino. Intentaba dejar de lado cualquier cosa, buscar algo distinto en que pensar que no fuese ese sentimiento extraño que parecía apresarle el alma en un puño en ese momento. Cuando hizo su aparición en aquella velada se pudo dar cuenta de que había llegado solamente con un retraso elegante. Le sonrió a su padre que se encontraba en una de las barandillas más cercanas y también saludó a la señora de Invernalia que ahora veía más... cercana, luego de aquel incidente en la carrera que aún seguía siendo un misterio para la rosa del Dominio.
Pasando de aquel despliegue, se fue a apoyar contra una de las barandillas que se abrían para ver la llegada del barco de los Redwyne, dejó que el atardecer tiñera su cabello y su mirada, perdiendose en aquellos momentos pues nada parecía tener importancia. Se percató del humo que manaba de una hoguera pero pensó que simplemente sería una celebración más, no dio alerta alguna a los guardias para que revisasen el lugar, simplemente siguió observando el mar, ajena a cualquier otra cosa.
Había preferido quedarse aquel día dentro de sus aposentos, leyendo algunos libros e incluso escribiendo un poco, cosa realmente rara en la rosa que prefería pasear a pasarse el día adentro, lo cierto era que había algo en su interior que le decía que aquella noche no sería como cualquiera, estaba inquieta constantemente, arreglaba cualquier cosa a su paso con tal de sentirse útil de una vez por todas, pero nada parecía calmar ese sentimiento interno, era como lo que su madre había relatado alguna vez, como la brujería de la que había hablado la gente en el teatro. Dejó de lado esas ideas en el momento justo en el que tocaron a su puerta, los guardias estaban dispuestos para acompañarle a la última celebración que tomaría lugar en Antigua. Con una sonrisa y la cabeza en alto, la rosa se acomodó por última vez las joyas que ese día usaba que a todas luces representaban a su casa y comenzó el camino. Intentaba dejar de lado cualquier cosa, buscar algo distinto en que pensar que no fuese ese sentimiento extraño que parecía apresarle el alma en un puño en ese momento. Cuando hizo su aparición en aquella velada se pudo dar cuenta de que había llegado solamente con un retraso elegante. Le sonrió a su padre que se encontraba en una de las barandillas más cercanas y también saludó a la señora de Invernalia que ahora veía más... cercana, luego de aquel incidente en la carrera que aún seguía siendo un misterio para la rosa del Dominio.
Pasando de aquel despliegue, se fue a apoyar contra una de las barandillas que se abrían para ver la llegada del barco de los Redwyne, dejó que el atardecer tiñera su cabello y su mirada, perdiendose en aquellos momentos pues nada parecía tener importancia. Se percató del humo que manaba de una hoguera pero pensó que simplemente sería una celebración más, no dio alerta alguna a los guardias para que revisasen el lugar, simplemente siguió observando el mar, ajena a cualquier otra cosa.
Rose Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Cuando la vió llegar ya era demasiado tarde, ya se le había echado encima y apenas pudo adoptar una posición cortés, aunque respondió con bonitas palabras al gesto de la Stark - Buenas tardes mi señora. - sonrió y continuó - Debo decir que el placer es mutuo. -
- Por mis venas corre sangre y vino del Rejo. Unas cuantas copas no me afectan, pero he de reconocer que Brandon es del Norte, y jamás alcanzaré su nivel aguantando copas. - había continuado la broma empezada por Anna, y con un gesto la tomó por un hombro para guiarla a una mesa donde un criado servía bebida - Pero hoy me siento vacío y quizá pueda acompañarme con un dulce trago. -
Vió a su hija pasar y la saludo con un guiño acompañado de una sonrisa, era toda una belleza, volvería locos a todos los hombres de los Siete Reinos y esa era un arma de doble filo que confiaba supiese manejar. Suspiró levemente y siguió con la dama norteña - Brandon no me ha comentado nada sobre vuestra vuelta al Norte, ¿tendremos el honor de hospedaros tras os muros de Altojardín de nuevo? - no sabía si volverían de nuevo, pero era algo que sería agradable, siempre era bueno tener a sus amigos cerca y más en esos momentos tan complicados para todos.
- Por mis venas corre sangre y vino del Rejo. Unas cuantas copas no me afectan, pero he de reconocer que Brandon es del Norte, y jamás alcanzaré su nivel aguantando copas. - había continuado la broma empezada por Anna, y con un gesto la tomó por un hombro para guiarla a una mesa donde un criado servía bebida - Pero hoy me siento vacío y quizá pueda acompañarme con un dulce trago. -
Vió a su hija pasar y la saludo con un guiño acompañado de una sonrisa, era toda una belleza, volvería locos a todos los hombres de los Siete Reinos y esa era un arma de doble filo que confiaba supiese manejar. Suspiró levemente y siguió con la dama norteña - Brandon no me ha comentado nada sobre vuestra vuelta al Norte, ¿tendremos el honor de hospedaros tras os muros de Altojardín de nuevo? - no sabía si volverían de nuevo, pero era algo que sería agradable, siempre era bueno tener a sus amigos cerca y más en esos momentos tan complicados para todos.
Garlan Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Antes de que comenzara el baile, cuando ya todos los miembros importantes estaban en la sala, aunque con notables ausencias, como los Bastardos Reales y la esperada de los Lannister. Olyvar se colocó en el centro del salón y alzó la voz para pedir silencio. Ya hacía dos días que Mors había desaparecido y no se tenía noticia, ya no podía esperar más, había mandado un cuervo a Lanza comunicándolo los sucesos y las pretensiones de Maekar al trono y otro a su cuñado, preguntándole abiertamente si lo que pretendía Maekar era cosa suya o del Rey, en todo caso, en todo caso Dorne se defendería.
Si me permiten la palabra, antes de comenzar el baile…. esperó a que todos estuvieran en silencio. Debo anunciar mi marcha inmediata del baile debido a la posible grave amenaza que puede estar sufriendo Dorne. Hace un par de días tuve un grave enfrentamiento con mi sobrino Maekar, ya que al estar visitando a Ser Mance Blackwood, este me ordenó que me fuera, le contesté que me lo pidiera amablemente que no era su vasayo y que me iría, entonces respondió que como SOBERANO DE ESTAS TIERRAS En ese momento hizo una pausa para mirar directamente a Tyrell y Fuegoscuro antes de proseguir y que si me negaba utilizaría a sus guardias blancos para expulsarme de la tienda, y que sus derechos al trono de Lanza del Sol eran superiores a los míos. Es por eso que debo partir inmediatamente hacía Dorne. Confío en que sea sólo la locura de Maekar y no otra cosa
Olyvar se dio la vuelta y le hizo un gesto a sus hombres, dispuesto a abandonar inmediatamente el baile, la ciudad y partir hacía su casa
Si me permiten la palabra, antes de comenzar el baile…. esperó a que todos estuvieran en silencio. Debo anunciar mi marcha inmediata del baile debido a la posible grave amenaza que puede estar sufriendo Dorne. Hace un par de días tuve un grave enfrentamiento con mi sobrino Maekar, ya que al estar visitando a Ser Mance Blackwood, este me ordenó que me fuera, le contesté que me lo pidiera amablemente que no era su vasayo y que me iría, entonces respondió que como SOBERANO DE ESTAS TIERRAS En ese momento hizo una pausa para mirar directamente a Tyrell y Fuegoscuro antes de proseguir y que si me negaba utilizaría a sus guardias blancos para expulsarme de la tienda, y que sus derechos al trono de Lanza del Sol eran superiores a los míos. Es por eso que debo partir inmediatamente hacía Dorne. Confío en que sea sólo la locura de Maekar y no otra cosa
Olyvar se dio la vuelta y le hizo un gesto a sus hombres, dispuesto a abandonar inmediatamente el baile, la ciudad y partir hacía su casa
Última edición por Olyvar Martell el Jue Ago 30, 2012 10:21 am, editado 1 vez
Olyvar Martell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
El dia habia amanecido sosegado y tranquilo para mi. Sabia lo que nos esperaba todos aquel dia y tras un breve pero delicioso desayuno en mis habitaciones habia decidido ordenar que me limpiaran la armadura negra, aquella en la que el dragon en relieve se adivinaba en mi coraza. Era mi favorita y la que mas usaba, quizas por eso me llamaran dragon negro. Pronto tuve lista la armadura y durante un instante observe el relieve, pasando mis dedos por este como hipnotizado, el dragon negro alzaria sus alas. Despues de eso me vesti para la fiesta, la armadura se ajustaba a mi cuerpo a la perfeccion y me sentia tan comodo con ella como varios años atrás, cuando me la habian regalado. Se conservaba de maravilla y como caballero y guerrero debia estar siempre listo para la batalla, ademas de que siempre me habia gustado vestir con armadura.
Comprobe en el gran espejo de plata de la habitacion que todo estuviera perfecto, la capa negra, la armadura negra y dos grandes broches de onice sujetando la capa. Ambos broches eran dos dragones, dos hermosos y estilizados dragones negros con los ojos de rubies. Sonrei ante el espejo y me colgue a Fuegoscuro del cinto, observando como brillaban las joyas engarzadas de su empuñadura, aquella espada era mi mayor tesoro y una parte de mi tan importante como cualquier otra. Jamas salia sin ella y esta no seria una excepcion, estuve tentado de coger tambien las dagas pero sabia que Lord Hightower no veria con buenos ojos a un hombre fuertemente armado en su fiesta por lo que las deje alli, la espada era suficiente para protegerme de cualquier incidente que se sucediera en la fiesta.
Durante el camino hacia el evento pude observar diferentes nobles dirigiendose al mismo lugar que yo, todos ataviados con sus mejores ropas, linos, sedas y hermosas pieles venidas de tierras lejanas. Sin duda eran un mar de colores en el que yo era el negro. Salude a los conocidos mientras nos acercabamos e incluso me atrevi a charlar amigablemente con alguno de ellos, prometiendo tomar una copa despues, durante la celebracion que habia organizado Lord Hightower.
Al llegar recorri el lugar con la mirada, buscando a mis allegados y tras haber reconicod a muchos de los nobles que alli habia y dudar de otros tantos encontre a alguien con quien queria estar aquel dia, Anna Stark y Garlan Tyrell. Sonrei en la lejania al verlos y cuando me dirigia hacia ellos alguien alzo la voz, otra cara conocida, Olyvar Martell.
Escuche las palabras de ser Olyvar pero decidi no darles la menor importancia ni aun cuando el mismo me miro. Poco o nada me importaban las palabras del joven dorniense. Me hicieron gracia sus palabras pero me di la vuelta para continuar mi marcha hacia mis amigos.
- Que placer encontraros mis queridos Garlan y Lady Anna, no sabeis lo que me alivia encontrarme aquí con vosotros – les dije con una amplia sonrisa en el rostro apoyando mi mano en el hombro de Garlan, señalando con un movimiento de cabeza hacia el Martell - ¿sabes que le ocurre a ese? - le pregunte sonriendo. Sabia de la mala relacion ancestral entre Tyrell y Martell y creia que a Garlan le habia gustado la escena tanto como a mi.
Comprobe en el gran espejo de plata de la habitacion que todo estuviera perfecto, la capa negra, la armadura negra y dos grandes broches de onice sujetando la capa. Ambos broches eran dos dragones, dos hermosos y estilizados dragones negros con los ojos de rubies. Sonrei ante el espejo y me colgue a Fuegoscuro del cinto, observando como brillaban las joyas engarzadas de su empuñadura, aquella espada era mi mayor tesoro y una parte de mi tan importante como cualquier otra. Jamas salia sin ella y esta no seria una excepcion, estuve tentado de coger tambien las dagas pero sabia que Lord Hightower no veria con buenos ojos a un hombre fuertemente armado en su fiesta por lo que las deje alli, la espada era suficiente para protegerme de cualquier incidente que se sucediera en la fiesta.
Durante el camino hacia el evento pude observar diferentes nobles dirigiendose al mismo lugar que yo, todos ataviados con sus mejores ropas, linos, sedas y hermosas pieles venidas de tierras lejanas. Sin duda eran un mar de colores en el que yo era el negro. Salude a los conocidos mientras nos acercabamos e incluso me atrevi a charlar amigablemente con alguno de ellos, prometiendo tomar una copa despues, durante la celebracion que habia organizado Lord Hightower.
Al llegar recorri el lugar con la mirada, buscando a mis allegados y tras haber reconicod a muchos de los nobles que alli habia y dudar de otros tantos encontre a alguien con quien queria estar aquel dia, Anna Stark y Garlan Tyrell. Sonrei en la lejania al verlos y cuando me dirigia hacia ellos alguien alzo la voz, otra cara conocida, Olyvar Martell.
Escuche las palabras de ser Olyvar pero decidi no darles la menor importancia ni aun cuando el mismo me miro. Poco o nada me importaban las palabras del joven dorniense. Me hicieron gracia sus palabras pero me di la vuelta para continuar mi marcha hacia mis amigos.
- Que placer encontraros mis queridos Garlan y Lady Anna, no sabeis lo que me alivia encontrarme aquí con vosotros – les dije con una amplia sonrisa en el rostro apoyando mi mano en el hombro de Garlan, señalando con un movimiento de cabeza hacia el Martell - ¿sabes que le ocurre a ese? - le pregunte sonriendo. Sabia de la mala relacion ancestral entre Tyrell y Martell y creia que a Garlan le habia gustado la escena tanto como a mi.
Última edición por Daemon Fuegoscuro el Dom Sep 02, 2012 11:42 am, editado 1 vez
Daemon Fuegoscuro- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
A la señora del norte se le escapó una cantarina pero leve risilla cuando se dio cuenta de que había sorprendido al viejo amigo de su marido aunque eso no evitó que le saludara ni que bromeara un poco con él, ahora más relajada para bromear pues le había resultado divertido el haber podido tomar desprevenido a un soldado como Garlan. Aunque esa no fue la única, una nueva risa igual de recatada pero sincera que la anterior escapó de sus labios al escuchar lo que el varón le dijo para continuarle el juego, sin duda Lord Tyrell tenía sentido del humor y eso era bueno, los vasallos siempre lo agradecían.
- No lo dudo, milord, aunque agradecería que no bebiesen tanto, me cuesta horrores hacer que Brandon deje de cantar y acceda a dormir -añadió siguiendo con el toque divertido de la conversación, pero esta vez no sólo bromeando sino también recordando cómo unos días atrás su marido había llegado al cuarto algo pasado de copas y, como a su hijo cuando era pequeño, había tenido que engañarle para dejara de cantar canciones de taberna y de relatar -como buenamente podía- historias de su vida de escudero y que accediera a tumbarse en la cama, durmiéndose nada más reposar la cabeza- Para mí será un placer acompañaros aunque debo recordaros que yo no bebo, me conformo con la fresca agua del Dominio -le respondió aceptando gustosamente estar en su compañía hasta que su esposo apareciera
- Desconozco lo que Brandon desea hacer, pero aunque me encantaría seguir disfrutando de las maravillas de vuestra tierra debo confesar que añoro Winterfell. Llevo mucho tiempo lejos de mi hogar y mis hijos, deseo verlos pronto -respondió con sinceridad esperando que el lord lo comprendiera pues ella tenía planeado regresar directamente a su amado norte en cuanto las festividades terminasen. Bien podría tomar un barco que desembarcase en Puerto blanco y de allí navegar río arriba para luego tomar caballos y cabalgar hasta la capital norteña pues el viaje a pie le llevaría mucho más tiempo, y después de los sucesos de la carrera estaba preocupada. Lo único que hacía que siguiera en El Dominio todavía era la posibilidad de estar con su querida amiga Livia, disfrutar de la primavera y saber que Rickard estaba en Winterfell y que él protegería a sus hijos de cualquier cosa.
- Por cierto, ¿qué tal está vuestra esposa? He estado mirando un poco por aquí y no la he visto, ardo en deseos de volver a hablar con ella -cuestionó dejando de lado la nostalgia que la invadió al pensar en sus hijos y su tierra, volviendo a mostrar una radiante sonrisa en sus labios. Sin embargo Garlan no tendría tiempo para darle una respuesta pues el príncipe Martell que había asistido a las celebraciones y con el que ella misma había hablado durante el banquete llamó la atención de todos los presentes, empezando a decir cosas que confundieron a Anna- Garlan, ¿qué ocurre? -le susurró dejando de lado las formalidades, con la preocupación latente en su voz y en su mirada, mezclada con un profundo temor. No sabía qué estaba sucediendo, pero por lo que el dorniense había dicho parecía que los vientos de guerra comenzaban a soplar, y ese desalentador pensamiento casi la mareó.
Estaba preocupada por el curso que empezaban a tomar los acontecimientos. Primero el sabotaje en la carrera y ahora esto... La loba blanca podía ser una excelente actriz pero parecía tener las emociones a flor de piel, esto empezaba a superarla. Por unos segundos se sintió mareada y llevó su mano diestra hacia su frente para comprobar que no tenía fiebre o algo similar, estaba un poco fría pero eso era normal así que pensó que había comido algo que no le sentó muy bien. Al fin y al cabo... ¿cómo iba a imaginarse que estaba embarazada?
Una voz conocida le hizo abrir los ojos, pues los había cerrado al marearse, y al posar sus orbes aguamarina al frente sonrió de forma un poco débil con la mirada entrecerrada, todavía preocupada pero agradecida de ver otra cara conocida y familiar- Daemon, me alegro de verte. También es un alivio para mí, me temo que todo esto me ha sobresaltado -dijo después de que el menor se presentase, excusando su estado pues estaba segura de que después de escuchar todo lo que dijo el dorniense no tenía buena cara, no en comparación con la relajada y alegre con la que se había levantado ni la que le había mostrado al Tyrell.
- No lo dudo, milord, aunque agradecería que no bebiesen tanto, me cuesta horrores hacer que Brandon deje de cantar y acceda a dormir -añadió siguiendo con el toque divertido de la conversación, pero esta vez no sólo bromeando sino también recordando cómo unos días atrás su marido había llegado al cuarto algo pasado de copas y, como a su hijo cuando era pequeño, había tenido que engañarle para dejara de cantar canciones de taberna y de relatar -como buenamente podía- historias de su vida de escudero y que accediera a tumbarse en la cama, durmiéndose nada más reposar la cabeza- Para mí será un placer acompañaros aunque debo recordaros que yo no bebo, me conformo con la fresca agua del Dominio -le respondió aceptando gustosamente estar en su compañía hasta que su esposo apareciera
- Desconozco lo que Brandon desea hacer, pero aunque me encantaría seguir disfrutando de las maravillas de vuestra tierra debo confesar que añoro Winterfell. Llevo mucho tiempo lejos de mi hogar y mis hijos, deseo verlos pronto -respondió con sinceridad esperando que el lord lo comprendiera pues ella tenía planeado regresar directamente a su amado norte en cuanto las festividades terminasen. Bien podría tomar un barco que desembarcase en Puerto blanco y de allí navegar río arriba para luego tomar caballos y cabalgar hasta la capital norteña pues el viaje a pie le llevaría mucho más tiempo, y después de los sucesos de la carrera estaba preocupada. Lo único que hacía que siguiera en El Dominio todavía era la posibilidad de estar con su querida amiga Livia, disfrutar de la primavera y saber que Rickard estaba en Winterfell y que él protegería a sus hijos de cualquier cosa.
- Por cierto, ¿qué tal está vuestra esposa? He estado mirando un poco por aquí y no la he visto, ardo en deseos de volver a hablar con ella -cuestionó dejando de lado la nostalgia que la invadió al pensar en sus hijos y su tierra, volviendo a mostrar una radiante sonrisa en sus labios. Sin embargo Garlan no tendría tiempo para darle una respuesta pues el príncipe Martell que había asistido a las celebraciones y con el que ella misma había hablado durante el banquete llamó la atención de todos los presentes, empezando a decir cosas que confundieron a Anna- Garlan, ¿qué ocurre? -le susurró dejando de lado las formalidades, con la preocupación latente en su voz y en su mirada, mezclada con un profundo temor. No sabía qué estaba sucediendo, pero por lo que el dorniense había dicho parecía que los vientos de guerra comenzaban a soplar, y ese desalentador pensamiento casi la mareó.
Estaba preocupada por el curso que empezaban a tomar los acontecimientos. Primero el sabotaje en la carrera y ahora esto... La loba blanca podía ser una excelente actriz pero parecía tener las emociones a flor de piel, esto empezaba a superarla. Por unos segundos se sintió mareada y llevó su mano diestra hacia su frente para comprobar que no tenía fiebre o algo similar, estaba un poco fría pero eso era normal así que pensó que había comido algo que no le sentó muy bien. Al fin y al cabo... ¿cómo iba a imaginarse que estaba embarazada?
Una voz conocida le hizo abrir los ojos, pues los había cerrado al marearse, y al posar sus orbes aguamarina al frente sonrió de forma un poco débil con la mirada entrecerrada, todavía preocupada pero agradecida de ver otra cara conocida y familiar- Daemon, me alegro de verte. También es un alivio para mí, me temo que todo esto me ha sobresaltado -dijo después de que el menor se presentase, excusando su estado pues estaba segura de que después de escuchar todo lo que dijo el dorniense no tenía buena cara, no en comparación con la relajada y alegre con la que se había levantado ni la que le había mostrado al Tyrell.
Anna Stark.- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Todo había estado bien durante los días desde que llego, los teatros, algunos bailes, aunque por algunas situaciones se habían perdido el baile inicial no esperaba perderse el baile más importante. Se arreglo con sus mejores ropas, un vestido color azul, con detalles plateados.
En esta ocasión había llegado a tiempo, fue de las primeras en llegar, vio como llegaban importantes personajes al lugar, cada uno digno representante de su casa, de su familia. Siempre atenta, saludaba y platicaba con algunos invitados, aunque para algunos no era nuevo verla alegre saludando y riendo en las conversaciones, parecía que anduviera en su ambiente, fuera de preocupaciones y detalles sin importancia, hasta que presencio lo ocurrido Olyvar Martell, el cómo se despidió de una forma poco propia, pero no tardo en que todo pareciera que volvia a la normalidad, siempre con los clasicos cuchicheos de algunos invitados ante lo ocurrido.
Se poso en uno de los pasillos del salón, donde podía ver de cerca lo que sucedía, la copa que le había estado acompañando parecía no vaciarse, volteo a su alrededor tratando de distinguir algún rostro familiar, pero solo pudo ver algunos vasallos, y no muy lejos a algunos señores, sin duda pudo distinguir a la dama del Norte, al padre de Rose, Garlan Tyrell y sin dudar de Daemon Fuegoscuro.
Trato de seguir con la fiesta y de que lo ocurrido no tuviera algun imparcto en ella, aun no miraba a su padre llegar, pero esperaba que lo hiciera pronto.
En esta ocasión había llegado a tiempo, fue de las primeras en llegar, vio como llegaban importantes personajes al lugar, cada uno digno representante de su casa, de su familia. Siempre atenta, saludaba y platicaba con algunos invitados, aunque para algunos no era nuevo verla alegre saludando y riendo en las conversaciones, parecía que anduviera en su ambiente, fuera de preocupaciones y detalles sin importancia, hasta que presencio lo ocurrido Olyvar Martell, el cómo se despidió de una forma poco propia, pero no tardo en que todo pareciera que volvia a la normalidad, siempre con los clasicos cuchicheos de algunos invitados ante lo ocurrido.
Se poso en uno de los pasillos del salón, donde podía ver de cerca lo que sucedía, la copa que le había estado acompañando parecía no vaciarse, volteo a su alrededor tratando de distinguir algún rostro familiar, pero solo pudo ver algunos vasallos, y no muy lejos a algunos señores, sin duda pudo distinguir a la dama del Norte, al padre de Rose, Garlan Tyrell y sin dudar de Daemon Fuegoscuro.
Trato de seguir con la fiesta y de que lo ocurrido no tuviera algun imparcto en ella, aun no miraba a su padre llegar, pero esperaba que lo hiciera pronto.
Última edición por Lyanna Arryn el Lun Sep 03, 2012 7:22 am, editado 1 vez
Lyanna Arryn- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Llevaba varios dias de ajetreo constante, reuniendome con diferentes señores de todo Poniente, unas veces acompañado por Daemon y otras veces a solas. Para ese día habia escojido una adornada pechera de cuero hervido con repujados de lobos en plata y unas ligeras hombreras de acero fino bruñido, una capa gris, de tela suave y fresca sujeta a los hombros con dos broches plateados con forma de cabeza de huargo, del cinto colgaba Colmillo, la hermana pequeña de Hielo, puesto que esta era demasiado grande para llevarla al cinto, y no queria andar con el mandoble a la espalda durante toda la velada...
Bajé por las escaleras sin hacer ruido con mis botas de cuero negro y piel, no obstante mis dos guardias hacian resonar las metalicas botas contra el suelo de marmol de Lord Hightower, a mi derecha caminaba, o más bien trotaba con paso alegre, mi pequeño lobo huargo, Invierno, el cual no tenia más de cinco o seis meses, aunque ya habia demostrado ser fiero e inteligente...
Llegamos al lugar los tres hombres e Invierno y recorrí con la mirada la sala mientras mis dos chicos se alejaban para situarse en sus posiciones, vigilantes y atentos, pero sin estar pegados a mi... Invierno me seguia correteando entre mis piernas a cada paso que daba hasta que vió a Anna, Garlan y Daemon y salió corriendo hacia ellos, no pude evitar soltar una risa leve al ver la escena mientras me acercaba a ellos y les saludaba.
Buenas noches queridos amigos, querida esposa dije acercandome a Anna, tomando sus manos y besandola en los labios con ternura, para despues rodear su cintura con la mano izquierda, situandome a su derecha y tender mi mano derecha a Garlan y Daemon para que me la estrecharan. Es un placer volver a veros a ambos queridos amigos... Miré a Invierno porque le acababa de oir gruñir y cuando seguí su mirada vi a Olyvar Martell echando pestes por la boca, insinuando calumnias sobre el Principe Maekar y hablando sobre algo de protejer sus tierras, justo cuando se marchaba los guardias Hightower le de tuvieron y tras un breve discurso de Lord Wyman todo volvió a la normalidad mientras los guardias se llevaban a Olyvar mientras este soltaba sandeces sobre un juicio por combate...
Este hombre debe de haber sufrido mucho o estar muy trastornado para cometer semejante acto de traición a la corona, y más aun cuando no falta demasiado para el matrimonio de Maron Martell y Lady Daenerys Targaryen Susurré al oido de mi esposa, pues no queria molestar a Daemon con aquel matrimonio que sabia no era de su agrado... ¿Donde has dejado a la pequeña Fang, cariño? dije a mi esposa.
Bajé por las escaleras sin hacer ruido con mis botas de cuero negro y piel, no obstante mis dos guardias hacian resonar las metalicas botas contra el suelo de marmol de Lord Hightower, a mi derecha caminaba, o más bien trotaba con paso alegre, mi pequeño lobo huargo, Invierno, el cual no tenia más de cinco o seis meses, aunque ya habia demostrado ser fiero e inteligente...
Llegamos al lugar los tres hombres e Invierno y recorrí con la mirada la sala mientras mis dos chicos se alejaban para situarse en sus posiciones, vigilantes y atentos, pero sin estar pegados a mi... Invierno me seguia correteando entre mis piernas a cada paso que daba hasta que vió a Anna, Garlan y Daemon y salió corriendo hacia ellos, no pude evitar soltar una risa leve al ver la escena mientras me acercaba a ellos y les saludaba.
Buenas noches queridos amigos, querida esposa dije acercandome a Anna, tomando sus manos y besandola en los labios con ternura, para despues rodear su cintura con la mano izquierda, situandome a su derecha y tender mi mano derecha a Garlan y Daemon para que me la estrecharan. Es un placer volver a veros a ambos queridos amigos... Miré a Invierno porque le acababa de oir gruñir y cuando seguí su mirada vi a Olyvar Martell echando pestes por la boca, insinuando calumnias sobre el Principe Maekar y hablando sobre algo de protejer sus tierras, justo cuando se marchaba los guardias Hightower le de tuvieron y tras un breve discurso de Lord Wyman todo volvió a la normalidad mientras los guardias se llevaban a Olyvar mientras este soltaba sandeces sobre un juicio por combate...
Este hombre debe de haber sufrido mucho o estar muy trastornado para cometer semejante acto de traición a la corona, y más aun cuando no falta demasiado para el matrimonio de Maron Martell y Lady Daenerys Targaryen Susurré al oido de mi esposa, pues no queria molestar a Daemon con aquel matrimonio que sabia no era de su agrado... ¿Donde has dejado a la pequeña Fang, cariño? dije a mi esposa.
Invitado- Invitado
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Le pareció bastante divertida la imagen de Brandon cantando como un vulgar bufón y contando chanzas sobre su infancia y así lo mostró en su rostro Garlan, Anna Stark era de lo más divertida.
- Me alegra que al menos acceda a acompañarme. - y junto a ella cogió uan copa, aunque sus bebidas eran bien distintas - Lo cierto es que la entiendo, yo mismo paso demasiadas temporadas fuera de Altojardín por distintos motivos y siempre echó de menos en demasía a mi señora y mis pequeños, aunque ya no lo son tanto. -
La escuchó preguntar por su esposa pero la aparciñon del joven Martell interrumpió el plantel, agarrón la mano de la Stark y le dió un par de palmaditas para que se tranquilizara y se acercó hasta la posición de Ser Olyvar y Lord Hightower - Creo que estos grilletes no son necesarios Lord Wyman, Ser Olyvar es un hombre de honor y no intentará escapar. Ama su vida y la de los suyos para intentar cometer tal estupidez. - No sabía muy bien que era todo lo qeu estaba ocurriendo allí y era algo que tenía que averiguar. Se acercó para susurrar algo al oido del Martell, de modo que nadie más lo escuchase - Tranquilo Ser Olyvar, averiguaré lo ocurrido tan pronto termine la fiesta. Sea paciente. -
Se giró de nuevo hacia Lord Wyman y le ordenó muy serio - Haga traer a mi hija, pues los mencionados los mencionados Maekar Targaryen, Mance Blackwood y Sofía Lannister al parecer abandonaron la ciudad. - hizo un deje que dejó largas lineas de sospecha en su partida inesperada - Y que organicen una busqueda para localizar a Mors Martell. - Lo dijo de modo que nadie más se enterara y espero a que los soldados se pusieran en marcha para volver al lado de Anna y encontrar que Daemon y Brandon estaban de camino. - El placer es mio Daemon. - bajó la voz - Al parecer hay un Martell que no es querido en Desembarco... - no pretendía decir mucho más aunque tampoco le dió tiempo, cuando un joven huargo predijo la llegada de Brandon - Igualmente Brandon - saludó lanzándole la mano para un fuerte apretón - Creo que es la Corona la que lo traiciona a él Brandon, y ese es un punto a nuestro favor ¿no creeis? - retomó la copa que había dejado en una mesa al ir a dar las órdenes pertinentes a Lord Wyman y bebió un largo trago, el dulce aroma del Rejo... cuántos problemas se olvidaban a su lado.
- Me alegra que al menos acceda a acompañarme. - y junto a ella cogió uan copa, aunque sus bebidas eran bien distintas - Lo cierto es que la entiendo, yo mismo paso demasiadas temporadas fuera de Altojardín por distintos motivos y siempre echó de menos en demasía a mi señora y mis pequeños, aunque ya no lo son tanto. -
La escuchó preguntar por su esposa pero la aparciñon del joven Martell interrumpió el plantel, agarrón la mano de la Stark y le dió un par de palmaditas para que se tranquilizara y se acercó hasta la posición de Ser Olyvar y Lord Hightower - Creo que estos grilletes no son necesarios Lord Wyman, Ser Olyvar es un hombre de honor y no intentará escapar. Ama su vida y la de los suyos para intentar cometer tal estupidez. - No sabía muy bien que era todo lo qeu estaba ocurriendo allí y era algo que tenía que averiguar. Se acercó para susurrar algo al oido del Martell, de modo que nadie más lo escuchase - Tranquilo Ser Olyvar, averiguaré lo ocurrido tan pronto termine la fiesta. Sea paciente. -
Se giró de nuevo hacia Lord Wyman y le ordenó muy serio - Haga traer a mi hija, pues los mencionados los mencionados Maekar Targaryen, Mance Blackwood y Sofía Lannister al parecer abandonaron la ciudad. - hizo un deje que dejó largas lineas de sospecha en su partida inesperada - Y que organicen una busqueda para localizar a Mors Martell. - Lo dijo de modo que nadie más se enterara y espero a que los soldados se pusieran en marcha para volver al lado de Anna y encontrar que Daemon y Brandon estaban de camino. - El placer es mio Daemon. - bajó la voz - Al parecer hay un Martell que no es querido en Desembarco... - no pretendía decir mucho más aunque tampoco le dió tiempo, cuando un joven huargo predijo la llegada de Brandon - Igualmente Brandon - saludó lanzándole la mano para un fuerte apretón - Creo que es la Corona la que lo traiciona a él Brandon, y ese es un punto a nuestro favor ¿no creeis? - retomó la copa que había dejado en una mesa al ir a dar las órdenes pertinentes a Lord Wyman y bebió un largo trago, el dulce aroma del Rejo... cuántos problemas se olvidaban a su lado.
- Spoiler:
- Editado el tema de que Maekar, Mance y Sofía ya no estan en Antigua.
Última edición por Garlan Tyrell el Miér Ago 29, 2012 10:37 am, editado 1 vez
Garlan Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
La primera llama que observó Salazar era pequeña, casi diminuta, y estaba precedida de un humo que se alzaba sobre la hierba seca, poco a poco. Allí daba igual todo lo ocurrido en el puerto, todos los gritos, las acusaciones y las tramas de cada cual. Allí solo existía la luz que se alzaba sobre la oscuridad, que se la comía, que se la tragaba y la digería, que era su enemigo continuo.
Los hombres, vestidos todos de rojo, con sus túnicas, observaban la hoguera que comenzaba a crecer, poco a poco, a la vez que el sol descendía por el horizonte y se despedía de todos ellos, que les daba la espalda durante unas horas en las que la oscuridad querría reinar aún con la vigía de la luna. Salazar la observó, allá arriba, apenas iluminada, pálida. Siempre que hacía eso se sentía más seguro. Ella era la amante que su Dios daba al mundo para que lo protegiese, pero a veces la llamaba y se ocultaba, y les daba la espalda. Esos eran los peores días de todos pues todo el mundo sabía que un hombre sabio debía temer una noche sin luna, donde lo malvado tenía vía libre en el mundo.
Las oraciones se alzaron al cielo, surgieron de os labios de todos ellos y del mayor de los sacerdotes, tanto en estatura como en poder. Sus palabras se sobreponían al jolgorio de la ciudad, a todos aquellos que comenzaban a beber o que vomitaban, o que se dirigían a un burdel o que ya respiraban jadeantes por hacer el acto. Ellos eran los elegidos por su dios, el dios de la Luz, el dios del Fuego...
-...fuego...- El hombre agudizó su vista para tratar de observarlo con mayor facilidad, para tratar de adivinar aquel reflejo anaranjado en el barco. Con aquella luz tan tenue no lo observaba en un comienzo pero luego si.- ¡Fuego! ¡Hay fuego en el barco!- El hombre alarmó a tantos como pudo y en ese instante las velas comenzaron a arder, las velas de aquel barco que traía la primavera a ellos.
Lord Redwyne se alzó inmediatamente. Llevaba una copa de vino en sus manos y ésta cayó a sus pies, derramando su contenido. Comenzó a vociferar órdenes para que saliesen barcos hacia allí, pero la verdad es que el puerto había sido limpiado de cascos innecesarios para la llegada del gran Orgullo del Rejo. Aún así los hombres no esperaron tan siquiera las órdenes de los Hightower para comenzar a dirigirse a los barcos con cubos, para tratar de sofocar el fuego.
Apenas un minuto y la cubierta del barco comenzó a arder con fuerza, con unas llamas naranjas que bailaban a un son imaginario, internándose en la bahía, en el puerto. Nadie saltaba de su cubierta, nadie parecía controlarlo...y mientras tanto el barco, ardiendo, se dirigía contra la gran masa de gente que se concentraba en las orillas de la playa y el puerto.
Los hombres, vestidos todos de rojo, con sus túnicas, observaban la hoguera que comenzaba a crecer, poco a poco, a la vez que el sol descendía por el horizonte y se despedía de todos ellos, que les daba la espalda durante unas horas en las que la oscuridad querría reinar aún con la vigía de la luna. Salazar la observó, allá arriba, apenas iluminada, pálida. Siempre que hacía eso se sentía más seguro. Ella era la amante que su Dios daba al mundo para que lo protegiese, pero a veces la llamaba y se ocultaba, y les daba la espalda. Esos eran los peores días de todos pues todo el mundo sabía que un hombre sabio debía temer una noche sin luna, donde lo malvado tenía vía libre en el mundo.
Las oraciones se alzaron al cielo, surgieron de os labios de todos ellos y del mayor de los sacerdotes, tanto en estatura como en poder. Sus palabras se sobreponían al jolgorio de la ciudad, a todos aquellos que comenzaban a beber o que vomitaban, o que se dirigían a un burdel o que ya respiraban jadeantes por hacer el acto. Ellos eran los elegidos por su dios, el dios de la Luz, el dios del Fuego...
-...fuego...- El hombre agudizó su vista para tratar de observarlo con mayor facilidad, para tratar de adivinar aquel reflejo anaranjado en el barco. Con aquella luz tan tenue no lo observaba en un comienzo pero luego si.- ¡Fuego! ¡Hay fuego en el barco!- El hombre alarmó a tantos como pudo y en ese instante las velas comenzaron a arder, las velas de aquel barco que traía la primavera a ellos.
Lord Redwyne se alzó inmediatamente. Llevaba una copa de vino en sus manos y ésta cayó a sus pies, derramando su contenido. Comenzó a vociferar órdenes para que saliesen barcos hacia allí, pero la verdad es que el puerto había sido limpiado de cascos innecesarios para la llegada del gran Orgullo del Rejo. Aún así los hombres no esperaron tan siquiera las órdenes de los Hightower para comenzar a dirigirse a los barcos con cubos, para tratar de sofocar el fuego.
Apenas un minuto y la cubierta del barco comenzó a arder con fuerza, con unas llamas naranjas que bailaban a un son imaginario, internándose en la bahía, en el puerto. Nadie saltaba de su cubierta, nadie parecía controlarlo...y mientras tanto el barco, ardiendo, se dirigía contra la gran masa de gente que se concentraba en las orillas de la playa y el puerto.
Valar Morghulis- Admin
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
-No es posible- musitó la rosa para si misma con una mirada de pleno terror, en ese barco no simplemente venían quienes manejaban la embarcación y la primera cosecha del Rejo, sino también una de sus mejores amigas, la menor de los Redwyne se había quedado en aquel barco para representar a su casa y ahora, al ver la madera arder en llamas, la rosa no podía pensar en nada más que lo que podía estar pasando, algunas lágrimas comenzaron a caerle por el rostro mientras se alejaba con una expresión incrédula del punto donde se había recargado durante todo el tiempo, no se había movido ni siquiera cuando escuchó las blasfemias que eran lanzadas contra Maekar aunque lo quiso, pensó que más tarde aclararía las ideas de quienes fuera necesario pues aquello no podían ser más que inventos para atraer la atención de los grandes lores que ahí se daban cita.
Rose sabía de las intenciones del dorniense más allá de sus palabras pero ni siquiera se dio un espacio para aclararlas, nadie parecía darse cuenta de lo que sucedía con el barco hasta que Lord Redwyne comenzó a gritar ordenes, por su parte la rosa mandó a todo el que estuviera en su mano a ayudar, no era posible aquello que sucedía. Mientras el barco se acercaba su vestido con aquellos diseños en rojo parecían encenderse más a la luz de las llamas o quizá era simplemente su percepción detrás de sus ojos cubiertos de lágrimas, se acercó hacia donde estaba su padre con confianza, una cualidad que no parecía alejarse de ella aún cuando estuviese destrozada por dentro.-¡Por favor, haced algo!.- pidió con la voz cortandose ante sus lágrimas sin poder hacer nada por detenerlo.
Se quedó paralizada al ver el avance de la embarcación, mientras muchos corrían y su alrededor se llenaba de gritos, órdenes y demás, Rose se quedó en donde estaba, viendo aquel barco aproximarse al punto en donde se encontraban, dejó de hablar, dejó de pensar, simplemente sabía que algo andaba mal, ¿Cómo era posible que Alynne estuviera ahí? no quería creerlo pero tampoco podía negarlo. No lloraba audiblemente, solamente lágrimas resbalaban por sus mejillas dejando un camino sobre estas, se abrazó fuertemente mientras un espasmo de dolor le atacaba. ¿Le dolía el corazón? ¿Era posible que aquel ataque le calase tan hondo?. En un segundo se dejó caer, se sentó sin poderse levantar más, cubría su rostro con sus delicadas manos para evitar que cualquiera la viese llorar, ni siquiera buscó con la mirada a Lord Redwyne que seguramente compartiría su dolor, tampoco a su madre que con esa muerte perdía una sobrina, en ese instante estaba sola mientras todo a su alrededor era un caos teñido de rojo.
Rose sabía de las intenciones del dorniense más allá de sus palabras pero ni siquiera se dio un espacio para aclararlas, nadie parecía darse cuenta de lo que sucedía con el barco hasta que Lord Redwyne comenzó a gritar ordenes, por su parte la rosa mandó a todo el que estuviera en su mano a ayudar, no era posible aquello que sucedía. Mientras el barco se acercaba su vestido con aquellos diseños en rojo parecían encenderse más a la luz de las llamas o quizá era simplemente su percepción detrás de sus ojos cubiertos de lágrimas, se acercó hacia donde estaba su padre con confianza, una cualidad que no parecía alejarse de ella aún cuando estuviese destrozada por dentro.-¡Por favor, haced algo!.- pidió con la voz cortandose ante sus lágrimas sin poder hacer nada por detenerlo.
Se quedó paralizada al ver el avance de la embarcación, mientras muchos corrían y su alrededor se llenaba de gritos, órdenes y demás, Rose se quedó en donde estaba, viendo aquel barco aproximarse al punto en donde se encontraban, dejó de hablar, dejó de pensar, simplemente sabía que algo andaba mal, ¿Cómo era posible que Alynne estuviera ahí? no quería creerlo pero tampoco podía negarlo. No lloraba audiblemente, solamente lágrimas resbalaban por sus mejillas dejando un camino sobre estas, se abrazó fuertemente mientras un espasmo de dolor le atacaba. ¿Le dolía el corazón? ¿Era posible que aquel ataque le calase tan hondo?. En un segundo se dejó caer, se sentó sin poderse levantar más, cubría su rostro con sus delicadas manos para evitar que cualquiera la viese llorar, ni siquiera buscó con la mirada a Lord Redwyne que seguramente compartiría su dolor, tampoco a su madre que con esa muerte perdía una sobrina, en ese instante estaba sola mientras todo a su alrededor era un caos teñido de rojo.
Rose Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Había llegado tarde, demasiado ocupado afilando su espada por ningún motivo concreto. Sabía que tenía que estar en el puerto, pero las horas se le habían pasado volando y de no haber sido por Clermont no se habría enterado de que había llegado el momento. Se apresuró al puerto, y se puso rojo cuando vio que su padre ya estaba allí, y sin duda reprobaría su impuntualidad. El gran barco, el orgullo del Rejo, se acercaba lento, pesado, y entre los presentes alguno había alzado la voz. Luthor decidió no hacer mucho caso y situarse junto a su hermana, que miraba hacia el mar algo consternada.
Siguió la dirección de su mirada y entonces lo vio. Un reflejo rojizo, después otro, y en cuanto quiso darse cuenta el barco estaba en llamas, como una gran bola de fuego que se acercaba hacia el puerto. El grito se apoderó de todos los presentes. Aquello era imposible. Abrió los ojos incrédulo, como si se tratara de una mala pesadilla, pero todo era real, demasiado real. Luthor tuvo que reprimir las ganas de saltar al agua, como si pudiera salvar a alguno de los tripulantes del barco. Aun así el barco seguía incansable hacia el puerto, y si había alguien que salvar, era en tierra.
A su lado Rose había caído al suelo, deshecha en lágrimas. Al principio Luthor no comprendió, pero después le golpeó como un mazazo, la amiga inseparable de Rose estaba en ese barco. Se agachó para poner una mano en su hombro. Tenían que irse. A su lado muchos ya corrían despavoridos y sin nadie que parase aquel navío, podía darse una masacre si seguían en el puerto.
-Rose, tenemos que irnos-dijo cogiéndola ambos hombros y agachando la cabeza para encontrar su mirada.-No estamos seguros aquí
Siguió la dirección de su mirada y entonces lo vio. Un reflejo rojizo, después otro, y en cuanto quiso darse cuenta el barco estaba en llamas, como una gran bola de fuego que se acercaba hacia el puerto. El grito se apoderó de todos los presentes. Aquello era imposible. Abrió los ojos incrédulo, como si se tratara de una mala pesadilla, pero todo era real, demasiado real. Luthor tuvo que reprimir las ganas de saltar al agua, como si pudiera salvar a alguno de los tripulantes del barco. Aun así el barco seguía incansable hacia el puerto, y si había alguien que salvar, era en tierra.
A su lado Rose había caído al suelo, deshecha en lágrimas. Al principio Luthor no comprendió, pero después le golpeó como un mazazo, la amiga inseparable de Rose estaba en ese barco. Se agachó para poner una mano en su hombro. Tenían que irse. A su lado muchos ya corrían despavoridos y sin nadie que parase aquel navío, podía darse una masacre si seguían en el puerto.
-Rose, tenemos que irnos-dijo cogiéndola ambos hombros y agachando la cabeza para encontrar su mirada.-No estamos seguros aquí
Invitado- Invitado
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Cuando pudo localizar con la mirada a Rose, trato de acercarse con una sonrisa como siempre, la había conocido en los teatros de la ciudad y no perdería la oportunidad de saludarla nuevamente. Su paso firme comenzó a reducirse hasta convertirse solo pequeños pasos, en su rostro se pudo ver el asombro de lo que sus ojos pudieron divisar al fondo, el barco en llamas.
Toda la gente había estado esperando la celebración y la llegada del barco con el vino era lo más esperado y simbólico para la fiesta, el verse en llamas era algo que nadie se esperaba, algunos empezaron a gritar dando órdenes, algunas mujeres gritaron del asombro, se aproximo aun lado de Rose y de alguien más a quien no parecía conocer, este tratando de animarla y de sacarla de ahí, fue lo poco que escucho cuando se aproximo.
Volteo a verla y sus ojos lucían llenos de lagrimas – Rose…- trato de que respondiera, parecía algo paralizada con lo que estaba ocurriendo, algunos empezaron a correr de un lado a otro, algunos tratando de salir del lugar, otros tratando de ir al lugar para poder ayudar. La gente llegaba a correr y por su desesperación no miraban quien estuviera enfrente.
Miro a la persona que estaba con ella – sabes cómo salir de este lugar, no creo que sea muy buena idea estorbar a quienes tratan de ayudar-
Toda la gente había estado esperando la celebración y la llegada del barco con el vino era lo más esperado y simbólico para la fiesta, el verse en llamas era algo que nadie se esperaba, algunos empezaron a gritar dando órdenes, algunas mujeres gritaron del asombro, se aproximo aun lado de Rose y de alguien más a quien no parecía conocer, este tratando de animarla y de sacarla de ahí, fue lo poco que escucho cuando se aproximo.
Volteo a verla y sus ojos lucían llenos de lagrimas – Rose…- trato de que respondiera, parecía algo paralizada con lo que estaba ocurriendo, algunos empezaron a correr de un lado a otro, algunos tratando de salir del lugar, otros tratando de ir al lugar para poder ayudar. La gente llegaba a correr y por su desesperación no miraban quien estuviera enfrente.
Miro a la persona que estaba con ella – sabes cómo salir de este lugar, no creo que sea muy buena idea estorbar a quienes tratan de ayudar-
Lyanna Arryn- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Nada parecía ser lo correcto para la rosa irse mientras el barco se acercaba a la costa, nada parecía correcto para ella en esos momentos, lo único que parecía tener sentido era llorar. Las lágrimas le manchaban el rostro al igual que la gente que iba corriendo le había roto y ensuciado las faldas del vestido, el encaje destrozado se desperdigaba por el lugar que comenzaba a tornarse rojizo mientras el barco se acercaba con incluso más fuerza que antes, o quizá esa era la percepción de Rose solamente, en esos momentos ella ya no podía diferenciar aquello. Sus manos parecían ser insuficientes para cubrir sus lágrimas, así que vio en el momento en que su hermano se acercó a ella, en primer lugar negó con la cabeza, pero después sostuvo su mirada sobre la suya, dandole a conocer todo el dolor del que la rosa estaba siendo partícipe. -¿Qué me importa lo que sea seguro o no? ¡Yo debería haber estado ahí, Luthor! Le había prometido a Alynne que iría unos días antes pero se me necesitaba en Antigua... lo había prometido... ¿Es que no lo entiendes? Debí haber estado con ella... le envie un cuervo hace unos días y no lo respondió, ¡Ahora nunca podré arreglar las cosas con ella! ¿Qué sentido tiene que me mueva si de todas formas yo debí haber estado ahí?- contestó la rosa sosteniendo aún la mirada de su hermano, sin temor a nada, por primera vez, Rose no bajaba la mirada, por primera vez se había dejado vencer ante todo.
Después de aquel intercambio, Rose vio llegar a Lyanna, intentó darle una sonrisa pero no pudo, en ese momento nada más que sollozos parecían salir de entre sus labios, al observarla cualquiera podía ver en sus ojos una clara imagen de desolación, de dolor e incluso, de temor.-Ly... no es justo.- musitó aún con incredulidad en su tono. Tomando las manos de su hermano se dignó a levantarse, le abrazó un instante. Aquello era algo inaudito, Rose Tyrell nunca se llevaba así con su hermano, encontró por un segundo consuelo entre sus brazos luego de limpiarse las lágrimas con el dorso de la mano y musitar. -Yo sé por donde salir.- la idea no le agradaba realmente pero como quiera apuntó la salida más cercana, una puerta escondida detrás de una pared, era el lugar más seguro de todos, los llevaría a través de unos pasadizos hacia otra parte de Antigua donde no tendrían que preocuparse por aquel barco. Aún con lágrimas en los ojos, la rosa comenzó el camino, algunas veces se tambaleaba pero finalmente iba hacia ese punto que le alejaría de todo.
Después de aquel intercambio, Rose vio llegar a Lyanna, intentó darle una sonrisa pero no pudo, en ese momento nada más que sollozos parecían salir de entre sus labios, al observarla cualquiera podía ver en sus ojos una clara imagen de desolación, de dolor e incluso, de temor.-Ly... no es justo.- musitó aún con incredulidad en su tono. Tomando las manos de su hermano se dignó a levantarse, le abrazó un instante. Aquello era algo inaudito, Rose Tyrell nunca se llevaba así con su hermano, encontró por un segundo consuelo entre sus brazos luego de limpiarse las lágrimas con el dorso de la mano y musitar. -Yo sé por donde salir.- la idea no le agradaba realmente pero como quiera apuntó la salida más cercana, una puerta escondida detrás de una pared, era el lugar más seguro de todos, los llevaría a través de unos pasadizos hacia otra parte de Antigua donde no tendrían que preocuparse por aquel barco. Aún con lágrimas en los ojos, la rosa comenzó el camino, algunas veces se tambaleaba pero finalmente iba hacia ese punto que le alejaría de todo.
Rose Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Había comenzado a retirarse cuando Olyvar vislumbró por el rabillo de l ojo el rojizo resplandor en lontananza del horizonte. Al volverse vio el fuego, como devoraba la nave de los Redwyne que iban a hacer su entrada espectacular. Se acercó a los Tyrell, vio como Luthor se acercaba a Rose.
Tengo un barco en la bahía listo para zarpar, si es necesario para tratar de rescatar a la gente, está a vuestra disposición. Lo tenía preparado para irme, pero esto es más importante. Olyvar tragó saliva, aquello no le gustaba, primero lo de la carrera, ahora esto, en este territorio….. Lady Rose, Ser Luthar, creo que lo más prudente sería buscar un refugio para los invitados, el barco parece estar encaminado hacía nosotros, y tras lo de la carrera, más vale prevenir. Se detuvo por un momento, buscando unas palabras de consuelo para el estado de la Rosa No perdáis la esperanza puede que aún haya gente con vida que hubiera saltado…. Levantó la cabeza y miró hacía el barco, no había demasiadas esperanzas, pero.
No os preocupéis, por si ocurre algo me quedaré para proteger al huida de las damas Olyvar sacó las espadas de sus lugares de reposo, listas para beber la sangre de sus enemigos Hay que proteger a las damas
Tengo un barco en la bahía listo para zarpar, si es necesario para tratar de rescatar a la gente, está a vuestra disposición. Lo tenía preparado para irme, pero esto es más importante. Olyvar tragó saliva, aquello no le gustaba, primero lo de la carrera, ahora esto, en este territorio….. Lady Rose, Ser Luthar, creo que lo más prudente sería buscar un refugio para los invitados, el barco parece estar encaminado hacía nosotros, y tras lo de la carrera, más vale prevenir. Se detuvo por un momento, buscando unas palabras de consuelo para el estado de la Rosa No perdáis la esperanza puede que aún haya gente con vida que hubiera saltado…. Levantó la cabeza y miró hacía el barco, no había demasiadas esperanzas, pero.
No os preocupéis, por si ocurre algo me quedaré para proteger al huida de las damas Olyvar sacó las espadas de sus lugares de reposo, listas para beber la sangre de sus enemigos Hay que proteger a las damas
Olyvar Martell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
La respuesta de su hermana era esperable, Luthor habría respondido peor de haberse encontrado en su situación. La tomó entre sus brazos y la estrechó suavemente antes de dejarla partir. Las palabras de la extraña se le clavaron en cierto modo ¿Es que le veía incapaz de ayudar? Luthor era un hombre ya, y haría cuanto estuviera en su mano para proteger a todos los que corrían peligro en aquel barco y en el puerto. A juzgar por lo que dijo Rose, aquella joven era su amiga, así que se tragó por un momento su orgullo e intentó responder con cortesía, a pesar de que no hubiera tiempo para tal cosa.
-Yo también trato de ayudar, mi señora, por favor acompañad a mi hermana a algún lugar seguro, sin duda mi padre lord Tyrell requerirá mi ayuda-dijo en tono pausado, apretando la mandíbula para contener la tensión y haciéndole ver quien era a aquella mujer. Era el futuro lord de Altojardín, y como tal tenía la obligación de ayudar a los que un día serían su gente.
Se giró para buscar a su padre cuando apareció el dorniense. Sus palabras fueron de cierto consuelo, aunque más les valía que la embarcación fuera pequeña y maniobrable o acabaría convirtiéndose también en pasto de las llamas si se acercaban mucho para rescatar a quienes saltaran del navío. Asintió con firmeza y estaba a punto de abrir la boca para darle las gracias cuando desenvainó sus dos espadas.
-¿Qué hacéis?-le espetó alarmado-Luchamos contra el fuego ahora, príncipe Olyvar, las espadas no os serán de ayuda y solo ayudarán a aumentar la tensión. ¡Guardad eso ahora mismo!-sin duda una dama gritando no necesitaba ver un acero desenvainado-Usadlo solo cuando sea necesario-suspiró-En cuanto a ese navío, espero que sea lo suficientemente maniobrable como para acercarse a los náufragos sin peligro de arder también.
-Yo también trato de ayudar, mi señora, por favor acompañad a mi hermana a algún lugar seguro, sin duda mi padre lord Tyrell requerirá mi ayuda-dijo en tono pausado, apretando la mandíbula para contener la tensión y haciéndole ver quien era a aquella mujer. Era el futuro lord de Altojardín, y como tal tenía la obligación de ayudar a los que un día serían su gente.
Se giró para buscar a su padre cuando apareció el dorniense. Sus palabras fueron de cierto consuelo, aunque más les valía que la embarcación fuera pequeña y maniobrable o acabaría convirtiéndose también en pasto de las llamas si se acercaban mucho para rescatar a quienes saltaran del navío. Asintió con firmeza y estaba a punto de abrir la boca para darle las gracias cuando desenvainó sus dos espadas.
-¿Qué hacéis?-le espetó alarmado-Luchamos contra el fuego ahora, príncipe Olyvar, las espadas no os serán de ayuda y solo ayudarán a aumentar la tensión. ¡Guardad eso ahora mismo!-sin duda una dama gritando no necesitaba ver un acero desenvainado-Usadlo solo cuando sea necesario-suspiró-En cuanto a ese navío, espero que sea lo suficientemente maniobrable como para acercarse a los náufragos sin peligro de arder también.
Invitado- Invitado
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Garlan no podía creer lo que veía, apartó a un lado a Daemon y a Brandon que estaban allí... frente a él. - ¡ABANDONEN LA PLAYA Y SUS CERCANÍAS! - ordenó el señor de Altojardín, no podía poner en riesgo a la gente que allí había, su familia, sus amigos... eran demasiado importantes, su pueblo.
Aquel barco no podría ser parado y el fuego... - ¡GUARDIA PROTEJAN A MI FAMILIA Y A LOS INVITADOS! - señalo a los criados - ¡VOSOTROS COGED TODOS LOS CUBOS Y ARTILUGIOS A DISPOSICIÓN PARA APARGAR EL FUEGO! - siguió repartiendo órdenes a diestro y siniestro creando un paralelismo con Lord Redwine que intentaba controlar la situación en el mar.
Cogió con sus brazos a sus nobles invitados - Brandon, Daemon, Anna, sigan a mi guardia ellos os llevaran a un lugar seguro. No debemos permitir que esto dañe a nuestra causa, ponganse a salvo. - Sin decir nada más se avalanzo hacia delante buscando la antigua posición de su hija, por un momento sufrió al no encontrarla, ¿Dónde estaba su hija?¿Y su heredero? hasta que terminó por encontrarlos juntos, con su esposa cerca también - Luthor, Rose, debeis abandonar este lugar - Tenía una mano posada en cada brazo de sus hijos - Seguid raudos a la guardia. - Vió como la Arryn y Ser Olyvar estaban a su lado los miró y en su mirada estaba reflejado que también debían acompañarlos.
Cogió de la mano a su mujer - Livia, mi amor, - le propirió una leve caricia para que se recuperara del shock - debemos marcharnos. Nos soportaría que te ocurriese nada. Vamos. - y comenzó a caminar hacia el castillo con su esposa, ya había perdido de vista a sus hijos... después de que estuviesen a salvo volvería para controlar la situación pero lo primero era la seguridad de los suyos.
Mientras caminaba no podía evitar pensar que era lo que estaba ocurriendo ¿serían los Targaryen los que habían incendiado el barco? Maekar, Sofía, Mance y los Fuegoscuro... todos habían abandonado Antigua hacia unos días. Parecía que el Rey había golpeado primero pero ahora ya no había marcha atrás.
Aquel barco no podría ser parado y el fuego... - ¡GUARDIA PROTEJAN A MI FAMILIA Y A LOS INVITADOS! - señalo a los criados - ¡VOSOTROS COGED TODOS LOS CUBOS Y ARTILUGIOS A DISPOSICIÓN PARA APARGAR EL FUEGO! - siguió repartiendo órdenes a diestro y siniestro creando un paralelismo con Lord Redwine que intentaba controlar la situación en el mar.
Cogió con sus brazos a sus nobles invitados - Brandon, Daemon, Anna, sigan a mi guardia ellos os llevaran a un lugar seguro. No debemos permitir que esto dañe a nuestra causa, ponganse a salvo. - Sin decir nada más se avalanzo hacia delante buscando la antigua posición de su hija, por un momento sufrió al no encontrarla, ¿Dónde estaba su hija?¿Y su heredero? hasta que terminó por encontrarlos juntos, con su esposa cerca también - Luthor, Rose, debeis abandonar este lugar - Tenía una mano posada en cada brazo de sus hijos - Seguid raudos a la guardia. - Vió como la Arryn y Ser Olyvar estaban a su lado los miró y en su mirada estaba reflejado que también debían acompañarlos.
Cogió de la mano a su mujer - Livia, mi amor, - le propirió una leve caricia para que se recuperara del shock - debemos marcharnos. Nos soportaría que te ocurriese nada. Vamos. - y comenzó a caminar hacia el castillo con su esposa, ya había perdido de vista a sus hijos... después de que estuviesen a salvo volvería para controlar la situación pero lo primero era la seguridad de los suyos.
Mientras caminaba no podía evitar pensar que era lo que estaba ocurriendo ¿serían los Targaryen los que habían incendiado el barco? Maekar, Sofía, Mance y los Fuegoscuro... todos habían abandonado Antigua hacia unos días. Parecía que el Rey había golpeado primero pero ahora ya no había marcha atrás.
Garlan Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Y entonces Garlan me aparto de su campo de vision repentinamente. Le mire sorprendido y pude adivinar en su rostro que algo no iba bien, que no iba nada bien. Me gire para observar lo que sucedia y lo que observe me dejo helado, aquello no podia suceder, aquel barco no podia estar en llamas. Si asi era todo aquel que estuviese donde estabamos nosotros acabaria presa de las llamas y moriria entre terribles sufrimientos. No fui el unico que se dio cuenta y mientras Garlan gritaba ordenes la gente comenzo a correr asustada hacia las salidas del lugar, se formarian autenticas estampidas, moririan aplastados todos ellos.
Senti su mano en mi brazo y escuche sus ofensivas palabras, ¿acaso pretendia que lo dejara alli solo frente al peligro? De eso nada, no lo dejaria alli – no huire con el rabo entre las piernas Garlan, escoltare a tus hijos hasta que esten a salvo – le dije mientras le seguia hasta ellos. No se lo pedi, simplemente le informe, sabia que muchas cosas podian pasar y que la mayoria de la guardia se amedrentaria ante los nobles que cortarian el paso a sus hijos, yo no. Si debia cortar algunas cabezas lo haria, pero sus hijos saldrian de alli de una sola pieza.
Entonces cogi a Luthor del brazo, observando al Martell con las espadas desenvainadas, aquel chico sin duda era tonto de remate. Nada podian hacer sus espadas contra el fuego salvo causar una muerte innecesaria, la suya. Si los guardias lo veian asi lo ensartarian con sus lanzas y con razon, alli habia demasiada gente importante como para permitir semejantes lujos – Luthor vamos, os acompaño fuera de aquí – le dije empujandole tras su hermana. Mientras se mantuvieran juntos me seria mas facil cuidar de ellos, no podia mirar a dos sitios a la vez y el lugar ya era bastante peligroso para cualquiera de ellos.
Me acerque al oido de mi sobrino disimuladamente, evitando que el resto nos escuchara – no te alejes de tu hermana y si el Martell o cualquiera se interpone en nuestro camino, ensartalo. La vida de tu hermana depende de que la saquemos de aquí – le dije mirando de refilon a Olyvar Martell. Aquel muchacho me parecia un incosciente, aunque quizas solo fuesen actos necios causados por su edad.
Senti su mano en mi brazo y escuche sus ofensivas palabras, ¿acaso pretendia que lo dejara alli solo frente al peligro? De eso nada, no lo dejaria alli – no huire con el rabo entre las piernas Garlan, escoltare a tus hijos hasta que esten a salvo – le dije mientras le seguia hasta ellos. No se lo pedi, simplemente le informe, sabia que muchas cosas podian pasar y que la mayoria de la guardia se amedrentaria ante los nobles que cortarian el paso a sus hijos, yo no. Si debia cortar algunas cabezas lo haria, pero sus hijos saldrian de alli de una sola pieza.
Entonces cogi a Luthor del brazo, observando al Martell con las espadas desenvainadas, aquel chico sin duda era tonto de remate. Nada podian hacer sus espadas contra el fuego salvo causar una muerte innecesaria, la suya. Si los guardias lo veian asi lo ensartarian con sus lanzas y con razon, alli habia demasiada gente importante como para permitir semejantes lujos – Luthor vamos, os acompaño fuera de aquí – le dije empujandole tras su hermana. Mientras se mantuvieran juntos me seria mas facil cuidar de ellos, no podia mirar a dos sitios a la vez y el lugar ya era bastante peligroso para cualquiera de ellos.
Me acerque al oido de mi sobrino disimuladamente, evitando que el resto nos escuchara – no te alejes de tu hermana y si el Martell o cualquiera se interpone en nuestro camino, ensartalo. La vida de tu hermana depende de que la saquemos de aquí – le dije mirando de refilon a Olyvar Martell. Aquel muchacho me parecia un incosciente, aunque quizas solo fuesen actos necios causados por su edad.
Daemon Fuegoscuro- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Las palabras le distraían por momentos de su pena, en instantes comenzó a escuchar la voz de su padre urgiendoles a moverse de aquel lugar, a resguardarse, sin más que un ligero asentimiento hizo caso, no tenía caso hacer nada más, su hermano era capaz de llevarle como un vil costal de papas si se negaba así que pensó que entre aquella pérdida de imagen, una más no le convenía, quizá aquello era inconsciente pero de cualquier forma, no era posible que hiciese nada más. Observó al dorniense con los ojos rojizos y lágrimas en sus mejillas, mordiendose los labios para no contestarle con una grosería. -Sabría dentro de mí si mi amiga estuviese viva, así que disculpadme si muestro algún tipo de sentimiento ante tal hecho.- comentó con una voz fuerte, con una ira contenida que no iba contra él sino contra el mundo y quien fuese que tuviera las riendas de éste y decidiera el curso de la vida. Al dar unos pasos más y escuchar gritos en la lejanía con órdenes, Rose se puso de nuevo en marcha, no sin antes ver como el dorniense dejaba relucir su acero, cosa que despertó algo no precisamente bueno en ella. -Aleja eso de mí, ¡YA!, no quiero ver armas rodeándome.- espetó en un segundo, encogiéndose de miedo, no temía por su vida pero algo extraño le había sucedido en aquel momento.
Un sollozo más se abrió paso entre sus labios cuando se dio por vencida y dejó caer de nuevo su compostura, asentía a las órdenes pero ya todo era mecánico, quizá en mucho tiempo la rosa tuviese pesadillas con aquel día, el día en que todo a su alrededor ardía y nada parecía tener sentido. Pudo observar como la guardia marcaba rutas a seguir, iba detrás simplemente por sus colores, por que sabía que eran amigos pero no tenía convicción alguna de aquellos movimientos. Las olas parecían acercarse furiosamente, lanzando vapor más allá de la brisa normal, todo parecía tener un calor extraño, por unos instantes Rose estuvo limpiandose las mejillas con el dorso de la mano, intentando así ver por dónde iba. Más tarde le ofreció su mano a la Arryn para avanzar y al fin pisar las calles empedradas de la ciudad que les conducirían más allá de todo, lejos de cualquier cosa que hubiese sucedido. -De aquí el camino es sencillo- comentó haciendo acopio de cualquier fuerza que estuviese aún en ella, buscando la mirada de Lyanna para su aprobación y la de los caballeros para su respuesta, observando por el rabillo del ojo como su tío les insistía en seguir cosa que Rose no tardó en hacer, como siempre, antes que cualquier otra cosa, la rosa hizo caso a las órdenes, sintiéndose en cierta manera aliviada de no tener que huir sola, de saber que su hermano estaba con ella, como mínimo.
Un sollozo más se abrió paso entre sus labios cuando se dio por vencida y dejó caer de nuevo su compostura, asentía a las órdenes pero ya todo era mecánico, quizá en mucho tiempo la rosa tuviese pesadillas con aquel día, el día en que todo a su alrededor ardía y nada parecía tener sentido. Pudo observar como la guardia marcaba rutas a seguir, iba detrás simplemente por sus colores, por que sabía que eran amigos pero no tenía convicción alguna de aquellos movimientos. Las olas parecían acercarse furiosamente, lanzando vapor más allá de la brisa normal, todo parecía tener un calor extraño, por unos instantes Rose estuvo limpiandose las mejillas con el dorso de la mano, intentando así ver por dónde iba. Más tarde le ofreció su mano a la Arryn para avanzar y al fin pisar las calles empedradas de la ciudad que les conducirían más allá de todo, lejos de cualquier cosa que hubiese sucedido. -De aquí el camino es sencillo- comentó haciendo acopio de cualquier fuerza que estuviese aún en ella, buscando la mirada de Lyanna para su aprobación y la de los caballeros para su respuesta, observando por el rabillo del ojo como su tío les insistía en seguir cosa que Rose no tardó en hacer, como siempre, antes que cualquier otra cosa, la rosa hizo caso a las órdenes, sintiéndose en cierta manera aliviada de no tener que huir sola, de saber que su hermano estaba con ella, como mínimo.
Rose Tyrell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Si me lo pedís, Lady Rose las guardaré si lo pedís, por supuesto Se volvió en ese momento hacía Luthar El atentado en la carrera y este fuego tienen que estar relacionados, puede que esto solo sea una maniobra de distracción para atacarnos Es un truco que él mismo utilizaría si tuviera que hacerlo pero si preferís una evacuación con las espadas envainadas… seguiré vuestro consejo, pero no acabo de fiarme de no recibir un ataque. Sobre mi barco es bastante maniobrable aunque he de reconocer que no es precisamente una cáscara de nuez, pero lo tenéis a vuestra disposición para ayudar a los posibles heridos
Olyvar había envainado las armas y se había colocado en una posición para proteger la retirada del grupo de mujeres, junto con la guardia Estoy a vuestras ordenes para proteger a los invitados, no es algo que escuchareis de un Martell demasiado a menudo Pero estas eran circunstancias extraordinarias Lady Arryn, ¿necesitáis mi ayuda?
Cuando terminara esto tendría que intentar averiguar que es lo que había sucedido.
Olyvar había envainado las armas y se había colocado en una posición para proteger la retirada del grupo de mujeres, junto con la guardia Estoy a vuestras ordenes para proteger a los invitados, no es algo que escuchareis de un Martell demasiado a menudo Pero estas eran circunstancias extraordinarias Lady Arryn, ¿necesitáis mi ayuda?
Cuando terminara esto tendría que intentar averiguar que es lo que había sucedido.
Olyvar Martell- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
La situación no era fácil, el espanto para la gente al ver al barco en llamas, no era lo que se esperaba de una fiesta del nivel que se estaba dando, en donde los señores de las casas más importantes le daban el toque especial sobre todo por el motivo de la reunión.
Cuando escucho el nombre del acompañante de Rose, pero sobre todo lo que dijo, entendió de quien se trataba, pero Lord Tyrell no tardo en llegar y darles instrucciones, de salir del lugar, no se había percatado del motivo que había tenido Olyvar Martell para desenvainar sus armas, pero tanto Luthor como Rose le aconsejaron y le pidieron que las guardara y no tardo en hacerlo a petición de ellos.
Algunos invitados como los señores del norte y Daemon salieron escoltados junto con ellos, nadie sabía en sí que es lo que había provocado el fuego, los verdaderos motivos de esto era extraño, Lyanna acompañando a Rose tratando de hacerle compañía y de brindarle el apoyo necesario, parecía que había perdido toda esperanza de que su amiga estuviera aun con vida.
-Animo Rose, hay que pedirle a los dioses que la hayan protegido y que este bien…tened la esperanza de que pueda estar con vida-
Caminaron un poco más, por el pasillo, se miraba que Luthor quería regresar y poder ayudar un poco más que solo acompañarnos, aunque no era el único en pensar de la misma forma, Olyvar le mencionaba sobre su barco que podían utilizar para poder salvar a algunos sobrevivientes, fue cuando escucho la voz de Olyvar preguntándole si requería ayuda.
Ella volteo a verlo – gracias por preguntar, pero creo que nosotras estamos mejor que algunos que aun están en la playa – volteo a ver a Rose – creo que si hay algo que pudieras hacer por… ella, tratar de averiguar si su amiga esta aun con vida, traernos noticias de ella, sería algo que os apreciaría – lo miro tratando de pedirle con la mirada que lo hiciera por Rose, que sus lagrimas no dejaban de humedecer su rostro.
Habia escuchado a Luthor y a Olyvar hablar sobre el barco, Lord Daemon no se alejaría de Rose y de ella, asi Luthor y Olyvar podrían ayudar a algunos más en la playa con algunos guardias que acompañaban al grupo, desde donde estaban se podía ver como el barco llego a una parte baja, donde se detuvo, baja para poder seguir avanzando, pero no tanto para llegar caminando hasta la nave, el agua fácilmente le llegaría más arriba de la mitad de un hombre.
Cuando escucho el nombre del acompañante de Rose, pero sobre todo lo que dijo, entendió de quien se trataba, pero Lord Tyrell no tardo en llegar y darles instrucciones, de salir del lugar, no se había percatado del motivo que había tenido Olyvar Martell para desenvainar sus armas, pero tanto Luthor como Rose le aconsejaron y le pidieron que las guardara y no tardo en hacerlo a petición de ellos.
Algunos invitados como los señores del norte y Daemon salieron escoltados junto con ellos, nadie sabía en sí que es lo que había provocado el fuego, los verdaderos motivos de esto era extraño, Lyanna acompañando a Rose tratando de hacerle compañía y de brindarle el apoyo necesario, parecía que había perdido toda esperanza de que su amiga estuviera aun con vida.
-Animo Rose, hay que pedirle a los dioses que la hayan protegido y que este bien…tened la esperanza de que pueda estar con vida-
Caminaron un poco más, por el pasillo, se miraba que Luthor quería regresar y poder ayudar un poco más que solo acompañarnos, aunque no era el único en pensar de la misma forma, Olyvar le mencionaba sobre su barco que podían utilizar para poder salvar a algunos sobrevivientes, fue cuando escucho la voz de Olyvar preguntándole si requería ayuda.
Ella volteo a verlo – gracias por preguntar, pero creo que nosotras estamos mejor que algunos que aun están en la playa – volteo a ver a Rose – creo que si hay algo que pudieras hacer por… ella, tratar de averiguar si su amiga esta aun con vida, traernos noticias de ella, sería algo que os apreciaría – lo miro tratando de pedirle con la mirada que lo hiciera por Rose, que sus lagrimas no dejaban de humedecer su rostro.
Habia escuchado a Luthor y a Olyvar hablar sobre el barco, Lord Daemon no se alejaría de Rose y de ella, asi Luthor y Olyvar podrían ayudar a algunos más en la playa con algunos guardias que acompañaban al grupo, desde donde estaban se podía ver como el barco llego a una parte baja, donde se detuvo, baja para poder seguir avanzando, pero no tanto para llegar caminando hasta la nave, el agua fácilmente le llegaría más arriba de la mitad de un hombre.
Lyanna Arryn- Nobleza
Re: ...Y en ello nos convertiremos. [Escena Grupal]
Las llamas rugieron en el Templo del Fuego hasta dos horas mientras los hombres vestidos de rojo lanzaban sus voces al cielo, hacia su Dios. Nadie allí pareció darse cuenta del tumulto creado en la ciudad, de como el barco se había encaminado hasta el puerto pero chocó con otro, haciendo que las llamas se propagasen a ese casco y pronto comenzase a arder, provocando la posibilidad de que la ciudad comenzase a arder en la zona situada en el puerto, aunque por suerte solo esos dos barcos tuvieron la desgracia de caer devorados por el fuego, y ninguna otra edificación cayó presa de éste.
- Así es, mi Señor. El Orgullo del Rejo yace ahora en el fondo de la bahía, aunque aún se puede ver su mástil. Deberíamos comenzar a sacarlo de allí con cuidado para limpiar aquella zona del puerto. Nos llevará supongo que dos semanas hacerlo. El Bravo Marino, de unos comerciantes de Lys, nos han hecho llegar su conformidad de aceptar el pago del barco, por unos nuevo, y el mantenimiento mientras quedan en una taberna del puerto. Lo deberéis decidir si pagarlo o no, aunque en este caso yo aceptaría esa oferta si queremos mantener a los comerciantes en nuestro puerto.- El que hablaba era el Guardia Portuario, aquel que debía mantener la orden en aquel lugar.- Por otra parte se han encontrado trece cuerpos muertos, de gente que ha sido víctima de avalanchas de personas por las calles al huir. Hay decenas de heridos, pero de parece que ninguno de extrema gravedad. Los Maestres han aceptado que se acerquen a la Ciudadela para que sean curados por ellos.- Se encogió de hombros.- No se pudo saber si alguien viajaba en el barco, mi señor, pero si alguien estaba allí...debió estar muerto o haber abandonado el barco mucho tiempo atrás, aunque una persona tuvo que prenderle fuego, eso es seguro, y nadie vio ninguna flecha o saeta.- Resopló. Nadie sabía si la muchacha Redwyne iba en ese barco o no y ahora Lord Redwyne debería vivir con esa angustia aunque intentasen encontrar su cadáver.
En aquel salón se encontraban todos aquellos que hubiesen querido, pues Hightower así lo había deseado. No había más información. Solo sospechas.
[Con esto se termina la primera trama. Espero que os haya gustado...y habrá más! Podéis escribir en respuesta si lo deseáis.]
- Así es, mi Señor. El Orgullo del Rejo yace ahora en el fondo de la bahía, aunque aún se puede ver su mástil. Deberíamos comenzar a sacarlo de allí con cuidado para limpiar aquella zona del puerto. Nos llevará supongo que dos semanas hacerlo. El Bravo Marino, de unos comerciantes de Lys, nos han hecho llegar su conformidad de aceptar el pago del barco, por unos nuevo, y el mantenimiento mientras quedan en una taberna del puerto. Lo deberéis decidir si pagarlo o no, aunque en este caso yo aceptaría esa oferta si queremos mantener a los comerciantes en nuestro puerto.- El que hablaba era el Guardia Portuario, aquel que debía mantener la orden en aquel lugar.- Por otra parte se han encontrado trece cuerpos muertos, de gente que ha sido víctima de avalanchas de personas por las calles al huir. Hay decenas de heridos, pero de parece que ninguno de extrema gravedad. Los Maestres han aceptado que se acerquen a la Ciudadela para que sean curados por ellos.- Se encogió de hombros.- No se pudo saber si alguien viajaba en el barco, mi señor, pero si alguien estaba allí...debió estar muerto o haber abandonado el barco mucho tiempo atrás, aunque una persona tuvo que prenderle fuego, eso es seguro, y nadie vio ninguna flecha o saeta.- Resopló. Nadie sabía si la muchacha Redwyne iba en ese barco o no y ahora Lord Redwyne debería vivir con esa angustia aunque intentasen encontrar su cadáver.
En aquel salón se encontraban todos aquellos que hubiesen querido, pues Hightower así lo había deseado. No había más información. Solo sospechas.
[Con esto se termina la primera trama. Espero que os haya gustado...y habrá más! Podéis escribir en respuesta si lo deseáis.]
Valar Morghulis- Admin
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