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De caza en la árboleda.
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De caza en la árboleda.
Amaneció en la caótica ciudad en la que se encontraba, aquel día solo tenia en mente aprovisionarse de todo lo necesario para volver a su tierra natal, pero antes de todo aquello, era necesario conseguir un buen almuerzo, aunque su economía en aquel momento era ligeramente elevada, no lo era lo suficiente como para pagar los abusivos precios de aquel sitio y no estaba suficientemente acostumbrado a la ciudad como para regatear con sus paisanos, así que solo le quedaba una opción, la caza, dispuesto pues a ello pronto se puso en marcha en aquella preciosa mañana.
Con el ambiente aun cubierto del ligero roció de una mañana fresca, sintiendo el suave cantar de los pájaros en su camino y a los pequeños transeúntes empezar a poblar su ciudad monto en Tempestad rumbo a la salida mas al norte .Cuando llego a su destino sacando a Maeglin de su jaula de madera bellamente adornada con suaves tallas en sus barrotes, observo silenciosamente el lugar, allí no es escuchaba mas que el movimiento de las hojas por el viento, amaba esa tranquilidad que solo parajes alejados o bosque podían proporcionarle, después de unos minutos de autorreflexión, al fin se dispuso a pasar una apasionante mañana de caza, y con suerte tomar un buen almuerzo y algunas que otras provisiones.
Allí se encontraba en las afueras de aquella ciudad en una arboleda cercana a aquella hermosa ciudad, seguro que conseguiría un par de ardillas, palomas quizás, y algún que otro conejo que hubiera salido para refrescarse. En aquel silencioso ambiente, y ya con los pies en el suelo le quito la capucha a su fiel compañero, pasando sus callosos dedos por su lustroso plumaje, maravillándose una vez mas de lo hermoso que era, mirando aquellos profundos ojos del animal y dejando que estirara las alas antes de soltarlo para que emprendiera el vuelo, esperando que consiguiera alguna buena presa, que como buen señor, compartiría con su fiel compañero de caza. Cuando Maeglin se perdió de vista empezó a caminar en la dirección que había tomado este, esperando encontrar algún charco en el que pudiera lavarse la cara y dar de beber a Tempestad.
Con el ambiente aun cubierto del ligero roció de una mañana fresca, sintiendo el suave cantar de los pájaros en su camino y a los pequeños transeúntes empezar a poblar su ciudad monto en Tempestad rumbo a la salida mas al norte .Cuando llego a su destino sacando a Maeglin de su jaula de madera bellamente adornada con suaves tallas en sus barrotes, observo silenciosamente el lugar, allí no es escuchaba mas que el movimiento de las hojas por el viento, amaba esa tranquilidad que solo parajes alejados o bosque podían proporcionarle, después de unos minutos de autorreflexión, al fin se dispuso a pasar una apasionante mañana de caza, y con suerte tomar un buen almuerzo y algunas que otras provisiones.
Allí se encontraba en las afueras de aquella ciudad en una arboleda cercana a aquella hermosa ciudad, seguro que conseguiría un par de ardillas, palomas quizás, y algún que otro conejo que hubiera salido para refrescarse. En aquel silencioso ambiente, y ya con los pies en el suelo le quito la capucha a su fiel compañero, pasando sus callosos dedos por su lustroso plumaje, maravillándose una vez mas de lo hermoso que era, mirando aquellos profundos ojos del animal y dejando que estirara las alas antes de soltarlo para que emprendiera el vuelo, esperando que consiguiera alguna buena presa, que como buen señor, compartiría con su fiel compañero de caza. Cuando Maeglin se perdió de vista empezó a caminar en la dirección que había tomado este, esperando encontrar algún charco en el que pudiera lavarse la cara y dar de beber a Tempestad.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
- Spoiler:
- Permiso ^^
El día surgió tranquilo para la señora del norte. El banquete del día anterior había sido una gran reunión de nobles y demás personas, de música, comida y espectáculo además de infinidad de conversaciones. Anna no recordaba cuándo había salido de la sala para descansar pero lo que sí podía decir es que Fang e Invierno estaban con ella -más concretamente durmiendo a sus pies- y que su marido seguía durmiendo a su lado con una respiración tan profunda que era obvio que no iba a despertarse pronto. Miró por la ventana de la habitación de Lord Hightower les había dispuesto y comprobó que apenas estaba amaneciendo. Sonrió con calma y a sabiendas que no volvería a dormirse se dedicó a acariciar el cabello de Brandon por unos minutos antes de besarle levemente los labios y salir de la cama. Un paseo bajo la luz del alba aprovechando la efímera calma de Antigua sería un buen modo de empezar el día.
Ataviada con un vestido sencillo de color verde claro casi blanco y unas botas bajo él la morena salió de su cuarto no sin antes dejarle una nota a su esposo para que supiera que salía a pasear por las afueras de la ciudad con su huargo y escoltada por Ser Thomas. Saludó a la servidumbre que se cruzaba con ella en su camino para salir de El Faro y se pasó por las cocinas a petición de una de las doncellas para tomar un poco de pan y leche para desayunar y no salir con el estómago vacío. Hecho eso pidió que la guiaran hasta las caballerizas donde su yegua esperaba y la ensilló ella misma antes de montar rumbo a las afueras.
No era inusual que Lady Stark paseara por los bosques pero estaba tan acostumbrada a hacerlo por las tierras norteñas que no ver nieve ni árboles grisáceos cubiertos de un manto blanco la sorprendió. Antigua era realmente hermosa tanto dentro de sus murallas como fuera de ellas y era tal su fascinación que llegó un momento en que no recibió respuesta de su guardaespaldas a algunas de las frases que le dirigía para entablar conversación. Extrañada por ello se volteó sólo para darse cuenta de que estaba sola, había perdido de vista a Ser Thomas y ahora estaba sola, con Fang al regazo y en medio de un bosque que despertaba. No se asustó pues la ciudad no estaba tan lejos, pero debía ser cauta. El amanecer era una de las horas predilectas de los predadores para cazar a sus presas pues era cuando éstas salían a beber agua. Sólo esperaba no cabar siendo atacada por un animal, no quería tener que desenvainar a Wolfang.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
En el trascurso de pocos minutos había conseguido mas de lo que había podido esperar, incluso habían caído en garras del halcón algún que otro pez que había encontrado en un afluente a un rio cercano, donde se había sentado para darse un buen y merecido aseo, apenas había empezando a cortar su barba cuchilla en mano y camisa en suelo, cuando el tiempo trascurrido minutos antes con tranquila normalidad fue roto por el graznido del halcón que tenia por compañero, avisándole que no estaba solo en aquellos alrededores.
Así pues sosteniendo una de sus amadas dagas entre las manos y con el ceño fruncido se dispuso a ojear su entorno para ver que era lo que acechaba entre los arboles, preparado para un posible ataque o robo, cosa que no le sorprendería, pues con aquel barullo y algarabía en la ciudad que tenia claramente aire de festividad, los ladrones solían trasladarse también para conseguir grandes botines sin mayor esfuerzo y escabullirse como sombras.
Anduvo con paso cauto entre las hierbas y arbustos moviéndose lenta y tranquilamente divisando una sombra tras algunos arboles, claramente incapaz de apreciarla bien, camino con paso lento y seguro para acercarse mas, hasta que se encontró lo suficientemente cerca para observar el contorno de una mujer, lo que el no se había percatado es que Tempestad atraído por el aroma de la yegua de la señora, se había acercado con paso lozano y tranquilo, con la tranquilidad que solo sienten los animales que se saben a salvos a saludar a su compañera y porque no, cortejarla.
Poniendo los ojos en blanco después de ver como su caballo simplemente irrumpía en el claro sin mayor preocupación, decidió salir enfundado la daga para que la mujer no tomara su presencia como una amenaza.
Así pues sosteniendo una de sus amadas dagas entre las manos y con el ceño fruncido se dispuso a ojear su entorno para ver que era lo que acechaba entre los arboles, preparado para un posible ataque o robo, cosa que no le sorprendería, pues con aquel barullo y algarabía en la ciudad que tenia claramente aire de festividad, los ladrones solían trasladarse también para conseguir grandes botines sin mayor esfuerzo y escabullirse como sombras.
Anduvo con paso cauto entre las hierbas y arbustos moviéndose lenta y tranquilamente divisando una sombra tras algunos arboles, claramente incapaz de apreciarla bien, camino con paso lento y seguro para acercarse mas, hasta que se encontró lo suficientemente cerca para observar el contorno de una mujer, lo que el no se había percatado es que Tempestad atraído por el aroma de la yegua de la señora, se había acercado con paso lozano y tranquilo, con la tranquilidad que solo sienten los animales que se saben a salvos a saludar a su compañera y porque no, cortejarla.
Poniendo los ojos en blanco después de ver como su caballo simplemente irrumpía en el claro sin mayor preocupación, decidió salir enfundado la daga para que la mujer no tomara su presencia como una amenaza.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
El granzido del ave de presa hizo que la fémina se tensara un poco aunque se relajó con rapidez. Fuera águila, halcón o buitre no importaba mucho, por el sonido sólo era uno y dudaba qeu se avalanzase sobre ella, presas menores y más sencillas tendría por los alrededores como para arriesgarse a ser dañado por ella. Fang por su parte había alzado la cabeza y las orejas, orientándolas a todos lados y olfateando el aire con cierta desconfianza poco propia de una cría en proceso de crecimiento. Si lo pensaba bien su bola de pelo blanca estaba creciendo más lentamente que lo habitual en los huargos. Normalmente a los tres meses ya alcanzaban el tamaño de un lobo común, Fang sin embargo seguía teniendo el tamaño de una cría peluda y blandita.
No le dio demasiada importancia, incluso en los humanos había quienes crecían más lento que otros o que permanecían con pequeño tamaño antes de pegar el estirón, suponía que a su pequeña le pasaría algo similar. Sus pensamientos sobre el tema quedaron cortados cuando su yegua relinchó algo incómoda antes de relajarse y patear el suelo un par de veces con una de sus patas delanteras. Siria era un animal inteligente, ella misma la había domado desde que era una potrilla y no era la primera vez que hacía esos gestos en particular. Había más caballos cerca, machos concretamente y su suposición se afirmó cuando frente a ella apareció un bello espécimen que, a juzgar por las riendas y la silla, tenía dueño y estaba cerca.
Llevó disimuladamente su mano hacia la empuñadura de Wolfang, sostenida por un cinto al lado izquierdo de su cadera, por si el dueño del caballo resultaba no ser buena compañía y miró a su alrededor poco antes de que su huargo la sorprendiera bajándose de un salto y ladrando juguetonamente hacia un arbusto cercano. El mismo por el que apenas un par de segundos después apareció un varón norteño -sus rasgos así parecían identificarlo- que por sus ropas parecía de caza.
- Buenos días -saludó en primera instancia, descendiendo de Siria y alejando su mano de la espada curva para no parecer hostil aunque eso no significaba que el hombre tuviera su confianza- Espero no haberos interrumpido y ruego disculpéis a Fang, aún es joven e impulsiva -añadió para excusarse por si acaso el norteño se había visto obligado a dejar otras tareas por su presencia y también por la actitud juguetona de su haurgo, a la que cogió en brazos para que no se acercase al varón pues los lobos no eran muy agraciados, menos aún por los cazadores.
No le dio demasiada importancia, incluso en los humanos había quienes crecían más lento que otros o que permanecían con pequeño tamaño antes de pegar el estirón, suponía que a su pequeña le pasaría algo similar. Sus pensamientos sobre el tema quedaron cortados cuando su yegua relinchó algo incómoda antes de relajarse y patear el suelo un par de veces con una de sus patas delanteras. Siria era un animal inteligente, ella misma la había domado desde que era una potrilla y no era la primera vez que hacía esos gestos en particular. Había más caballos cerca, machos concretamente y su suposición se afirmó cuando frente a ella apareció un bello espécimen que, a juzgar por las riendas y la silla, tenía dueño y estaba cerca.
Llevó disimuladamente su mano hacia la empuñadura de Wolfang, sostenida por un cinto al lado izquierdo de su cadera, por si el dueño del caballo resultaba no ser buena compañía y miró a su alrededor poco antes de que su huargo la sorprendiera bajándose de un salto y ladrando juguetonamente hacia un arbusto cercano. El mismo por el que apenas un par de segundos después apareció un varón norteño -sus rasgos así parecían identificarlo- que por sus ropas parecía de caza.
- Buenos días -saludó en primera instancia, descendiendo de Siria y alejando su mano de la espada curva para no parecer hostil aunque eso no significaba que el hombre tuviera su confianza- Espero no haberos interrumpido y ruego disculpéis a Fang, aún es joven e impulsiva -añadió para excusarse por si acaso el norteño se había visto obligado a dejar otras tareas por su presencia y también por la actitud juguetona de su haurgo, a la que cogió en brazos para que no se acercase al varón pues los lobos no eran muy agraciados, menos aún por los cazadores.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Vio a la mujer bajarse de la yegua y vio como Tempestad la apartaba un poco de su ama para empezar a dar vueltas a su alrededor en actitud de cortejo, haciendo que soltara un suspiro al verlo, fijándose en la mujer delante suya, que le hizo alzar la ceja cuanto menos.
Las ropas de la mujer la revelaban como una noble cuanto menos, y el boche y demás ropajes con el símbolo del huargo así como la pequeña bola de pelo, como uno de sus señores cuanto mas, lo que le hizo fruncir aun mas el ceño, sus pintas eran desastrosas por decirlo de alguna manera, la barba a medio afeitar y el cabello enredado como un loco, pues aun no le había dado tiempo de arreglarse demasiado.
Sus ojos bajaron por la figura de la mujer de forma apreciativa para detenerse en la bolita blanca, sacando un trozo de carne de su zurrón, donde llevaba la comida de Maeglin para estirar el brazo luego en dirección a la pequeña bolita de pelo.
Que hace una dama de vuestra cuna en un sitio como este y sin vuestra guardia mi señora?....- Alzo la vista para clavar sus ojos en los de la dama de forma intensa . –No temáis, que no soy mal hombre y no voy a haceros daño…Mi nombre es Jhon Escarcha…mi señora, podría humildemente saber el vuestro..? me temo que he viajado mucho y no reconozco a los nobles que reinan en este momento…
Las ropas de la mujer la revelaban como una noble cuanto menos, y el boche y demás ropajes con el símbolo del huargo así como la pequeña bola de pelo, como uno de sus señores cuanto mas, lo que le hizo fruncir aun mas el ceño, sus pintas eran desastrosas por decirlo de alguna manera, la barba a medio afeitar y el cabello enredado como un loco, pues aun no le había dado tiempo de arreglarse demasiado.
Sus ojos bajaron por la figura de la mujer de forma apreciativa para detenerse en la bolita blanca, sacando un trozo de carne de su zurrón, donde llevaba la comida de Maeglin para estirar el brazo luego en dirección a la pequeña bolita de pelo.
Que hace una dama de vuestra cuna en un sitio como este y sin vuestra guardia mi señora?....- Alzo la vista para clavar sus ojos en los de la dama de forma intensa . –No temáis, que no soy mal hombre y no voy a haceros daño…Mi nombre es Jhon Escarcha…mi señora, podría humildemente saber el vuestro..? me temo que he viajado mucho y no reconozco a los nobles que reinan en este momento…
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
Anna no pudo reprimir una ligera risilla que surgió de sus labios al ver la actitud de ambos equinos. Siria nunca había quedado en cinta y dudaba que fuera a hacerlo en esta ocasión, pero aún así la situación era divertida a sus ojos y más teniendo en cuenta el suspiro de su acompañante. Luego centró de nuevo su atención en el varón y dejó a Fang en el suelo al ver que él le tendía un trozo de carne, agradeciéndole por lo bajo el gesto de amabilidad mientras la huargo se lanzaba a devorar aquel manjar, o al menos para ella lo era.
- Tengo por costumbre salir a pasear con Siria, tampoco quería privarme del placer de ver los parajes de Antigua en primavera. Supongo que acabé tan hipnotizada por esta belleza que perdí de vista a Ser Thomas -respondió a las primeras preguntas con una sonrisa en el rostro. Anna siempre había tenido buena intuición y algo le decía que no necesitaba mostrarse distante ni a la defensiva con ese hombre, más aún al confirmar que era del norte aunque ese apellido jamás lo había escuchado.
- Es un placer Jhon, yo soy Anna Stark, la señora de Invernalia -tras presentarse hizo una leve reverencia no por protocolo sino más bien por cordialidad, la regente del norte era conocida entre otras muchas cosas por tratar como iguales a nobles y vasallos, más aún si eran de su tierra- Ojalá no os incomode mi curiosidad pero... ¿podría saber de dónde viene vuestro apellido? Reconozco que nunca le escuché -añadió en pos de saciar su curiosidad. Creía conocer todos los apellidos, casas y ciudades de su tierra y que de pronto le indicaran un apellido que no conocía la tomaba por sorpresa.
- Tengo por costumbre salir a pasear con Siria, tampoco quería privarme del placer de ver los parajes de Antigua en primavera. Supongo que acabé tan hipnotizada por esta belleza que perdí de vista a Ser Thomas -respondió a las primeras preguntas con una sonrisa en el rostro. Anna siempre había tenido buena intuición y algo le decía que no necesitaba mostrarse distante ni a la defensiva con ese hombre, más aún al confirmar que era del norte aunque ese apellido jamás lo había escuchado.
- Es un placer Jhon, yo soy Anna Stark, la señora de Invernalia -tras presentarse hizo una leve reverencia no por protocolo sino más bien por cordialidad, la regente del norte era conocida entre otras muchas cosas por tratar como iguales a nobles y vasallos, más aún si eran de su tierra- Ojalá no os incomode mi curiosidad pero... ¿podría saber de dónde viene vuestro apellido? Reconozco que nunca le escuché -añadió en pos de saciar su curiosidad. Creía conocer todos los apellidos, casas y ciudades de su tierra y que de pronto le indicaran un apellido que no conocía la tomaba por sorpresa.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Dejo al pequeño huargo tomar la carne, sintiendo como Maeglin le clavaba la vista para vigilarlo, por si se le ocurría soltar el trozo de carne para tomarla el en un momento de distracción.
Sonrió a la dama al escuchar su nombre y ni por asomo clavo la rodilla al suelo para mostrar su respeto, simplemente bajo suavemente la cabeza para ver que la reconocía como su señora, subiendo de nuevo el rostro para mirar a la dama alzando de nuevo la ceja para mirarla.
Es una larga historia señora….nací como un nieve, y jamás conocí a mi padre o eso podría decir, vuelvo a casa para ver si consigo descubrir mi ascendencia, y en cuanto…a mi apellido, creo que todo bastardo debería poder decidir su destino y no ser encasillado, por eso me llamo a mi mismo escarcha, y todos mis hijos tendrán mi apellido, no soy solo un nieve mas…no se si es capaz de entender eso..- Sonrió levemente, no creía que una dama de alta alcurnia entendiera las necesidades de pertenencia o las preocupaciones de gente de su estatus o su calaña.
No creo que lo comprenda señora, pero al menos le pido que no lo juzgue, su mirada es la de una buena persona señora, no evade la mía…..seguramente seáis una gran dama….dejadme preguntarle una cosa….quien…quien gobierna los terrenos del norte ahora? Cuando me marche de nuestra tierra apenas era un infante…. – Le dedico su mejor sonrisa en aquel momento bajando la mirada al sentir el graznido de Maeglin que se había acercado para intentar picotearle un trozo de carne al cachorro.
Sonrió a la dama al escuchar su nombre y ni por asomo clavo la rodilla al suelo para mostrar su respeto, simplemente bajo suavemente la cabeza para ver que la reconocía como su señora, subiendo de nuevo el rostro para mirar a la dama alzando de nuevo la ceja para mirarla.
Es una larga historia señora….nací como un nieve, y jamás conocí a mi padre o eso podría decir, vuelvo a casa para ver si consigo descubrir mi ascendencia, y en cuanto…a mi apellido, creo que todo bastardo debería poder decidir su destino y no ser encasillado, por eso me llamo a mi mismo escarcha, y todos mis hijos tendrán mi apellido, no soy solo un nieve mas…no se si es capaz de entender eso..- Sonrió levemente, no creía que una dama de alta alcurnia entendiera las necesidades de pertenencia o las preocupaciones de gente de su estatus o su calaña.
No creo que lo comprenda señora, pero al menos le pido que no lo juzgue, su mirada es la de una buena persona señora, no evade la mía…..seguramente seáis una gran dama….dejadme preguntarle una cosa….quien…quien gobierna los terrenos del norte ahora? Cuando me marche de nuestra tierra apenas era un infante…. – Le dedico su mejor sonrisa en aquel momento bajando la mirada al sentir el graznido de Maeglin que se había acercado para intentar picotearle un trozo de carne al cachorro.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
Escuchó atenta e incluso conmovida la historia de su acompañante, dirigiéndole una suave mirada que buscaba demostrar comprensión y respeto por tan grande decisión. Los bastardos no solían tener tan alta estima de sí mismos y en ese aspecto no pudo evitar pensar que Jhon y Daemon se parecían bastante. Ambos bastardos pero que renunciaron a ser catalogados como sólo eso adueñándose de un apellido propio, fundando una nueva casa a expensas de lo que otros pudieran pensar. Eso decía mucho del norteño. Quiso decir algo pero guardó silencio al ver que él siguió hablando, mostrándose por ende cortés y respetuosa para con el varón.
- Me halagáis, y tened por seguro que no voy a juzgaros. Al contrario, me parece una gran decisión. Cierto es que no puedo comprenderos, mas sí lo entiendo. Cada cual debe ser dueño de su destino -mencionó en primera instancia regalándole al menor una sonrisa que demostraba la sinceridad de sus palabras. La ojos turquesa conocía bien el mundo de los nobles y la política, pero ella no era como muchos señores, se preocupaba tanto por su pueblo como por sus propios hijos. En cuanto a la pregunta Anna tardó un poco en responder, más que nada porque recordó la muerte de sus suegros.
- Lord Stark murió hace ya tiempo dejando dos varones. Brandon Stark, mi esposo, es el señor del norte desde que su padre falleció. Es un gran hombre, y tened por seguro que seréis bien recibido en Invernalia cuando deseéis regresar -contestó antes de dirigir una extrañada mirada a su compañera canina al escuchar un gruñido por su parte. No obstante, reír tras verla fue inevitable pues estaba gruñéndole y mostrándole los dientes al halcón -que supuso era de Jhon- en un acto que pretendía ser amenazante mientras ocultaba entre sus patas lo que restaba del pedazo de carne.
- Me halagáis, y tened por seguro que no voy a juzgaros. Al contrario, me parece una gran decisión. Cierto es que no puedo comprenderos, mas sí lo entiendo. Cada cual debe ser dueño de su destino -mencionó en primera instancia regalándole al menor una sonrisa que demostraba la sinceridad de sus palabras. La ojos turquesa conocía bien el mundo de los nobles y la política, pero ella no era como muchos señores, se preocupaba tanto por su pueblo como por sus propios hijos. En cuanto a la pregunta Anna tardó un poco en responder, más que nada porque recordó la muerte de sus suegros.
- Lord Stark murió hace ya tiempo dejando dos varones. Brandon Stark, mi esposo, es el señor del norte desde que su padre falleció. Es un gran hombre, y tened por seguro que seréis bien recibido en Invernalia cuando deseéis regresar -contestó antes de dirigir una extrañada mirada a su compañera canina al escuchar un gruñido por su parte. No obstante, reír tras verla fue inevitable pues estaba gruñéndole y mostrándole los dientes al halcón -que supuso era de Jhon- en un acto que pretendía ser amenazante mientras ocultaba entre sus patas lo que restaba del pedazo de carne.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Alzo la vista para mirar a la señora del norte después de su contestación y sonrió ligeramente sacando otro trozo de carne y lanzándoselo al halcón para que dejara de agobiar al pequeño huargo y este pudiera comer tranquilamente.
Por vuestras palabras se puede saber que sois una buena señora para vuestro pueblo… y me enorgullezco de poder serviros en todo lo posible como norteño de nacimiento y corazón mi señora… - Inclino de nuevo la cabeza en señal ahora de profunda sumisión, alzándola segundos después para observar el lugar, donde no parecía haber señales del protector de la dama- No parece haber señales de vuestro guardián, os ayudare a buscarle si me dais un segundo para terminar de arreglarme, me temo que llevo muchos días en alta mar y no he podido acicalarme adecuadamente….tengo un pequeño tenderete cerca de aquí, en un rio…gustáis en acompañarme en un apresurado desayuno dama?...
Sonrió y le tendió la mano a la dama para que la tomara si así era su deseo, realmente no se sentiría insultado si no lo hacia, al igual que si no aceptaba ir con el hacia su improvisado campamento al fin y al cabo era solo un desconocido norteño.
Mientras esperaba para ver si la dama decidia tomar su mano o no, silbo para que Maeglin se subiera en hombro clavandole ligeramente las garras al no llevar su habitual armadura de cuero que le proteguia especialmente de estas.
Por vuestras palabras se puede saber que sois una buena señora para vuestro pueblo… y me enorgullezco de poder serviros en todo lo posible como norteño de nacimiento y corazón mi señora… - Inclino de nuevo la cabeza en señal ahora de profunda sumisión, alzándola segundos después para observar el lugar, donde no parecía haber señales del protector de la dama- No parece haber señales de vuestro guardián, os ayudare a buscarle si me dais un segundo para terminar de arreglarme, me temo que llevo muchos días en alta mar y no he podido acicalarme adecuadamente….tengo un pequeño tenderete cerca de aquí, en un rio…gustáis en acompañarme en un apresurado desayuno dama?...
Sonrió y le tendió la mano a la dama para que la tomara si así era su deseo, realmente no se sentiría insultado si no lo hacia, al igual que si no aceptaba ir con el hacia su improvisado campamento al fin y al cabo era solo un desconocido norteño.
Mientras esperaba para ver si la dama decidia tomar su mano o no, silbo para que Maeglin se subiera en hombro clavandole ligeramente las garras al no llevar su habitual armadura de cuero que le proteguia especialmente de estas.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
Fang quedó más que satisfecha al ver que el ave rapaz dejaba de prestarle atención mientras su dueña intercambiaba palabras con el desconocido, ante las cuales Anna no pudo hacer más que sonrojarse levemente, a pesar de su edad halagos tan sinceros como aquellos seguían sacándole los colores a sus mejillas antes de esbozar una sonrisa agadecida pero también un poco nerviosa. Su pueblo la conocía ya tanto que a veces le resultaba extraña tanta formalidad.
- Podéis llamarme Anna, las formalidades no son necesarias -comentó poco antes de que Jhon observase alrededor viendo que efectivamente no había ni rastro de su guardia. No se preocupaba por él, Ser Thomas era un gran caballero, hábil jinete y espadachín por lo que el bosque no le haría daño, lo que sí la preocupaba era que, conociéndole, seguro estaba buscándola como loco. A veces la protegía más de lo necesario... No pensó demasiado en ello pues era cosa de todos los días y volvió a fijar su atención en el menor cuando éste le ofreció guiarla hacia su pequeño campamento. Era mejor opción que quedarse en un pequeño claro en medio de la nada, además así Siria y Fang podrían beber del río y quizá ella refrescarse un poco, seguía sin acostumbrarse al calor del sur.
- Gustosa acepto tal invitación -también aceptó la mano que el norteño le ofreció antes de dar un suave silbido -con un curioso ritmo muy semejante a un "tururú" no muy agudo- para llamar la atención de su yegua. Apenas obtuvo un relincho como respuesta y justo después el tener a su compañera cerca, acariciarle suavemente el lomo con la mano libre y voltear hacia su actual anfitrión para decirle con un leve gesto de su rostro que estaba lista. Había desayunado un poco y no es que ella fuera de las que comían mucho, pero no iba a negar tanta hospitalidad y si ella no comía seguro que el estómago sin fondo de su huargo sí lo hacía.
- Podéis llamarme Anna, las formalidades no son necesarias -comentó poco antes de que Jhon observase alrededor viendo que efectivamente no había ni rastro de su guardia. No se preocupaba por él, Ser Thomas era un gran caballero, hábil jinete y espadachín por lo que el bosque no le haría daño, lo que sí la preocupaba era que, conociéndole, seguro estaba buscándola como loco. A veces la protegía más de lo necesario... No pensó demasiado en ello pues era cosa de todos los días y volvió a fijar su atención en el menor cuando éste le ofreció guiarla hacia su pequeño campamento. Era mejor opción que quedarse en un pequeño claro en medio de la nada, además así Siria y Fang podrían beber del río y quizá ella refrescarse un poco, seguía sin acostumbrarse al calor del sur.
- Gustosa acepto tal invitación -también aceptó la mano que el norteño le ofreció antes de dar un suave silbido -con un curioso ritmo muy semejante a un "tururú" no muy agudo- para llamar la atención de su yegua. Apenas obtuvo un relincho como respuesta y justo después el tener a su compañera cerca, acariciarle suavemente el lomo con la mano libre y voltear hacia su actual anfitrión para decirle con un leve gesto de su rostro que estaba lista. Había desayunado un poco y no es que ella fuera de las que comían mucho, pero no iba a negar tanta hospitalidad y si ella no comía seguro que el estómago sin fondo de su huargo sí lo hacía.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Sonrió mirando a la señora y la encamino hacia otro claro no demasiado alejado de la ubicación en la que habían estado, pero si escondido de forma natural por matorrales y pequeñas elevaciones de tierra. Una vez llegado tendió su algo deshilachada camisa en el pasto para que la señora se sentara mientras le señalaba la marmita que había frente a ellos, algo que tenia aspecto de caldo montañés.
Sírvase lo que quiera para usted y para la pequeña cosa peluda…- Sonrió de nuevo y limpio su único tazón en el agua tendiéndoselo luego a la dama, acercándose de forma resuelta y segura hacia la yegua para proporcionarle una jugosa manzana roja – Siéntase libre de tomar lo que quiera y de descansar cuanto quiera, yo terminare en algunos minutos mas…también puedo ofrecerle alguna infusión si quisiera…
Se acercó al agua y se fue zambullendo lentamente en ella después de haber alimentado rápidamente a la yegua, mirando a la dama desde el agua- Disculpad el atrevimiento….de que casa venís?.....me resultáis conocida y no se realmente el por que…estuvisteis en la casa Stark cuando erais joven quizás? Quizás me recordéis a mi entonces, viví parte de mi infancia cerca del castillo, en una casita algo apartada cerca del bosque de los antiguos dioses.
Salió mojado, con el cabello correando hacia la hierba para tomar su cuchilla y empezar a afeitarse mirando de reojo a la señora, esperando pacientemente su contestación, quizás es por que desde que había pasado la mitad de su vida en Bravoos, todos les parecían ligeramente iguales en aquella parte del mundo.
Sírvase lo que quiera para usted y para la pequeña cosa peluda…- Sonrió de nuevo y limpio su único tazón en el agua tendiéndoselo luego a la dama, acercándose de forma resuelta y segura hacia la yegua para proporcionarle una jugosa manzana roja – Siéntase libre de tomar lo que quiera y de descansar cuanto quiera, yo terminare en algunos minutos mas…también puedo ofrecerle alguna infusión si quisiera…
Se acercó al agua y se fue zambullendo lentamente en ella después de haber alimentado rápidamente a la yegua, mirando a la dama desde el agua- Disculpad el atrevimiento….de que casa venís?.....me resultáis conocida y no se realmente el por que…estuvisteis en la casa Stark cuando erais joven quizás? Quizás me recordéis a mi entonces, viví parte de mi infancia cerca del castillo, en una casita algo apartada cerca del bosque de los antiguos dioses.
Salió mojado, con el cabello correando hacia la hierba para tomar su cuchilla y empezar a afeitarse mirando de reojo a la señora, esperando pacientemente su contestación, quizás es por que desde que había pasado la mitad de su vida en Bravoos, todos les parecían ligeramente iguales en aquella parte del mundo.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
Se dejó guiar con confianza hacia el otro claro más escondido, dirigiendo su mirada a su alrededor tanto para no caerse al tropezar con alguna rama o roca -sabía de lo torpe que en ocasiones era- como para no perderse detalle de todo el desplante de verdor y colores que había a su alrededor. Al llegar estuvo a punto de no dejar que el varón se quitara la camiseta para ofrecérsela de humilde asiento, pero no lo hizo y aceptó sin más. No le ponía nerviosa ver a un hombre con el torso descubierto salvo fuera su marido, al fin y al cabo cuando su hijo y cuñado entrenaban no era rara la ocasión en que incluso con el frío norteño acaban ambos con poca ropa.
Cuando se le ofreció el cazo lo aceptó con gratitud y observó la cazuela, acercándose lo necesario para deleitarse con el aroma de la comida. Ella siempre había sido buena cocinera y sabía reconocer la buena comida, pero sin duda las comidas humildes y caseras eran sus predilectas y ese aroma le recordaba mucho a la sopa que los nobles de las montañas de Invernalia le servían cuando iba a sus tierras a llevar alimento, telas u otros bienes a pesar de la distancia y su mala fama de hombres hoscos y rudos.
- Con el caldo es más que suficiente, nunca he comido demasiado -mencionó denegando la oferta de la infusión no por no quererla, sino porque tampoco era cuestión de abusar de la amabilidad del, al parecer, leal vasallo que se había encontrado de casualidad. Además sí era cierto que no comía gran cosa, para ser una gran señora siempre se había contentado con poco, a veces menos de lo necesario si otros lo necesitaban más que ella.
- No tenéis porqué disculparos, la curiosidad es algo natural -le dijo mientras se servía un plato del caldo y su bola de pelo miraba el río sin saber muy bien si beber o meterse directamente- Soy Karstark de nacimiento pero no os equivocáis. Viajé de Karhold a Invernalia cuando era joven, me prometieron con Brandon y desde entonces he vivido en la capital del norte. Desde que fui prometida mi costumbre de pasear acaballo se afianzó así que sí es muy posible que nos viésemos en algún momento, pero lamento no recordarlo por ahora, deduzco que han pasado bastantes años desde entonces "Y ahora muchas preocupaciones ocupan mi mente" -aquello último sólo lo pensó, no quería revelar que la tensa paz que se vivía en Poniente la preocupaba tanto como para tenerla siempre en vilo.
Cuando se le ofreció el cazo lo aceptó con gratitud y observó la cazuela, acercándose lo necesario para deleitarse con el aroma de la comida. Ella siempre había sido buena cocinera y sabía reconocer la buena comida, pero sin duda las comidas humildes y caseras eran sus predilectas y ese aroma le recordaba mucho a la sopa que los nobles de las montañas de Invernalia le servían cuando iba a sus tierras a llevar alimento, telas u otros bienes a pesar de la distancia y su mala fama de hombres hoscos y rudos.
- Con el caldo es más que suficiente, nunca he comido demasiado -mencionó denegando la oferta de la infusión no por no quererla, sino porque tampoco era cuestión de abusar de la amabilidad del, al parecer, leal vasallo que se había encontrado de casualidad. Además sí era cierto que no comía gran cosa, para ser una gran señora siempre se había contentado con poco, a veces menos de lo necesario si otros lo necesitaban más que ella.
- No tenéis porqué disculparos, la curiosidad es algo natural -le dijo mientras se servía un plato del caldo y su bola de pelo miraba el río sin saber muy bien si beber o meterse directamente- Soy Karstark de nacimiento pero no os equivocáis. Viajé de Karhold a Invernalia cuando era joven, me prometieron con Brandon y desde entonces he vivido en la capital del norte. Desde que fui prometida mi costumbre de pasear acaballo se afianzó así que sí es muy posible que nos viésemos en algún momento, pero lamento no recordarlo por ahora, deduzco que han pasado bastantes años desde entonces "Y ahora muchas preocupaciones ocupan mi mente" -aquello último sólo lo pensó, no quería revelar que la tensa paz que se vivía en Poniente la preocupaba tanto como para tenerla siempre en vilo.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Asintió mirándola de reojo para después volver a fijarla en su propio reflejo en el agua mientras seguía rasurando su mentón y barbilla para deshacerse de aquella espesa barba que lo había acompañado todo el viaje.
Creo, que incluso es posible que no nos conociéramos, me fui poco después de cumplir una decena de años y he vivido en Bravoos desde entonces…he vuelto para hacerme un sitio en mi tierra natal, si comprendéis que quiero decir… - Termino de rasurarse y se acarició la zona ahora libre de todo vello echándose un poco de agua para terminar de limpiarse, alzándose para guardar sus enseres de limpieza personal, dándole la espalda un segundo a la señora, dándole una primera plana de su espalda musculosa y completamente marcada en toda ella por pequeñas y finas tiras rojas sin orden alguno, que eran sin dudas antiguas cicatrices de hacia ya mucho tiempo.
Bueno señora, creo que he acabado todo lo que tenia que hacer aquí….si queréis os ayudare a buscar a vuestro guardia, pero contestadme, que es lo que se cuece en la ciudad, creo que no se ni en que año y mes estamos viviendo en estas tierras, sigo el calendario Bravoosi…. – Sonrió encogiéndose de hombros y sentándose frente a ella con gesto holgazán.
Creo, que incluso es posible que no nos conociéramos, me fui poco después de cumplir una decena de años y he vivido en Bravoos desde entonces…he vuelto para hacerme un sitio en mi tierra natal, si comprendéis que quiero decir… - Termino de rasurarse y se acarició la zona ahora libre de todo vello echándose un poco de agua para terminar de limpiarse, alzándose para guardar sus enseres de limpieza personal, dándole la espalda un segundo a la señora, dándole una primera plana de su espalda musculosa y completamente marcada en toda ella por pequeñas y finas tiras rojas sin orden alguno, que eran sin dudas antiguas cicatrices de hacia ya mucho tiempo.
Bueno señora, creo que he acabado todo lo que tenia que hacer aquí….si queréis os ayudare a buscar a vuestro guardia, pero contestadme, que es lo que se cuece en la ciudad, creo que no se ni en que año y mes estamos viviendo en estas tierras, sigo el calendario Bravoosi…. – Sonrió encogiéndose de hombros y sentándose frente a ella con gesto holgazán.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
- He oído hablar mucho de Braavos y de sus espadachines, ha de ser una gran ciudad -mencionó omitiendo su respuesta a la indirecta pregunta de su acompañante pues por su tono de voz estaba claro que sí comprendía lo que buscaba decirle. No había que ser un genio para saber que Jhon trataba de hacerse un sitio en su patria, y como suele decirse quien la sigue la consigue. Tras ello mantuvo silencio mientras probaba muy a gusto el caldo que se había servido viendo también cómo Fang disfrutaba jugando en el agua, al parecer un pequeño grupo de peces había llamado su atención y se dedicaba a seguirlos con sus ojos de hielo.
Por su lado Anna no pudo evitar fijarse en el físico del varón, más concretamente en sus cicatrices. Pocos hombres estaban exentos de marcas en sus cuerpos y menos si como él había mencionado no había dejado de viajar pues eso significaba trabajar mucho para conseguir dinero, comida y alojamiento. Algo le decía que las heridas cicatrizadas no eran sólo de eso, pero no iba a invadir la privacidad del moreno con preguntas que quizá resultasen incómodas para él, prefería guardar silencio y sabía mantener su curiosidad oculta y al margen.
- Si estáis aquí sin saberlo supongo que los dioses quisieron daros un regalo -comentó en primera instancia, dejando el cazo vacío a un lado tras la última cucharada y limpiándose recatadamente la comisura de los labios. Había algunas costumbres nobles que no se perdían- Mirad a vuestro alrededor, El Dominio resplandece como nunca y los Siete reinos celebran. Hoy es 9 de Febrero del año 189, ayer mismo comenzó la primavera -explicó manteniendo su tierna y casi maternal sonrisa dibujada en sus labios.
Por su lado Anna no pudo evitar fijarse en el físico del varón, más concretamente en sus cicatrices. Pocos hombres estaban exentos de marcas en sus cuerpos y menos si como él había mencionado no había dejado de viajar pues eso significaba trabajar mucho para conseguir dinero, comida y alojamiento. Algo le decía que las heridas cicatrizadas no eran sólo de eso, pero no iba a invadir la privacidad del moreno con preguntas que quizá resultasen incómodas para él, prefería guardar silencio y sabía mantener su curiosidad oculta y al margen.
- Si estáis aquí sin saberlo supongo que los dioses quisieron daros un regalo -comentó en primera instancia, dejando el cazo vacío a un lado tras la última cucharada y limpiándose recatadamente la comisura de los labios. Había algunas costumbres nobles que no se perdían- Mirad a vuestro alrededor, El Dominio resplandece como nunca y los Siete reinos celebran. Hoy es 9 de Febrero del año 189, ayer mismo comenzó la primavera -explicó manteniendo su tierna y casi maternal sonrisa dibujada en sus labios.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Así es, Bravoos es una gran ciudad mi señora, y así que ya es primavera, me extrañaba en sobremanera que hiciera tanto calor por este lugar, aunque realmente nunca he visitado esta parte del mundo, no podría haberlo adivinado por mi mismo, entonces la carrera y toda esta festividad es para celebrar la llegada de la primavera cierto? – La miro largamente divertido en cierta forma por la postura y la planta de la mujer, cualquiera que la viera en aquel momento sentada podría adivinar sin temor a equivocarse que venia de las mejores familias, ese halo de nobleza solía permanecer con las mujeres- Umh….ahora que recuerdo, podría realizaros otra pregunta?...
Sonrió levemente y ladeo un poco la cabeza dándole algunos segundos, sabiendo de antemano que su contestación seria afirmativa – Se que aquí seguís la tradición de rezar a los sietes, pero mi madre me crio en la religión de los antiguos, sigue manteniendo algún vestigio de estos en Invernalia? Solía ir a rezarle al anciano árbol con ella en las noches de luna llena, la religión no es perseguida cierto?....es algo que debería saber si quiero viajar hasta casa, no vayan a intentar matarme por rezar a mis dioses.
Dicho esto le tendio una pequeña talla que representaba a los antiguos dioses para que ella pudiera apreciarla.
Sonrió levemente y ladeo un poco la cabeza dándole algunos segundos, sabiendo de antemano que su contestación seria afirmativa – Se que aquí seguís la tradición de rezar a los sietes, pero mi madre me crio en la religión de los antiguos, sigue manteniendo algún vestigio de estos en Invernalia? Solía ir a rezarle al anciano árbol con ella en las noches de luna llena, la religión no es perseguida cierto?....es algo que debería saber si quiero viajar hasta casa, no vayan a intentar matarme por rezar a mis dioses.
Dicho esto le tendio una pequeña talla que representaba a los antiguos dioses para que ella pudiera apreciarla.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
- No os falta razón, mucha gente está entusiasmada y los festejos durarán mucho tiempo. La primavera es un evento que todos desean derive en un largo verano -respondió sin desviar su mirada de él y sin que sus facciones variasen en lo más mínimo. Era muy común en Anna sentirse cómoda con la gente de su alrededor aún cuando fueran recién conocidos y eso se podía notar fácilmente en su cuerpo y sus calmados gestos. A pesar de mantener el porte noble que la había caracterizado desde el nacimiento pocas nobles se encontraban a gusto en la misma situación en la que ella se encontraba pero los que habían oído hablar de ella sabían que aún de cuna noble Lady Stark prefería compartir su tiempo con las gentes de a pie que con otros de su status.
Cuando él le pidió permiso para preguntar ella se lo concedió con un simple afirmar de su rostro y esperó a oír la cuestión que se le iba a plantear. Debía reconocer que le sorprendió e incluso rió por lo bajo al escuchar la preocupación del varón no porque la creyese sin sentido, sino porque la idea de que su tierra se hubiese pasado a la religión de los Siete o de cualquier otro dios se le antojó tan remota como que el cielo cayera sobre sus cabezas. Los norteños tenían fama de ser duros e incluso algo gruñones, personas fieras capaces de resistir el más crudo de los inviernos y la firmeza de sus creencias no era nada fácil de quebrar. Tomó la tablita que él le ofrecía y la observó con detenimiento antes de contestar.
- No tenéis de qué preocuparos pues estoy segura de que Invernalia sigue igual a como la recordáis, nuestra fe es la de los antiguos dioses. Creemos en ellos con tanta fuerza como nuestros antepasados y con la llegada de la primavera quizá nuevos arcianos y bosques de dioses vean la luz mientras los más ancianos siguen creciendo -respondió buscando calmar las dudas de su acompañante. En ningún rincón de los Siete reinos sería perseguido por creer en una religión distinta a las que se acostumbraba en Poniente, Anna dudaba que algún regente fuera capaz de hacer algo así, o mejor dicho, de preocuparse por algo como eso estando una guerra en ciernes- La religión de los Siete ha prosperado por todo el continente salvo en el norte y en las Islas del Hierro, donde siguen venerando a su Dios Ahogado -añadió como pequeña explicación que le parecía necesaria para dejar el tema sin duda que plantear.
Cuando él le pidió permiso para preguntar ella se lo concedió con un simple afirmar de su rostro y esperó a oír la cuestión que se le iba a plantear. Debía reconocer que le sorprendió e incluso rió por lo bajo al escuchar la preocupación del varón no porque la creyese sin sentido, sino porque la idea de que su tierra se hubiese pasado a la religión de los Siete o de cualquier otro dios se le antojó tan remota como que el cielo cayera sobre sus cabezas. Los norteños tenían fama de ser duros e incluso algo gruñones, personas fieras capaces de resistir el más crudo de los inviernos y la firmeza de sus creencias no era nada fácil de quebrar. Tomó la tablita que él le ofrecía y la observó con detenimiento antes de contestar.
- No tenéis de qué preocuparos pues estoy segura de que Invernalia sigue igual a como la recordáis, nuestra fe es la de los antiguos dioses. Creemos en ellos con tanta fuerza como nuestros antepasados y con la llegada de la primavera quizá nuevos arcianos y bosques de dioses vean la luz mientras los más ancianos siguen creciendo -respondió buscando calmar las dudas de su acompañante. En ningún rincón de los Siete reinos sería perseguido por creer en una religión distinta a las que se acostumbraba en Poniente, Anna dudaba que algún regente fuera capaz de hacer algo así, o mejor dicho, de preocuparse por algo como eso estando una guerra en ciernes- La religión de los Siete ha prosperado por todo el continente salvo en el norte y en las Islas del Hierro, donde siguen venerando a su Dios Ahogado -añadió como pequeña explicación que le parecía necesaria para dejar el tema sin duda que plantear.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Jhon la miro largamente de forma pensativa por un largo par de minutos, fijándose en los detalles mas nimios de su apariencia pero sin hacerlo realmente –Decidme señora…..es cierto lo que se escucha en todas las ciudades libres? Que hay murmullos de guerra en toda la zona de poniente por los dragones, el dragón negro y el rojo? Tenia entendido que el señor de los dragones era un buen rey…que es lo que a ocurrido?.....
Había perdido completamente los modales, aquella mujer era tan cercana que hacia que dejaras las restricciones que suponía hablar con un noble en otro sitio, pero no en el ambiente reinante, el se había imaginado que una reina podría ser de la misma forma, cercana y a la vez con aquella especie de aura que le conferían un potencial escondido, una mujer con carácter pero cariñosa, que diablos, aquella mujer le hacia recordar a su madre y aquello le sacaba una pequeña sonrisa, aunque su adorada madre había sido muy severa y gruñona, pero el fue un crio travieso.
Se rasco la barbilla mirando la mujer en espera de contestación, con una leve sonrisa ahora algo preocupada, si había guerra tendría que esperar incluso mas tiempo en traerse a su pequeño hijo con el, no quería ponerlo en peligro en un ambiente lleno sangre y muerte, aunque por lo que había podido comprobar aunque el ambiente era tenso, aun no se palpaba batalla alguna.
Había perdido completamente los modales, aquella mujer era tan cercana que hacia que dejaras las restricciones que suponía hablar con un noble en otro sitio, pero no en el ambiente reinante, el se había imaginado que una reina podría ser de la misma forma, cercana y a la vez con aquella especie de aura que le conferían un potencial escondido, una mujer con carácter pero cariñosa, que diablos, aquella mujer le hacia recordar a su madre y aquello le sacaba una pequeña sonrisa, aunque su adorada madre había sido muy severa y gruñona, pero el fue un crio travieso.
Se rasco la barbilla mirando la mujer en espera de contestación, con una leve sonrisa ahora algo preocupada, si había guerra tendría que esperar incluso mas tiempo en traerse a su pequeño hijo con el, no quería ponerlo en peligro en un ambiente lleno sangre y muerte, aunque por lo que había podido comprobar aunque el ambiente era tenso, aun no se palpaba batalla alguna.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
- Era un buen rey... pero un mal marido. Traicionó sus votos dejando un gran número de bastardos -comenzó a explicar sin poder evitar que su mirada se dirigiese hacia sus manos, entrelazadas y descansando sobre su regazo, y con un tinte entre melancólico y triste plasmado en sus orbes turquesa. Pensar que el capricho y la libido de un rey estaban causando una guerra era una idea nada grata, menos para una mujer que consideraba inconcebible una traición así al matrimonio. Si hubiera habido amor en los actos del difunto rey, quizá se le excusase, pero todo había sido mera pasión, el número de amantes y de bastardos así lo confirmaba.
- Ahora Daeron Targaryen ocupa el trono junto a Myriah Martell, y Daemon Fuegoscuro busca lo que cree que le corresponde, el Trono de Hierro -finalizó sin explayarse demasiado ni comentar los rumores que circulaban por todo Poniente. No era un misterio que las malas lenguas hablaban de un romance secreto entre Daemon y la princesa Daenerys Targaryen, futura esposa de Maron Martell y que el negarle su mano había sido el motivo que impulsó al bastardo a tomar las armas contra su medio hermano. En ese terreno la norteña no quería meterse, nunca se sabía si los rumores eran o no verdad y ella no tenía la más mínima intención de esclarecerlos- La paz que ahora reina es frágil y sólo espero que, cuando llegue, la guerra no alcance el norte... pero quizá es una vana esperanza.
- Ahora Daeron Targaryen ocupa el trono junto a Myriah Martell, y Daemon Fuegoscuro busca lo que cree que le corresponde, el Trono de Hierro -finalizó sin explayarse demasiado ni comentar los rumores que circulaban por todo Poniente. No era un misterio que las malas lenguas hablaban de un romance secreto entre Daemon y la princesa Daenerys Targaryen, futura esposa de Maron Martell y que el negarle su mano había sido el motivo que impulsó al bastardo a tomar las armas contra su medio hermano. En ese terreno la norteña no quería meterse, nunca se sabía si los rumores eran o no verdad y ella no tenía la más mínima intención de esclarecerlos- La paz que ahora reina es frágil y sólo espero que, cuando llegue, la guerra no alcance el norte... pero quizá es una vana esperanza.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Miro con seriedad a la señora frotándose la barbilla y negó suavemente ante sus propios pensamientos – Dudo que la guerra llegue al norte mi señora, y si lo hace será solo para pedir hombres que se unan a una u otra facción como siempre han hecho, pero no tocaria las puertas de nuestro hogar, esta demasiado lejos y tiene poca riqueza mas lejos que las del alma y el honor de las personas…asi que estad tranquila por esa parte…
Y en cuanto a los temas de sucesión por un lado entendería al bastardo que quiere hacerse con un sitio en la corte, pero… - Se encogió de hombros suavemente- No me parece bien el movilizar a miles de personas por ello, una guerra siempre es triste, y nunca hay vencedores, solo vencidos, dolor, desolación, muerte por todos lados….Os lo digo con conocimiento de causa me temo.. –Soltó un suspiro y negó suavemente- Permitirme decíroslo, pero a los nobles no hay quien os entienda…o mas bien debería referirme a los nobles sureños…. Están todos igual de locos, y son todos igual de estúpidos…con lo fácil que es vivir en paz y disfrutar de los hijos y de las personas que uno aprecia…
Sonrió suavemente como para quitar hierro a sus palabras, mirando a la señora. – Decidme mi señora. Que haréis cuando terminen las festividades, volveréis al norte con vuestros acompañantes o tenéis alguna invitación de parte de los sureños?
Y en cuanto a los temas de sucesión por un lado entendería al bastardo que quiere hacerse con un sitio en la corte, pero… - Se encogió de hombros suavemente- No me parece bien el movilizar a miles de personas por ello, una guerra siempre es triste, y nunca hay vencedores, solo vencidos, dolor, desolación, muerte por todos lados….Os lo digo con conocimiento de causa me temo.. –Soltó un suspiro y negó suavemente- Permitirme decíroslo, pero a los nobles no hay quien os entienda…o mas bien debería referirme a los nobles sureños…. Están todos igual de locos, y son todos igual de estúpidos…con lo fácil que es vivir en paz y disfrutar de los hijos y de las personas que uno aprecia…
Sonrió suavemente como para quitar hierro a sus palabras, mirando a la señora. – Decidme mi señora. Que haréis cuando terminen las festividades, volveréis al norte con vuestros acompañantes o tenéis alguna invitación de parte de los sureños?
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
La fémina no pudo sino sonreír con levedad cuando el norteño le comentó que creía que la guerra no iba a llegar a sus tierras. Era un hermoso pensamiento pero Anna sabía que era una posibilidad lejana, para bien o para mal lazos de amistad unían a los Stark con la casa Fuegoscuro y con los Tyrell, no acudir a la guerra tras su llamada podía ser una ofensa que pagaran caro. Bien conocida era la neutralidad del Norte pues muchas guerras habían sucedido y los huargos no habían participado en casi ninguna de forma activa, pero en esta guerra algo le decía a Anna que participar iba a ser algo obligatorio por mucho que eso le pesase.
- Invernalia no son sólo tierras y aldeanos. La guerra no alcanzará el territorio y es posible que las gentes no sufran como el resto de Westeros... pero temo que los soldados no puedan gozar de esa suerte. Sé que suena infantil y poco realista pero rezo porque nunca deban partir a la guerra -era una mujer y madre ejemplar, la mera idea de perder a su marido o su hijo en una batalla oprimía su corazón con tal fuerza que a veces lo sentía aprisionado contra su pecho- No obstante agradezco vuestras palabras, me tranquilizan -añadió volviendo a esbozar la sonrisa que se había esfumado de su rostro, respirando hondamente para alejar ese tema de su mente e incluso se permitió soltar una leve risilla cuando escuchó el comentario ajeno respecto a los nobles.
- Me gustaría poder decir lo mismo, pero me temo que conozco demasiado bien el juego de la política como para ello. Sin embargo coincido, no hay quien nos entienda seamos de donde seamos... aunque creo que en ese aspecto los norteños no estamos muy incluidos -y rió de nuevo al sopesar en su mente las claras diferencias entre los habitantes del Norte y del resto del continente. Los Stark llevaban en sus venas la sangre de los Primeros hombres y parte de la sabiduría de los Niños del bosque, eso los hacía distintos, muy distintos a los sureños- Pocos conocen el valor de una vida pacífica y dedicada a la familia, la tierra y el pueblo. Me alegra saber que vos sí lo conocéis -mencionó antes de dejar el tema definitivamente atrás.
- Anais Fuegoscuro me ha brindado su hospitalidad durante ya algunas semanas, es hora de volver al hogar... hecho de menos Invernalia "Y no deseo que Robben siga anclado, no puede ocultarme su anhelo por conocer mundo" -respondió guardándose lo último para sí. Deseaba regresar a su tierra y liberar a su hijo de la responsabilidad de ser el Stark líder de Invernalia. Hubiera deseado que estuviera en Antigua con ella y que Sarah también hubiera venido para disfrutar de la llegada de la primavera, pero había sido su marido quien fue a la festividad. No se quejaba, en absoluto, pero ambos habían visto ya varias primaveras y le hubiera gustado compartir ese momento con sus hijos.
- Invernalia no son sólo tierras y aldeanos. La guerra no alcanzará el territorio y es posible que las gentes no sufran como el resto de Westeros... pero temo que los soldados no puedan gozar de esa suerte. Sé que suena infantil y poco realista pero rezo porque nunca deban partir a la guerra -era una mujer y madre ejemplar, la mera idea de perder a su marido o su hijo en una batalla oprimía su corazón con tal fuerza que a veces lo sentía aprisionado contra su pecho- No obstante agradezco vuestras palabras, me tranquilizan -añadió volviendo a esbozar la sonrisa que se había esfumado de su rostro, respirando hondamente para alejar ese tema de su mente e incluso se permitió soltar una leve risilla cuando escuchó el comentario ajeno respecto a los nobles.
- Me gustaría poder decir lo mismo, pero me temo que conozco demasiado bien el juego de la política como para ello. Sin embargo coincido, no hay quien nos entienda seamos de donde seamos... aunque creo que en ese aspecto los norteños no estamos muy incluidos -y rió de nuevo al sopesar en su mente las claras diferencias entre los habitantes del Norte y del resto del continente. Los Stark llevaban en sus venas la sangre de los Primeros hombres y parte de la sabiduría de los Niños del bosque, eso los hacía distintos, muy distintos a los sureños- Pocos conocen el valor de una vida pacífica y dedicada a la familia, la tierra y el pueblo. Me alegra saber que vos sí lo conocéis -mencionó antes de dejar el tema definitivamente atrás.
- Anais Fuegoscuro me ha brindado su hospitalidad durante ya algunas semanas, es hora de volver al hogar... hecho de menos Invernalia "Y no deseo que Robben siga anclado, no puede ocultarme su anhelo por conocer mundo" -respondió guardándose lo último para sí. Deseaba regresar a su tierra y liberar a su hijo de la responsabilidad de ser el Stark líder de Invernalia. Hubiera deseado que estuviera en Antigua con ella y que Sarah también hubiera venido para disfrutar de la llegada de la primavera, pero había sido su marido quien fue a la festividad. No se quejaba, en absoluto, pero ambos habían visto ya varias primaveras y le hubiera gustado compartir ese momento con sus hijos.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Lanzo un largo suspiro y lanzo una sonrisa tranquilizadora a la dama, el también había pensado en aquellos soldados, se preguntaba como estarían sus antiguas amistades en aquellas tierras, se había ido pronto pero había tenido amigos como cualquier niño, supuso que mas de uno habría entrado a trabajar para la casa Stark.
No os preocupéis por los soldados señora, si podéis observar los norteños somos duros de pelar, fuertes y recios, no nos mataran y no nos dejaremos morir en el sur, somos de los que vuelven a casa aunque estén medio muertes y sangrantes… - Sonrió levemente acariciando la cabecita de la pequeña bola de pelo blanca que tenia la señora- Sabéis…mi madre tuvo un perro o un lobo, no lo recuerdo demasiado bien, cuando era muy joven desapareció, aunque no estoy muy seguro siquiera era suyo, o del hombre que solía visitarla a veces.
Aunque, muchos hombres y mujeres solían visitarla, era una especie de curandera….es cierto eso que dicen, madre solo hay una….decidme, tenéis hijo mi señora?, yo tengo uno, de tres años…es muy inteligente, y le encanta jugar con otros niños y leer, podéis creerlo? Yo odiaba leer a su edad.. – Sonrió rememorando aquello, era mejor hablar de otras cosas antes que de la guerra.
No os preocupéis por los soldados señora, si podéis observar los norteños somos duros de pelar, fuertes y recios, no nos mataran y no nos dejaremos morir en el sur, somos de los que vuelven a casa aunque estén medio muertes y sangrantes… - Sonrió levemente acariciando la cabecita de la pequeña bola de pelo blanca que tenia la señora- Sabéis…mi madre tuvo un perro o un lobo, no lo recuerdo demasiado bien, cuando era muy joven desapareció, aunque no estoy muy seguro siquiera era suyo, o del hombre que solía visitarla a veces.
Aunque, muchos hombres y mujeres solían visitarla, era una especie de curandera….es cierto eso que dicen, madre solo hay una….decidme, tenéis hijo mi señora?, yo tengo uno, de tres años…es muy inteligente, y le encanta jugar con otros niños y leer, podéis creerlo? Yo odiaba leer a su edad.. – Sonrió rememorando aquello, era mejor hablar de otras cosas antes que de la guerra.
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
Rió por lo bajo ante el comentario ajeno sobre los norteños no pudiendo hacer más que darle la razón. los hijos del hielo tenían bien merecida su fama de tercos y fuertes. Cuando él mencionó sobre el perro o lobo de su madre la fémina se mostró curiosa y calculó más o menos qué edad debía tener ella misma cuando el varón era joven, qué edad tendría más o menos su madre por entonces porque si mal no recordaba su suegro en su juventud había tenido también predilección por los lobos aunque no recordaba si llegó a tener un huargo o un simple lobo de mascota pues para cuando llegó a vivir a Invernalia su suegro ya estaba envejecido y no salía demasiado. Lo recordaba como un hombre serio, parecido a su esposo pero más silencioso y regio que no solía hablar mucho salvo con sus hijos aún cuando siempre se mostró amable.
- Muchos niños lo odian y más en esa edad en la que sólo piensan en jugar. Seguro que es un muchacho encantador. En mi caso los dioses me regalaron dos hijos maravillosos, aunque reconozco que me gustaría haber tenido uno o dos más -ya era mayor, no era tarde para tener al menos un tercer hijo pero aunque no los aparentara los 41 días del nombre que tenía también pesaban y con una guerra cerca no estaba tan segura de querer engendrar otra vida, no si tenía que crecer en un ambiente lleno de muerte y sangre- Decidme John, ¿cómo se llama vuestro hijo, y dónde está? Me encantaría conocerle.
- Muchos niños lo odian y más en esa edad en la que sólo piensan en jugar. Seguro que es un muchacho encantador. En mi caso los dioses me regalaron dos hijos maravillosos, aunque reconozco que me gustaría haber tenido uno o dos más -ya era mayor, no era tarde para tener al menos un tercer hijo pero aunque no los aparentara los 41 días del nombre que tenía también pesaban y con una guerra cerca no estaba tan segura de querer engendrar otra vida, no si tenía que crecer en un ambiente lleno de muerte y sangre- Decidme John, ¿cómo se llama vuestro hijo, y dónde está? Me encantaría conocerle.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Sinceramente señora, yo aun espero a la persona adecuada con la que tener mas hijos, aunque no me considero del todo joven, me temo que no he encontrado aun a mi otra mitad, mi madre solía decirme que solo tenemos una y que si es preciso debe esperarse años hasta encontrarla, aunque yo he tenido a mi pequeño de otra persona, lo quiero mas que a mi mismo…- Sonrió soltando un ligero suspiro de melancolía por el hecho de no tener al pequeño al lado- Tiene tres años, y esta en Braavos, no sabia que me encontraría al volver a Poniente, así que preferí dejarlo en la seguridad de la casa de unos buenos amigos hasta que pueda volver a por el, aunque lo extraño en sobremanera…se llama Evram y espero que algún día podáis conocerlo, sobre todo si finalmente consigo instalarme en el norte como deseo.
Sonrió suavemente se sentía tremendamente a gusto con aquella mujer, daba un aire ligeramente maternal y conciliador, incluso se le paso por la cabeza que quizás si hubiera tenido alguna vez hermanos, aquella mujer podría haber sido perfectamente una gran hermana mayor- Si tengo alguna hija, me gustaría que algún día sirviera a una señora como vos..
Sonrió suavemente se sentía tremendamente a gusto con aquella mujer, daba un aire ligeramente maternal y conciliador, incluso se le paso por la cabeza que quizás si hubiera tenido alguna vez hermanos, aquella mujer podría haber sido perfectamente una gran hermana mayor- Si tengo alguna hija, me gustaría que algún día sirviera a una señora como vos..
Invitado- Invitado
Re: De caza en la árboleda.
- Tu madre era una mujer muy sabia, me hubiera gustado conocerla -mencionó conmovida al escuchar las creencias que aquella desconocida mujer le había transmitido a su hijo. Se solía decir que ese era el lujo de los pobres. Podían no tener tierras, no tener dinero... pero todos ellos tenían la ocasión de casarse por amor. Ella había tenido la suerte de enamorarse de su marido, muy pocas señoras habían podido disfrutar del romance dentro del matrimonio- Eres un hombre precavido, tus actos para con tu hijo dicen mucho de ti John. Ten por seguro que tú y tu familia seréis bien recibidos en Invernalia, yo te lo garantizo -no le importaba dar su palabra ni jurarle que ella misma se encargaría de darle a él y su hijo un hogar en el norte, bien sabido era que Anna Stark hacía todo lo que podía por su pueblo y más.
- Por los dioses John, lograrás sonrojarme -le dijo completamente halagada por las palabras de su acompañante aunque la advertencia no sirvió de mucho, un ligero rubor ya cubría sus mejillas pues le asaltó una conocida pero siempre sorpresiva oleada de felicidad. Le gustaba que la gente viera en ella a una figura de confianza y se sentía gratamente adulada cuando le hacían halagos de ese tipo- Pero te aseguro que para mí sería un verdadero placer... y puedes tratarme de tu, las formalidades no son necesarias -añadió dándose cuenta de que él no llegaba a tutearla como ella hacía con él, quería que se sintiese cómodo a su lado y que la tratase con familiaridad, eso la hacía sentirse más unida a la gente.
- Por los dioses John, lograrás sonrojarme -le dijo completamente halagada por las palabras de su acompañante aunque la advertencia no sirvió de mucho, un ligero rubor ya cubría sus mejillas pues le asaltó una conocida pero siempre sorpresiva oleada de felicidad. Le gustaba que la gente viera en ella a una figura de confianza y se sentía gratamente adulada cuando le hacían halagos de ese tipo- Pero te aseguro que para mí sería un verdadero placer... y puedes tratarme de tu, las formalidades no son necesarias -añadió dándose cuenta de que él no llegaba a tutearla como ella hacía con él, quería que se sintiese cómodo a su lado y que la tratase con familiaridad, eso la hacía sentirse más unida a la gente.
Anna Stark.- Nobleza
Re: De caza en la árboleda.
Sonrió suavemente rememorando durante un par de segundos a su madre, asintiendo a las palabras de la dama, si, su madre había sido excepcional en muchos sentidos, y no es por que fuera su madre, sino por que realmente era una de las mujeres mas completas que el había conocido nunca.
Tienes razón, mi madre fue una mujer excepcional…y en cuanto a mi hijo, se lo que es quedarte sin nada en esta vida quizás demasiado temprano, sean tus tierras o extranjeras es lo mismo, te obligan a salir adelante solo, eso es algo que mi madre no pudo dejarme, amigos cercanos a ella que pudieran cuidarme, aunque también fui muy intrépido, quede tan devastado por su perdida…que… - Soltó un suspiro aun le dolía la vieja herida, el perder una madre siempre un suceso traumático, el apenas pudo superarlo y de muy mala manera- que hice muchas tonterías y cosas horribles….me temo… - Miro a la dama- Yo no quiero eso para mi hijo, así que es mejor tenerlo lejos y a salvo con gente que se que le protegerá, que traerlo, y no tener a nadie que le cuide si algo me ocurriese, me temo que ni siquiera me dijo quien fue mi padre...
Sonrió suavemente a la dama y miro al cielo ladeando ligeramente la cabeza – Creo mi señora que es tiempo que busquemos a vuestro guardián, o el mismo se degollara por haberos perdido, han pasado casi tres horas de nuestro encuentro si el sol no me engaña y no se mueve diferente aquí que en Braavos.
Tienes razón, mi madre fue una mujer excepcional…y en cuanto a mi hijo, se lo que es quedarte sin nada en esta vida quizás demasiado temprano, sean tus tierras o extranjeras es lo mismo, te obligan a salir adelante solo, eso es algo que mi madre no pudo dejarme, amigos cercanos a ella que pudieran cuidarme, aunque también fui muy intrépido, quede tan devastado por su perdida…que… - Soltó un suspiro aun le dolía la vieja herida, el perder una madre siempre un suceso traumático, el apenas pudo superarlo y de muy mala manera- que hice muchas tonterías y cosas horribles….me temo… - Miro a la dama- Yo no quiero eso para mi hijo, así que es mejor tenerlo lejos y a salvo con gente que se que le protegerá, que traerlo, y no tener a nadie que le cuide si algo me ocurriese, me temo que ni siquiera me dijo quien fue mi padre...
Sonrió suavemente a la dama y miro al cielo ladeando ligeramente la cabeza – Creo mi señora que es tiempo que busquemos a vuestro guardián, o el mismo se degollara por haberos perdido, han pasado casi tres horas de nuestro encuentro si el sol no me engaña y no se mueve diferente aquí que en Braavos.
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