La torre se movió, es turno del cazador (Athys Tarly)

Hacía no muy poco me había llegado un grato cuervo en el cual el nuevo Señor de Colina Cuerno había decidido hablar conmigo en persona. Tampoco hacía mucho que nos habíamos visto cara a cara en la frontera con las tierras de los Tarly y el Principado... y habíamos intercambiado palabras de lo más civilizadas. El joven señor no era ningún tonto, y así lo demostraba al aceptar la mano que le había tendido, por lo menos, para dialogar. Ahora era tiempo de concretar lo que fuera que faltara concretar. En su mensaje, el caballero había hecho referencia a que las cuestiones a tratar serían varias... así serían. Por lo menos por mi parte. Ahora solo quedaba esperar a ver que era lo que los Tarly tenían para poner sobre la mesa. Las piezas se debían mover con cuidado para que ambas partes salieran beneficiadas de un acuerdo como éste.

Había ordenado al castellano que organizara las habitaciones y los menesteres necesarios para satisfacer a nuestros huéspedes, ya que se trataba de Lord Athys y su escolta, aunque no eran tantos hombres. Ése día había decidido tomármelo con calma, levantádome temprano, tomando una ducha y haciendo los menesteres diarios a la mañana y relegándo los sobrantes al Maestre Marteras. Me dediqué a pasear por los jardines de Piedra de la Isla Batalla con Diana. La bebé no dejó de mirar con el ceño fruncido las estatuas, pero cambiaba la expresión cuando veía un insecto o una flor. Claramente sería alguien curioso. Luego de ello, llegó la tarde y el momento de encontrarme con mi invitado. Había decidido recibirlo en un lugar distinto que mi estudio, ya aburrido de morar por el mismo todos los días, así que lo recibiría en la antecámara del Gran Salón de Antigua. Era una noche fresca, por lo que la chimenea crepitaba lentamente, acompañada por el fulgor de las velas que iluminaban el lugar. Había dado indicaciones para que Lord Athys fuera llevado a mi presencia ni bien llegara las puertas del Faro, y que se atendieran a sus hombres y monturas como era debido.

Apoyado junto a la chimenea mientras leía las tasaciones mensuales del mes pasado en cuanto al comercio del pescado, lectura tediosa si las había, observaba como los sirvientes disponían la mesa en frente de la chimenea en la Antecámara. Esta sala era un lugar muy curioso, ya que estaba repleto de estatuas de mis antepasados y de cuadros que pintaban a Antigua y su Faro desde diversos ángulos. Algunos de ellos eran milenarios. También se encontraba el documento que habían firmado los Hightower cuando doblaron la rodilla ante Aegon el Conquistador, dejándole paso a la ciudad de forma automática sin derramar sangre inocente. No hacía falta decir que los estandartes de mi casa rodeaban el lugar. De alguna forma, me sentía a disgusto entre tanto lujo y ostentación, pero ésa sala no podía cambiar, ya que era el patrimonio de mi familia.

Los golpes del heraldo en el suelo anunciaron la llegada del invitado, antes incluso de que gritara su nombre y títulos. Dejé el papel en manos de un criado y fui al encuentro del susodicho con una expresión amable y una leve inclinación de cabeza. "Lord Athys, estoy deleitado con vuestra visita, de verdad. Espero que el viaje no le haya sido tedioso... acompáñeme, cenaremos solos... no me gustaría tratar éstos asuntos frente a muchas personas..." exclamé, señalándole un asiento frente a mí, mientras que los siervos traían el jabalí asado, las verduras hervidas, las ensaladas, el tocino frito, entre otros productos. El vino era dorniense, y la cerveza venía de la Forca Roja, aunque no sabía cuando vendría otro cargamento, debido a los problemas que había entre las nuevas fronteras... Escudriñé al joven Señor y esperé a que hablara. "Y bien, Lord Athys... ha considerado mi propuesta? Colina Cuerno se unirá al Principado?" pregunté, sirviendole una copa igual a la mía.

El cuervo había viajado. El cuervo con la ultima voluntad de Lord Jason Tarly viajo, escrito en mi propia letra y sin poder dejar nada atrás. Era verdad que había jurado hacer valer el ultimo deseo de mi hermano mayor pero aun así me dolía un poco, Lord Svenar me parecía un señor competente y realmente preocupado por sus tierras pero tenia algo que me hacia reacio a dar el ultimo paso a lo que algunos llamarían sentido común y otros llamarían traición. Prepare severamente a mis hombres, esta vez todos vistiendo jubones con el rojo y verde de los Tarly por encima de las cotas de mallas, lanzas y espadas moviéndose a cada movimiento de sus caballos sobre sus monturas y ninguna rosa Tyrell ni nada parecido a la vista. Estaba decidido a honrar mi palabra y a dejar de lado a las "rosas" que fueron a ayudar a un dragón negro a luchar por un trono que no le correspondía y al mismo tiempo dejaron sus propias tierras expuestas por todos sus frentes posibles.

Luche al lado de Garlan Tyrell pero no por ello tenia mi confianza ciega, el tal Daemon de apellido y nacimiento bastardo no me parecía mas que un excelente luchador pero ambicioso del poder de su medio-hermano y por ello fui a la guerra aun a regañadientes o tal vez en busca de fama y honor. Eran veinte los caballeros que me siguieron y la misma cantidad de escuderos los que cabalgaban detrás de mi con el estandarte del Cazador Tarly ondeando en mi propio escudero, un joven de no mas de quince días del nombre y que tenia futuro como caballero. Por mi parte como era la costumbre me encontraba llevando la cota de mallas aunque esta vez llevaba armadura de acero por encima de ella en vez de las prendas de cuero endurecido, el escudo de madera con refuerzos de acero y el mismo emblema colgaba del lado izquierdo de mi montura y Veneno de Corazón lo hacia de mi lado derecho mientras miraba al horizonte ya en tierras que no correspondían a los Tyrell de Altojardin.

No tardamos mas que unos días en llegar a Antigua, la gran ciudad que resultaba ser la segunda de las mas grandes de todo Poniente y uno de los puertos mas importantes, se decía que todo el poder de Altojardin descendía de Antigua y el Rejo y ahora parecía que lo habían perdido todo. Al ver el estandarte no hubo problemas en pasar dentro de la ciudad, al parecer el cuervo había llegado sin ninguno problema así que un asunto menos ya que ya me imaginaba con problemas para entrar en la ciudad. Me presente en el Faro para hablar en persona con Svenar mientras mis hombres descabalgaban y dejaban sus caballos a jóvenes mozos de cuadras y Ser Andrew y Ser Gerold me seguían a mis lados hasta donde el heraldo me indico para ver al señor y príncipe de Antigua.

-Lord Svenar...lamento informarle del fallecimiento de mi hermano menor Lord Jason Tarly, murió tras una grave enfermedad que trato de ocultar pero las fiebres lo llevaron días antes de enviarle aquel cuervo.- Comencé a decir, hincando la rodilla en el suelo como se esperaba que hiciera ya que ahora me encontraba frente a mi nuevo señor y debía ser fiel a el y las costumbres, aunque me sentía un poco mejor haciéndolo casi en privado ya que mis hombres se quedaron detrás de las puertas y no habían demasiados presentes. -Pero ante usted se presenta el nuevo señor de Colina Cuerno, Athys Tarly para aceptar las palabras que alguna vez me dijo. He venido a rendirle pleitesia al nuevo Príncipe de Antigua e indicarle que las tierras de Colina Cuerno aceptan con honor adherirse a sus tierras.- Continué diciendo sin dejar de inclinar la cabeza, preguntándome como tomaría mis palabras Lord Svenar, o tal vez deberia llamar ahora príncipe, no estaba seguro.

Observé al caballero entrar apurado a la Antesala de Antigua. Estaba enfundado en acero y en los colores de su casa. Tenía la mirada turbada y los gestos rápidos y secos. No tenía idea de si era por nervios o por algo más, pero fruncí el ceño para seguir hablando, pero el joven caballero se me adelantó y soltó lo que le turbaba. Su hermano... muerto? No tenía ni idea... no era como si hubiese sido íntimo del Señor de Colina Cuerno, pero no había noticias de su enfermedad. Una lástima para la Casa Tarly, yo sabía lo que era perder hermanos. Pero quizás no todo era malo con ésa muerte... ahora el nuevo Señor de Colina Cuerno se encontraba allí, dispuesto a parlamentar conmigo. Siempre había algo que rescatar de todo ello.

Cuando se agachó a jurar fidelidad, me agaché al segundo y lo hice levantarse con ambas manos en sus hombros, firmemente agarradas. Lo miré a los ojos con gesto amable y de confianza. "Milord, no es necesario que te arrodilleis. Con vuestra palabra y juramento es suficiente... yo estoy muy agradecido que, en estos momentos difíciles para vuestra Casa, hayais decidido el Principado como vuestro nuevo Reino. Sereis mi vasallo si, pero ante todo sois un hombre libre y presiento que merecedor de mi confianza." Palmee ambos hombros al mismo tiempo y le señalé el asiento en la mesa para que se sentara. "Lamento de verdad vuestra pérdida, yo mismo sé lo que es perder a un hermano y no es algo que uno se quite con el tiempo... pero por lo menos lo logra alivianar..." reflexione, sentándome y esperando a que trajeran el vino.

Ahora era el momento de la charla verdadera. Las formas a un lado permitían que los asuntos del presente salieran a flote. Entrelacé mis manos y miré al joven Señor a la luz de la chimenea. "Ser parte del Principado garantiza la asignación de un maestre de la ciudadela adicional, además de la apertura de las puertas de Antigua a las rutas de comercio de Colina Cuerno y vice versa... haré que éso sea arreglado de inmediato mediante el intercambio de las materias primas de ambas casas...." comencé, haciendo una leve introducción mientras que me servía la comida. "Daré por descontado el hecho de que tendréis mi protección política y militar siempre que la necesitéis, a cambio de exactamente lo mismo valga la redundancia..." exclamé de forma lógica. Pero luego miré al hombre que se había transformado a mi causa con ojos analíticos. "Pero siempre estoy abierto a sugerencias y peticiones, Lord Athys. Si tiene alguna demanda, puede hacérmela y yo veré que se cumpla si está en mi poder... Mi única pregunta es. Qué lo ha hecho aceptar mi propuesta?" pregunté, mientras cortaba la carne del jabalí.

Apenas hinque la rodilla en el suelo y baje la cabeza, Lord Svenar se acerco a mi con un gesto para que me pusiera de pie y eso me hizo sonreír, era un gesto bastante amable de su parte y no pude evitar sonreír mientras me ponía de pie y lo miraba fijamente como dos iguales. -Sus palabras son muy sabias y amables de su parte Príncipe Svenar. Espero llegar a ser uno de sus hombres de confianza en estos tiempos tan difíciles que parecen asolar la mayor parte de Poniente.- Exclame asintiendo con la cabeza, cada vez estando mas y mas seguro de la decisión que había tomado y pensando que era posible que el futuro de Colina Cuerno fuese mas seguro del lado de Lord Svenar Hightower en vez de Lord Garlan Tyrell, el hombre que lo único que hizo fue provocar una guerra por el bastardo de un Rey. Un bastardo que parecía ser la encarnación de Aegon el Conquistador era verdad, pero a fin de cuentas era un bastardo legitimado que no debería haber conjurado para quitarle la corona a su hermanastro mayor.

-Agradezco sus palabras, mi hermano nunca fue un guerrero pero si un señor noble y justo con nuestro pueblo y lamentare mucho su partida. De hecho unirnos a su territorio fue uno de sus últimos deseos.- Dije con la voz firme tratando de que no se mostrara el dolor que sentía por la muerte de mi hermano, me había indicado una y mil veces que no debía de hablar de su condición e incluso ocupo el trono estando enfermo para no levantar sospechas en un momento tan delicado para el Dominio, las Marcas y el resto de Dorne. Escuche los beneficios que nos aportaba unirnos al Principado de Antigua, si no me equivocaba eran los mismos que me había indicado en la reunión que hicimos en el limite de su Principado y mis tierras. Mientras hablábamos llego uno de los criados de Lord Svenar trayendo una bandeja de plata con una botella de vino y dos copas en ella para luego ver llegar a otro de ellos esta vez trayendo comida, jabalí asado parecía ser. Tome un trago largo de la copa de vino, era bueno y del Rejo si no me equivocaba y seguramente dentro de poco seria difícil de conseguir, la carne parecía de buena calidad, tierna y jugosa.

-Me agradan esos términos ya que parecen ser muy justos y son los mismos que me ofreció en nuestra reunión, veo que es un hombre de palabra.- Termine por decir mientras asentía levemente con la cabeza mirándolo fijamente, tratando de averiguar que era lo que estaba pensando en aquel momento pero no lo conocía demasiado como para hacerlo. -No creo tener ninguna demanda por así decirlo mi señor pero veo necesario, si a usted le parece, sacar un tema a colación. La situación con el Dominio y Dorne parece haberse estabilizado por el momento.- Tome una pausa para beber un trago de vino. -Eso es lo que me gustaría decir, pero con la llegada de este auto proclamado la balanza de poder en el Sur creo que se encuentra algo des balanceada. Temo una nueva guerra que se cierna en las Marcas desde el Dominio, Dorne y las Tierras de la Tormenta y me gustaría saber si podría prestarme algunos hombres, no solo suyos sino de alguno de los vasallos mas cercanos a mis tierras para proteger el paso que cruza mis tierras hacia las Marcas.- Finalmente lo dije, lo que me había estado preocupando desde la proclama de independencia de las Marcas por parte de ese "Rey Buitre" que estaba respaldado por fuerzas extranjeras como eran las de Volantis y no creo que nunca pudiera aceptar ese tipo de cosas.

La cena comenzó y el flujo de la conversación giró en torno a asuntos... quizás mas tediosos, pero que no dejaban de ser agradables. La Alta Torre, por mas que era temeraria en la batalla, prefería siempre hacer amigos que enemigos, y eso era lo que estábamos logrando ahora mismo. Los Tarly siempre fueron apreciados por sus habilidades en la batalla y respetados por ello en todo el Dominio, pero la antigüedad de la casa y sus enumeradas personalidades no los transformaban solamente en guerreros... y éso era lo que estaba demostrando Athys Tarly al venir a hablar conmigo a Antigua. Estaba contento con que el joven señor viera al principado como algo positivo. La mejor lealtad era la de los acuerdos comunes... si ambas partes estaban conformes, no había necesidad de juramentos vacíos o que nadie inclinara la rodilla ante nadie, solo eran formalidades al fin y al cabo.

Escuché al lord aceptar los términos y poner en coalición el tema de las tensiones políticas y sociales que comenzaban a surgir entre la triple frontera de las Nuevas Marcas Independientes, El Dominio y las Tierras de las Tormentas. Tomé un sorbo de vino mientras que asentía con solemnidad. Era un tema delicado que requería tratamiento. "En efecto, Lord Athys, lo que decís no es desacertado. Las Nuevas Fronteras deben ser resguardadas, por lo que tomaré medidas para que nuestras tierras no se vean afectadas." hice una pausa para atacar la comida y mirarlo a los ojos en busca de la firmeza de caracter que parecía caracterizarlo. "Te confiaré que estoy en tratativas diplomáticas con algunos marqueños libres, incluyendo los Dayne, Fowler y Caron, con quienes pienso tener una relación amistosa, por lo que el Paso del Príncipe estará casi seguro para nosotros.... pero me preocupa el Nuevo Rey Buitre y su calaña volantina. Por éso es que, ni bien tenga oportunidad, apostaré tropas bajo vuestro mando para proteger la frontera Sur. Esperemos que no sean requeridas, pero la seguridad es primero." analicé. Era una buena oportunidad para probar al joven Lord. Si era efectivo, podría ganarse un puesto como Consejero Militar en el futuro Consejo de Antigua.

Al tiempo que la comida terminaba, los temas de conversación no se desviaron mucho. "Como imaginarás, Lord Athys, la situación con el Dominio derivó en un punto muerto. No sabemos cuando nos atacarán ni como, pero sería ingenuo pensar que no lo harán. Por suerte, el Principado cuenta con más amigos que enemigos. Occidente es un aliado poderoso, que patrocina nuestra libertad, y próximamente los Señores Marqueños independientes y mis amistades con las Islas de Hierro traerán más posibilidades de mantenernos independientes." confesé, informándolo para que no tome acciones hostiles contra ninguno de los nombrados. "El objetivo principal de Antigua es mantener a su gente a salvo y progresando. Por algo somos la fuente y cuna de la cultura, debemos innovar y idear cosas nuevas, pero bajo el yugo de cualquier otro Señor, no podría hacerse... solo los que viven bajo la gloria del Faro entienden éso..."