Trama VI: Una florque se marchita.

Insostenible.

Esa era la carta que había llegado al campamento de los Tyrell en las cercanías de Canto Nocturno. Estaba firmada por Lord Hutcheson, o al menos antes si que era un Señor porque ahora mismo no tenía tierras que gobernar. Rayos de Sol, la fortaleza gobernada por dos espinas de piedra que se alzaban en una de las Montañas Rojas, había caído. Al parecer el hermano del Lord había alzado la voz contra Garlan Tyrell y había dejado en duda su honor y su valía al no dirigirse al sur, y no dijo palabras mejores sobre el Dragón Negro. De esta forma, y con la fortaleza sitiada, había conseguido el poder de ésta. Había dejado abandonar a su hermano, con su hija menor, de la fortaleza y dirigir sus pasos hasta Tierras Altas buscando el asilo de los Mullendore.

La traición de un hombre o la rebelión en alza de otro.

Lord Vyrwell ya le había hecho saber a Lord Tyrell su incapacidad para darle soldados debido al ataque que ya hubiese recibido. Lord Mullendore apenas podía defender sus tierras y Lord Tarly no daba señal de preocupación alguna. Lord Hunt ayudaba a la defensa de las Marcas, pero tal familia siempre había mantenido un perfil bajo en sus tropas. Era hora de tomar decisiones.

Asuntos le habían apartado de sus vasallos y tal vez no se lo perdonara. Debería haberle dado prioridad a mandar tropas en su ayuda pero los informes que le habían hecho llegar no parecían ser tan alarmantes.

Cuando desde el Campamento de Daemon le hicieron saber que Rayos de Sol había caido no tardó ni medio día en ponerse de camino con 30 caballeros además de un espada juramentada que sería su sombra en el camino.

Apenas tuvo tiempo de despedirse de su mujer, un leve beso y un hasta pronto. Mandó escribir a Colina Cuerno al Maestre pidiendo 500 hombres de armas, 100 arqueros y 50 caballeros para que Daemon los tomara al mando cuando pasase por allí.

Su siguiente paso era encaminarse al campamento ya establecido cerca de Canto Nocturno y después pasar por Refugionegro para obtener toda la información posible antes de ir hacia el sur hasta Tierras Altas y desde allí organizar un movimiento para recuperar la fortaleza de los Hutcheson y buscar a ese buitre y sus carroñeros.

Antes de salir de Altojardín había ordenado a su hijo que comandara a 700 hombres de armas, 200 arqueros, 70 caballeros hasta Tierras Altas y un espada juramentada, que ayudara en todas las tareas de reconstrucción y defensa de la fortaleza de los Vyrwell hasta que él llegase. Además de inspeccionar la forntera y mandar exploradores para encontrar posibles escondrijos de esas comadrejas de montaña.

Pronto la ayuda estaría allí... pronto todo se solucionaría. La Flor que Luce acabaría con ese buitre conorado.

Venía de Colina Cuerno y Lord Tarly le había tranquilizado, la situación no era grave allí... pero aún tenía en mente lo que ocurría en Tierras Altas y allí había dejado al grueso de sus tropas junto a Bailan Hightower y su hijo, Luthor.

Había más paradas después de la visita a Daemon pero esperaba ver como el futuro Rey tenía controlada la situación o al menos eso esperaba, según sus informes se había situado demasiado al norte, pero con las nuestras tropas que había llevado a la frontera esperaba enmendar el error. Al menos esperaba que los hombres que había llevado su cuñado controlasen las frontera por el norte de las Marcas.

A las pocas leguas de llegar ya se veía la empalizada y a los soldados vigilando los alrededores. Sin duda seguían las instrucciones de Daemon y cumplían como buenos soldados. Al cuadrarse a su paso Garlan respondía con un cabeceo serio haciendo saber la buena función de su hombre.

Al llegar a la entrada principal de la empalizada se dirigió a uno de los soldados que allí había - Llévame ante Lord Daemon. - no era necesario decir nada más, su cuñado estaría en la carpa principal si no había salido de allí para poner fin a alguna escaramuza o inspeccionar él mismo la zona.

Sin más dilación Garlan se bajo de su montura y caminó hacia la carpa de Daemon siguiendo a su soldado. Cuando entró saludo con la mano a su cuñado y se sentó en el lugar que estaba designado para el Señor.

Escuchó cómo se encontraban las cosas en sus tierras, desde luego algo que no se podía permitir. No sabía si aquel bandido era demasiado astuto o sus vasallos demasiado inútiles, pero no se podía consentir aquello ni un minuto más - Esta situación no puede continuar así. No voy a consentir que un bandido nos tome por idiotas y crea que somos débiles. -

Buscó vino, pero no les había dado tiempo a preparar una mesa en condiciones y faltaba... ¿qué era estar sentado en una mesa hablano si no había algo de vino?. Bufó y continuó - Al amanecer partirás con todos los hombres del campamento salvo 50 hombres de armas y 20 arqueros que mantendrán el campamento y velarán por la seguridad de la zona. Irás a Colina Cuerno donde ya aguardan tropas de los Tarly que comandarás hacia el sur. - Hablaba despació, sosegado para que Daemon anotara mentalmente lo que debía hacer.

- Mi hijo estará organizando en estos momentos un campamento en las proximidades de Tierras Altas para proteger el sur. Tiene sus instrucciones hasta que llegues... - se tomó un respiro buscando de nuevo el vino que no existía - En ese momento partiréis a Rayos de Sol y volveréis a tomar la fortaleza, es pequeña así que no os tomará demasiado tiempo tomarla con los hombres con los que contareis. Yo llegaré dos o tres días más tarde, espero que para entonces se haya devuelto a los Mullendore lo que es suyo y posteriormente intentaremos contar con los Baratheon para acabar con ese "Buitre" - escupió el nombre con un tono despectivo.

El camino del Fuegoscuro lo llevó hasta Colina Cuerno, donde los Tarly esperaban, impacientes, la llegada de aquel general que, según decían, era uno de los hombres más fuertes y poderosos de Poniente. Por eso las fuerzas de los Tarly se unieron a la de los Tyrell comandadas por Daemon.

La ruta seguida fue por las faldas del oeste de las Montañas Rojas, evitando así los pasos difíciles de las montañas donde podían darse emboscadas varias desde los distintos puntos de los caminos. De esa manera llegarían con facilidad a las Tierras Altas de los Mullendore, los cuales les esperarían con ganas de ver llegar, por fin, la ayuda prometida de los Tyrell.

PD: Sigue en el post "Los últimos rayos del Sol."