Casting de Daemon Fuegoscuro

Nombre del Cannon Elegido: Daemon Fuegoscuro
¿Porque lo has elegido?: Porque este personaje y su historia en el mundo de cancion de hielo y fuego me atraen muchisimo. Me resulta un personaje extremadamente interesante en el mundo creado por Martin y ante la posibilidad de llevarlo no me puedo negar
Casting:



El dia habia amanecido calmado, el sol brillaba en los cielos y una suave brisa recorria las orillas del Mander acariciando el rostro de todo aquel que salia al exterior. Sin duda era un dia esplendido y que podia deparar grandes alegrias a todos los habitantes de tan hermoso lugar. Se escuchaban las carcajadas lejanas de los mas jovenes, quizas tras realizar alguna travesura y pasos alejandose, nada mas se oia en la fortaleza de los Tyrell. Me lave en silencio, sin despertar a mi esposa que seguia durmiendo placidamente en el lecho que compartiamos desde hacia años.

Sali de la habitacion sin mayor ruido que el de mis botas golpeando el suelo al caminar y cerre la puerta de los aposentos con tanto cuidado que apenas se escucho la cerradura. No deseaba que me preguntaran a donde iria aquel dia, necesitaba cabalgar, sentir la brisa en mi rostro y alejarme de todo aquello. Baje a las cocinas y le ordene a uno de los criados que me preparara viveres para la jornada, carne en salazon, un odre de vino y media hogaza de pan candeal serian suficientes. El joven no tardo en realizar mi pedido y sali de alli tan silenciosamente como lo habia hecho de mis aposentos minutos atrás.

En el patio de armas de Altojardin los primeros escuderos se desperezaban mientras los caballerizos iban a comenzar su jornada en los establos. Varios de ellos fueron sorprendidos cuando sali cabalgando a mi semental niveo sinsiquiera despedirme de nadie. Solo dos personas sabian que no estaria presente en todo el dia, mis hijos Aemon y Aegon. La noche anterior habia cenado con ellos y tras la cena nos habiamos quedado conversando y habia aprovechado para avisarles, al dia siguiente saldria de Altojardin y volveria al anochecer y no deseaba que nadie me molestara, asi debian transmitirselo a todo el mundo.

Atravese las puertas volando sobre la tierra y la grava a lomos de mi caballo, todos sabian quien era el jinete que partia raudo hacia el horizonte. Portaba mi armadura cubriendo mi cuerpo, tan solo mi yelmo permanecia en la silla en vez de en mi rostro. En mi cinto ademas colgaba Fuegoscuro, la inconfundible reliquia que mi padre me habia regalado hacia tiempo, la inconfundible espada que me daba el derecho y la razon para exigir el trono de hierro, pero aun era pronto para hacerlo abiertamente.

Jinete y caballo volamos sobre las interminables llanuras verdes del Dominio durante varias horas, incansables, disfrutando de los calidos rayos del sol y la suave brisa que fluia en la misma direccion que el rio Mander. Durante horas cabalgue en silencio, pensando en Daenerys, pronto se casaria con un principe de Dorne y ya nunca seria mia. No habia otra mujer para mi, Daenerys era la mujer que queria a mi lado, por la que mi corazon latia y con la que mi mente soñaba. Aquello me hacia sentir culpable cada noche cuando mi esposa y yo haciamos el amor. Sentia un profundo respeto por ella, la apreciaba muchisimo y siempre hacia todo cuanto podia por ayudar a mi causa, solo habia un problema, no era Daenerys.

Al final, abrumado por mis pensamientos deje descansar a mi caballo junto a una pequeña laguna que brotaba en medio de ninguna parte. Alli, con la paz de saber que nadie me molestaria en millas a la redonda descanse. Tras dejar a mi montura beber y pastar a sus anchas saque mi espada de su vaina. Fuegoscuro centelleaba como pocas y el roce de la funda con el acero valyrio me hacia estremecer como si fuese el dia siguiente al que mi padre me habia obsequiado con ella.

Me quede absorto observando a Fuegoscuro mientras recordaba aquel dia, recordaba el olor de la liza antes de comenzar los enfrentamientos. Habia llovido la noche anterior y el olor de la tierra mojada flotaba en el ambiente mientras todos los hombres se preparaban para el combate, algunos estaban nerviosos, novatos en su mayoria. Otros mas experimentados reian tranquilos frente a sus tiendas y yo, aun joven les miraba a todos ellos en silencio. El dia fue largo y en la gran batalla que se formo apenas se podia distinguir a unos y a otros. Durante horas todos combatimos, algunos cayeron heridos, otros se rindieron y unos pocos permanecimos en la liza. Cuando el sol amenazaba con desaparecer apenas quedabamos tres combatientes en pie. Una hora mas continuamos combatiendo, los tres luchabamos como demonios, agotados, lanzando tajos a nuestros enemigos como si en verdad nuestra vida dependiera de ello. Durante unos minutos temi que me vencieran pues ambos parecieron aliarse para atacarme pero los dioses estuvieron de mi parte. Mi brazo consiguio encontrar un hueco en la defensa de uno de ellos y con golpe bestial aboye su casco y el hombre cayo inconsciente al suelo. El otro fue harina de otro costal, aguanto mis envites, mis golpes y mis tajos bajos, durante largo rato le combati con todo lo que tenia y solo al final parecio desfallecer. Entonces unas fuerzas renovadas me invadieron y mis golpes se volvieron mas precisos, mas fuertes, mas letales. El guerrero aguanto pero rapidamente comenzo a tambalearse tras cada golpe, a bajar la guardia tras cada arremetida y al final, tras un feroz golpe a su escudo este se separo de su brazo y tan solo un golpe mas fue neceseario.

Mi padre habia acudido a mi a la mañana siguiente y me habia felicitado mientras mis musculos estaban tan agarrotados que apenas habia podido corresponder a su abrazo. Un abrazo que solo un padre sabe dar. Aquel dia me habia prometido reconocerme y hacerme portador de su espada, Fuegoscuro. Aquel dia habia ganado mi derecho sobre el trono de hierro por delante de todos los demas, era el unico que debia sentarse sobre el trono y sin embargo alli estaba, teniendo que buscar aliados a mi causa.

Los Tyrell solo eran el principio, pronto ganaria mas apoyos, conseguiria hombres, caballeros libres y banderizos que jurarian por mi causa y me seguirian a la batalla. No todos lo harian, muchos permanecerian leales al rey Targaryen, lo sabia pero yo era el dragon negro, el que esgrimio la espada y no sentiria el miedo, tan solo el valor.