Entre marinos (Lord Tarth)

Las costas de la Bahía de los Naufragios eran mucho más divertidas de navegar que el Mar de Verano, el Almirante de la flota de Dorne siempre había gustado de navegar por aquellos mares embravecidos, era un gran marino, que gustaba de ejecutar las labores de su contramaestre al timón. Al contrario que muchos nobles, había empezado en el mar desde el puesto de simple marino a las órdenes de Lord Gargalen.

- Viremos a sotavento en éste momento, la Isla Zafiro nos espera, caballeros - gritó para que sus hombres dispusieran las velas en la dirección adecuada - bajad el estandarte de Dorne y subid el estandarte del Almirantazgo

Dicho ésto recogió su catalejo y observó como su propio blasón, el de una lanza surgiendo del mar, se izaba sobre el de Dorne. Con ésto avisaban que la visita del Almirante era de carácter privado.

La llegada a puerto transcurrió sin accidentes, las aguas cristalinas de la isla zafiro aparecieron tras la tormentosa travesía, guiando a los tres barcoluengos hasta el interior del feudo de Lord Tarth.

Una vez hubo llegado a puerto, Mors esperó que la comitiva de recepción de Lord Tarth llegase al barco para dar el visto bueno para el desembarco. Estaba acompañado en ésta ocasión por el heredero de los Dalt, Barristan, el cual desde la invasión de los volantinos solía acompañarle con más asiduidad.

- ¿Habías pisado alguna vez la Isla Zafiro, Barristan?

El de Limonar negó con su cabeza. Ambos iban vestidos con una cota de cuero tachonado con el emblema de sus respectivas casas, ropajes cómodos para las travesías marítimas, donde portar una armadura metálica podría significar el ahogamiento.