Casting Robben Stark

Personaje elegido: Robben Stark
Razón de la elección: Siempre me ha gustado la ambientación de la casa Stark, su unión con el pueblo y con el norte. Su actitud siempre reservada, y aletargada siempre preparados para lo peor ya que... Se acerca el invierno. Mi elección por Robben es su fervosidad y juventud, que no riñe con su arraigo familiar y el honor de esta.

La mañana se alzaba fría, como la mayoría de esa época en Invernalia. Los rastros de la nieve eran patentes en el suelo de la ciudadela fortificada, pero nada de esto impedía que la vida siguiera con normalidad, pues la nieve no iba ser impedimento para que los hombres y mujeres del Norte realicen sus trabajos. Los miembros de la Casa Stark no iban a ser menos… Robben salió al patio, quedándose unos instantes en los aledaños de su salida e inspirando profundamente el gélido aire que soplaba en Invernalia mientras acariciaba su Loba Huargo con suaves gestos mientras su otra mano estaba apoyada en su espada, esa arma que nunca abandonaba salvo puntuales casos, y que su solo tacto le hacía sentir más vivo aún. En el patio esperaba el maestro de armas, un hombre ya adulto y quizá mermado en movimientos y fuerza pero todo ello compensado con su experiencia. Robben le debía muchas de sus enseñanzas, al igual que a su tío con el que muchas veces practicaba en el patio de armas.
-Buenos días, mi señor. Hermosa mañana para practicar, ¿no creéis?- el maestre recibió al joven con cortesía y con una media sonrisa. Esperaba erguido y con la mano en su cinto, solo alterando su gesto para recibir cortésmente con asentimiento al heredero de la Casa Stark.

-Sin duda maestre, todas las mañana lo son pero esta en especial. – mencionó Robben mientras se acercaba a su instructor y mirando levemente hacia los lados. –Me siento confiado, Maestre. A falta de mi tío, ¿creéis que hoy el alumno podría superar al maestro? ¿O son solo es fervosidad de un joven lobo?- añadió sonriente mirando a su mentor y mientras acariciaba su espada. -¿Qué me decís?

Ante tales palabras el maestre solo pudo reír fuertemente. Observó al joven Stark y asintió decidido desenvainando su espada. – Bien Robben… Veamos cuales de tus dos afirmaciones son ciertas, pero espero que no te enfades si un viejo te derrota.- mientras se ponía en posición para el duelo improvisado. Justo en ese instante la hermana de Robben, Sarah, hacia aparición en los aledaños del patio, observando con una sonrisa el próximo duelo. Robben le devolvió la sonrisa y desenvaino su arma igualmente poniéndose frente a frente con el maestre, esperando la indicación de comienzo. Fue el maestre con un gesto con su mano quien dio inicio al combate.
El joven lobo se lanzó contra su maestre con fervor y fuerza, haciendo que el anciano solo pudiera defenderse. Una acometida tras otra iba haciendo retroceder a su oponente, parecía que el combate iba a durar poco, y eso Robben lo apreció. Se confió. Cuando iba lanzar el mandoble definitivo que desarmaría a su oponente. Nada más lejos de la realidad, puesto que por ejecutar ese ataque, el joven Stark dejo desprotegido su flanco, queriendo finalizar la tarea lo antes posible, y esas cosas no se le pasaban al veterano maestre. De súbito y sacando fuerzas de flaqueza el maestre convirtió la defensa en ataque con un rápido movimiento al lado ciego del joven dejándolo trastabillado para luego con una fuerte estocado tumbarlo y hacerle perder su arma. Apuntando con su arma al joven abatido, con una sonrisa triunfante. Envainó el arma para tenderle la mano al Stark. –Ha sido un buen combate, mi señor. Luchasteis con ferocidad y destreza, quizá os faltara la paciencia…

Robben tomo su mano algo contrariado para terminar levantándose y mostrar una sonrisa dando una palmada al maestre en el hombro. – Escondéis más de lo que parece… Tendré a bien vuestros consejos y espero que no vuelva a caer en el mismo error. – Asintió con cortesía y se fue a recoger su arma para envainarla de nuevo y dirigirse hacia su hermana con una sonrisa. Subió los peldaños y se sentó en el último observando a los practicantes, para luego mirar con una sonrisa hacia su hermana. – Y bien hermana… Espero que hayas aprendido algo de mi derrota y que nos sirva a ambos…

Sarah estaba comprobando la tensión de su arco, mientras asentía a las palabras de su hermano y mentor. – Pecaste de superioridad, Robben, creíste ganar sin problemas... Te viste ganador y te sorprendió.- mencionó mientras finalmente se apoyó sobre su arco. Robben se levantó riendo suavemente y se colocó frente a ella, le colocó la mano sobre el hombro y con una sonrisa. – Eres sabia, hermana, en el caso de una guerra te habrías quedado sin hermano… No hay combates fáciles, y ninguna acaba hasta que realmente hayas vencido. Vayamos a practicar con ese arco.- Dijo tendiendo la mano a su hermana y comenzando su andadura hacía la zona de tiro.

Casting aceptado! A por la ficha!