Jared Connignton

Jared es un jinete excepcional, y si bien en su infancia sus habilidades para el combate no eran lo que más sobresalía en él, el paso de los años lo fue transformando en uno de los mejores jinetes de poniente. Diestro en el uso del Arco, se diferencia del resto de los arqueros por poseer una excepcional puntería tanto en suelo como montado sobre su caballo.

Como el excelente jinete que es, además Jared es un hábil usuario de la lanza, en especial considerando las ventajas que esta arma le otorga al usarla desde su caballo. Esta particular habilidad entre los guerreros de poniente lo hace ser también un justador prodigioso.

Un hombre de carácter, fuerza y virtud. Es imposible dominarlo y cuando ha tomado una decisión es imposible que cambie de opinión, pues la observación y reflexión lo llevan a tomar buenas decisiones. No se arrepiente de haberse revelado al Señor del Bastión, algo le decía que aquello era necesario.

La relación con su hijo desde el inicio fue buena, Beric deseaba tener un heredero y tras la llegada de su primogénito se puede decir que se cumplió su gran deseo de que el Nido de Grifo fuera indestructible. Le enseñó todo lo que sabía, mas el alumno supero al maestro como jinete y arquero. A pesar de las buenas relaciones, previo a la rebelión contra la casa Regente, Jared no estuvo de acuerdo con su padre de alzar las armas en contra de quienes admiraba, fue por eso que la inestabilidad no solo existía en las Tierras de Tormenta, sino que en el interior del Nido de Grifos. De todas formas Jared peleó junto a su casa y sus hombres, tan solo por la lealtad y respeto que le tenía a su padre, solo que al morir Beric y Jared convertirse en el Lord del Nido, hizo las cosas como realmente deberían haber sido.

Allyria Dondarrion
{48 días del nombre}
La relación con su madre siempre fue excelente, es más, se cree que Allyria ha durado todos esos años viva luego de la muerte de su esposo tan solo porque existe Jared. Lo ama y es su preferido, desde que era un niño lo vio como la llave para ganarse el amor de su esposo y detestaba compartirlo. Allyria siempre se destaco por ser una mujer muy infantil y posesiva, deseba que todos los ojos estuvieran en ella no solo por su belleza, sino como signo de admiración. Jared la complace porque se siente agradecido de ella, pero es el unico capaz de ponerla en su lugar.

Andrew Connington
{Fallecido}
Fallecido en la Batalla del Portal.

Eve Connington -Baratheon-
{25 días del nombre}
Señora de Bastión de Tormentas.
La relación entre Jared y Eve siempre fue estrecha, posiblemente porque era la única mujer del clan y porque la muchachita siempre mostró deseos de aprendizaje mas que su hermano Andrew. Compañeros de aventura, los años parece que no pasaron por ellos y la relación que se tenían hasta antes de la Rebelión era tan cercana como profunda, debido a que Jared se mostraba tal cual era solamente con ella. Tras el rapto de la grifo, el Connington sufrió mas que el propio Beric, quien públicamente adoraba a su hija. Es la unica mujer que se cree a llegado a amar, y por tanto, proteger con su vida sin miramientos, por lo mismo le juró lealtad al Baratheon con tal de no alejarla de él y de su crianza como hija de los grifos. Jared no se arrepiente, porque nunca estuvo convencido de la rebelión en contra de los Baratheon.

¿La historia de Jared? La historia de Jared es la misma que la de tantos otros hombres, al menos en su génesis. Jared es el hijo bien amado de Lord Beric Connington y Lady Allyria Dondarrio, el pequeño grifo llegó a afianzar la relación de los señores del nido. El resto de su infancia no tiene mucho que resista análisis, fue educado en el amor de su madre y las enseñanzas de su padre, la llegada de sus hermanos sería a la larga lo que lo distancio de nido de grifos por un tiempo.

Con 11 años, el joven grifo ya había descubierto que era lo que no quería ser. No deseaba ser uno de esos hijos de una casa menor que es enviado como pupilo o Escudero a una casa amiga o casa más poderosa para ser el símbolo de la sumisión de su casa o para comenzar a ser educado en la lealtad a gente que ni siquiera sabía si merecía su lealtad. Este pensamiento fue el detonante de que como con 11 días del nombre a cuestas, pidió a su padre la autorización para comenzar un viaje por su cuenta en la búsqueda de su propio camino de caballero. Como era de esperar, las primeras respuestas fueron negativas, en especial por el rechazo de la madre a separarse de su pequeño grifo, pero la insistencia del chico, la amenaza de hacerlo de todos modos, y la convicción de que su hijo regresaría en unos días a nido de grifos, después de vivir el duro golpe de la realidad, impulso a lord Connington a dejarlo partir en aquel viaje, viaje que a la larga duraría 8 años.

Un caballo, una espada, unas cuantas prendas y 30 dragones en su bolsa, eso fue todo lo que se llevó al partir de su hogar. Sin signos en sus ropas que lo identificaran como un miembro de una casa noble, vagó por la tierra de la tormenta durante los primeros meses, fue aún en sus tierras de origen donde aprendió del valor del dinero y que la gente siempre intentaría timarlo si estaba en sus manos hacerlo. Con sólo meses fuera de su hogar, no fueron pocas las veces que deseó regresar bajo las alas protectoras de su padre, pero por orgullo no se lo permitió.

Ya con varios meses transcurridos, Jared había perdido la noción del paso de los días, se Limitaba a diferenciar los días de la noche, el dinero de su padre no era más que un recuerdo de un tiempo mejor, y su espada de la mejor calidad había sido cambiada por el más humilde de los arcos y unas cuantas monedas, sabía que había sido estafado, pero el arco era una mejor arma a la hora de sobrevivir y cazar, que la espada. Durante aquel tiempo ya había aprendido lo que era mendigar y robar para comer. Había aprendido que las peleas no son como aquellos duelos llenos de honor que había tenido en el nido, no eran nada en comparación a tener que pelear para no morir o cosas aún peores... Su dignidad casi se había extinguido, pero el fuego de su orgullo aún seguía impidiendo regresar a las tierras de los Connington.

Él no lo sabía, pero ya había pasado más de un año desde que había dejado su hogar, sus formas elegantes ya habían quedado atrás, su caballo le había sido robado hace unos meses junto a sus escasas prendas, todo lo que le quedaba para recordar su hogar era una cadena de plata que le había obsequiado su hermana en su décimo día del nombre. De hecho, no fueron pocas las veces que tuvo que defender aquella “reliquia” incluso a mordidas para evitar perderla.

Cuando lograba vender alguna presa que había atrapado en el camino o había ganado algunas monedas por hacer un trabajo que nadie más había querido realizar, era que podía comer en alguna posada y enterarse de cuál era su ubicación, pero no fue hasta cerca de dos años después de haber comenzado, que tuvo certeza de su ubicación, Lanza del sol, hace meses sabía que estaba las tierras salvajes de Dorne, y lo sabía porque la gente ya no tenía el mismo tono de piel, el calor era insoportable y todo parecía estar adornado con el símbolo de los Martell. A la larga fue lanza del sol, el lugar que cambio el rumbo de su vida.

Con 14 días del nombre y sintiéndose casi un hombre, Jared decide emprender el viaje a las ciudades libres, más allá del mar angosto, las miserias no han logrado hacer que el joven recuerde que es un lord y un día regresara al nido de Grifo convertido en un caballero respetable, y ahora mejor que nunca sabía que para ser ese caballero, debía dar un giro radical a su vida. Pero para eso debía tomar la decisión más dolorosa hasta aquel momento, para poder embarcar a tierras libres, finalmente se vio obligado a vender la cadena de su hermana, era su única prenda de valor, la única que le permitiría viajar a las ciudades libres al menos como un humano, y además alimentarse correctamente.


Más Allá del Mar Angosto

En las tierras libres su vida cambia completamente, con 14 días del nombre ya es todo un hombre y comienza por fin lo que él mismo considera su entrenamiento como guerrero. Para esa edad y por la vida que había decidido llevar, Jared era un joven fuerte, aguerrido y fiero al defenderse, fue especialmente esa última característica la que permitió ser aceptado como mercenario a la protección de algún señor; algún mercader, incluso alguna prostituta que no deseaba vagar sola por el pueblo, poco importaba a quien hubiera que proteger si aquello significaba dinero. Muchas veces fue rechazado sí, pero eso no le detuvo, de hecho él sabía muy bien que las pocas veces que fue aceptado, era porque quien cuidaba no podía pagar algo mejor, o porque simplemente parecía ser un buena carnada mientras su contratante huía.

Pero los trabajos pasaron y el chico seguía vivo y su nombre en Pentos comenzó a ser cada vez más conocido, aún así no fue hasta que se convirtió en un jinete libre que de verdad ganó un nombre. ¿No era que ya había ganado fama? Si la había ganado, pero no era un jinete, un jinete necesita una montura y él no había gastado su escaso dinero en hacerse de un caballo. Fue hasta un desigual combate con un Dothraki que se hizo con un caballo, las historias de cantina, en el futuro narrarían la historia del montaraz de poniente que en osada maniobra desmontó y mató a un Dothraki… Pero para Jared aquello fue un golpe de suerte… pero tampoco desmintió nunca aquella historia, necesitaba la fama, y ahora era un jinete libre, y junto a grifo (su caballo), podrían presentarse misiones mejor pagadas.

En las tierras más allá del mar angosto, las reglas de la vida son diferentes, los ejércitos son diferentes, y fue en ese lugar donde Jared aprendió su mayor particularidad como Guerrero, Disparar el arco mientras montaba su caballo, muchos pueden intentarlo, es cierto, pero pocos con la precisión que lograba el futuro señor del nido de grifos. Esta particularidad, y su fiera forma de defenderse para no morir le hicieron ganar el respeto que necesitaba, con los años el nombre de Jared de disipó en el tiempo para transformarse en “el montaraz de poniente”. Un hombre que ya no debía ir por trabajos de mercenario o guardián, los trabajos los buscaban y cada vez mejor pagados.

¿Respecto a las mujeres? Gracias a su viaje Jared maduro mucho más rápido que cualquier hombre en poniente, y también conoció las necesidades del hombre mucho antes que otros, y como se dijo antes, Jared ama a las mujeres y para su suerte las mujeres lo aman a él, fue por eso que Lys se transformo en su segundo hogar en aquellas tierras extranjeras. Nunca se emparejo con nadie, ni le debió fidelidad a nadie, el montaraz era simplemente un mercenario más que disfrutaba de las bondades de la mujer, sin darse cuenta se transformó en un excelente amante, es aquello lo que incluso le facilito meterse en la cama de alguna dama de Lys, y también dicha condición le ayudaría a meterse en la cama de doncellas de poniente.

Habían pasado ya 7 años desde que partió desde el lado de su familia, algunas noches se preguntaba si su familia lo había dado por muerto, más fueron las noches en que pensó en no regresar, si continuaba de aquella forma tendría una vida corta, pero sin duda placentera, lejos de las obligaciones y juegos de caballeros, en aquellas tierras era… era nadie, sólo un hombre más que protegía al peor de los ladrones para comer, custodiaba a traficantes de esclavos para pagar concubinas, mataba hombres para darse lujos, al final de todo, su padre había tenido más hijos, Andrew sería un excelente señor del nido de Grifos, y su hermana era una mujer hermosa, seguro algún lord de alguna gran casa importante la desposaría. Pero fue en aquel tiempo, cuando habían pasado 7 años, cuando el montaraz fue desmontado de su grifo, habían pasado años desde que eso había ocurrido por última vez, de hecho los rumores decían que por sus venas corría sangre Dothraki y que no podía ser desmontado, pero aquella vez lo desmontaron y no sólo eso, de no ser por los cuidados de las sacerdotisas de la diosa del amor, abría sido su final.


El Retorno del Grifo

En su agonía escuchó la voz de su familia, en especial la de su hermana, la voz de aquella niña que le había suplicado entre lágrimas que regresara por ella, Eve nunca lo sabría, pero fue ese que en el momento en que decidió regresar. Cuando por fin pudo volver a cabalgar decidió que era el momento de que el señor de nido de grifos regresara, dejaría atrás todo lo que vivió para ponerse al servicio de su padre y sus tierras, para proteger a aquella niña que lo llamaba de regreso a la tierra de la tormenta.

Por largos meses Jared acepto trabajos y se dedicó a pulir su técnica de disparo en movimiento y su manejo con la lanza, eran sus últimos meses en aquellas tierras puesto que ahora se preparaba para regresar, necesitaba una técnica pulida y dinero pare regresar como un caballero, no se presentaría frente a su padre como un vulgar mercenario, no degradaría su imagen de hermano mayor frente a Andrew, y no rompería los sueños de un caballero de su hermana, fue así como a falta de 5 meses para su decimo noveno día del nombre, Jared emprendió el viaje hacía desembarco del rey.

Con sus mejores ropas y mucho oro en sus bolsillos, pasó un tiempo en desembarco del rey, necesitaba recuperar sus modales para la corte, debía reconocer como eran las cosas ahora en las tierras de poniente, y necesitaba una armadura, una armadura digna de cualquier caballero de poniente, y con el oro que había conseguido podía conseguir la mejor y hecha por el mejor. Fue así como Jared se hizo de su particular armadura, una armadura blanca de plata pura, lisa en el pecho, en muchos aspectos era una armadura normal, adornada con la elegancia que su costo ameritaba, pero la particularidad de aquella armadura radicaba dos cosas. Primero en sus brazales, los cuales finalizaban en una garra de grifo que descansaba sobre su carpo. Y segundo, en sus poco comunes hombreras, más altas de lo normal y que simulaban alas que se despegaban cerca de 10 centímetros de su hombro hacía los costados, lugar perfecto desde donde se desplegaba la capa albi roja con los grifos enfrentándose, había marchado de su casa sin ningún signo que lo marcara como un Conningon y regresaría como el caballero de su casa. Toda esta armadura se encontraba coronada con un yelmo con visera, del cual salía un frondoso penacho rojo que llegaba hasta medía espalda y cubría parte de su lanza que viajaba en su espalda.

Fue así como llegó el día en que el nido de grifos retumbo con las trompetas que anunciaban la llegada del heredero al nido de Grifos, Jared Connington Dondarrion había regresado convertido en un caballero, aunque en realidad nunca había sido nombrado caballero formalmente, sus actitudes eran las de uno, su infancia dedicada a la erudición, ahora contrastaba con su fiereza como guerrero, se había convertido en lo que su padre deseaba, un caballero digno de admiración, o al menos lo sería si no se daba a conocer su pasado en las ciudades libres.

La vida de Jared fue mucho más tranquila en poniente, por eso mismo muchas veces se sentía atrapado en el nido de grifos y añorando los tiempos en las ciudades libres, esta misma situación lo llevo a que por años participara en cuanto torneo se le presentaba, gano muchos de ellos es cierto, pero en realidad no era aquello lo que le importaba, la victoria la dejaba para aquellos niños que jugaban a ser caballeros, lo que a él le importaba era lo que venía después, las mujeres en busca del campeón, las aventuras, las peleas clandestinas que florecían desde el alcohol y la envidia.

Eso eran los torneos para Jared, ya que su vida en el nido de Grifos era la de un gran señor, un hombre que había ganado en habilidad y en sabiduría. En las noches de torneo era donde mostraba aquella personalidad que solía ocultar. Personalidad que por cierto sólo Eve llegaría a conocer.

Muchas veces se comprometió o mejor dicho, lo comprometieron, la misma cantidad de veces se encargo de decepcionar tanto a la dama en cuestión que el matrimonio se hacía inviable, pero es que en lo que había aprendido de la cama en Lys no lo podría satisfacer con cualquier mujer, de hecho no deseaba satisfacerlo con una sola mujer, además en su fuero interno, nunca abandono la esperanza de un día volver a ser libre.


El Grifo vs El Venado

Y así llegó el tiempo de la guerra, Jared intento por todos los medios que su padre no se alzara contra los Baratheon, a pesar de sus miserias de juventud, Jared siempre había sido un hombre leal, leal a quien pagara por sus servicios, leal a su padre y leal a su familia. Él quería que su padre respetara su juramento de lealtad a los Baratheon, pero sus consejos no fueron escuchados y la casa del grifo se alzó contra sus señores junto a otras tantas.

Durante la guerra, las particulares estrategias de Jared lo hicieron un comandante impecable. Y su empatía hasta con el soldado más humilde lo hacía un líder sin igual. Además desde su regreso al nido, se había encargado personalmente de formar una división de élite de arqueros montados. Fue así como sus estrategias y dirección lo llevaron a obtener importantes victorias, como la de nido de cuervo, pero a la larga no fueron suficientes para ganar la guerra.

A petición de su padre no participo en la batalla del portal, batalla en la que murió su hermano (y con él sus opciones de ser libre un día), Jared se culpa y culpó hasta el día de su muerte a su padre, fue él quien le exigió proteger el nido de grifos desde dentro y envió a su hermano a defender el portal, pero finalmente cuando él entro en batalla, ya no había nada por lo que pelear, la derrota había sido inminente, el ciervo se había alzado con la victoria, y como si perder a su hermano y perder la guerra fueran poco, se vio obligado a ver como Nathan Baratheon tomaba a su hermana, su Eve, y la hacía su esposa.

Fue esta guerra la que lo llevo a transformarse en el señor de nido de grifos, una vez finalizada la guerra juró lealtad a Nathan Baratheon. Sólo Nathan y Jared saben cuál fue el juramento realizado en privado, algunos dicen que el ciervo aún tiene deudas pendientes con el Grifo.
Hoy en día Jared vive una vida tranquila, más de lo que desea, está obligado a cumplir las labores de un lord y los tiempos de aventura son sólo recuerdos que se cubrieron por sus obligaciones, más aún tiene la esperanza que un día alguien tomara su lugar y él podrá volver a cabalgar como un jinete libre.



Otros:

- Jared tiene tatuado con quemaduras, un grifo en cada uno de sus omoplatos, aunque el grifo izquierdo se encuentra deforme producto de la herida que lo motivo a regresar a la tierra de la tormenta.

- Jared en su fuero interno cree que Eve un día dará hijos a Nathan y este dará nido de grifos a uno de ellos y él volverá a ser libre.

- Jared no desea casarse, no cree exista una mujer apropiada para ser su esposa, pero si puede amarlas a todas, al menos por una noche.