La Trama en Poniente

Aegon IV de Targaryen, Rey de Poniente, de los ándalos y los primeros hombres, aunque no de los rhoynar. Aegon de Targaryen, el Indigno, murió hace apenas dos años. Dos años ya, parece mentira. Estamos en el año 189, en la tercera cuenta, y el otoño acaba de instalarse. Si llega el otoño... y muchas hojas van a caer en el Continente.

Ahora Daeron II de Targaryen es el Rey, el hijo legítimo de Aegon y Naerys Targaryen. Si, el hijo legítimo, porque existen muchos otros, bastardos, los Altos Bastardos los llaman. Hijos de Aegon con muchachas nobles de casi todo Poniente, y a los que legitimó antes de morir. Pero siempre por detrás de Daeron, por supuesto.

Daeron Targaryen se encuentra casado con la Princesa Myriah Martell. Muchos dicen que esta unión ha cambiado Desembarco del Rey. Las costumbres del Reino del Sur, del Reino de Dorne, han conseguido llevar hasta los nervios a muchos nobles. El Rey ahora se encuentra rodeado de estudiosos, de maestres y de hombres que vienen de más allá del Continente mostrando sabiduría que no existía aquí. Y eso no gusta. No a todos.

El matrimonio ha tenido cuatro hijos, Baelor Lanzarrota, Aerys, Rhaegel, Maekar y una hija, Aelinor. Pero estos niños no han dado toda la estabilidad que se esperaba. Los rumores son muchos... demasiados dirían algunos, y ahora se pone en entredicho la legitimidad de Daeron al creer que su madre tuvo una relación con el hermano del Rey, de donde nació él. ¡Ay! Y de entre todos ilegítimos... ¿Por qué no elegir a aquel que cada uno crea conveniente?

Los Altos Bastardos son cuatro. El primero de ellos es Daemon, hijo de Daena Targaryen, el cual se ha autoproclamado Daemon Fuegoscuro y cuenta con un gran apoyo de algunas de las grandes Casas de Poniente. Muchos dicen que el verdadero Rey de Poniente reside en él. Es alto, fuerte, grandioso... y, antes de morir, Aegon IV le cedió la espada Fuegoscuro, una reliquia que se heredaba de Rey a Heredero. Muchos dicen que se encuentra en las tierras del Dominio.

El segundo de ellos es Aegor Ríos, hijo de Barbra Bracken, llamado Aceroamargo. Siempre esta serio, enfadado con el mundo y con su mediohermano, Cuervo Sangriento, debido a que la madre de éste desplazó a la suya como favorita de su padre. Es ese odio el que siempre le ha llevado a estar en su contra, y el que le hace alimentar un sentimiento de rechazo total hacia el otro bastardo. Ahora se encuentra junto a Daemon, inseparable de su lado.

Brynden Ríos, Cuervo de Sangre, hijo de Mylessa Blackwood, es el tercero. Es un gran arquero y un gran militar. Porta consigo la espada Hermana Oscura, dada por el mismo Daeron como regalo a su fidelidad, y su arco de arciano, con el que es mortal. Actúa en el Consejo de Daeron como Consejero de los Rumores. En la actualidad se encuentra en una ardua batalla contra el Príncipe Baelor debido a sus distintos puntos de vista casi continuos ya que, mientras Baelor es más pacífico, Cuervo de Sangre es mucho más directo y potente.

La última de las bastardas fue Shiera Seastar, hija de Lady Serenei de Lys, la última hija de una antigua pero empobrecida línea de nobleza Valyria. La madre de Shiera no era muy apreciada en la corte de Aegon y se le consideraba fría y altiva. Shiera es famosa por su belleza y capacidad de seducción. Los rumores hablan de su supuesta capacidad para las “artes oscuras” que compartía con su madre, la cual, según cuentan, siempre estaba bella y radiante debido a que sabía como manejar el tiempo a su favor.

Fuera de la familia de los Targaryen y su Reino, existe el llamado Reino de Dorne, totalmente ajeno al reinado de los Targaryen, aunque con una relación bastante cercana debido al casamiento de Daeron Targaryen y Myriah Martell. En la actualidad el Príncipe Maron Martell es el que gobierna este reino y, según los rumores, en breve parece que se dará el casamiento de éste con Daenerys Targaryen, hermana del actual Rey… aunque muchos pronuncian que también amante y querida de Daemon Fuegoscuro.

Llega el Otoño. Muchas hojas comienzan a temblar en las ramas, mecidas por el viento... es el momento de saber cuales aguantarán sus sacudidas, cuales caerán, cuales morirán... cuales, simplemente, sobrevivirán.

Estaciones en años anteriores.

Los Hombres de las Tormentas fueron guiado a la guerra contra el Rey Targaryen, apoyando a los Fuegoscuro y a los Tyrell. Su ofensiva estuvo dirigida principalmente al llamado Boque Real, consiguiendo que todos los vasallos a la corona, por diplomacia o fuerza, cambiasen su vasallaje a ellos. De aquí se dio la boda con la actual Lady Brinna Baratheon, originaria d ela casa Wendwater.

El apoyo de los Baratheon era importante en el ataque a Desembarco del Rey ya que dejaba total libertad por el este, protegido por ellos. Sin embargo el avance fue lento debido a la destrucción de los puentes que comunicaban la capital con el sur. Sin embargo los Mallery fueron capaces de aguantar el suyo y pronto recibieron la ayuda de las fuerzas Fuegoscuro y Baratheon.

Las fuerzas de los Baratheon no se vieron inmiscuidas en grandes batallas, exceptuando el asedio de Desembarco del Rey. Por desgracia para ellos era en sus propias tierras donde nacia el mayor de los temores, una guerra civil. Tras la Batalla de las Cenizas, donde ambos reyes murieron, los Baratheon trataron de entrar en la capital, pero fue el mismo Septón Supremo quien lo impidió, acogiéndose a que los Dioses querían guardar la ciudad de hombres de guerra, impuros todos. Por eso mismo el comandante Baratheon dirigió su camino hasta sus tierras, obteniendo algunos apoyos entre los vasallos de aquellos lares.

En la llegada a Bastión fue donde se dio el Alza del Grifo. La boda de Nathan Baratheon fue insulto a los Connington tras la muerte de la antigua Lady Eve Baratheon. En esa noche los cielos lloraron sobre Bastión de Tormentas. Los hombres de los Connington se alzaron en armas y se llevó a cabo un baño de sangre en el que la misma Jenna Baratheon falleció. Esto provocó la ira de los Baratheon, los cuales dirigieron sus pasos tras los rebeldes, los cuales se dirigieron a Nido de Grifos. Allí fue donde Nathan Baratheon consiguió derrotar la defensa y hacerse nuevamente con el castillo, pero aquello era apenas una excusa para el alzamiento de las Marcas como enemigos, otra vez. Grandison, Trant, Caron…incluso el mando militar de Refugionegro.

La Batalla del Monte Gris fue donde se decidió la victoria de los marqueños sobre los Baratheon y sus aliados. Allí perdió la vida Claudia Dondarrion, dejando huérfana Refugionegro, la cual fue tomada por el líder de la rebelión, Jared Connington, como nueva plaza que dirigir. Orson Baratheon volvía de aquella batalla derrotado, sin posibilidad de ver sangrar aún más las montañas rojas.

Solo después de la Independencia de las Marcas, donde Morroqo, el Rey Buitre y el mismo Jared Connington llevaban a cabo una unión en búsqueda de la supervivencia, se dio el ansiado casamiento entre Lythor Tyrell y la ahora Valerie Tyrell, llevando a cabo una unión entre ambos reinos.

Todo cambió cuando la joven Arryn fue tomada como prisionera por Gideon Hogg “El Afortunado”. Dicen que encontraron a la muchacha pasando por sus tierras, que no mostró resistencia, y por ello fue dirigida hasta la misma Desembarco del Rey. Allí el Rey Daeron Targaryen vio una opción para eliminar a un enemigo más, a Marcus Arryn. Por eso se le hizo saber que si no volvía al Valle se mataría a su melliza. El Arryn hizo caso omiso y se dispuso al ataque contra Desembarco del Rey, sin esperar a los Stark ni a ninguno de sus aliados.

El paso del Forca fue duro, sangrante, y los Tully prácticamente hicieron una carnicería. Sin embargo el hombre parecía dirigido por los dioses a la toma de esa ciudad y al rescate de su hermana. Hasta que llegó a encontrarse con las fuerzas de los dragones comandadas por Maekar Targaryen. El combate se dijo que fue apasionante…pero el joven dragón fue capaz de herir al Halcón hasta hacerlo caer, esperando el golpe de gracia que fue detenido por Owen Waxley, su Escudo Juramentado. El hombre luchó contra el Dragón y, gracias al cansancio de éste, pudo terminar con su vida, aunque encontró muerte por Gwayne Corbray. La batalla fue una pérdida de vidas de los hombres del Valle, los cuales se vieron hostigados por las fuerzas Targaryen y Tully en su vuelta. Dieciséis mil hombres salieron por las Puertas de la Sangre y apenas quinientos volvieron en una única columna. Sin duda la pérdida de las vidas eran ingentes. Además se hacía saber desde Desembarco que Lyanna Arryn había terminado por morir, asesinada, en la ciudad.

Con Marcus perdido la autoridad en el Valle no se dirigió para nadie…hasta que el Bastardo de Lord Athys, apellidado Arryn por el Rey Daemon Fuegoscuro, tomó el poder sin llamarse tan siquiera Lord Arryn. Ante el conocimiento de la muerte y desaparición de sus hermanastros aunó a los vasallos, dispuesto a dirigir la lucha contra Desembarco del Rey en venganza por aquellas muertes. Pero existía un problema para ello…El Rey Grifo. Los clanes de las montañas habían encontrado en él un líder capaz de unirlos a todos bajo un único estandarte, el de la muerte. Los ataques a las fortalezas de las montañas eran constantes. Los Tollet y los Hardying habían tenido que retirarse y ceder sus fortalezas. Lyonel Corbray, al mando de una numerosa fuerza, encontró que el número de hombres era más una molestia que una ayuda. El conocimiento de los caminos por los salvajes les daba ventaja y pronto las numerosas escaramuzas lo llevó a tener que resguardarse en las fortalezas y fortificarlas con hombres para su defensa.

Mientras tanto, en Desembarco del Rey, Lyanna Arryn fue tomada por el Septón Supremo en su cuidado, dirigida como Septa y dispuesta en el Gran Septo de Baelor en secreto, guardada de la ira del Dragón, a salvo...bajo la mirada de Siete Dioses celosos

La aparición de Marcus Arryn se dio en Puerto Gaviota, venido en una barcaza de pescadores, junto a unos pocos hombres. Su brazo derecho sin poder alzarse más allá de la altura del hombro, las cicatrices en su torso, aunque tapadas, existían. Ante la llegada a las Puertas de la Luna, el General que había dirigido a los hombres a alzar sus armas, aquel que había convencido a todos de dirigir su camino hasta Desembarco a vengar a sus hermanastros, Nathair Arryn, dio un paso atrás, a la sombra. Sus palabras sobre cuidado, paciencia, ahora se mantenían en la mente de muchos nobles que las habían escuchado antes de dirigir la guerra fuera del Valle. Dieciséis mil hombres habían muerto por la imprudencia del joven Halcón…pero el milagro había sido obrado y había vuelto, coronándose Rey Del Valle y las Montañas.

…Pero otro Rey existía en las montañas, el rey Grifo…y otro más en las sombras…El Halcón Rojo…

La Rebelión de la Sal es llamada la Guerra Civil que se produjo en las Islas del Hierro entre la Liga de la Sal, comandada por Albus Drumm, y los partidarios del Rey en las Islas, Harrald Greyjoy. La primera de las batallas se dio en el Mar del Rejo donde se enfrentasen las armadas de las Islas y del Rejo, con derrota de éstos últimos, aunque la llegada de Albus Drumm, portando un cuerno capaz de domesticar a un enorme kraken, llevó a la huida de gran parte de la flota sobreviviente de la batalla, resaltando la muerte de Einar Blacktyde.

La noticia, llegada a las Islas Escudo, invadidas por los Hombres del Hierro, llegó junto a los capitanes imbuidos de miedo por la imagen del enorme calamar. La flota del hierro entocnes se replanteó el ataque a el Dominio sabiendo que correrían un grave peligro si Albus Drumm llegase a las Islas. Pero tres barcos van más rápido a una armada y cuando Harrald Greyjoy volvió a Pyke se encontró con una corona de madera entregada a un hombre, Albus Drumm, que con la ayuda de Viejo Wykm, Gran Wyk y Acantilado de Sal se proclamaba Rey de las Islas alzando la voz y haciendo saber que el kraken viajaba con él y no con un pulpo más que se vendía cual puta a los dragones por una mujer de Essos.

La armada de los fieles a los Greyjoy se había visto diezmada y por eso la Liga de la Sal tuvo unas victorias iniciales, tomando Monteorca con facilidad y resistiendo el ataque a los Salones de Nagga. Por todas las islas se sucedieron el alzamiento de los rebeldes y los leales continuamente. La fe jugó un papel fundamental. Erick Drumm consiguió hacerse con la mayoría de los Hombres Ahogados y por contrapartida los Greyjoy realizaron algunos cambios junto a los Hombres ahogados que se le unieron, siguiendo Axell Greyjoy. Entre estos cambios muchos vieron como un sacrilegio a las antiguas tradiciones la inclusión de los caballeros de Harlaw como una unidad parecida a sus iguales en la fe de los Siete. Muchos de los hombres ahogados vieron en esto un gesto incendiario, mientras que otros vieron como un logro pasar a los únicos hombres que no tenían fe en su Dios a los Harlaw, lo que le llevó a tener un sobrenombre muy directo, Harrald “El Impredecible”, un sobrenombre dirigido a su incertidumbre con respecto al mantenimiento de las viejas y nuevas costumbres en las Islas..

Mientras tanto la Princesa de las Islas, Keira Greyjoy, llevó a cabo un plan de traición en Dorne, consiguiendo llevar con ella al Príncipe Olyvar Martell, ahora cautivo en las mazmorras de Pyke. En su camino a las Islas la armada de los Hombres del Hierro se vio atacada continuamente por los motines de la Flota Real hasta su llegada a las Escudos, una travesía llena de complicaciones que terminó con muchas fatigas para la capitana.

En las Islas el fin de la Guerra Civil se dio, prácticamente, en el Golfo de los Dientes, un lugar plagados de dientes de rocas donde se enfrentaron las dos armadas, la de Albus tomada por sorpresa gracias a la pericia de Bjorn Greyjoy. Allí el kraken fue muerto gracias a las dificultades por los dientes de roca, y allí murió Albus Drumm por mano de Victarion Harlaw. Ese fue el fin de la rebelión, el fin de la guerra civil…dejando unas Islas muy debilitadas y con un Rey, “El Impredecible”, que aunque mantiene el poder no la totalidad del seguimiento de los fieles a las antiguas costumbres en las Islas.

La tierra del Tridente se vio asediada desde el comienzo de la Guerra de la Incineración. Por el Norte los Stark dirigieron su ataque a los Gemelos, los cuales pudieron ser defendidos gracias a la ayuda de los Mallister y el resto de vasallos, creando un punto muerto en el avance de las fuerzas norteñas. Por otro lado tuvieron que enfrentarse al paso de las fuerzas Arryn, pero gracias al empecinamiento de su Señor apenas se dieron batallas donde perdieron hombres, exceptuando la muerte de muchos hombres del Valle en el paso por el Forca y en su vuelta al Camino Alto. La última de las confrontaciones, y donde se dio el mayor combate, fue en el Sur, donde las fuerzas de los Tyrell atacaron Descanso del Caminante y otras zonas en búsqueda del apoyo de algunos rebeldes a Targaryen.

La campaña fue larga, duradera, y en ella actuaron tanto Medgard Tully como su propio hijo Desmond. Las fortalezas cayeron de uno y otro bando hasta que la presión de los Tyrell disminuyó, dirigido su ataque hacia Desembarco del Rey. Los Keath, Vance y Bracken dirigían sus esfuerzos a mantener ocupados a los ejércitos de los Tully mientras sus liados cercaban la capital…hasta la caída del Halcón. Aquello animó a los hombres de los Ríos y propició que los norteños abandonasen los Gemelos. Las fronteras perdían tensión y todo lo perdido en un comienzo por culpa de los Tully comenzó ser tomado hasta dejar solamente a Atranta y Seto de Piedra como únicas posesiones de los Tyrell, cerca del empuje de las fuerzas de los Ríos.

Las intrigas relacionadas con el antiguo Lord Tully no pasaron desapercibidas en esta guerra, ni mucho menos. La primera de las caídas fue la de Silvia Tully, en Desembarco del Rey, envenenada supuestamente por los enemigos de la Corona. Lysa Tully desapareció de las tierras de los Ríos tres meses después del comienzo de la Guerra, con paradero desconocido, y su madre, Joanna Tully, encontró la muerte en el Forca Rojo, ahogada. Nadie encontró culpable.

Lo que si es cierto es que, tras la muerte de los Dos Dragones, la paz fue firmada por los Tully y todos los de alrededor, creando el llamado el País de los Ríos, con la figura del Senescal del Tridente en Medgard Tully, con unos Bracken con la cabeza gacha, totalmente dominados, y una única de sus posesiones perdidas, Atranta, la fortaleza blanca. La figura de Medgard Tully, manteniendo casi todo el Tridente a salvo, hizo que muchos nobles viesen en él a un señor adecuado, capacitado para el mando y un líder que pudiese guiarlos en el momento de desconcierto en el que se sumía todo el Continente.

Fuego y Sangre. Eso acabó con los dragones. La Rebelión de los Fuegoscuro conllevó la caída en desgracia de ambos linajes, pero se puede decir que los que más perdieron, sin duda, fueron los Targaryen. Ya desde el comienzo el llamado Baelor Rompelanzas fue mandado al Muro, dispuesto a vestir el negro tras la acusación de traición por parte de Daeron Targaryen.

Los dragones trataron de impedir el avance de las fuerzas Fuegoscuro con numerosas amenazas a través de su paso por el Bosque Real y llegando a destruir el puente del Camino de las Flores. Esto les dio cierto tiempo, el suficiente para que Maekar Targaryen dirigiese sus fuerzas a encontrarse con el ejército Arryn tras la captura de Lyanna Arryn. Allí se produjo la muerte del Príncipe pero también la derrota del Valle que les dejaba fuera de la guerra. Este respiro, además del control de los Stark en los Gemelos, les dejaba únicamente con dos enemigos a sus puertas, los Tyrell y los Baratheon.

El transcurso de la guerra dejó a todas las mujeres Targaryen en el Principado de Dorne, bajo custodia de los Martell, pero sin embargo los varones seguían en Desembarco, además de Baelor, el cual nunca llegó al Muro. Al parecer la compañía en la que viajaba al Norte se vio atacada y nada más se supo de él. Solo las malas lenguas apuntan a que los propios Targaryen buscaron un final trágico para el que fuese heredero al trono de hierro.

La guerra siguió su curso, consiguiendo liberar la presión del asedio al que las tropas rebeldes pusieron a la capital, consiguiendo que Garlan Tyrell, junto a muchos de sus hombres, tuviesen que dirigir su camino hacia el Dominio para salvar su hogar. En ese momento se dio la llamada Batalla de las Cenizas. Daeron Targaryen dispuso sus tropas, más de diez mil hombres, frente a una horda que casi lo duplicaba. Sin embargo las Murallas de Desembarco se elevaban como apoyo ante los defensores. Se dice que Daemon Fuegoscuro estaba tan ansioso de matar a su medio hermano que lanzó a sus ejércitos a la toma de Desembarco del Rey. En la batalla se dieron numerosos duelos, entre ellos la muerte de Ser Willem Wylde y Ser Roland Crakehal a manos de Orson Baratheon o la caída de los gemelos Fuegoscuro manos de Ser Arnald Whent, al que llamarían desde entonces el “Matadragones”. También se dice de la lucha entre Ser Donnel Darklyn y Lord Nathan Baratheon, con la victoria de este último. Pero lo más expectante fue la caída de ambos dragones. Daeron Targaryen se dice que murió al ser atacado por un simple soldado, desconocedor de la lucha como su otro medio hermano. Sin embargo la muerte de Daemon Fuegoscuro vino dada por el mismo dardo de Brynden Ríos. Con la muerte del Dragón Negro y sus gemelos el ataque a la ciudad se vio apaciguado. Ninguno de los dos dragones vivían y las fuerzas habían sido casi extintas.

El Septón Supremo tomó las riendas y gracias a la fuerza de la Fe se impuso la paz en el campo de batalla. Expulsó a todos de la ciudad, a los Targaryen a Rocadragón, sin apenas ejército, y a los Fuegoscuro al exilio, a Essos. Algunos vasallos se acogieron al gobierno del Septón, pero la mayoría puso su juramento al servicio de los Tyrell y Baratheon.

En Lanza del Sol quedan Myriah Targaryen, Aelinor Targaryen y Sofia Targaryen con sus pequeños. En Rocadragón quedan Aerys Targaryen y Rhaegel Targaryen.

Dorne.
La invasión de Dorne por parte de Volantis fue violenta y rápida. Ashan Morroqo, al mando de diez mil hombres, desembarcó en Bosquepinto y tomó la ciudad sin apenas oposición debido a la huida de los Santagar. El siguiente movimiento fue hasta Colina Fantasma, donde los Toland no pudieron más que seguir huyendo, siguiendo la táctica más lógica frente a una fuerza invasora tan enorme. Como respuesta los Martell llamaron a sus vasallos a la guerra contra estos invasores y trataron de buscar un enfrentamiento directo que no se dio en un comienzo.

Por otra parte Costa Salada fue atacada por Virtha Athare, una de las triarcas de la ciudad y que, tras unas escaramuzas en el sur de Dorne, se hizo a la mar, dejando Costa Salada totalmente saqueada, pareciéndose olvidar del desierto que Volantis iba a atacar. Esto dejo desconcertados a los volantinos, los cuales basaban su ataque en tres oleadas, otra más que debía ser dirigida por Oriol Tsimiece, el cual desembarcó con cinco mil soldados a la orilla de Lanza del Sol, provocando la retirada del Príncipe Maron Martell hacia su capital a toda rapidez, aún habiendo sido llevado de costa a costa, siempre denegando el combate abierto. Además, a esto, hubo de sumarle la traición de los Greyjoy, los cuales tomaron como rehén al Príncipe Olyvar Martell y se dispusieron en su camino a las Islas con parte de la Flota Real en sus manos, obligada.

Ashan Morroqo aprovechó para dirigir su ataque hasta el Tor y Palosanto, haciendo caer ambas ciudades, saqueándolas y provocando el pánico en el desierto y más tarde en las Marcas de Dorne. A la llegada de Maron Martell a Lanza del Sol se encontró con algo que no pensaría que se diese. Oriol, como líder de los Rhoynar, pidió el asilo de su pueblo en Dorne y dio sus lanzas a cambio de un lugar donde vivir en aquella región. Aceptado por el Príncipe de Dorne y con Virtha desaparecida tan solo quedaba la amenaza de Ashan Morroqo, el cual se encontraba con un ejército de más de diez mil lanzas en las Marcas y con el apoyo de algunos hombres bajo el mando del llamado Rey Buitre, un hombre que se hubiese proclamado Rey de las Marcas. Juntos, apoyados por la muchedumbre de las Marcas y por algunas de sus casas vasallas, han declarado la Independencia de esta región, castigada por la dura lucha en la Guerra de la Aniquilación.

El más beneficiado en la Invasión de los Tigres, como ha sido llamada por todos en Poniente, ha sido el Almirante de la flota Mors Martell, el cual consiguió derrotar a la armada volantina en Rocagrís y más tarde en los Peldaños de Piedra, junto a la ayuda de la Flota Real que abandonó a los Greyjoy en Costa Salada y en los motines que se dieron constantemente en su camino hasta las islas.

Algo a tener en cuenta es la aparición de un Templo del llamado Dios Rojo R´Hllor en la misma Lanza del Sol, un regalo del mismo Príncipe a la sacerdotisa de Volantis que predijo la invasión de Dorne.

Los occidentales decidieron no inmiscuirse en ningún tipo de Guerra en los primeros avatares de ésta pero el Señor de la Roca, Tybolt Lannister. Esta posición tan aclamada por todos los vasallos se vio indispuesta tras la reacción de los Lannister al dirigir gran parte de sus fuerzas hasta Antigua, donde junto con la ayuda del Señor de Antigua comenzó un acoso al Dominio, consiguiendo victorias muy contundentes debido principalmente a la escasez de fuerzas capaces de hacerles frentes ya que se encontraban en los lindes de los Ríos y en el ataque a la capital del Reino. La ofensiva del Sur tenía un claro objetivo, llegar hasta Altojardín buscando la necesidad de que Garlan Tyrell tuviese que dirigir su camino de vuelta al hogar y así desprender de presión a la capital. La eficacia de este ataque vino dada a los prisioneros que se tomaron en las casas vasallas del sur de Altojardín, consiguiendo que muchos nobles tuviesen que dejar Altojardín sin sus ejércitos so pena de muerte para sus esposas, hijas y herederos. De esta forma el ejército defensor se diluyó, quedando como gran baluarte Altojardín, cercada por mar por los Hombres del Hierro en las Escudos y por el sur por la alianza de Antigua y Occidente.
Las fuerzas del Dominio aligeraron la presión en los Ríos para dirigir un ataque a Occidente junto a algunos rebeldes que se unieron a su causa pero los pasos montañosos no daban lugar a su superioridad numérica sin poder avanzar apenas un par de posiciones. La guerra parecía ir bastante bien para los Occidentales hasta que un traspiés de la suerte les truncó todo. El Señor de Occidente dirigió sus tropas en la defensa de Refugio de Plata, portando su espada de oro, alentando a sus hombres, hasta que una piedra impactó en su cabeza. Fue su yelmo el que le mató, hundiendo su cráneo y llevándolo hasta la muerte.

Esto se tradujo en un cambio directo en todo Occidente. Daven Lannister tomó el mando de Occidente y rápidamente se dispuso a difundir la paz con sus enemigos ante las noticias del inminente asedio de Desembarco del Rey. Sin embargo las órdenes no fueron suficientemente rápidas para frenar el ataque a Altojardín, el cual se inició y fue demoledor en un comienzo, hasta la aparición de Garlan y Luthor Tyrell. El armisticio pactado con Daven Lannister no fue suficiente para que se diese la batalla en la que tanto los hombres del Dominio como los de Occidente y Antigua perdieron miles de vidas, incluyendo en ellas la de Livia Tyrell, señora de Altojardín.

Los Lannister, aún así, pactaron la paz con los Tyrell y tomaron bajo su guardia como protectorado al Principado de Antigua. Daven Lannister se encargó de maniatar a los vasallos rebeldes occidentales y apostó por la aparición del llamado Dios del Fuego en el lugar, consiguiendo unir en si mismo el poder de Lannisport y Roca Casterly aunque...sigue siendo apenas el único Lannister vivo en la actualidad junto a la Viuda de Damon tras la muerte de Ariadne.

La llegada del Norte era más que esperada por el ejército de los Fuegoscuro, sin embargo se vio truncada por la llegada de un enemigo que nadie esperaba. La Isla del Oso, Skagos y el norte de la región fueron atacados por oleadas de salvajes que no dejaron que todas las fuerzas norteñas se dirigiesen al sur. Aún así Robben Stark se dirigió hacia el Sur, buscando encontrarse con su prometida y unir su ejército al del Valle en el margen este del Forca.

Mientras el ejército del heredero se dirigía al Sur los hombres del ahora proclamado Rey en el Norte, Brandon Stark, se afanaban en ayudar a los vasallos aliados en destruir la amenaza de los salvajes que habían traspasado el Muro y tratar de obtener información de éste, aislado desde hacía ya meses. La Isla del Oso fue tomada totalmente por los salvajes, terminando con la vida del actual Lord y mandando al exilio al nuevo Lord Jan Mormont. Skagos por su parte luchaba sola, en una unión de dos de sus clanes, por mantener el control de la isla. Los Stark no pudieron dirigir ayuda a ninguna de las islas, concentradas sus defensas en tratar de limpiar el Agasajo de salvajes junto a la ayuda, principalmente, de los Bolton y Umber. Y la principal duda sobrevolaba a todos como los cuervos que se dirigían al Muro. ¿Por qué no contestaban desde allí?

Mientras tanto Robben Stark se encontró con un camino lleno de peligros hacia el Sur, principalmente retrasado por las tropas de los Tully y sus vasallos, fieles al Rey Targaryen. Eso retrasó al ejército tanto que seguir el camino hacia el sur seguramente les retrasaría aún más y no tomarían contacto con los Arryn. La decisión se debía tomar y era dirigirse por el cenagal que daba a Piedrasviejas, atacar los Gemelos o seguir desgastándose por el Camino Real, donde se sabía que algunos vasallos de los Tully esperaban para defender sus tierras. El ataque a la fortaleza de los Gemelos por tanto era lo más atractivo. La primera de las fortalezas cayó rápido, sin embargo el ataque por el puente se convirtió en difícil, muy complicado y una pérdida de hombres continua.

Pero el hecho que cambió todo esto vino mediante un cuervo de alas negras. Brandon Stark murió a la llegada al Muro, apenas a unas millas, su cuello cercenado, sus pieles dispuestas sobre cualquier salvaje, su vida sesgada, a manos de Unferth Bolton, pareciendo esto un ataque salvaje. Esa noticia hizo que el amor por la guerra que los norteños tenían se deshiciese. ¿Qué hacían tan lejos sin defender a su Rey? ¿Por quién luchaban? Además llegaban noticias del sur, donde Marcus Arryn había sido derrotado y eso complicaría más el viaje al sur. El Norte, entonces, decidió dar media vuelta y volver al cuello, a su reino. Había que sanar las heridas de su tierra antes que dirigir su vista en las demás.

Eran sus hombres, por miles, los que acompañaban a Fuegoscuro, y eran ellos los que sangraron por él desde un comienzo. Los ejércitos de Tyrell se encaminaron a la frontera de las tierras de la Corona, acompañando a su Rey y apoyados por los hombres de las tormentas, pero era en los Ríos donde sangraron más que nadie. Allí se encaminaron hasta la altura de Harrenhall, donde los Lothston tomaron el mando de la defensa de los Ríos, consiguiendo así formar una frontera estable entre ambas fuerzas.

Fue la rebelión de Antigua y sus vasallos, ayudados por la Casa Lannister, y la misma batalla ofrecida por éstos en Occidente, lo que propició que las tropas se retirasen de los Ríos poco a poco. Los Tully habían conseguido contener a los Stark en los Gemelos y los Arryn habían sufrido una derrota enorme que los dejaban fuera de cualquier guerra. Las tropas del Sur del Dominio comenzaron a asediar y tomar fortalezas una tras otra, consiguiendo rehenes, lo que provocaba que muchos señores tuviesen que agachar sus cabezas y eliminar a sus soldados del ejército de los Tyrell, los cuales habían perdido el control de sus mares por su derrota en las Islas Escudo y en el Rejo además de ser tacados por continuas barcoluengos que lanzaban ataques discontinuos sobre las costas. Ahora, asediados por tres frentes y teniendo que apoyar a Fuegoscuro el cansancio comenzaba a hacer mella en los hombres del Dominio, los cuales tenían que cubrir distancias enormes y entrar en batalla sin recuperar resuello. Mientras que Luthor Tyrell trataba de atacar los pasos de montaña de Occidente fue Garlan Tyrell quien abandonó el asedio de la capital y se dirigió con gran parte de sus fuerzas a enfrentar el avance del ejército del sur, el cual se dirigía a Altojardín a toda prisa, tratando de aliviar la presión de sus aliados.

Se dice que la negación a ayudar a levantar el asedio de Altojardín fue suficiente para que Garlan Tyrell observase al nuevo Rey, Daemon Fuegoscuro, como alguien distinto al que creía, consumido por la venganza y las ansias de tomar la ciudad y de ver a su medio hermano caer. El asedio de Altojardín reunió a las tropas defensivas del Dominio, pero éstas se vieron superadas por las de Antigua y Occidente, cuyo ejército había aumentado a cada fortaleza tomada. Cuando el Señor del Dominio llegó puedo conseguir levantar el asedio y la toma de la fortaleza, pero a un alto precio. El mismo Arys Tyrell trataba de entrar en una estancia en llamas, quemados sus brazos por el roce del fuego. Livia Tyrell se encontraba dentro. La Señora del Dominio había muerto en ese ataque, lo que propició la ira del Señor de Altojardín. Las tropas del que ahora era llamado Principado de Antigua se retiraron hasta sus dominios, sabedores de haber cumplido con su objetivo, el de desestabilizar la mayor de las alianzas de los Fuegoscuro.

Luthor Tyrell firmó la paz con los Lannister y con los Tully, consiguiendo Atranta para ellos. Antigua se independizó con la confianza de Daven Lannister. Esta pérdida, al menos, se vio compensada por la gran mayoría de vasallos de la Corona más allá del Aguasnegras que se unieron al nuevo Reino del Dominio. Episodio aparte la anexión de algunos vasallos a las Nuevas Marcas.

Ira. La ira consumía al Rey Daemon Fuegoscuro. Y la venganza. Los que estaban a su alrededor reconocían al peor de los dragones en él, como si u fuego interior estuviese devorándole poco a poco. Fue eso lo que consiguió que los Tyrell abandonasen con gran parte de sus fuerzas el asedio de Desembarco para poder defender su ciudad de origen. Muchos comentan, una vez terminada la Guerra, que la caída de los Arryn, los cuales no tuvieron en cuenta las órdenes de los Fuegoscuro, conllevo que Daemon se sintiese menospreciado por ellos, al igual que cuando se supo de la vuelta de Robben Stark al Norte. Daemon dejó de actuar tan solícito como siempre y las murallas de Desembarco le parecían burlas a su trono, aquel que quedaba apenas a unas millas.

La desidia del sitio también comenzaba a afectar a muchos y ahora que los Tully no tenían enemigo y los Tyrell comenzaban a temer por Altojardin la verdad es que la ventaja que el ejército rebelde tenía parecía estrecharse un poco cuanto menos. Fue por eso, y por el ansia, que Daemon Fuegoscuro llevó a cabo su ataque en el amanecer, cuando aún la luz del sol era poca y los hombres de la ciudad se levantaban, apoyado por los Baratheon y algunos de sus aliados Tyrell. El mismo Daemon llegó el segundo a las murallas de la ciudad, el lugar donde se dio la más cruenta de las luchas.

Fue allí donde dio muerte a Ser Ross Smalwood y Ser Yorick Caswell, guardias reales, y en la Puerta del León fue donde su cuerpo también cayó sin vida, traspasado por las flechas de Brinden Ríos, Consejero de Guerra. Aquello sin duda desanimó a las tropas de los rebeldes, pero los Gemelos tomaron Fuegoscuro y prosiguieron el ataque junto a Aegor Ríos, el cual no pudo detener al más versado de los hombres en batalla ahora, Arnald Whent, el cual pudo a tres bandas, matando a uno de los gemelos e hiriendo mortalmente al otro antes de verse muerto por la espada de Aegor Ríos, el cual tomó Fuegoscuro y despareció del frente de batalla.

Daemon II tomó la espada Fuegoscuro y tanto él como Quentyn Ball y Aegor Ríos huyeron de allí llevando consigo a algunos leales. La batalla estaba perdida, todo estaba roto y las fuerzas habían sido casi aniquiladas. Ahora la Fe dominaba Desembrco del Rey, negando la entrada a Baratheon, Targaryen o Fuegoscuro que fuese.

Partiendo desde Salinas tanto éstos como Anaís Fuegoscuro y Haegon Fuegoscuro dispusieron su camino al exilio, a la ciudad de Pentos, donde pudiesen llevar a cabo su venganza, pero ya lejos de Poniente.