el Sol y la Pluma [Helena]

Había partido de Tor, la joven princesa estaba en la Roca para la boda de los Targarian, ella no había ido, muchos meses hacia que no estaba en su casa, y necesitaba organizar a sus hombres. Envió cartas a sus abanderados, ¿el Rey Buitre? ¿Quién era semejante elemento? Su estancia en las Islas de Verano se la antojó más prolongada de lo que debería haber sido.

Partió con sus hombres, ella era una buena danzarina de agua, con un problema, jamás había asesinado a un hombre, vamos ni siquiera a una molesta araña… ¿valdría que hubiera aprendido a pescar calamares?, estaba segura que si los clamares llevaban el apellido Greyjoy no la importaría en absoluto hacerlo. Se engañaba a sí misma, ella no era una guerrera, era un excelente navegante. Repasó sus tropas antes de salir, mil hombres, no quería que sus campesinos tuvieran que ir a la guerra así que no hizo levas, no era necesario por el momento, sus hombres bien entrenados, sus soldados de arena, añadió doscientos caballeros y ciento cincuenta arqueros, nadie atacaría a sus príncipes, mis que señores, amigos..

Al frente de la columna iba la joven dorniese montando a la Dama de Noche, su maravillosa yegua negra como una noche sin estrellas, regalo de Oly para su dieciocho cumpleaños, con la que había establecido una gran relación. Sonrió a ver llegar a su amigo de infancia, colega de correrías y coautor de trastadas, ¿ ¡qué lástima que la niñez se alejara tan pronto! Como siempre la ponía roja como un tomate, Helena al ser descabalgada y alzada en el aire, se ruborizó, Oly… siempre igual, por eso no te mandé un cuervo, me habrías organizado una buena, contigo, mejor el factor sorpresa, ¿¡no me ha valido para nada! Le susurro en el oído, mientras le daba un sonoro beso en la mejilla. ¡Ya has conseguido que todos me miren! Estoy muy enfadada contigo, se casa tu hermano y yo tengo que bailar con medio Poniente, y no eres tú, encima la nueva generación de nobles dornieses no tiene imaginación, las bromas a Maron las he tenido que hacer yo sola.

Helena se colgó del brazo de su amigo de infancia, ahora me dices ¿por qué llego y no estás casado? ¿Vas a verter los hábitos?, ¿has organizado esta guerra par huir de alguna dama? , le miró divertida, ¿cómo es ese rey buitre, es atractivo? ¿Hay piratas? ..., la joven le asaeteo a preguntas con su habitual hiperactividad, te he traído un regalito de las Islas de Verano… pero si sigues ruborizándome no te lo daré.

Puedes bajarme al suelo antes que todos tus hombres piensen otra cosa, y ambos, no queremos malentendidos, tiró del cabello a su compañero de juergas, trastadas y eventos varios. La verdad es que te eché de menos, ya nadie tiene la osadía de hacer bromas en Dorne, todo se ha vestido de seriedad, protocolarios detalles, lacitos de color rosa de enamorados esposos, en fin un prefecto pastel hilado con miel de abejas. Se encogió de hombros, encantada de estar de nuevo en familia… ¿Bailar, Oly? Déjame decirte que… es posible, si ya has as descubierto que tienes un pie derecho y no dos píes izquierdos. Se puso a su lado frunciendo el gesto ante su comparación con ese Buitre. Dio una vuelta sobre si misma, ataviada con pantalones enfundados en finas botas de cabritilla, y con su jubón hasta la cadera, con la pluma de su casa en forma de alfiler que sujetaba su capa.

Mi querido Oly, ¿el Rey Buitre?, por favor sabes que tengo más estilo, se giró de nuevo sobre si misma, reina de las Arenas Ardientes, Señora de la Luna Roja, puedo pensar en miles de nombres mejores, aunque eso de inteligente, valiente, audaz, se me ocurre que son buenos calificativos, la joven río con una sonrisa cantarina, divertida.

Se acercó de nuevo a su montura para sacar dos paquetes alargados, en uno de los puertos de Essos, un mercader me enseñó estas cosas, le entregó el primer paquete, lo desenvolvió despacio para dejara al descubierto una espada curva, arakh me dicen que es la espada típica de los Dothraki, al parecer es una mezcla ente una guadaña y una espada curva, y como tenía el conjunto completo te compré un arco y un látigo. Sonrió picara, desenvolviendo un último paquete, que tenía una especie de faldellín hecho con piel de león, blanco, he pensado que te puedes disfrazar en alguna mascarada. Se lo mostró poniéndoselo por encima… estarás precioso, muy atractivo y por fin te podremos casar.

Comenzó a andar con el Martell, menos mal que he llegado a tiempo, estoy segura que esto es un autentico caos. Necesitas mano femenina para organizar este campamento, por cierto te llegan suministros por el río, he añadido una buena cantidad de té y unas cabras para que tengas leche… y miel para el goloso de mi príncipe.

Helea no pudo evitar una sonora carcajada al verle con el faldellín de piel de león, evidentemente, mi querido príncipe no puedo mas que decirte que estás..., básicamente, RIDÍCULO, quizá sea porque no llevas esas trenzas que adornan a los señores del Mar de Hierba, te buscaré un postizo para que completes el disfraz. Le dio la espalda no sin dejar de sonreír dada la vuelta, con esas pintas Samash alzaría la ceja, te cogería de los pelos y te metería en una tina y te refregaría con un estropajo, tras proferir varios improperios.

Se acercó a una de las mesas que contenía una bandeja con unos dátiles, Helena adoraba esa fruta tan típica de su tierra, recordó una cosa que había aprendido, en uno se sus viajes, ¿recuerdas el juego de las prendas? Si pierdes pagas con una acción que se te ordena, pues he aprendido una nueva forma de jugar, que es divertida. Seguro que con lo goloso que eres te gusta, y si quieres nos divertimos con tus hombres.

Con un dátil, imitó a su maestre, cuenta la leyenda que una jovencita de la casa Martel, pizpireta, hace muchos...pero muchos años cuando ni tus bisabuelos eran un proyecto. Sacó el hueso del dátil, era como todos los Martel, una niña presuntuosa que no obedecía a nadie... ¿te recuerda a alguien? Como le gustaba jugar, sus maestros se inventaron un juego, rellenaron cada dátil con una semilla de almendra, un pistacho o una semilla de pimienta, se freían en miel. A quien le toca el dátil con la semilla de pimienta pierde y paga prenda... Le guiñó el ojo divertida. Te reto... espero que estés en buena forma, pero eso será después de que me des agua, de cenar y pueda tener instalada mi tienda para darme un buen baño. Si quieres mientras terminan, me acompañas a dar una vuelta por el campamento para ver como está organizado, y en que puedo mejorarlo, de paso me hablas de ese Rey Buitre.

Helena se había dado cuenta de cuanto había echado de menos a sus amigos, a ese desierto que se comparaba en amplitud de espacios de la mar que tanto quería, ¡jámás volvería a estar tanto tiempo lejos de su casa y de sus seres queridos! Una vez establecidos los contactos, perdidos, tras la muerte de su padre ya realizaría viajes más cortos, añadiendo que su castellano y maestre la estaban presionando para buscar marido y dar un heredero para Tor.

Pizpireta se colgó del antebrazo del pequeño de los Martell, feliz como en años anteriores, pese a las odiosas circunstancias de una contienda bélica, decían que el tiempo todo lo cura, y debía ser cierto porque las figuras paternas y la de su hermano comenzaban a difuminarse poco a poco, la sonrisa pícara de Angus cuando compartían travesuras, el gesto dulce de su madre o la cara compasiva de su padre. Pese a la ira acumulada, la rabia era más serena, sus sentimientos hacia los Greyjoy se mantenían en los mismos niveles de odio, los había matizado intentado admitir que no todos los habitantes de las Islas Hierro eran unos depravados, aunque les costaría mucho demostrar tal característica.

Más seria le guiñó un ojo, así que te has montado una guerra para ti solito, con cierta ironía divertida, ¿de que joven huyes?, ¡ya sé! No te dejan hacer trastadas, ¡pobre! los señores que gobiernan Lanza han cambiado mucho, se han hecho muy serios, no puedes hacer gamberradas, necesitas a tu alter ego, la maravillosa mente maquinadora de Lady Lena No La Des la Espalda.

Negó con la cabeza, era evidente, se dijo mordiéndose el labio, ¿de una chica? ¿Voy a tener sobrinitos bastardos? Arrugó la nariz displicente ¿me invitas a la boda? Un enlace alegre, no tan protocolario como el de tu hermano, tan serio, con tanta ceremonia. Se detuvo en seco, seria, he conocido a la dragona, tiene los defectos de los lagartos, algo de arrogancia, algo de prepotencia, pero no parece mala del todo, sin embardo, en Tor se dice que Maron ha perdido puntos por ese enlace, la llaman la “extranjera” Puede que tu hermano se haya casado enamorado, pero mucha gente del pueblo no la quiere, y muchos vasallos ven el comienzo de la pérdida de independencia, es un mal principio para un matrimonio, Oly. Y si es manejado por ella, abusando de su amor, no sé. Esta revuelta, puede no ser la última de los vasallos de Dorne.

La señora de Tor, como buena comerciante, intuía las reacciones de los demás y olía el desconsuelo, la incomodidad, la extranjera, debería tener cuidado, y desmotar que amaba a Dorne, como los demás, de su amistad con Dieron, sabía que la dragona tenía escondidos esqueletos en el armario, pero no era la única.