La banda de Alta Torre (Decreto)

No era ciego a lo que ocurría en mis tierras. Si había un defecto que no repetía en otros Señores, ése era el de pensar que las cosas se arreglaban solas, sin intervención alguna de los altos cargos de una administración. Por diferentes cuestiones, no había podido ocuparme de ellas anteriormente, pero ahora, la luz de mi faro alumbraba ése camino. La inseguridad y la despoblación. Durante años, Antigua fue de las ciudades más Seguras de Poniente, aún cuando su tamaño y cantidad de personas habitando en ella eran considerables, pero la prematura desazón de mi padre, y las diversas ocupaciones que me distrajeron de ella hicieron que el crimen aumentara y que, en consecuencia, la población decreciera.

Hoy, pensaba hacer que eso cambiara. Estando la guerra cerca o no, Antigua debía ser segura y debía poseer gente necesaria para mantenerla. Sentado estaba en mi escritorio, escribiendo sobre un largo pergamino. Las velas rodeaban el papel y libros de contaduría y leyes se amontonaban a mis costados. A mi derecha estaba el Maestre Marteras y en frente mío Ser Robben Olrych. Terminé de escribir y sellé los dos pergaminos. "Tome Maestre, haga que los escribas reproduzcan copias suficientes para colocarlas alrededor de la ciudad y en los pueblos allegados..." dije, pasándole el original al viejo Hombre, quien releyó el documento. Luego le alcancé el otro a Ser Robben Olrych. "Éste documento le permite a usted, Ser Robben Olrych, comandante de la Guardia de Antigua, conformar una compañía de 100 de los mejores caballeros que contamos en nuestro ejército para combatir el crimen organizado de la Ciudad y sus alrededores, además de disponer de los recursos de los Hightower y mi bendición para colgar y ejecutar a los criminales luego de un juicio justo..." comencé, hablando para todos. "Serán llamados "La banda de Alta Torre". Además, cuenta con instrucciones para redoblar las guardias de Antigua y sus calles. Exterminaremos el crimen como sea..." susurré mientras me frotaba la frente con una mano.

Luego me dirigí al Maestre Marteras. "Ése otro documento indica las decisiones de los Hightower con respecto al crimen y anuncia que la ciudad será segura. Además, los tesoreros de la casa le otorgarán 10 venados de plata a cada nueva familia que inmigre a la ciudad y se inscriba como tal... Con la promesa de un trabajo en los puertos para el adulto masculino de cada una". Ambos hombres asintieron y se retiraron. Ahora, solo quedaba esperar y cosechar los frutos de las decisiones tomadas...